11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

miércoles, 30 de agosto de 2006

"Garfield 2" (2006)


"Garfield: A tail of two kitties". Dirigida por Tim Hill. Protagonizada por Breckin Meyer, Jennifer Love Hewitt, Billy Connolly, Bill Murray (voz de Garfield... en inglés), Ian Abercrombie, Roger Rees, Lucy Davis. Estados Unidos. Año 2006.

¿De qué se trata?
Había una vez dos gatitos. Por si no lo notaron, el título original es: "Garfield: Una cola de dos gatitos", que en inglés suena más o menos parecido a la novela de Dickens "Historia de dos ciudades" ("A tale of two cities"). Bien, vuelvo al comienzo. Había una vez dos gatitos. Uno de ellos vivía una vida cómoda y regalada en su lindo castillo, como rey en sus dominios, y se llamaba Prince. Otro vivía una vida cómoda y regalada en su linda casita, rey de sus dominios, aunque éstos fueran más modestos, y se llamaba Garfield. Un buen día, la vejestoria del castillo en donde Prince vivía, tuvo a bien morirse, y nombró a Prince heredero de sus haberes. Con lo que se produjo el hondo rechinar de dientes de un pariente indeseable, que al mejor estilo Aristogatos (¿alguien menor de 30 la ha visto?), echa a Prince en una cestita por el río, para que la ancha corriente se lleve al indeseable, y quedarse ÉL con los bienes y el castillo. Por su parte, en Estados Unidos, John Bonachon está ansioso por pedirle matrimonio a Liz (¿John, matrimoniándose con Liz? Si ustedes sólo han leído la historieta, sabrán que eso es imposible porque Liz no soporta a John, pero en la peli anterior, titulada simplemente "Garfield", dicha trisección del ángulo, esa cuadratura del círculo, aquella duplicación del cubo, la pudimos ver). Como Liz parte de última hora a Inglaterra, John hace lo propio, persiguiéndola para darle una romántica sorpresa. Y Garfield con Odie se las apañan para hacer otro tanto, claro está. En Londres, ocurrirá el cambiazo: confundirán a Garfield con Prince, y lo llevarán al castillo, y lo propio, pero al revés, ocurrirá con Prince. Ahora, John Bonachon tiene un gato modoso y estirado en casa, al tiempo que en el castillo llega un gatoide yanki engreído y bufonesco, a ponerse en la mira del asesino de gatos que quiere heredar el castillo...

El espíritu de los tiempos.
El 19 de Julio de 1978, el gato Garfield literalmente estalló en las páginas de los diarios, y desde ese entonces se ha publicado de manera ininterrumpida todos los días sin descanso alguno, dando origen a una de las franquicias más rentables en el mundo de las historietas, y forrando de billullos los bolsillos de Jim Davis, su dibujante. Entonces, tras mucho meditarlo, decidió que habría una película de animación real sobre Garfield. Los resultados de "Garfield" no fueron tan deprimentemente malos como "Scooby Doo", pero aún así la película distaba mucho de ser algo grande. Pero insistieron. Decidieron que habría una segunda parte. E, increíblemente (o quizás no tanto, pensándolo bien, porque la vara no estaba demasiado alta), la segunda resultó mejor que la primera.

¿Por qué verla?
- Es una película sobre Garfield bastante decente. La historia no puede ser más clásica: en el fondo es el viejo cuento de "El príncipe y el mendigo", de Mark Twain, en donde el chico rico toma el lugar del chico pobre, y viceversa. A esto le sacan bastante partido, con una introducción al estilo de los libros de cuentos de hadas, robado palmariamente a "Shrek" (pero qué importa, funciona lo mismo). Y el desarrollo argumental gira en torno a los equívocos producidos entre Garfield y Prince. El elenco desmerece un poco, por cierto, pero sigue firme al pie del cañón la neumática Jennifer Love Hewitt como la veterinaria, así que todo está bien al respecto. El desarrollo es ingenuo e infantil, pero no más que la ya clásica serie de TV de los '80s (por otra parte, ¿qué esperaban?). Por suerte, los baches de la peli pasan soplados porque nadie en el equipo se toma realmente en serio el asunto, y esta manera distendida de filmar una película le hace mucho bien a un guión que no tiene otra pretensión sino hacer pasar una horita y media en una plácida comedia.
- Tiene a bien ser una segunda parte, continuando las situaciones de la primera, pero al mismo tiempo planteando una película autónoma. O sea, le da en el gusto a los que van por la secuela, y también a los que no vieron la anterior.
- En esta película, a diferencia de la anterior, Garfield es más Garfield. O sea, más maldadoso. ¡Ya echábamos eso de menos...!

IDEAL PARA: Ver por fin una película decente sobre Garfield.

"Un viernes de locos" (2003)


"Freaky Friday". Dirigida por Mark Waters. Protagonizada por Jamie Lee Curtis, Lindsay Lohan, Mark Harmon, Harold Gould, Chad Michael Murray, Stephen Tobolowsky. Estados Unidos. Año 2003.

¿De qué se trata?
Hay una madre que es psiquiatra, y que como todos los de su profesión, es neurótica, manipuladora y controladora. Hay una hija que como todas las de su edad, es rebelde y pretende ir de genio por la vida. Hay un restorán chino en donde una galletita mágica de la suerte cambia sus personalidades. Ahora, la hija tendrá que vivir la personalidad de la madre. Y la madre, la de la hija. O sea, la madre en el cuerpo de la hija tendrá que lidiar con el profesor odioso que hace lo imposible por aplastarla, con la perra que era su amiga y que ahora, por pura maldad, intenta trapear el piso con ella, y además, tiene que aprender a tocar la guitarra eléctrica porque ¡ups! tienen una audición para su banda, y si lo arruina aniquilará los sueños musicales de su hija, por no hablar de la crux que le harán sus amigos. Además está el chico que a la chica le gusta, pero no a la madre, y bien... Por su parte, la hija tiene que lidiar con los pacientes de la madre, con su nuevo novio (la madre es viuda), con la promoción del libro de su madre que ella por supuesto no ha leído, con las conversaciones pedagógicas con los profesores, y con los preparativos para la boda, porque... ¿dijimos acaso que faltan menos de 24 horas para que el novio de la madre se case con la hija en el cuerpo de la madre...? (arréglate esa, Jack Bauer).

El espíritu de los tiempos.
La comedia de situación con moraleja es vieja como el cine. La comedia de adolescentes rebeldes es un subgénero en boga creciente desde los '80s, y que nos ha legado algunas joyitas interesantísimas (y es que nada mejor que la comedia tonta y descerebrada para reirse con descaro de los males de nuestra sociedad). Esta es otra de esas comedias tontorronas y con moralina, que se sostiene en particular por el carisma de las actrices protagónicas. Si decimos que es una Disney, remake de otra Disney (¡del año '77!), entramos en vereda, ¿no?

¿Por qué verla?
- Es una comedia basada fundamentalmente en situaciones y personajes. Es decir, hay pocos chistes y gags, y por suerte que no recurre al humor de baño. En realidad, el gran mérito de este filme son Jamie Lee Curtis y Lindsay Lohan, que le dan credibilidad a las situaciones de cambio de personalidad (en particular la primera, la segunda no negamos que está buena por todas sus esquinas, pero en actuación está aún algo verde).
- El viejo sueño de la hija de ser madre y mandonear a su propia madre, y de la madre de recuperar la juventud y los años perdidos y de hacerlo todo de nuevo como corresponde. Un gancho viejo, pero siempre efectivo. Y es que la clásica queja infantil de que hay madres que no se acuerdan de que alguna vez fueron chicas, pues bien...
- Es un filme con una declarada vocación frívola (¿cómo si no justificar el cambio por una galletita china, y que la República Popular China no haya usado semejante tecnología para intercambiar personalidades entre su embajador y el Presidente de los United States?). Y en general se asume como tal, lo que está bien. Decimos "en general" porque al final cae en la moralina tópica de "no nos entendemos, pero somos buenos y la familia es primero, así que entendámonos". Pero por el lado frívolo, está bien.

IDEAL PARA: Ver algún sábado o domingo desocupado en la mañana o tarde.

domingo, 27 de agosto de 2006

"Los piratas del Caribe: El cofre de la muerte" (2006).


-- "Pirates of the Caribbean: Dead Man's Chest" (título original en inglés), "Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto" (título en España). Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Gore Verbinski.
-- Actuación: Johnny Depp, Orlando Bloom, Keira Knightley, Jack Davenport, Bill Nighy, Jonathan Pryce, Lee Arenberg, Mackenzie Crook, Kevin McNally, David Bailie, Stellan Skarsgard, Tom Hollander, Naomi Harris.
-- Guión: Ted Elliott y Terry Rossio, sobre los personajes creados por éstos y por Stuart Beattie y Jay Wolpert.
-- Banda Sonora: Hans Zimmer.

-- "Piratas del Caribe: El cofre de la muerte" en IMDb.
-- "Piratas del Caribe: El cofre de la muerte" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En medio de un lluvioso día en el trópico, Elizabeth Swann y Will Turner sufren el destino de Edmundo Dantés: en vez de celebrar una radiante boda, deben ir a prisión. El pretexto es que han ayudado al pirata Jack Sparrow en la peli anterior, pero en realidad, el nuevo agente del gobierno inglés (o de la Compañía de Indias, que viene a ser más o menos lo mismo) tiene su propia meta: llegar hasta la brújula de Jack Sparrow, para desde ahí conseguir un valioso cofre que, sí, adivinaron, si por algo se llama así la película, le pertenece a un hombre muerto (¿cómo alguien que está muero puede ser dueño de algo, si está muerto? Pues bien, verán, es que en realidad es un undead, un no-muerto, un...). Will Turner parte a la cacería de Sparrow, quien, mientras tanto, se ha fugado por todo lo alto de una prisión. Otra vez al estilo Dantés: en el ataúd de un muerto. Así, Moisés Sparrow llega de nuevo al Perla Negra, a tiempo para enterarse de que el cruel capitán Davy Jones le anda persiguiendo para saldar una deuda. Y no es de esas deudas que uno paga un dinerillo, le embargan otro tanto, le sacan bienes a remate y quedamos en paz. Oh no, esta deuda es sobre almas y trabajos forzados, y esa clase de cosas. Turner da con Sparrow en una isla tropical plagada de caníbales, y desde alllí deberá comenzar la búsqueda del famoso cofre del hombre muerto, que esconde el misterioso secreto de Davy Jones, y de su lindo monstruito mascota, un calamar trugulento llamado el kraken, que se zampa barquitos como canapés y usa los mástiles de mondadientes. Y, por si no lo dijimos, es horriblemente baboso.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

