11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 17 de enero de 2016

"Volver al futuro" (1985).


-- "Back to the Future" (título original en inglés), "Regreso al futuro" (título en España), "Retorn al futur" (título en catalán).
-- Dirección: Robert Zemeckis.
-- Actuación: Michael J. Fox, Christopher Lloyd, Lea Thompson, Crispin Glover, Thomas F. Wilson, Claudia Wells, Marc McClure, Wendie Jo Sperber, George DiCenzo, Frances Lee McCain, James Tolkan, J.J. Cohen, Casey Siemaszko, Billy Zane, Harry Waters Jr.
-- Guión: Robert Zemeckis y Bob Gale.
-- Banda Sonora: Alan Silvestri.

-- "Volver al futuro" en IMDb.
-- "Volver al futuro" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Bienvenidos al año de 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO. Un adolescente prototípico de 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO llega hasta un lugar que parece el laboratorio de un científico loco de 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO, con una chaqueta de fibra plástica a la moda de 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO. Allí recibe una llamada telefónica del dueño de casa (seriously, qué dueño de casa solterón llama a su propia casa, a ver...) que le pide ir a la una y algo de la madrugada a la esquina X con Y (bueno, a un centro comercial de 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO). A lo largo del día, el chico se gana una reprimenda del director, es funado por Huey Lewis en una audición (seriously, el tipo que aportó "The Power of Love" para esta peli), se encuentra con su muy atractiva novia con peinado estilo 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO, cena con su familia pobretona al estilo 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO, y finalmente marcha a encontrarse a su cita misteriosa, que es justamente Christopher Lloyd haciendo de científico loco. El científico loco le explica que ha construido una máquina del tiempo en un deportivo DeLorean, gracias al cual podría viajar de ida y de regreso entre 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO y cualquier otra época pasada o futura. Pero hay un problema. La cosa funciona con plutonio. Y ése es el menor de los problemas. El problema mayúsculo es que el plutonio se lo ha birlado a unos terroristas libios. Que ahora están muy molestos, tanto como un terrorista libio puede estarlo, porque ya sabemos, si quieres malvadismo concentrado y en cucharadas, terrorista libio para la faena, disolver en agua, y tenemos jugo sabor TERRORISTA LIBIO para esos días de calóh. Resulta que como los terroristas libios son mágicos, se las arreglan para encontrar al científico loco y al chico, y llegan al estilo terrorista libio, o sea, ametrallando a lo loco, porque si eres un terrorista libio, pues cuando ametrallas lo haces a lo loco, si por algo eres terrorista libio en primer lugar. Después de todo es 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO, un año antes de que Ronald Vaquero Reagan le enseñara modales a Gadafi partiéndole en dos unos cuantos edificios en Trípoli, que así se defiende la democracia, por no hablar de cuarto de siglo antes de que los propios libios se cansaran y lo derrocaran y ser terrorista libio empezara a perder un poco del aura que tenía en 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO. Pero que me desvío. El caso es que el científico loco es bárbaramente ametrallado, como si en vez de meternos a una comedia familiar hubiéramos terminado en la sala del lado viendo una de Chuck Norris, y el chico toma la única vía de fuga que le queda: montarse en el DeLorean y acelerar hasta las míticas 88 MPH y... ¡saltar en el tiempo! Sin llevarse una recarga de plutonio, por aquello de las prisas, si es que quién se acuerda de esas cosas cuando tienes por detrás a terroristas libios ametrallando a lo loco como lo hacen los terroristas libios. Ahora, nuestro joven héroe de 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO se encuentra atascado en 1955 - MIL NOVECIENTOS CINCUENTA Y CINCO, y su única posibilidad de regresar a su propio tiempo es... conseguirse 1.21 GW de potencia de alguna parte. Pan comido, ¿verdad...? Ahora, cántenla conmigo: tan-taaaaaan-taaaaaán - tatatatatataaaaaá...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO, había un novel director que después de algún que otro fracasillo tan ignorado que ni para reseña en Cine 9009 ha alcanzado, había dado el batacazo con "En busca de la esmeralda perdida", un medio-clon de Indiana Jones con Michael Douglas y Kathleen Turner de la cual lo mejor que se puede decir, es que la secuela ("La joya del Nilo") estaba mejor (algunos dicen que peor, pero joer, esto es mi reino privao, y aquí digo lo que se me antoja). Resulta que el guión andaba dando vueltas desde 1981, pero no fue grabado en ese tiempo porque los estudios no le tenían demasiada fe al material, o mejor dicho, al pringao que les presentaba ese material (sí, el mismo pringao que después se llevó Premio Oscar al Mejor Director por "Forrest Gump", y es que nadie sabe nada). Quizás nos hicieron un favor, porque ¿se imaginan a un adolescente de 1981, escuchando post-punk estilo Joy Division o sintetizadores de Depeche Mode cuando Vince Clarke todavía no se había ido de la banda para fundar Erasure? ¿O peor aún, con una moda similar a los últimos coletazos de la onda disco que aún se negaba a morir, o si no díganselo a Olivia Newton-John con su disquero éxito de 1981 que es "Physical"? Yiaks. Bueno, dejándonos de lo-que-pudo-haber-sido y volvamos al futuro, a 1985, a "Volver al futuro". El caso es que Robert Zemeckis se había llevado portazo-tras-portazo con su guión (que en una escritura inicial la máquina del tiempo era un refrigerador, y en una reescritura tenían que obtener los condenados 1,21 de una explosión nuclear en Nevada... figúrense rodar en Nevada, el lugar que mató de cáncer a todos los actores y extras del "Genghis Khan" de John Wayne en 1956). Hasta que por concatenaciones del destino, se forjó una alianza entre Steven Spielberg y Zemeckis (que ya habían trabajado antes, aunque sin éxito). Claro, después de que la Disney mandó el enésimo portazo, porque verán, ¿una peli familiar en donde una mami se enamora de su propio hijo, por muy paradoja temporal de por medio que haya...? Fueeeeeerte. El caso es que la avispada producción de Steven Spielberg y la acerada dirección de Robert Zemeckis hicieron el milagro. La peli costó casi veinte millones de dólares (seriosly: en los ochentas podías mandarte un blockbuster con un presupuesto que es un décimo de lo que se gasta Michael Bay un cuarto de siglo después), y recaudó algo más de 200 millones nominales de 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO, se transformó en la más taquillera de su año (por encima de "Rambo II", "Rocky IV", "La joya del Nilo", "Testigo en peligro" o "Los Goonies", que también llegaron al Top Ten), fundó una de las más potentes trilogías fílmicas de todos los tiempos, y se transformó en la obra maestra de un director que, buenoooooo... nos ha entregado buenas pelis después ("La muerte le sienta bien", "Forrest Gump", "Contacto", "Náufrago", "Beowulf"), pero ninguna de las cuales se siente tan catedralicia como ésta.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos con una aclaración. Esta peli no es cine arte ni una peli filosófica por ningún lado. Esta peli es cine popcornero y de entretención pura y dura a la vena. Eso, porque existe una cierta tendencia a que si es entretenido y sólo entretenido, pues como que da un poco de vergüencita alabarla, y los comentaristas suelen mirar un poco por encima del hombro ("sí, igual estaba buena"). Existe una tendencia en los críticos a ensalzar las pelis más "filosóficas", aunque sean unos muermos, porque pueden lucirse a mansalva con sus "miren, yo la alabo porque yo sí que sé", mientras que en una peli de entretención que todo el mundo la entiende y no tiene mayor profundidad, el comentarista se queda al mismo nivel que el resto, y quién se hace comentarista para eso en primer lugar. Y de ahí que vienen los intentos por reivindicarla, por ver cosas en la peli que no hay... Porque más allá del tema de la paradoja temporal (tampoco resuelto bien al ciento por ciento aquí, vamos, admitámoslo), en realidad no tenemos sino otra peli del jovencito que es trasplantado a otra realidad y lucha desesperadamente por volver a casa. ¿Decepcionante? Oiga, si con esa misma fórmula se han rodado maravillas como "El mago de Oz"... Lo bueno de esta peli es que no se avergüenza de ser lo que es, y no es condescendiente en ningún minuto. Partiendo por un guión alambicado hasta los menores detalles, en el que casi cada línea de diálogo cuenta (y de hecho, esta peli se beneficia mucho de una segunda e incluso una tercera revisión, para pescar los detalles que en un primer visionado pueden pasar inadvertidos, y que son cruciales para la trama), y en donde hasta los elementos más aparentemente casuales cobran un sentido de cara a proporcionarle recursos al prota para sobrevivir en 1955. Para las pelis de entretención post-2000s en que el guión es apenas una excusa para montar una escena molona tras otra, este guión es una vergüenza, porque los pone en evidencia acerca de cuán flojos o cuán cobardes son los guionistas ahora (o los productores que mandan, digámoslo con todas sus letras) a la hora de ir más al hueso y atreverse. Porque esta peli, de ser atrevida, lo es. Después de todo, hablamos de una peli en donde uno de los principales conflictos es una potencial relación incestuosa madre-hijo. Matizado por el hecho de que la madre joven no sabe que el apuesto héroe en realidad es su propio hijo que viene del futuro, pero aún así ("Futurama" en el capítulo de Roswell sí se atrevió a llevar la idea hasta sus últimas consecuencias, pero bueno, hablamos de un cartoon supuestamente para adultos...). La peli explota también de manera notable cómo nuestro prota choca contra los usos, costumbres y convenciones de una época diferente, no tan distante en el tiempo, y aún así virtualmente desconocida para él. Resulta interesante que cuando van con los '50s, no lo intentan con una versión idealizada estilo "Grease" de la misma, sino que como debió haber sido en realidad... incluyendo la hipocresía social predominante (no sólo vemos racismo y el orgullo insano por el american way of life, sino que además la madre no es una señorita casta y virginal sino una suelta de cuidao). A la larga, el marcar tan a fondo el choque entre los '50s y los '80s ha hecho que esta peli, a diferencia de otras que por estar tan ancladas en la década hayan envejecido mal (las comedias adolescentes de John Hughes sufren su poco de esto, por desgracia), esta peli, decíamos, haya envejecido con dignidad y en realidad siga siendo tan actual a tres décadas de su estreno (¡hey, incluso después de la fecha del futuro de "Volver al futuro II"!) como en su propio día.

