11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

sábado, 19 de agosto de 2006

"King Kong" (1933).


-- "King Kong". Estados Unidos. Año 1933.
-- Dirección: Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack.
-- Actuación: Fay Wray, Robert Armstrong, Bruce Cabot, Frank Reicher, Sam Hardy, Noble Johnson.
-- Guión: James Ashmore Creelman y Ruth Rose, con contribuciones de Leon Gordon, sobre una idea e historia de Merian C. Cooper y Edgar Wallace.
-- Banda Sonora: Max Steiner.

-- "King Kong" en IMDb.
-- "King Kong" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

¿No vieron acaso el "King Kong" de Peter Jackson? Pues es casi lo mismo, pero dura la mitad, y por lo tanto, es el doble de entretenida (o más). Pero para los registros: un cineasta está obsesionado con zarpar cuanto antes hacia una localización en el océano que ni los propios marinos (ni el capitán) conocen. Como esto es película y no se exigen documentos de zarpe ni otras zarajandas, la expedición parte aunque no se sepa el destino. El director en cuestión es famoso por filmar películas en lugares exóticos y salvajes, y ha reclutado a una chica media muerta de hambre para interpretar el papel principal... ¿o no es para eso...? Llevan también granadas de gas, y nadie sabe para qué. Después de un largo periplo, llegan a una isla que, como mandaba el tópico en aquellos años, estaba poblada de nativos incivilizados que a su vez eran restos brutos, atrasados y subdarwinianos de una ignota civilización aborigen extinguida. Dichos nativos le tienen un terror supersticioso, y bien justificado, a un gorila gigante llamado Kong (nota: el nombre del gorila no es "King Kong", sino que en castellano no se tomaron la molestia de traducir lo que sería el verdadero título, "El rey Kong", y por tanto, quedó el título pegado al nombre como apelativo de la criatura). Los nativos se emboban con la actriz principal y la secuestran para ofrecérsela en sacrificio a Kong, pero éste, que muy gorila bruto será, pero también tiene su testosterona, decide no merendársela, y desarrolla una especie de primitiva y bestial pasión animal por ella. Esta obsesión será su perdición, ya que el avispado director decide secuestrar a la criatura y ofrecerla como espectáculo de feria en Broadway. La catástrofe está servida...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

A comienzos de la década de 1930, el cine dio un salto de gigante. Pasó brutalmente del mudo al sonoro, y además, los efectos especiales se pulieron un montón. "King Kong" es el mejor exponente de esta tendencia, ya que sus efectos especiales, si bien bastante envejecidos en la actualidad, eran punteros en aquel tiempo, siendo uno de los primeros filmes que usó el mecanismo de la animación stop-motion. Además, es la primera película (o una de las primeras) que tiene una banda sonora propiamente tal, concebida como un todo orgánico con el resto de la película, y francamente, los arreglos musicales muestran cuán poco ha evolucionado el arte de sonorizar filmes desde esa época hasta ahora, por muchos arreglos computacionales y remasterizaciones que se le metan a las orquestaciones. "King Kong" es en el apartado técnico un clásico, en el histórico un importante jalón fílmico, y en el temático una de las mejores recreaciones del tema de "la bella y la bestia".

¿POR QUÉ VERLA?

-- Consiguió ese casi imposible de crear magia a su alrededor, una magia poderosa y vibrante que consiguió varios remakes y secuelas, ninguno de ellos plenamente logradas (el "King Kong" de 1976, el "King Kong vive" de 1986, o la hiperbólica y sobrevalorada "King Kong" de 2005). Sus efectos especiales serán todo lo chuscos que era la tecnología en 1933, pero era de lo mejorcito en la era predigital, y francamente, el King Kong digital del siglo XXI no ofrece nada mucho más novedoso que el anterior.

-- Es una estupenda encarnación del mito de "la bella y la bestia", algo bien catártico entre el público, porque oiga, el que no tenga algo de bestia y que no haya estado enamorado de alguna bella muy bella, que tire la primera piedra (los gatos nos libramos de sospechas, no tenemos pulgares oponibles para eso).

-- Hay una solapada crítica al "sueño americano". Los viajeros descubren una criatura extraordinaria en un paraíso natural único, ¿y piensan en la ciencia, en el bien de la humanidad, en esas cosas? ¡No! Con mentalidad Rico McPato, se la llevan a Nueva York para explotarla en el negocio del espectáculo. Así es como les va después. Recuérdese que esta película es posterior en cuatro años al crack de 1929, en donde todos los sueños de amas de casa e inmigrantes irlandeses de hacerse ricos especulando en la Bolsa se fueron al suelo, así es que a más de alguien tiene que haberle dolido el mensajito subliminal.

-- Fay Wray es la "chica Kong" original. Y no tiene nada de la ingenuidad que a veces uno asocia con las "chicas buenas" de aquellos años. Lejos de eso, es una pícara de la calle y una superviviente, que sabe aprovechar bien sus encantos femeninos, y por eso tiene un aire de ambigüedad entre la heroína ingenua y la femme fatale, que ninguna otra "chica Kong" (ni Jessica Lange ni Naomi Watts, y eso que ambas son actorazas) ha conseguido emular.

-- Las secuencias de acción son, incluso el día de hoy, bastante sangrientas. Las escenas de travesía son bastante morosas y la película diera la impresión de no querer empezar nunca, pero cuando lo hace, pues bien... No muestra sangre ni nada excesivamente gore, pero hay gente devorada y aplastada, mostrada sin asco alguno. En los enfrentamientos con otras criaturas de la isla, King Kong no es ningún santo: las despeña, les rompe el cráneo, etcétera. Quienes creían que las películas antiguas son más santurronas y muestran menos violencia que hoy, que reconsidere: la cantidad quizás sea menor, y los efectos especiales más paupérrimos, pero la calidad de una muerte por desnucamiento por ruptura de la mandíbula, eso sigue siendo calidad.

-- Curiosamente, una de sus mayores fortalezas es su "espíritu de época", cosas que en esa época eran aceptables, y hoy en día son inadmisibles, y por tanto, generan un efecto de extrañeza. La película es evidentemente racista, y además, King Kong es malvado sin sutilezas, todas cosas que el espectador actual no ve por ninguna parte (puede que sea bueno, puede que sea malo, pero lo cierto es que no se hacen películas así hoy en día).

IDEAL PARA: Cualquier persona (salvo, quizás, niños menores de 7).

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