El cine de piratas es una venerable tradición de Hollywood: media carrera del legendario Errol Flynn se debe a sus roles de apuesto corsario inglés en constante guerra con los galeones españoles. Pero después el cine de aventuras de corte clásico pasó de moda, a medida que los efectos especiales iban ganando terreno en el cine, y la atención se fue desviando por tanto de las historias de corte histórico/aventurero a las sagas espaciales con bichos más acojonantes y mundos más extraños o surrealistas (léase "Viaje a las estrellas", "La guerra de las galaxias", "Superman", etcétera). El subgénero del cine de piratas parecía pasado a mejor gloria después de los magros resultados de filmes como "¡Piratas!" de Roman Polanski, o "La pirata" con la comandante en jefe Geena Davis. Pero el mar se volvió a poner de moda después del extraordinario éxito de "Capitán de mar y tierra: La costa más lejana del mundo", y especialmente de "Piratas del Caribe: La maldición del Perla Negra". Esta peli combinaba un saludable sentido de la aventura y el ritmo, como los mejores filmes del mencionado Flynn, con una labor de desmitificación que la hacía un producto entretenido y digerible. Y tuvo un éxito inmediato, y bien merecido. De manera que no podía pasar mucho tiempo antes de la secuela. ¿"Secuela", en singular, dije? ¡No! Desde que "La guerra de las galaxias" y "Viaje a las estrellas" impusieron la moda de las trilogías con segunda y tercera parte pegadas (léase "El imperio contraataca" con "El regreso del jedi", y "Viaje a las estrellas II: La ira de Khan" con "Viaje a las estrellas III: En busca de Spock"), que la maldición no nos ha dejado: ahí están "Mátrix recargado" con "Mátrix Revolutions", "X-Men II" con "X-Men III"... Y ahora, "Los piratas del Caribe" se suman. Sólo esperemos que no hagan Memento II y Memento III...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una más que entretenidísima secuela. No llega al nivel de la original, quizás porque no se esfuerza mayormente en remontar y consolidar la saga como tal, pero cumple sobradamente con lo suyo. Hay una historia un poco más enrevesada, aparecen casi todos los personajes de la primera, incluyendo varios secundarios, los hechos de la segunda son en cierta medida continuación lógica de la primera, y por tanto, se respira un aire de saga que la refuerza bien. Y todo eso, con el toque especial que Verbinski supo darle a la primera.

-- Nuevamente, el trío protagónico está a sus anchas. Johnny Depp roba un poco menos de cámara que en la otra, pero aún así está encomiable como el excéntrico Jack Sparrow. Will Turner, bajado del caballo de Legolas y salido del traje de cruzado de "Cruzada", ofrece un rol de héroe arquetípico, pero por eso mismo, muy funcional. Keira Knightley, un poco más viejita, retoma el rol que la hizo célebre y famosa (y por la cual ya no hace desnudos, snif). Jack Davenport, el prota de la versión inglesa de "Coupling", está casi irreconocible como el villano Norrington, incluso para quienes vieron la primera parte.

-- Davy Jones. Una buena película de aventuras debe tener siempre un villano de alturas. Y éste es uno de los grandes. Repasemos el currículum: se arrancó a sí mismo el corazón porque estaba enamorado, usa barbas de tentáculos, tiene una tripulación conformada por una legión de hombres mariscos salida de la mejor página de DC o Marvel Comics, su barco es capaz de sumergirse, es excéntrico y cruel, consume almas, y para rematarla, tiene a un calamar gigante triturabarcos de mascota. ¡Eso es un pedazo de villano! Por verlo a él en la tercera parte, hasta le perdonamos a esta segunda parte que dejara toda la historia a media marcha y en definitiva no resolviera nada.

-- Tiene secuencias por todo lo alto. La fuga de Sparrow parece una caricatura del nacimiento de héroe milagroso, saliendo de un ataúd en medio del mar, al mejor estilo Moisés. La fuga desde la isla de los caníbales es una sucesión de gags al mejor estilo de los Keystone Cops (pero sin tortazos; si no saben quienes son los Keystone Cops, vuelvan a la guardería, kids). La batalla final tiene sus momentos, aunque como la película queda a media marcha, para que haya una tercera parte, queda no demasiado bien resuelta. Pero el kraken sigue siendo un monstruito de lo más lindo.

-- A ver, el héroe se enfrenta a su lado oscuro y encuentra a su padre en el lado de los malos, el bribón sinvergüenza que le acompaña trata de robarle la chica, el villano tiene armas de destrucción masiva y es omnipresente, y la trama queda sin resolver... Yo he visto eso antes... ¡Ah, sí! ¡Es "El Imperio contraataca", pero en el Caribe! Y yo que decía que "La maldición del Perla Negra" era "La guerra de las galaxias" en el Caribe...

IDEAL PARA: Ver una película de aventuras que de verdad tenga aventura.

[ADDENDA: Posteriormente tuvimos ocasión de ver (¡glup!) y reseñar (¡argh!) la tercera parte, "Los Piratas del Caribe: En el fin del mundo"]...

"La guerra de las galaxias, Episodio V: El Imperio contraataca" (1980).


-- "Star Wars: Episode V - The Empire Strikes Back". Estados Unidos. Año 1980.
-- Dirección: Irvin Kershner.
-- Actuación: Mark Hamill, Harrison Ford, Carrie Fisher, Billy Dee Williams, Anthony Daniels, David Prowse, Peter Mayhew, Kenny Baker, Frank Oz, Alec Guinness, Jeremy Bulloch.
-- Guión: Leigh Brackett y Lawrence Kasdan, basados en una historia de George Lucas.
-- Banda Sonora: John Williams.

-- "El Imperio contraataca" en IMDb.
-- "El Imperio contraataca" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Destruir la Estrella de la Muerte fue sólo el comienzo. El Imperio echa a andar todos sus recursos para perseguir por cielo, mar, tierra y espacio a los rebeldes, quienes están escondidos en un planetucho congelado por entero. Y como el Imperio es el Imperio, a mí que me dicen, pues los encuentran. Envían entonces un escuadrón de camellos de metal a hacer pedazos la base rebelde, cosa que consiguen con relativamente pocas bajas, a pesar de la enconada defensa zelota... quiero decir, rebelde. Los rebeldes salen por pies de circulación, y se dispersan por la Galaxia en busca del punto de reunión. Todos, excepto Luke Skywalker, quien anda viendo por todas partes la figura de su viejo mentor con contrato renovado más allá de la muerte, y que llega a un planeta pantanoso en donde se encuentra con un viejo gagá que habla sobre sus viejos y añorados tiempos como caballero jedi (¡si, Yoda el superratón galáctico reaparece!). Ahora todos afrontarán la prueba definitiva: Han Solo y Leia deberán lidiar no sólo con el Imperio, sino también con sus propios sentimientos, y Luke Skywalker descubrirá el tenebroso secreto de su pasado (como dijo Homero Simpson a la salida del cine: "¡qué final! ¡Quién iba a sospechar que Darth Vader es el padre de Luke!").

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Después del éxito multiestelar de "La guerra de las galaxias", título coloquial de un filme que por ese entonces nadie sabía parte de una macromegachupisaga de sepetecientas entregas, George Lucas anunció que las pelis iban a ser nueve, y que la ya hecha era la cuarta. Ahora iba a realizar la quinta. Con un gran despliegue de esfuerzos. Con nuevos y mejorados efectos especiales. Con más personajes para vender más muñequitos, porque el secreto está en el mercadishing, por supuesto. Para ello llamó a Irvin Kershner, director discreto por donde los haya, y con cierta tendencia a sentarse en el sillón del director de secuelas ("Nunca digas nunca jamás", "El regreso de un hombre llamado caballo", "Robocop 2"). Y mientras el mundo seguía bailando disco, George Lucas dio su segundo golpe. Más afirmado en su universo narrativo, y ahorrándose las siempre engorrosas presentaciones de personajes, este filme resultó ser el mejor de la hexalogía completa.

¿POR QUÉ VERLA?

-- La historia es manejada con buen ritmo y no decae nunca el interés, un gran mérito considerando que en estricto rigor, por ser "la del medio" de la trilogía central, tiene comienzo abierto y final ídem. Las secuencias de descensus ad inferos de Luke Skywalker tienen una profunda carga mítica, vale, pero como Skywalker es tan insufrible como los protas puros, lumínicos y arios de todos los filmes de héroes, tienen el buen tino de condimentar esto con la acción pura y dura de los amiguetes escapándose de las garras del Imperio.

-- Secuencias notables. La carga de los dromedarios imperiales en el planeta congelado. La huída a través de los asteroides. Los primeros diálogos entre Luke Skywalker y Alzheimirito Yoda. El duelo decisivo entre Luke Skywalker y Darth Vader, revelación fatal incluida. Han Solo, convertido en un bonito relieve escultórico. Las pocas, pero contundentes, escenas de Bobba Fett.

-- Dentro del cuadro completo de la hexalogía, al ver en este filme reaparecer a Yoda y descubrir el secreto de Luke Skywalker, además de tener a villanos de opereta como Darth Vader y otros más de segunda fila que condimentan la acción, como Bobba Fett, así como héroes principales, y subtramas secundarias, vemos que este filme entronca derechamente con la más rancia y venerable tradición del folletín decimonónico a lo Alejandro Dumas o Eugene Sue.

IDEAL PARA: Ver un clásico absoluto del cine espacial.

sábado, 19 de agosto de 2006

ESPECIAL MENSUAL Nº 6: MONSTRUOS CLÁSICOS (CON RESEÑA Nº 100).

Y llegamos así hasta dos grandes hitos. Hoy día, 19 de Agosto, se cumplen seis meses desde que comenzó la acelerada carrera de CINE 9009. En apenas medio año, hemos comenzado a hacernos notar poco a poco, el número de lectores aumenta de manera lenta, pero sostenida, y podemos decir con orgullo que ahora... somos más que un simple blog de cine. Y para que vean lo agitada que ha sido nuestra existencia: con este especial hemos completado 100 reseñas (ese honor le corresponde al "King King" de 1933, como no podía ser menos, tratándose de uno de los más grandes clásicos del cine de todos los tiempos). Saquen cuentas sobre nuestra frenética actividad: 100 reseñas en 181 días en promedio son algo más de un posteo cada dos días, casi cuatro posteos por semana, y en un mes promedio de 30 días suman más de 16 posteos. De manera que nuestros lectores antiguos pueden constantemente entrar a CINE 9009 y encontrar cosas nuevas, mientras que los lectores nuevos pueden ahora bucear plácidamente en un amplísimo mar de reseñas, escritas con el estilo inimitable de ya saben quien.
or cierto, decidimos celebrar por todo lo alto con un especial de monstruos clásicos, aquellos filmes que ningún fanático del fantástico puede perderse. Las reseñas incluyen esta vez:

"King Kong" (1933).
"La hija de Drácula" (1936).
"Drácula" (1931).
"El monstruo de la laguna azul" (1954).
"El hombre invisible" (1933).

