11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 27 de julio de 2006

"Bajo el sol de Toscana" (2003)


"Under the Tuscan Sun". Dirigida por Audrey Wells. Protagonizada por Diane Lane, Sandra Oh, Lindsay Duncan, Raoul Bova, Vincent Riotta, Mario Monicelli, Roberto Nobile, Anita Zagaria, Evelina Gori, Giulia Steigerwalt, Pawel Szadja, Valentine Pelka. Estados Unidos / Italia. Año 2003.

¿De qué se trata?
Una mujer de edad media, de los Estados Unidos, afronta un traumático proceso de divorcio, finiquitando un matrimonio en donde ella lo dio todo a cambio de nada (o sea, ella trabajaba para mantener a su maridito que, mientras tanto, se dedicaba a escribir un libro). Decepcionada, recibe un peregrino regalo de un par de amigas lesbianas: un viajecito en primera clase para participar en un tour gay en Toscana. Lo de compartir con semejante fauna le causa no poco escozor, pero como se ha mudado a un departamento en donde tiene un vecino quejica que no la deja concentrarse en el eximio arte de la Literatura, decide marcharse, a ver si los marimachos son menos escandalosos (lo son, de hecho). En Italia, cae en amor a primera vista con... no, no con un macho itálico, sino con una villa que evidentemente conoció mejores tiempos en alguno de sus 300 años de existencia sobre sus cimientos. Después de esta alocada decisión, comienza el proceso de reconstruir todo el mundo a su alrededor. O sea: lidiar con los maestros que arreglan la casa, no dejarse convencer con las miraditas de un abogado casado, pelear con los maestros polacos que llegan a trabajar a Italia, hacer de casamentera entre dos jóvenes que se quieren contra la oposición del padre de la chica, y cómo no, darse tiempo para encontrar el amor en los brazos de algún sensual italiano. De alguna curiosa manera, consigue abrirse paso a través de los contratiempos (que, digámoslo con todas sus letras, tampoco son para echarse a morir), y se abre camino lentamente hacia la felicidad. Lindo, ¿no?

El espíritu de los tiempos.
Etre el público yanki siempre ha existido una fascinación con los países latinos, con una cierta vibración de sensualidad y belleza de sus chicos, chicas y gastronomía, de la que los yankis parecen ser carentes (o así nos hacen creer). A veces le toca a los mexicas, a veces a los españoles, y ahora les tocó a los italianos. Y en realidad no andan tan desencaminados. No importa qué tan hermoso sea el Empire State Building o el Golden Gate, jamás podrán competir con la inmutabilidad de la Pirámide del Sol en Tenochtitlán, con la majestuosidad del Domo de la Catedral de Florencia, con la elegancia del Parlamento de Londres, con la alegría de vivir de Sans Souci, con el sentimiento de Notre Dame de París...

¿Por qué verla?
- Es una película que se asume y reconoce como una comedia ligera y sin pretensiones, pero a la vez con finura y elegancia. No engaña queriendo prometer las respuestas a la existencia, ni resulta aburrida como historia de situaciones. Es una de esas películas en donde todos los elementos armonizan entre sí. Resulta poco verosímil a veces, en particular por la manera en que cae en ese feo vicio yanki de mostrar al resto del mundo (Italia, en este caso), como si fuera una postal romántica, pero tampoco la idea es hacer un retrato verídico, sino aprovechar el entorno toscano para tejer una historia sofisticada y llevadera, así que está bien... si no se asume con gravedad de intelectualoide izquierdista de tipo "¡miren lo que la cultura imperalista yanki hizo con nuestro hermoso país italiano!". Por cierto, las citas a Fellini salen sobrando.
- La fotografía de este filme es simplemente espectacular. Sin hacer grandes alardes de paisajismo, salvo en algunas secuencias, consigue recrear un entorno mágico sin caer en la chapucería del realismo mágico a lo Laura Esquivel.
- Diane Lane. El elenco está en su punto y armoniza muy buen cada personaje con el otro, pero sin lugar a dudas recae en ella la mayor parte del éxito de este filme. Belleza madurona y cercana a la cuarentena, en esa época estaba fresco su exitazo en la por otra parte insípida "Infidelidad", por lo que elegirla a ella de protagonista no podía ser una mejor elección.

IDEAL PARA: Ver una película optimista, sin ser empalagosa, de manera relajada, y silbar una linda tonada después.

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