-- Las actuaciones. Visto a la distancia, tenemos un elenco soñado aquí, no porque los actores se hayan vuelto superestrellas después (estrellas sí, supers no), sino por lo bien que encajan con la atmósfera general. Robert Zemeckis tomó la arriesgadísima decisión de rodar no como una peli "seria" sino como una farsa, y de ahí que todos los papeles sean sobreactuados. Esto podría haber herido de muerte a la peli, pero como todos actúan así, además lo hacen igual de bien, y ayuda de paso a restarle dramatismo gratuito a la acción, entonces termina transformándose en un plus. Ni que decir que el prota Michael J. Fox quedó tan marcado por el rol que después, hiciera lo que hiciera, terminó siendo - ¡hey, es el chico de "Volver al futuro" otra vez! Y con razón, porque a la distancia, no se antoja que alguien más lo hubiera podido resolver tan bien (se supo que otra opción era Eric Stoltz, que incluso llegó a rodar escenas, pero vaya uno a saber). A su lado, Christopher Lloyd que se había divertido de lo lindo interpretando a un malvado Klingon en "Viaje a las Estrellas III: En busca de Spock" el año anterior, rodó también el que iba a ser el rol de su vida, como el científico loco-pero-simpático Emmett Doc Brown. El padre de Michael J. Fox viene interpretado por (¡sorpresa!) Crispin Glover, que después ha hecho carrera como secundario de lujo en Hollywood (fue el Flaco Tenebroso en "Los ángeles de Charlie" y secuela, además de tener algunas de las mejores escenas de la por otra parte anémica "Alicia en el País de las Maravillas" de Tim Burton). Lea Thompson la borda en su rol como la joven madre del prota, y es una desgracia que su carrera se haya ido básicamente al sumidero de subproductos fílmicos después de haber estado tan brillante en una peli de tan alto perfil como ésta (joer, fue la chica de "Howard el Pato", eso mata la carrera de cualquiera). Thomas F. Wilson como Biff es un villano realmente aterrorizante, dentro de los estándares de villano sin superpoderes o así, y mención especial para James Tolkan como Strickland, el director del colegio que se las arregla para figurar en primer plano en las poquísimas escenas que le toca protagonizar. (Para la trivia: uno de los matones de Biff es Billy Zane en su primerísimo papel para el cine. Sí, leñe, el malo de "Titanic" estuvo aquí en un rol casi sin diálogos).

IDEAL PARA: Ver una de las mejores pelis de aventura y de Ciencia Ficción de todos los tiempos.

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