Como es habitual, nos tomaremos un descansito de una semana tras ésta, para regresar el Domingo 27. Es temporada de secuelas, y en particular de segundas partes: aparte de seguir las reseñas sobre la saga de Star Wars, tenemos en carpeta las reseñas de "Piratas del Caribe: El cofre de la muerte" y "Garfield 2". Y para Septiembre, una vez terminado el ciclo de Star Wars, comenzará uno nuevo: James Bond, todas las películas canónicas, desde "El satánico Dr. No" hasta "Otro día para morir" (aprovechando el inminente estreno de "Casino Real").
Nos estamos viendo en los siguientes seis meses y 100 reseñas... Y esperemos que sigan sumando muchas más.

"King Kong" (1933).


-- "King Kong". Estados Unidos. Año 1933.
-- Dirección: Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack.
-- Actuación: Fay Wray, Robert Armstrong, Bruce Cabot, Frank Reicher, Sam Hardy, Noble Johnson.
-- Guión: James Ashmore Creelman y Ruth Rose, con contribuciones de Leon Gordon, sobre una idea e historia de Merian C. Cooper y Edgar Wallace.
-- Banda Sonora: Max Steiner.

-- "King Kong" en IMDb.
-- "King Kong" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

¿No vieron acaso el "King Kong" de Peter Jackson? Pues es casi lo mismo, pero dura la mitad, y por lo tanto, es el doble de entretenida (o más). Pero para los registros: un cineasta está obsesionado con zarpar cuanto antes hacia una localización en el océano que ni los propios marinos (ni el capitán) conocen. Como esto es película y no se exigen documentos de zarpe ni otras zarajandas, la expedición parte aunque no se sepa el destino. El director en cuestión es famoso por filmar películas en lugares exóticos y salvajes, y ha reclutado a una chica media muerta de hambre para interpretar el papel principal... ¿o no es para eso...? Llevan también granadas de gas, y nadie sabe para qué. Después de un largo periplo, llegan a una isla que, como mandaba el tópico en aquellos años, estaba poblada de nativos incivilizados que a su vez eran restos brutos, atrasados y subdarwinianos de una ignota civilización aborigen extinguida. Dichos nativos le tienen un terror supersticioso, y bien justificado, a un gorila gigante llamado Kong (nota: el nombre del gorila no es "King Kong", sino que en castellano no se tomaron la molestia de traducir lo que sería el verdadero título, "El rey Kong", y por tanto, quedó el título pegado al nombre como apelativo de la criatura). Los nativos se emboban con la actriz principal y la secuestran para ofrecérsela en sacrificio a Kong, pero éste, que muy gorila bruto será, pero también tiene su testosterona, decide no merendársela, y desarrolla una especie de primitiva y bestial pasión animal por ella. Esta obsesión será su perdición, ya que el avispado director decide secuestrar a la criatura y ofrecerla como espectáculo de feria en Broadway. La catástrofe está servida...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

A comienzos de la década de 1930, el cine dio un salto de gigante. Pasó brutalmente del mudo al sonoro, y además, los efectos especiales se pulieron un montón. "King Kong" es el mejor exponente de esta tendencia, ya que sus efectos especiales, si bien bastante envejecidos en la actualidad, eran punteros en aquel tiempo, siendo uno de los primeros filmes que usó el mecanismo de la animación stop-motion. Además, es la primera película (o una de las primeras) que tiene una banda sonora propiamente tal, concebida como un todo orgánico con el resto de la película, y francamente, los arreglos musicales muestran cuán poco ha evolucionado el arte de sonorizar filmes desde esa época hasta ahora, por muchos arreglos computacionales y remasterizaciones que se le metan a las orquestaciones. "King Kong" es en el apartado técnico un clásico, en el histórico un importante jalón fílmico, y en el temático una de las mejores recreaciones del tema de "la bella y la bestia".

¿POR QUÉ VERLA?

-- Consiguió ese casi imposible de crear magia a su alrededor, una magia poderosa y vibrante que consiguió varios remakes y secuelas, ninguno de ellos plenamente logradas (el "King Kong" de 1976, el "King Kong vive" de 1986, o la hiperbólica y sobrevalorada "King Kong" de 2005). Sus efectos especiales serán todo lo chuscos que era la tecnología en 1933, pero era de lo mejorcito en la era predigital, y francamente, el King Kong digital del siglo XXI no ofrece nada mucho más novedoso que el anterior.

-- Es una estupenda encarnación del mito de "la bella y la bestia", algo bien catártico entre el público, porque oiga, el que no tenga algo de bestia y que no haya estado enamorado de alguna bella muy bella, que tire la primera piedra (los gatos nos libramos de sospechas, no tenemos pulgares oponibles para eso).

-- Hay una solapada crítica al "sueño americano". Los viajeros descubren una criatura extraordinaria en un paraíso natural único, ¿y piensan en la ciencia, en el bien de la humanidad, en esas cosas? ¡No! Con mentalidad Rico McPato, se la llevan a Nueva York para explotarla en el negocio del espectáculo. Así es como les va después. Recuérdese que esta película es posterior en cuatro años al crack de 1929, en donde todos los sueños de amas de casa e inmigrantes irlandeses de hacerse ricos especulando en la Bolsa se fueron al suelo, así es que a más de alguien tiene que haberle dolido el mensajito subliminal.

-- Fay Wray es la "chica Kong" original. Y no tiene nada de la ingenuidad que a veces uno asocia con las "chicas buenas" de aquellos años. Lejos de eso, es una pícara de la calle y una superviviente, que sabe aprovechar bien sus encantos femeninos, y por eso tiene un aire de ambigüedad entre la heroína ingenua y la femme fatale, que ninguna otra "chica Kong" (ni Jessica Lange ni Naomi Watts, y eso que ambas son actorazas) ha conseguido emular.

-- Las secuencias de acción son, incluso el día de hoy, bastante sangrientas. Las escenas de travesía son bastante morosas y la película diera la impresión de no querer empezar nunca, pero cuando lo hace, pues bien... No muestra sangre ni nada excesivamente gore, pero hay gente devorada y aplastada, mostrada sin asco alguno. En los enfrentamientos con otras criaturas de la isla, King Kong no es ningún santo: las despeña, les rompe el cráneo, etcétera. Quienes creían que las películas antiguas son más santurronas y muestran menos violencia que hoy, que reconsidere: la cantidad quizás sea menor, y los efectos especiales más paupérrimos, pero la calidad de una muerte por desnucamiento por ruptura de la mandíbula, eso sigue siendo calidad.

-- Curiosamente, una de sus mayores fortalezas es su "espíritu de época", cosas que en esa época eran aceptables, y hoy en día son inadmisibles, y por tanto, generan un efecto de extrañeza. La película es evidentemente racista, y además, King Kong es malvado sin sutilezas, todas cosas que el espectador actual no ve por ninguna parte (puede que sea bueno, puede que sea malo, pero lo cierto es que no se hacen películas así hoy en día).

IDEAL PARA: Cualquier persona (salvo, quizás, niños menores de 7).

"La hija de Drácula" (1936).


-- "Dracula's Daughter". Estados Unidos. Año 1936.
-- Dirección: Lambert Hillyer.
-- Actuación: Otto Kruger, Gloria Holden, Marguerite Churchill, Edward Van Sloan, Gilbert Emery, Irving Pichel.
-- Guión: Garrett Fort, con contribuciones sin acreditar de Charles Belden, Finley Peter Dunne y R.C. Sherriff, sobre una historia de John L. Balderston y un tratamiento de Kurt Neumann (sin acreditar), inspirándose en una sugestión de David O. Selznick basándose en la obra de Bram Stoker.
-- Banda Sonora: Heinz Roemheld.

-- "La hija de Drácula" en IMDb.
-- "La hija de Drácula" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Dos bobbies (ya saben, los policías londinenses) bajan una escalera y descubren el cadáver de un pobre hombre con el cuello roto. Algo más allá descubren una cripta en donde yace el cadáver de un elegante gentleman, con el corazón atravesado por una estaca. En medio de todo ese horror hay un fulano con apariencia de doctor en algo, que con su mejor cara dice "sí, yo lo hice, pero el del fondo ya estaba muerto, lleva muerto algo así como 500 años". El hombre, que se identifica como Van Helsing el cazador de vampiros, está tranquilo y pide la ayuda de un psiquiatra que, según él, es el único capaz de entender lo que ha sucedido ("combatí a un vampiro, ¿algún problema con eso?"). El problema es que el psiquiatra está en la mira de una misteriosa condesa oriental que ha llegado a Londres más o menos al mismo tiempo, y en torno a la cual comienzan a ocurrir algunas extrañas muertes, todas ellas por anemia y perforación con colmillos en el cuello... La condesa se roba el cuerpo de Drácula y lo quema, con lo que involuntariamente le hace un favor a Van Helsing (¿cómo lo van a acusar de asesinato si no hay cuerpo...?), y después hace lo imposible para convencer al psiquiatra de que él, y sólo él, es capaz de deshacer la maldición que pesa sobre ella, porque ella es... ¡la hija de Drácula! (no se hagan, no revelé nada importante, después de todo la película se llama "La hija de Drácula", ¿no?).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Los años '30s en que Adolf Hitler ascendió al poder y los comunistas infestaban Oxford, fueron la época dorada del cine de monstruos. 1931 fue un año clave, en el cual vieron la luz el "Frankenstein" de James Whale (con Boris Karloff) y el "Drácula" de Ted Browning (con Bela Lugosi). Y como la secuela "La novia de Frankenstein" de 1935 forrara los bolsillos de los Estudios Universal con varios verdes, llegó el tiempo de hacer lo mismo con el otro clásico. Claro que "La hija de Drácula" resultó ser la hijita lisiada de la película anterior. Aunque retoma los acontecimientos desde el minuto exacto en que quedó el "Drácula" de 1931, para reafirmar bien su carácter de secuela, lo cierto es que es anodina, aburrida, y con pocos detalles que la rediman como una película medianamente buena. A eso ayuda los intentos de la condesa por verse inquietante, y que se quedan en puros intentos, la verdad.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Tiene alguna que otra secuencia bien lograda. La química entre el psiquiatra y su secretaria, que se la pasan riñendo y peleando toda la película, es innegable. A cambio, los celitos de la secre por la vampiresa parecen casi patológicos, toda vez que la condesa y el psiquiatra no consiguen ni de lejos una atracción fatal estilo bajos instintos. Mejor le van a la vampiresa las mujeres, y eso no es chiste, toda vez que manda a su fiel sicario a secuestrar una, lo que da motivo a una secuencia de mucho morbo contenido en que ella seduce y prepara a una asustada transeunte para merendársela después, incluyendo obligarla a que le muestre el cuello y los hombros desnudos para "pintarla"... (algo que tiene el cine de la época de la censura, es que para mostrar las mismas cosas que hoy en día se ven explícitamente, había que rondárselas mucho más, y por tanto los resultados eran mucho más sucios que ahora).

IDEAL PARA: Ver una de vampiros a la vieja usanza. Pero bien vieja usanza.

"Drácula" (1931).


-- "Dracula". Estados Unidos. Año 1931.
-- Dirección: Tod Browning y Karl Freund (este último sin acreditar).
-- Actuación: Bela Lugosi, Helen Chandler, David Manners, Dwight Frye, Edward Van Sloan, Herbert Bunston, Frances Dade, Joan Standing.
-- Guión: Garrett Fort con diálogos adicionales sin acreditar de Dudley Murphy, y con aportes sin acreditar de Louis Bromfield, Tod Browning, Max Cohen (títulos) y Louis Stevens, basados en la obra teatral de Hamilton Deane y John L. Balderston, sobre el personaje y obra de Bram Stoker.
-- Banda Sonora: Philip Glass (encargada en 1998, la versión original carecía de soundtrack propio por las limitaciones técnicas de la época).

-- "Drácula" en IMDb.
-- "Drácula" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un fulano de apellido Renfield va a meterse a Transilvania, haciéndole desprecios a las supersticiones de los nativos, porque es que ellos serán nativos y conocerán el terreno, pero nosotros somos el Imperio Británico y traemos la civilización, ¿OK? Los nativos le ruegan encarecidamente que no vaya al castillo de Drácula para no transformarse en merienda, pero el inglesito lo hace de todas maneras. El resultado es bastante obvio, para quien haya visto películas de Draki. Pues bien, Draki y su nueva mascota Reinfield emprenden viaje a Inglaterra, alojándose en la Abadía de Cairfax. Allí, la extraña conducta de Renfield comienza a llemar la atención de sus psiquiatras. Para estudiarla llaman a Abraham Van Helsing, un afamado médico que lanza un diagnóstico obvio para el espectador, pero que los protas se lo toman muy a mal: anda un vampiro suelto. La prueba viene cuando accidentalmente descubren que Drácula no se refleja en un espejo. Ahora, la guerra contra das vampire comienza, en particular porque éste anda tras el botín mayor: Mina Harker, la prometida del héroe...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Desde su publicación por Bram Stoker en 1897, la historia de Drácula había impresionado vivamente al público. Sin embargo, el tema de los derechos era complicado. En aquellos años, era frecuente en Estados Unidos que se tomaran gruesas novelas, se les sacara tres cuartas partes del material, y se las hiciera "toga plays", obras adaptadas que el grueso público podía ver en dos horas, en vez de zamparse las y tantas páginas del original. Hollywood se hizo el negocio del siglo adaptando esas toga plays, hasta que los tipos que tenían los derechos de "Ben Hur" dijeron que la adaptación de la toga play de "Ben Hur" violaba sus derechos, demandaron y ganaron. Desde entonces, en Hollywood se anduvieron con mucho cuidado. En 1922 se había adaptado la historia de Drácula, pero para no pagar derechos, la llamaron "Nosferatu". En tiempos de la Gran Depresión, Bela Lugosi (quien había interpretado a Drácula en la toga play respectiva) negoció con la viuda de Bram Stoker los derechos sobre "Drácula". De esta manera, los Estudios Universal se sobaron las manos con el indiscutible éxito que tenían entre las manos: nada menos que la primera adaptación oficial y canónica de "Drácula" para el cine. Los cálculos no fallaron. "Drácula" se transformó en un filme de culto, que marcaría para siempre la mitología popular.

¿POR QUÉ VERLA?

-- A pesar de que hoy en día difícilmente puede decirse del "Drácula" de Tod Browning que infunda algo de miedo, lo cierto es que es una pieza monumental. El mito del vampiro quedó tan bien plasmado aquí, que ha marcado a nuestra cultura popular desde ese entonces. No es exagerado decir que todos los Dráculas posteriores (incluyendo la barroca "Drácula" de Ford Coppola, pomposamente llamada "de Bram Stoker") son variantes más o menos refinadas del Drácula escenificado por Browning, con la muy visible excepción del "Nosferatu" de Herzog, inspirada en el "Nosferatu" de 1922.

-- Bela Lugosi. Su rol más famoso es el del Conde Drácula, y con razón. Miedo, lo que se llama miedo, hoy en día no produce nada, pero respeto, de eso sí, a toneladas. El resto de los actores queda en un discreto segundo y tercer plano, con la posible excepción de Van Sloan como Van Helsing (éste se repetirá el plato en la mediocre "La hija de Drácula").

IDEAL PARA: Amantes del vampiro, y curiosos en general que quieran tener una idea de cómo empezó todo.

"El monstruo de la laguna negra" (1954).


-- "Creature from the Black Lagoon" (título original en inglés), "La mujer y el monstruo" (título en España). Estados Unidos. Año 1954.
-- Dirección: Jack Arnold.
-- Actuación: Richard Carlson, Julie Adams, Richard Denning, Antonio Moreno, Néstor Paiva, Whit Bissell, Bernie Gozier, Henry A. Escalante.
-- Guión: Harry Essex y Arthur A. Ross, sobre una historia de Maurice Zimm, basados en una idea de William Alland.
-- Banda Sonora: Henry Mancini, Hans J. Salter, Herman Stein.

-- "El monstruo de la laguna negra" en IMDb.
-- "El monstruo de la laguna negra" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Una expedición arqueológica en la Amazonia descubre el fósil de una misteriosa criatura palmípeda. El investigador a cargo se marcha con el fósil en cuestión, a fin de buscar apoyo científico. Y lo encuentra en un esforzado macho que acude a la cita, con su hermosa mujercita, y también en un ambicioso tipo vinculado a la institucionalidad científica que, cómo no, en realidad los huesos lo tienen indiferente, pero el apoyo monetario que podría conseguir le vendría muy bien. Cuando llegan a la laguna, los latinos que la estaban cuidando han pasado a tocar el arpa en la orquesta celestial, víctimas de un monstruo no identificado, quizás un jaguar. Pero... ¿alguien cree verdaderamente que se trata de esa clase de bestia? ¡Pues no! Una especie de gigantesco hombre pez de piel coriácea (o eso deberíamos creer, porque la verdad es que huele a caucho desde lejos), nietecito lejano del fósil incrustado en la roca con el cual todo partió, ha estado haciendo de las suyas, en particular cuando la chica se pone un atrevido trajebaño blanco y se mete a la laguna a hacer un poco de ejercicio. Ahora, la cacería comienza.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

La década del '50 fue el reinado indiscutible de la serie B y de las scream queens. Era la época en que los monstruos atómicos caminaban sobre la Tierra, las hormigas crecían y las arañas devoraban humanos con sus poderosas mandíbulas. En esos tiempos surgió este filme que evita el lugar común del holocausto atómico, pero a cambio, nos entrega el lugar común de la criatura sepultada en un paraje olvidado del mundo al cual el hombre blanco yanki occidental jamás debería ir.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una película de monstruos, pero con ciertas pretensiones. Partiendo por los diálogos, verdaderas joyas de declamación que están ahí más para informar al público de los arcanos recónditos de la ciencia de los monstruos olvidados, que para comunicarse los personajes cosas entre sí. Y mejor no hablar del prólogo grandilocuente en donde se nos informa que al principio Dios creó el cielo y la tierra, y el planeta se enfrió durante millones de años, y algunas de sus criaturas evolucionaron para adaptarse al medio ambiente, etcétera (va en serio: de verdad que dicen todo eso). Por supuesto que esto no hace más que desatar un cierto humorismo involuntario, pero vale, eso es un valor añadido, a fin de cuentas.

-- Los, ejem, efectos especiales. Está el repertorio clásico de (d)efectos de la época, como por ejemplo: hombre dentro del traje de hule, explosiones hechas con petardos, etcétera. A cambio, las escenas subacuáticas están resueltas de una manera bastante brillante y realista, y cuentan como lo mejor de la película. Y no se diga nada: el monstruo de la laguna, aunque resuelto dentro de ciertas coordenadas (se mueve como un humano pesadote a pesar de ser una especie de pez-reptil), resulta tan entrañable con sus gruñidos que al final dan ganas de que por una vez en la vida gane el villano, que para eso humanos de reemplazo hay a paladas.

-- Julie Adams en trajebaño. ¡¡¡UFFFFF!!! Con todo lo arcaico del modelito, y sin técnicas de belleza femenina como la silicona y similares, la señorita Adams nada tiene que envidiarle a las bellezas actuales, a una buena parte de las cuales las supera por todo lo alto. Pero no se entusiasmen: es una de los '50s, así es que no hay desnudos ni sexo. Bueno, por otra parte, en las pelis de ahora tampoco hay mucho de eso, porque las chicas están cada vez más pretenciosas, se hacen famosas y ya no filman desnudos. Por lo visto, no han cambiado mucho las cosas desde...

IDEAL PARA: Ver una clásica de monstruos.

"El hombre invisible" (1933).


-- "The invisible man". Estados Unidos. Año 1933.
-- Dirección: James Whale.
-- Actuación: Claude Rains, Gloria Stuart, William Harrigan, Henry Travers, Una O'Connor, Forrester Harvey.
-- Guión: R.C. Sherriff, con contribuciones sin acreditar de Preston Sturges y Philip Wylie, basados en la novela de H.G. Wells.
-- Banda Sonora: Heinz Roemheld.

-- "El hombre invisible" en IMDb.
-- "El hombre invisible" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Hace frío en la campiña inglesa, y la nieve cae a chorros. En un pub hay fiesta con pianola y mucha cerveza. De pronto, todo se congela (metafóricamente hablando) cuando entra un hombre al que no se le ve la piel, cubierto como está de vendas a la manera de las momias egipcias, y con lentes oscuros. El hombre pide una habitación, haciendo gala de malos modales, y desatando las habladurías de los parroquianos. Al cabo de una semana, bien molestos porque el inquilino no ha pagado la cuenta, y además porque tiene unos pésimos modales, los dueños de la posada intentan echarle. Entonces, hacen un descubrimiento horroroso: las vendas son para cubrir un trágico accidente, sí, pero un accidente en el cual el hombre en cuestión ha perdido toda visibilidad. El hombre es, para explicarlo más claramente, aunque usted ya lo habrá deducido por el título de la película, un "hombre invisible". Fastidiado porque no le dejan tranquilo (¡y era que no, si no paga lo que debe!), comienza a hacer travesuras, desde volar un sombrero a un inocente transeúnte, hasta golpear gente impunemente. De esa manera, el hombre invisible se transforma en el blanco humano más perseguido de Gran Bretaña. Poco a poco comienza a develarse su identidad: se trata de Griffin, un científico loco que aspira a conquistar el mundo, y que tiene un único talón de aquiles en la devoción que profesa por su amada Flora. La guerra entre el hombre invisible y la sociedad se torna ahora inevitable, y cada bando usará sus mejores armas...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

La década de los '30s vieron la eclosión en masa del cine de monstruos. En esa época, como en el caso de Drácula, el tema del hombre invisible era aún materia fresca, toda vez que la novela original de H. G. Wells había sido publicada unos 35 años antes (y el autor, dicho sea de paso, aún estaba vivo). James Whale se había ganado el respeto dentro del género con su inevitable clásico "Frankenstein", y fue contratado para llevar al hombre invisible a la pantalla grande. La opción original era Boris Karloff (el Frankestein de la anterior), pero Whale dijo ni hablar, y se quedó con Claude Rains. El resultado fue un filme meritorio en algunos aspectos, mediocre en otros, y sumando y restando, un clásico menor dentro del cine de terror made in Hollywood.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una adaptación relativamente respetuosa de la obra original de Wells. Cuando decimos "relativamente respetuosa", queremos decir que sigue la trama en líneas generales, pero en numerosos puntos se desvía de ella, muy en particular para conseguir algo de espectacularidad (hay una escena de descarrilamiento de tren que no estaba en la novela original, para ser más claros). Por desgracia, ni Whales ni Rains entendieron bien (o no quisieron entender, por mandato de los Estudios Universal quizás) el trasfondo filosófico de la novela wellsiana, y se quedaron con la parte más superficial, la del científico loco en guerra contra el mundo, en vez de explorar al hombre invisible como metáfora de la deshumanización que la ciencia provoca en nuestra sociedad, tema al que Herbert George Wells le daba con toda la artillería en buena parte de sus novelas, y que hoy en día, más de cien años después, sigue siendo plenamente actual (quizás más que nunca).

-- Los efectos especiales están bien logrados. Puede parecer algo pueril insistir en esto, después de la magnífica pirotecnia de los FXs en "Memorias de un hombre invisible" de John Carpenter o "El hombre sin sombra" de Paul Verhoeven, pero consideremos que en los '30s, la industria del efecto especial estaba en pañales. La escena en que se quita las vendas se ve bastante verosímil (si exceptuamos un momento en que la propia cabeza del hombre invisible tapa la parte de atrás de la venda y revela así el fotomontaje), hay una aceptable escena en que el hombre invisible fuma, y en general los trucajes lucen bien incluso para los estándares actuales.

IDEAL PARA: Ver entrando en acción al abuelito de los hombres invisibles en el cine.

[Dato de Trivia, de regalo: Flora es interpretada por una joven y atractiva Gloria Stuart, quien 64 años después hará de abuelita corazón en "Titanic"].

miércoles, 16 de agosto de 2006

"El centinela" (2006).


-- "The Sentinel". Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Clark Johnson.
-- Actuación: Michael Douglas, Kiefer Sutherland, Eva Longoria, Martin Donovan, Ritchie Costler, Kim Basinger, Blair Brown, David Rasche, Kristin Lehman, Raynor Scheine.
-- Guión: George Nolfi, basado en la novela de Gerald Petievich.
-- Banda Sonora: Christophe Beck.

-- "El centinela" en IMDb.
-- "El centinela" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

El Servicio Secreto de Estados Unidos, la guardia pretoriana del Presidente de la nación más poderosa de la Tierra, trabaja activa y diligentemente día y noche para proteger al mundo. En 141 años de historia no ha habido un traidor... hasta ahora. ¿Y cómo se enteran? Fácil. Un soplón que se las arregla para conseguir información privilegiada vaya uno a saber cómo, pasa el dato: "oigan, uno de los de adentro atornilla al revés". El esforzado veterano que interpreta Michael Douglas, da la voz de alerta, pero en medio de todo eso, le llegan unas fotos inquietantes: unas en que aparece con la mujer de Alguien. No quise decir de "alguien" con minúscula, sino de Alguien: es que oiga, miren hacia donde apuntó, es la Primera Dama, nada menos, con la que se revuelca el cochinón... Mientras tanto, un amiguete del Secret Service es abaleado en la puerta de la casa, y el asesinato parece profesional. Toda la investigación queda, para colmo, en manos de un tipo que le tiene sangre en el ojo. Y después, por motivos que nunca entendí bien del todo, el prota es acusado del asesinato del amiguete (parece que por acostarse con la Primera Dama debe mentir, y por eso no pasa el detector de mentiras). Así es que debe desaparecer, mientras Jack Bauer... (ejem, perdonen la asociación, pero es que el tipo e el mismo que protagoniza "24", el Kiefercito Sutherland que le dicen) ...le va siguiendo la pista. Por supuesto que al final todo se conecta: hay un traidor, el traidor trataba de incriminar al prota con el tema de las fotitos, y para colmo, el traidor se descubre de la manera más estúpida posible. Y sí, hay un atentado en camino. Puro "24", si me preguntan.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En los '90s, ser Presidente era asunto para broma. Vimos Presidentes tan payasos como el reemplazante Kevin Kline en "Presidente por un día", el viudo alegre Michael Douglas himself en "Mi querido Presidente", e incluso al cuasihomicida Gene Hackman en "Poder absoluto". Pero desde el 11-9, reirse del Presidente de los Estados Unidos es antiliberal, antipatriota, y por tanto, todas las películas sobre el tema se hicieron muy serias. Incluso en TV aparecieron series de TV apologéticas de Mi Querido Presi, como "The West Wing", "24", "Commander In Chief"... Y volviendo al cine, tenemos esta cosa que en realidad podría haber sido la trama de una mala temporada de "24": aparece el Presidente, hay un complot contra los Estados Unidos, hay un traidor en las filas de los buenos... ¡y aparece Kiefer Sutherland como agente del Gobierno! ¿Es o no un capítulo bastardo de "24"...?

¿POR QUÉ VERLA?

-- Presenta una imagen relativamente verosímil del Servicio Secreto de los Estados Unidos. Y entiéndanme bien: "verosímil" quiere decir que se ve bien cinematográficamente hablando, no que sea ciento por ciento realista. Pero como es una fantasía y no un documental de The History Channel, pues está bien. En cuanto al resto, pues bien... la verdad es que se ve fatal. La trama hace agua por todas partes, hay problemas resueltos con calzador, el informante acudió responsablemente al curso de "aprenda a ser deus ex machina en sólo cinco sesiones", y los terroristas/asesinos brillan por su incompetencia (y nunca sabemos para qué diablos querían hacer su atentado, por lo que ingresan en la categoría de "malos puestos ahí para que los buenos tengan algo que hacer"). Para colmo, los personajes-tipo son interpretados por actores-tipo. O sea, veremos a Michael Douglas haciendo de héroe injustamente acusado como en "Bajos instintos" y "Acoso sexual", a Kiefer Sutherland haciendo de Jack Bauer de rebajas, a Eva Longoria puesta como el florero más bonito de toda la cinta, a Kim Basinger repitiendo el papel de belleza madurona que hiciera en "Los Angeles al desnudo" (con menos ganas y más arrugas)... Y si prestas atención, sabes desde el comienzo, incluso desde antes que empiecen los disparos, quién el traidor. El suspenso viene dado porque te dices a ti mismo: "no, la solución no puede ser tan fácil, algo tienen que enredar esto, ¿no?". No, no lo enredan más. Pero por aquello de describir el Servicio Secreto, por eso sí véanla (por algo que sea, ¿no?).

IDEAL PARA: Bostezar.

"Cuestión de honor" (1992).


-- "A Few Good Men". Estados Unidos. Año 1992.
-- Dirección: Rob Reiner.
-- Actuación: Tom Cruise, Jack Nicholson, Demi Moore, Kevin Bacon, Kiefer Sutherland, Kevin Pollack, James Marshall, J.T. Walsh, Christopher Guest, J.A. Preston, Matt Craven, Wolfgang Bodison, Xander Berkeley.
-- Guión: Aaron Sorkin, basado en su propia obra teatral.
-- Banda Sonora: Marc Shaiman.

-- "Cuestión de honor" en IMDb.
-- "Cuestión de honor" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Guantánamo, Cuba, algunos años antes de que George W. Bush abriera allí un campo de concentración para etnias inferiores de raza semita. En la tibieza de la noche cubana, un par de soldados irrumpen en la habitación de un compañero, lo amarran y amordazan, y ¡ups!, algo sale mal. No se supone que se muriera, pero el recluta se murió lo mismo. Para la defensa del par de soldados en cuestión, ponen a Tom Cruise de abogado defensor, quien, para no quebrar su inveterada tradición actoral, interpreta el rol de la manera más chulesca posible. Para colmo revolotea una abogada que quiere el caso, y medio se mete en él. Se les une otro tipo eficiente en su trabajo y opaco en sus resultados. Juntos, el trío espectral deberán viajar a Guantánamo a entrevistarse con el terrible Coronel Jessep (tiene que serlo: viene interpretado por Jack Nicholson). Ahí empiezan a entrar en sospechas: parece que el accidente no era tal, sino que fue producto de órdenes superiores que se salieron de cauce, órdenes vinculadas con una práctica llamada "código rojo", en la cual se aplican ciertas medidas disciplinas extrarreglamentarias para enderezar a los novatos. Ahora, con la certeza de lo que pasó, pero sin pruebas para confirmarlo (porque nadie es tan tarado para querer hablar), deberán hacer lo imposible para defender a dos homicidas (perdón, cuasihomicidas) que actuaban en cumplimiento del deber...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

La década de los '80s vio el reinado glorioso del cine milicoapologético, en donde los militares yankis eran la cima del mundo, brillaban por sí mismos al sol, y por tanto, tenían todo el derecho de cumplir el Destino Manifiesto de Estados Unidos y esas cosas. Pero todo llega a su fin. El mundo entró en los '90s, el rol de Estados Unidos comenzó a ser cuestionado después de la caída de la Unión Soviética (nada peor para ti que se desplome tu enemigo, porque entonces, ¿contra quién te vas a definir?), y los G.I. Joe pasaron a un discreto segundo plano. En medio de todo esto salió esta película, que plantea una serie de hondos cuestionamientos éticos y morales respecto de la profesión de soldado, de refilón sobre la misión que Estados Unidos se autoaroga de defender la libertad, la justicia y la democracia, y en términos más amplios y generales, aborda el viejo problema de la relación entre los medios y los fines, sobre si el fin justifica los medios, sobre si se puede pelear contra el diablo con las armas del diablo.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una interesantísima película judicial. Pertenece al subgénero de los "filmes con juicio", pero el juicio está tratado con un gran realismo, sin vueltas de tuerca de último minuto ni elaboradas conspiraciones para ocultar la verdad (no recuerdo ni un solo tiroteo en todo el filme). El problema de la película no es descubrir al villano, porque en estricto rigor, no hay ninguno en este filme, sino probar que el acto cuasicriminal fue resultado de una orden directa procedente desde arriba en la cadena de mando.

-- Es también una interesantísima película sobre militares. Existen dos grandes subgrupos de "pelis sobre milicos": el subgrupo de "milicos salvando a punta de pistola la libertad, la democracia y el american way of life", y el subgrupo de "milicos sucios cubriendo su propia mierda y tratando de paso de imponer el fascismo en el mundo". Esta película no pertenece a ninguna de las dos. La visión que entrega del mundo militar es bastante equilibrada, y no pretende hacer apología de ellos, pero tampoco de satanizarlos. Lo que de censurable o encomiable haya en lo suyo, es cosa que en definitiva queda al criterio del espectador. Dato sintomático: el "gran discurso" de la película pertenece aquí, como en "El mercader de Venecia" de Shakespeare, no al héroe, sino al villano... Por cierto, buena parte del realismo de la peli radica en basarse en una obra teatral que, a su vez, está basada en la vivencia de la hermana del autor, que ejercía funciones judiciales en Guantánamo...

-- ¿El fin justifica los medios? Los superiores de Guantánamo tienen muy buenas razones para esconder la verdad. No son villanos simplemente por ambición, sino que son soldados rectos y leales, que incurren en prácticas de ética dudosa estando sinceramente convencidos de que obran lo mejor para su país, y de que dichos costos sirven, en definitiva, para salvar vidas. El Coronel Jessep lo dice crudamente al comienzo de la película: aceptar la transferencia de un recluta significa dejar suelto un eslabón de la cadena, y así poner en riesgo las vidas de sus compañeros, por no hablar de los civiles, y por ende, si es un soldado, deberá ser preparado como tal. No se puede decir de él que sea un incompetente tratando de tapar su propia mierda. O sea, lo que vemos es en definitiva un conflicto humano sobre dos maneras distintas de entender la relación entre medios y fines, y dos maneras distintas de concebir la tearea militar dentro de la sociedad.

-- Rob Reiner. Sin ser un director con un fuerte sello personal, nos ha entregado un puñado de buenísimas películas que hoy en día son pequeños clásicos fílmicos ("Esto es Spinal Tap", "Cuenta conmigo", "La princesa prometida", "Cuando Harry conoció a Sally", "Misery", "Mi querido Presidente"). "Cuestión de honor" sigue la tónica. La película es sólida como una catedral, se nota una dirección firme, y a pesar de ciertas concesiones al cine hollywoodense (lucimiento de actores taquilleros, musiquita ad-hoc en momentos sensibles), está llevada de principio a fin con mano de hierro. Una vieja ley de Hollywood dice que cuando muchas estrellas se congregan en un mismo filme, será algo grande o un bodrio de proporciones. En este caso, por una vez (y sin que sirva de precedente, podría decirse), es lo primero.

-- El elenco está por todo lo alto. ¡Si hasta Tom Cruise y Demi Moore están rescatables! Jack Nicholson aparece poco, pero cuando aparece, hace lo de siempre: robarse la película. Kiefer Sutherland entrega uno de sus mejores papeles, sin caer en la trampa de "hacer de villano", pero sin justificar en exceso a su personaje. Los reclutas metidos en el lío son hasta simpáticos (uno de ellos es interpretado por James Marshall, antiguo héroe de la serie de TV "Twin Peaks", que sigue con la misma cara de pasmado que usara para liarse con la por entonces veinteañera Lara Flynn Boyle). Kevin Bacon está discreto y eficiente, sin pasarse de la raya como se haría después su costumbre en películas posteriores.

IDEAL PARA: Ver una de juicios que confía más en los personajes y en el dilema moral, que en una historia rebuscada y con vueltas de tuerca, y una de militares en donde no son héroes ni villanos, sino seres humanos normales y corrientes, pero con un trabajo "raro".

domingo, 13 de agosto de 2006

"La guerra de las galaxias: Episodio IV - Una nueva esperanza" (1977).


-- "Star Wars" (título original), "Star Wars: Episode IV - A New Hope" (título de relanzamiento). Estados Unidos. Año 1977.
-- Dirección: George Lucas.
-- Actuación: Mark Hamill, Harrison Ford, Carrie Fisher, Peter Cushing, Alec Guinness, Anthony Daniels, Kenny Baker, Peter Mayhew, David Prowse, (la voz de) James Earl Jones.
-- Guión: George Lucas.
-- Banda Sonora: John Williams.

-- "La guerra de las galaxias: Episodio IV - Una nueva esperanza" en IMDb.
-- "La guerra de las galaxias: Episodio IV - Una nueva esperanza" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

¿Es que queda alguien en el Hemisferio Occidental que nunca jamás haya visto las peripecias de Luke Skywalker? Bien, no importa, nuestro deber es reseñar, y lo cumpliremos aunque se salten este párrafo. Una inocente navecita diplomática es capturada por una gigantesca nave nodriza. A bordo de la navecita viaja la princesa Leia, quien es hecha prisionera por el maléfico Darth Vader, un tipo con una armadura de buceo negra, quien anda persiguiendo unos planos que la pizpireta Leia se robó. Los planos, en realidad, van a bordo de R2D2, una máquina sucedánea de grifo de incendios que además es respondona. El y su amigo C3PO van a dar al desértico planeta Tatooine, en donde por esas coincidencias del guión, van a dar a las manos de un joven campesino (¿es que algo crece en ese desierto?) llamado Luke Skywalker. Como los agentes del siniestro Darth Vader llegan hasta la familia de Luke, y a éste no lo matan por puro accidente, Luke decide unir fuerzas a un viejo loco llamado Obi-Wan Kenobi, quien chochea algunas cosas de sus tiempos juveniles, tales como "la Fuerza", "los caballeros jedis", y otras antiguallas. Juntos reclutan a Han Solo, un contrabandista con problemas tanto con la ley como con un usurero llamado Jabba el Hutt. Entre los tres emprenden una destartalada misión de rescate para salvar a Leia de las garras del maligno Darth Vader. Contra toda esperanza, la misión funciona, a pesar de que Obi-Wan se deja el cuerpo y la vida en el campo de batalla, a manos del malvadísimo Darth. Y ahí no acaba la cosa: planos en mano, la fuerza rebelde que intenta liquidar a Darth Vader y compañía, diseña un plan para destruir la Estrella de la Muerte, un gigantesco planeta artificial capaz de reventar a los naturales de un solo disparo.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

El cine de los '70s se había tornado algo serio. En la resaca de los '60s, todo se había vuelto CF clásica/experimental ("2001, Odisea del espacio", "Solaris"), duros bien duros como Harry el Sucio (ver, por ejemplo, "Magnum 44"), o bien subgéneros fílmicos de línea B como el erotismo a la "Emanuelle", los karatekas hongkoneses, el spaghetti western o el blackplotation. En forma paralela, y de manera curiosa, la saga de James Bond estaba evolucionando hacia un tipo de cine familiar, con "El hombre de la pistola de oro" y "La espía que me amó", como si pretendiera llenar un hueco en la cartelera. Ya no había espacio para la nostalgia ni la ingenuidad del folletín o de las seriales dominicales. Tampoco para la creciente oleada mística que cristalizaría en la contracultura New Age que sería el lado luminoso de la siniestra Era Reagan. En ese sentido George Lucas, director que venía de plasmar la nostalgia por los '50s en "American graffiti", siguió en la línea retronostálgica haciendo una película que fuera como esas series dominicales de matineé, pero de alto presupuesto. El resultado es un remake de los dominicales de Flash Gordon (se rumorea que ésa era su intención, pero que los dueños de los derechos el dijeron "no" en la cara). Es bastante famosa la leyenda de que consiguió auspicio cuando hizo un trato multimillonario con los Estudios Fox, quienes creyeron estafar al pobre realizador y resultaron ellos los esquimados (los derechos de la peli para los estudios, y el mercadishing para Lucas... y al final el mercadishing dio mucha más pasta que las películas). También la manía bizantina con la que Lucas trabajó los efectos especiales. George Lucas nunca ha sido un cineasta genial, y en este caso, simplemente se limitó a tomar prestadas algunas ideas de Campbell y Eliade, darles una ambientación pseudofuturista bastante deudora de las seriales de Flash Gordon, y más remotamente de "Metrópolis" de Fritz Lang (y de "2001 Odisea del Espacio" también), para realizar una película entretenida por todo lo alto. ¿Clásica? Quizás por ser el emblema de una generación completa, porque llenó un vacío necesario. No es poco. Es más de lo que se puede decir de "Annie Hall", de Woody Allen, la que ganó Oscar a la Mejor Película en 1977 (¿Annie cuánto dijo?).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una historia o cuento de hadas arquetípico a más no poder. O sea, es la vieja historia de la princesa capturada por el príncipe villano, y el campesino de buen corazón que sale a rescatarla, ascendiendio así en la escala social hasta tocar un sucedáneo de nobleza. Lejos de ser un estorbo, esto es el mejor valor de la película, el plasmar tan fielmente la mecánica de los cuentos de hadas. Y no vengan con que es un clásico de la Ciencia Ficción. Esta película tiene tanto de sci-fi como yo, el General Gato, tengo de perro.

-- Los efectos especiales. Se diga lo que se diga, y no importa cuán remasterizada esté la película actualmente, lo cierto es que sus efectos especiales marcaron un antes y un después, y todavía sigue sentando escuela al respecto. No importa cuántas computadoras Cray 2 utilicen para tratar de crear los ambientes más realistas posibles, ninguna tecnología ha conseguido recrear hasta el día de hoy la sensación de una maqueta detallista y bien construida. Y los efectos sonoros, aunque igualados, difícilmente puede decirse que hayan sido superados.

-- Los actores son todo lo carismáticos que se puede pedir. No por nada quedaron marcados con el papel de por vida (salvo Harrison Ford, pero ¡hey! tres cuartas partes de su filmografía remiten al contrabandista socarrón, pero con corazón de oro, que interpretó en dicho filme).

IDEAL PARA: Ver un filme de aventuras de matinée de alto presupuesto, bien hecho, y clásico.

jueves, 10 de agosto de 2006

"La gente detrás de las paredes" (1991).


-- "The People Under the Stairs". Estados Unidos. Año 1991.
-- Dirección: Wes Craven.
-- Actuación: Brandon Quintin Adams, Everett McGill, Wendy Robbie, A. J. Langer, Ving Rhames, Sean Whalen, Bill Cobbs, Kelly Jo Minter.
-- Guión: Wes Craven.
-- Banda Sonora: Don Peake.

-- "La gente detrás de las paredes" en IMDb.
-- "La gente detrás de las paredes" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En un barrio plagado de escoria nigga, una familia está a punto de ser lanzada de su departamento por no pagar el arriendo. Un delincuente negro de poca monta, pero con un corazón de oro, ha asaltado una joyería, y ha descubierto un mapa que le permitirá hacer el gran robo contra sus arrendatarios. Recluta para eso a un niño pequeño y a un amiguete con los cuales dará el golpe. Pobrecillos, este trío, no saben con quién se meten. Porque los dueños de la casa en cuestión son unos perturbados sicóticos que maltratan psicológica y físicamente a su hija, y además, mantienen a un grupo de subhumanos bajo el sótano. Nada más entrar, el trío es despachado con enorme rapidez. Sólo el niñito sobrevive, y como manda el lugar común, se hace amiguito de la niña. Ahora, ambos deberán contender con la gente detrás de las pareedes, los psicopáticos dueños de casa, y su perro malas pulgas.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En 1991, la Era Reagan (bajo su sosías Bush padre) llegaba a su ocaso, y con ella, el terror de asesinos seriales que de allí recibía su alimento nutricio. Wes Craven se había hecho la América con su invención del asesino Freddy Krueger en "Pesadilla en la calle Elm", y profitaba de ella filmando películas de terror de ciertas pretensiones, habida cuenta de que eran producciones con clara vocación de serie B. De ahí que "La gente detrás de las paredes" huela a intento de obra maestra del terror, pero que en su desarrollo se vaya desinflando como globito pinchado. Y es que la Era Reagan terminaba, y terminaba en serio. Y es que Wes Craven es un cineasta más que irregular, por lo demás. Más que terror, esta película inspira lástima: a ratos parece más un remake de "Mi pobre angelito", que una peli de terror hecha y derecha.

¿POR QUÉ VERLA?

-- La película parte de una estupenda idea. Como suele ocurrir en el cine de Craven, el planteamiento está lleno de simbolismos. El más fuerte de ellos es, por descontado, los dos jóvenes inocentes (el niño y la niña) que como nuevo Adán y Eva, deben sobreponerse al mal que trata de atenazarlos. En medio de esta guerra están las gentes atrapadas debajo. O sea, esta película explota abiertamente ideas procedentes del gnosticismo cristiano, década y media antes de que el "Código da Vinci" hiciera lo mismo. Ahora, una buena idea no es sinónimo de una buena película. Lejos de crear atmósferas y ambientes adecuados, la descripción de los villanos con tintes de brocha gorda, más algunas caídas y persecusiones dignos de Bugs Bunny, la hacen parecerse a veces a Macaulay Culkin lidiando con los hampones de "Mi pobre angelito", como ya vimos. El final no puede ser más cutre, y da la idea de que los villanos se mueren entonces y no antes ni después porque la película había que acabarla en algún minuto.

IDEAL PARA: Ver cómo se puede despilfarrar del modo más derrochador posible una estupenda idea.

"Poseídos" (1998).


-- "Fallen". Estados Unidos. Año 1998.
-- Dirección: Gregory Hoblit.
-- Actuación: Denzel Washington, John Goodman, Donald Sutherland, Embeth Davidtz, James Gandolfini, Elias Koteas.
-- Guión: Nicholas Kazan.
-- Banda Sonora: Tan Dun.

-- "Poseídos" en IMDb.
-- "Poseídos" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un policía negro y jactancioso, pero también de buen corazón e incorruptible (interpretado, ¡qué sorpresa!, por Denzel Washington) le hace la última visita a un psicópata que está en el corredor de la muerte. Al tipo lo ahogan con gases, y el caso parece estar cerrado. Pero como esta es una mezcla de policial a lo "Siete pecados capitales" con algo de terror de por medio, pues no, los asesinatos no terminan. Empiezan a apilarse los cadáveres. Las dudas recaen primero sobre un asesino imitador, sobre un posible policía involucrado, sobre un culto satánico... Y finalmente, era que no (en las pelis es siempre lo mismo) sobre el propio impoluto y puro protagonista. En medio de todo esto, el poli aprende un par de cosas desagradables, como por ejemplo que en el mundo anda un demonio suelto llamado Azazel, que no tiene mejor ocupación en esta vida que martirizar a nuestro noble y esforzado policía, en vez de provocar el holocausto nuclear, incendiar una refinería petrolera o algo por el estilo. Por supuesto que la familia del poli se ve amenazada, hay una chica que comienza a ayudarlo, y... ¡un momento! ¿Tengo que reseñar todo eso? ¿Acaso ustedes no lo veían venir...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

La película "Los siete pecados capitales", de David Fincher, marcó un antes y un después en materia de terror policial y psicológico, por su lenguaje cinematográfico cargado de referencias videocliperas y su fijación con temas casi metafísicos (qué es el mal, cómo enfrentar al mal, cómo éste se esconde, quién se robó mi propina). "Poseídos" es una de esas películas que busca (o buscó, mejor dicho) explotar esa veta. No es que no lo intentara. Poner de bueno a un policía negro interpretado por Denzel Washington obligaba a delinear el personaje con contornos bastante divergentes al policial típico. Sin embargo lo arruinan con una trama rebuscada de ideas interesantes, pero desarrollada con una espantosa falta de sutileza.

¿POR QUÉ VERLA?

-- El final. Es casi lo único rescatable. Y es que el desarrollo de la trama es enormemente lastimoso. Digamos, por ejemplo, que las reglas para la supervivencia de los demonios que se explican, están plagadas de incongruencias (¿por qué necesita propagarse por contacto físico si cuando el huésped muere pueden difundirse por el aire? ¿Y cómo demonios se propagan a través de la ropa, si lo que se requiere es contacto físico directo?). No funciona ni como metáfora del SIDA, y eso que ésa es una analogía fácil (y sobreexplotada desde el "Drácula" de Coppola y "Alien 3" en adelante). Pues bien, todo confluye en un final digno y bastante aceptable. Aunque es para valientes, porque previo al final hay dos horas de una película soporífera hasta decir basta. Y, pensándolo bien, hasta el final huele chamuscado, con el aroma propio de quien dijo "¡oh, sí, y ahora haremos la serie de televisión que prosigue los eventos de la película!". Gracias a Dios, nadie la hizo (hasta donde sabemos).

IDEAL PARA: Averiguar qué están dando en el canal vecino.

domingo, 6 de agosto de 2006

"La guerra de las galaxias, Episodio III: La venganza del Sith" (2005).


-- "Star Wars: Episode III - Revenge of the Sith". Estados Unidos. Año 2005.
-- Dirección: George Lucas.
-- Actuación: Ewan McGregor, Natalie Portman, Hayden Christensen, Ian McDiarmid, Samuel L. Jackson, Jimmy Smits, Frank Oz, Anthony Daniels, Christopher Lee, Keisha Castle-Hughes, Silas Carson.
-- Guión: George Lucas.
-- Banda Sonora: John Williams.

-- "La guerra de las galaxias, Episodio III: La venganza del Sith" en IMDb.
-- "La guerra de las galaxias, Episodio III: La venganza del Sith" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Han pasado algunos años desde los incidentes del Episodio II, que desataron las Guerras Clones. Los separatistas rebeldes han lanzado un ataque final contra Coruscant, el planeta ciudad, y han secuestrado al Canciller Palpatine. Obi Wan Kenobi se lanza al rescate junto con su discípulo Anakin Skywalker. Salen triunfantes de la misión: rescatan a Palpatine, se deshacen del Conde Chócula... perdón, del Conde Dooku, y el malvado General Griveous debe batirse en retirada. Pero Anakin comienza a tener visiones de muerte otra vez: ahora podría ser que a su esposa le tocara la china. El único que tiene la clave para salvarla parece ser Palpatine, que ¡ups! no sólo resulta ser un sith, uno de los odiados enemigos de los jedi, sino que además ha estado dirigiendo en las sombras todo el complot, manipulando a su amaño a los separatistas, a los comerciantes y a la República para conseguir plenos poderes de ésta, y dar su propio golpe de estado. Y los jedi están perdidos por toda la galaxia, en apariencia tratando de erradicar a los separatistas, sin sospechar que sus propios clones los traicionarán... Y como casi todo el mundo ha visto la trilogía central, no importa revelar el final de esta película: Anakin Skywalker es dado por muero por Obi Wan Kenobi y rescatado por el ahora flamante Emperador, Padmé Amidala da a luz a gemelos y después muere, los gemelos son puestos a salvo, los jedi parten al exilio, y el Imperio comienza la construcción de la primera Estrella de la Muerte.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

George Lucas sorprendió a todos cuando, siendo el menos político de los cineastas de su generación, dijo que la primera trilogía, integrada por "La amenaza fantasma" y "El ataque de los clones", además de "La revancha del Sith", era sobre la descomposición de la libertad y los valores republicanos en aras de la tiranía, tema sumamente sensible en Estados Unidos por la manera en que George W. Bush y los carcinomas del ritmo han estado aniquilando una a una las libertades civiles de las que tan orgullosos se sentían en el país de las stars and stripes. Ese ambiente es mucho más palpable en esta película que en las anteriores de Star Wars. Y George Lucas, en esta ocasión, echó toda la carne a la parrilla. Después de los mediocres resultados de "La amenaza fantasma", y el discreto éxito de "El ataque de los clones", "La venganza del Sith" tenía que ser un éxito, no sólo de público, sino también de calidad. Además, debido a que se sabe como termina la cosa, y termina mal (de lo contrario no habrían Episodios IV, V y VI), George Lucas no podía errar el tiro. El resultado es una cinta que, aún con algunos fallos evidentes, es más que interesante, probablemente la segunda mejor de la saga detrás de "El Imperio contraataca".

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es la película que amarra todos los cabos sueltos de la mitología Star Wars. Algunas de esas amarras son forzosas a más no poder, eso de acuerdo, pero son amarras, a fin de cuentas. En esta película se muestra la caída de Anakin Skywalker hasta volverse Darth Vader... malamente interpretada por Hayden Christensen, como de costumbre, pero en fin.

-- George Lucas tomó nota de los errores de las dos entregas anteriores, y los pulió al máximo. La historia tiene ahora un tono mucho más adulto, las escenas de acción estilo Resident Evil están reducidas al mínimo (salvo la secuencia inicial), y Jar Jar Binks aparece apenas en un breve cameo.

-- Hay algunas secuencias individuales notables. La conversación en el palco de la ópera entre Palpatine y Anakin es una valiosa oportunidad para entrever la filosofía "del otro lado", de los villanos oficiales, y en definitiva ésta no suena demasiado diferente a la de los jedi, si me preguntan... La secuencia en donde Palpatine desata la "iniciativa 66" también alcanza una cuota de lirismo bastante por encima del estándar de la saga. Y el despertar de Darth Vader, montado en paralelo con la agonía de Amidala, tiene una honda connotación poética. Por cierto, la escena de la conversión final de Anakin en Darth Vader, es un claro y sensible homenaje al nacimiento de Futura (A.K.A. Parodia), la robot hembra de "Metrópolis" de Fritz Lang.

-- Como en las dos entregas anteriores, quienes se robaron la película en cada fotograma que aparecieron fueron Natalie Portman como Padmé Amidala, e Ian McDiarmid como Palpatine. De hecho, uno puede preguntarse como una chica tan bella y aterrizada puede enamorarse de un pelele arrogante, estúpido e infantil como Anakin... además de llevarle como ¿cinco, diez? años de ventaja, si recordamos que en el Episodio I ella era adulta y él todavía un chico sin despegarse de sus pañales. Si hubiera escrito yo el guión, la emparejo con Yoda: tendrá una espada jedi chica, pero lo compensa con su inteligencia, se supone, ¿no?

-- Y para el final, una siniestra sugestión: ¿es la caída de Anakin Skywalker en el lado oscuro, cegado por la codicia y el deseo de poder, un mea culpa inconsciente de George Lucas, hace tiempo vendido al poder del dinero y que profita de una franquicia con la cual dio en el clavo casi por casualidad? ¿No será acaso entonces Lucas el sith que se toma revancha de los "buenos" que le han enrostrado su afán comercial, en desmedro del arte y la calidad...?

IDEAL PARA: Amarrar cabos sueltos, ver algo de cine político disfrazado de sci-fi, y en general disfrutar de un entretenido filme de aventuras.

miércoles, 2 de agosto de 2006

"Superman regresa" (2006).


-- "Superman Returns". Australia / Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Bryan Singer.
-- Actuación: Brandon Routh, Kate Bosworth, Kevin Spacey, James Mardsen, Parker Posey, Frank Langella, Sam Huntington, Eva Marie Saint, Marlon Brando, Kal Penn, David Fabrizio.
-- Guión: Michael Dougherty y Dan Harris, sobre una historia de éstos y de Bryan Singer, basados en los personajes creados por Jerry Siegel y Joe Shuster.
-- Banda Sonora: John Ottman.

-- "Superman regresa" en IMDb.
-- "Superman regresa" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Los astrónomos descubren en el espacio exterior la ubicación del planeta Krypton. Superman viaja, y por tanto, desaparece durante cinco años. En el intertanto, Lex Luthor ha salido de la cárcel, se ha quedado con la fortuna de una viudita ingenua, y luego emprende una expedición al Artico, hasta la mismísima Fortaleza de la Soledad, en donde se roba unos cuantos cristales, descubriendo entonces que éstos funcionan como semillas: basta con regarlos con agüita para que cristalicen todo lo que encuentran a su alrededor. Mientras tanto, en la granja de los Kent, una estrella de Reyes Magos cae a la Tierra: es Superman quien regresa. Clark Kent la tiene difícil. Ha pasado el tiempo, y tiene que reinsertarse en la sociedad. ¿Desapareció Superman acaso para siempre? Pareciera ser, en particular porque su interés romántico, la pizpireta y despistada Lois Lane, tiene un hijo y está comprometida con un fulano algo más terrenal que su antiguo amorcito alienígena. Lástima, eso sí, que se embarca en el avión que está destinado a sufrir un percance. Porque sólo Superman la podrá salvar de ésa. Y sí, como es obvio, Superman la rescata. Sin embargo, ¿podrá Superman lidiar contra el satánico Lex Luthor y detener sus planes para masacrar a media Humanidad? Y muy en particular, ¿conseguirá Supie hacerse de un lugar en el corazoncito de su antiguo amor...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Después de la inenarrablemente mala "Superman IV", y de la salida de Christopher Reeves de la franquicia, parecía que no habrían más filmes de Superman. Se habló de una larga serie de proyectos, se dijo que Tim Burton iba a dirigir, que Nicholas Cage iba a ser Superman (¡sí, eso se dijo!), y etcétera. Nada prosperó. Los '90s eran malos tiempos para el ideal mesiánico del Ubermensch de capa azul, como lo prueba el despegue de la franquicia DC que es su reverso: la saga de Batman, el individualista en mallas. Pero con la llegada de George W. Bush al poder en los Estados Unidos, los salvadores mesiánicos que lo arreglan todo por la fuerza bruta se pusieron otra vez de moda. De este modo, el consorcio formado por DC Comics y Warner Bros. consiguió sacar adelante la versión Bush de Batman, con "Batman inicia" de Christopher Nolan. Eso, como aperitivo para la versión Bush de Superman. Porque no se engañen: este filme es en realidad un remake bastardo del "Superman" de 1978, pero con el mensaje mesiánico de fondo aún más cargado (y eso que la historia original de Mario Puzo para "Superman" y "Superman II" ya tenía lo suyo), para que no queden dudas de que el ideal de la libertad, la justicia y el american way of life es para todo el mundo. Y no ayuda a establecer diferencias el hecho de que Singer haya sido tan respetuoso con la historia, la estética y las soluciones visuales del filme de Richard Donner, e incluso que hayan alusiones sutiles que permiten reconocer a este filme como continuador directo de "Superman II". Lo que no es un mérito, precisamente. Después de todo, desde ese entonces hemos tenido enfoques diferentes sobre el héroe en la serie de divbujos animados de Superman, y también en ese adorable culebrón serie B que fue "Lois y Clark: Las nuevas aventuras de Superman"... ¡Ahí está, lo encontré! Esta película es "Lois y Clark", pero con presupuesto millonario, y con soluciones cinematográficas a lo Donner. Lo que, bien mirado, no es un plus, que digamos...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Si alguien dudaba que Superman es el mesías, es tiempo de abandonar la incredulidad y abrazar la Verdadera Fe. Superman es el Nuevo Cristo. Sin ambages. En la película está clarísimo. Nace simbólicamente cuando regresa a la Tierra desde el espacio exterior en una especie de sucedáneo de la Estrella de Belén. Satán Luthor se rebela contra Superman-Dios robándole sus cristales y usándolos para alterar el orden natural bendecido por Supie. Y la secuencia final es un bebedero de todas las historias sobre la Pasión y muerte de Cristo, que ya se la hubiera querido Mel Gibson para sí. No adelantaremos detalles para no arruinar la sorpresa, pero sí digamos que hay elementos cristianos gnósticos que a más de alguien pueden recordarle otro gran clásico del cine de Gnosticismo Pop-Corn, como era "El código Da Vinci".

-- Bryan Singer. No es su mejor película, no es la más inspirada de todas, pero aún así, Singer demuestra por qué es uno de los directores más respetados de Hollywood, hoy por hoy. Además de que la historia es suya (lo que es un dato anecdótico, porque el plan de Luthor es casi el mismo que en "Superman", pero ahora en el Atlántico en vez del Pacífico), hace gala de su exquisito trabajo en el arte de la composición visual. La secuencia del regreso de Superman a la Tierra, con una alusión fugaz a la "Pietà" de Miguel Angel, está muy bien resuelta, así como toda la secuencia en donde Superman es debilitado por la kriptonita y queda a merced de Lex Luthor. Conseguir que se vea digna una escena tan chulesca como Superman traspasando las nubes con un glorioso rayo de luz tras de sí, es en sí misma una proeza, y si no, díganselo a Tom Cruise haciendo el ridículo más supino en una escena similar de "Misión Imposible II".

-- Brandon Routh. Pese a la mala campaña en su contra, se las arregla para componer un más que digno Clark Kent. Cuando maullo "más que digno" me refiero, por supuesto, a un estándar promedio, porque el Clark Kent definitivo fue, sin dudas, el de Christopher Reeves, y hacer un trabajo interesante bajo esa sombra gigantesca es, sin lugar a dudas, todo un reto, en particular para un actor con su brevísimo currículum. Como Superman, en cambio, desmerece un poco, aunque uno puede preguntarse si el problema es su estampa poco heroica, o acaso el traje de látex/huleespuma que lo hace ver, pues bien... ¿cómo decirlo con suavidad...? ¿"Amariconado", sería una palabra sutil...?

-- Los secundarios. Kevin Spacey compone un Lex Luthor bastante interesante, aunque todavía demasiado en la línea de Gene Hackman. Eso funcionaba para el "Superman" de 1978, pero desde ese entonces ha corrido agua debajo de los puentes, y ya hemos visto un Lex Luthor mucho más cizañero y maquiavélico en la serie de dibus que se hizo a finales de los '90s. Del resto de los secundarios, se roba la película el venerable Frank Langella, a quien hace poco vimos en "Buenas noches y buena suerte", como un Perry White menos gritón y más bon vivant que el interpretado por Jackie Cooper en las cuatro anteriores. Mención especial para Peta Wilson, haciéndose notar en un rol casi invisible (de hecho, sin aparecer en los créditos principales) como la guía del avión que vuela derecho hacia el desastre. ¡Si incluso James Mardsen se las arregla para estar hasta simpático, como el tercero en disputa por Lois Lane! (Mardsen era el chulo Cíclope en "X-Men", "X-Men II" y "X-Men III"). El manchón negro es Kate Bosworth. Nadie duda que la chica tiene el encanto de la niña/mujer, y verla en pantalla con la boquita entreabierta y anhelante tiene su morbo, pero como Lois Lane cuesta preguntarse de dónde saca sabor para ser la mulher mais gostosa do mundo para Superman. No en balde, su mejor crédito anterior había sido como la surfista prota de "Olas salvajes"...

IDEAL PARA: Ver el upgrade v.2006.1. del "Superman" de Donner/Reeves/Hackman.

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