11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 13 de septiembre de 2007

"La vie en rose: La extraordinaria vida de Edith Piaf" (2007)


-- "La Môme". Francia / Inglaterra / República Checa. Año 2007.
-- Dirección: Olivier Dahan.
-- Actuación: Marion Cotillard, Sylvie Testud, Pascal Greggory, Emmanuelle Seigner, Jean-Paul Roure, Gérard Depardieu, Clotilde Courau, Jean-Pierre Martins, Catherine Allégret, Marc Barbé, Caroline Sihol, Manon Chevallier, Pauline Burlet, Elisabeth Commelin, Marc Gannot.
-- Guión: Olivier Dahan e Isabelle Sobelman.
-- Banda Sonora: Christopher Gunning, y canciones de Edith Piaf.

-- "La Vie in Rose" en IMDb.
-- "La Vie en Rose" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

1959. Una mujer fea como un engendro del demonio, pero con un peazo voz que conmueve hasta el basalto volcánico, está cantando en el escenario, cuando de pronto se desploma. Es el momento más crítico en la vida de Edith Piaf, que a sus tempranos y avejentadísimos 44 parece estar por fin finiquitada, derrotada por ese romance sensual que siente por sus inyecciones de morfina. Es el momento, por supuesto, para regresar en el tiempo, examinar la infancia, y todas esas cosas que hace la gente en momentos de crisis, en los biopics desde que el cine es cine. Asistimos así al abandono de su madre en manos de su abuela, al abandono de su abuela a que se cuide a sí misma, al abandono de su padre en brazos de su otra abuela (regenta de un prostíbulo, ¡ups!), a la separación forzosa respecto de aquellas prostis con corazón de oro que son las únicas que la querían (snif), y después, a sus arduos comienzos como cantante callejera, cantante de cabaret, cantante de lo que sea que sea... Hasta que viene el momento del triunfo... Los sinsabores de la fama... Los nuevos triunfos... Los nuevos sinsabores de la fama... Nada que no hayamos visto en "Behind the Music", claro está.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

El cine está trufado de biopics sobre artistas que vivieron el infierno en vida, las pasaron canutas, y después pudieron triunfar, con grandes apoteosis con aromas de santidad al final de todo, para mostrar que el sentimiento por la vida es más fuerte que el sufrimiento sublimado en música, blah blah blah. A la memoria se me vienen "The Doors", "Ray", "Johnny y June: Pasión y locura", y no se me vienen más a la cabeza, pero se me ocurrirán, porque de haberlas, las hay. El atractivo de estas historias es que ofrecen existencias atormentadas de culebrón con las cuales el cine puede identificarse. ¿Es esto malo? ¡Por supuesto que no! Nadie va al cine o lee un libro porque sea profundo o densamente filosófico (bueno, algunos sí, pero hablamos de gente normal y no de catedráticos universitarios). Lo que la gente pide es circo, y por lo tanto, mientras más conflictivo sea el biografiado, más material para explotar. Era cuestión de tiempo antes de que alguien se fijara en Edith Piaf, la abuelita de las rockstar actuales, que vivió rápido (y medio drogada, o tres cuartos de drogada), y se despachó joven, a los prematuros 48, aunque arrugada como uva pasa, acabada por las drogas, después de haber sufrido cuanta miseria puede sufrir una persona... Pero feliz con la vida por todo lo que le ha dado (snif)...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Marion Cotillard. Esta película la ha puesto bruscamente en el mapa internacional, y con razón. Hasta el momento había hecho alguna que otra película de interés, fundamentalmente en el cine francés, y había saltado a Hollywood con roles ultrasecundarios como la esposa del prota en "El gran pez" (la de Tim Burton), y había hecho algo de ruido poniéndose guapa para Russell Crowe en "Un buen año". Como sucedió con Charlize Theron en "Monster", la Cotillard tuvo que afearse hasta lo ridículo para que lucieran sus roles actorales, bien escondido detrás de sus, ejem, otras cualidades. Ver a la Cotillard en esta película es ver a Piaf en acción. Cierto es que la bebé Piaf y la niña Piaf son interpretadas por las actrices infantiles de rigor, pero la Cotillard se encarga de darle vida a Edith desde el final de adolescencia hasta su muerte, y hace una presentación absolutamente fina, haciendo evolucionar a su personaje desde la chica no demasiado convencida de su destino histórico, hasta una diva prisionera de sus gestos y manierismos y, por qué no decirlo, una caricatura de sí misma. Ayuda, por supuesto, la extraordinaria caracterización llevada a cabo por el Departamento de Maquillaje, haciendo que las facciones de la Cotillard desaparezcan casi por completo debajo de las distintas edades del personaje, caracterización por la cual más de alguien en el Departamento de Maquillaje debe haber acabado con colapso nervioso por la recarga de trabajo.

-- ¿Diremos "por Olivier Dahan"? Bueno, démosle algo de crédito al director, que lo hizo notablemente bien. La peli no es una obra maestra de la dirección escénica, y tiene por aquí y por allá algunas soluciones dizqueintelectuales, pero en general se limita a contar el cuento, y lo cuenta bien. Personalmente no hubiera apostado por Olivier Dahan para el trabajo, considerando que la mayor luz de su currículum es la entretenida, pero insubstancial, "Los ríos de color púrpura 2: Los ángeles del Apocalipsis". Aunque por otra parte algún acercamiento tenía con el mundo musical, dirigiendo el videoclip de "Salvation" para The Cramberries (les hizo un favor, porque el video, sin ser una maravilla, mejoró harto la canción; por cierto, hay una miga de ironía en que esta peli sobre una morfinómana venga firmada por un tipo que hizo una década antes un videoclip tipo "say no to drugs").

-- La película tiene un excelente ritmo. Tomen nota de que dura casi dos horas y media, bastante larga incluso para un biopic (ya han visto lo fatigosa que es "Gandhi"... si han aguantado hasta el final), más si se considera que la vida de Edith Piaf no es precisamente material narrativo de primera (romance tras romance tras romance, canción tras canción, inyección tras inyección tras inyección, puede ser algo agotador después de la primera hora). Pero las casi dos horas y media prácticamente no se sienten, a no ser por algunas concesiones al culturetismo al final, durante la larga, laaaaaarga agonía (con algunos rápidos flashbacks para mostrar material que seguramente no cabía en otra parte, y con mal criterio, decidieron no relegarla a la edición especial en DVD). Aparte de este detalle, insignificante si se considera que en un biopic el final suele ser lo de menos (si es una peli biográfica, se sabe que el biografiado tiene que morirse al final, ¿no?), la película no se siente cansadora en ningún minuto.

-- Canciones de Edith Piaf. Ya he insistido antes (concretamente en "Los Estados Unidos contra John Lennon"), en la mala costumbre que tienen algunos directores de pelis sobre artistas, en usar material que no venga del artista, y preferir incluso la música incidental por sobre la música del artista biografiado. Bien, por suerte, ese error no lo cometen aquí. Es más: salvo unas tres o cuatro canciones, todo el material que escuchamos es el original de Edith Piaf (por tanto, la Cotillard fue doblada al cantar). Y es que las canciones de Edith Piaf... ¡son las canciones de Edith Piaf! De otra manera nadie hubiera podido aguantar a ese engendro malacatoso, y feo por añadidura (sí, la Piaf era fea como un ogro, ¿qué pasa con eso, no han visto fotos de ella acaso?).

-- Por cierto, al retitular la película como la canción más famosa de Edith Piaf ("La vie en rose") se pierde el detallito irónico de que la peli se llama "La môme", o sea, "La niña" (el primer nombre artístico de ella era "La Môme Piaf"). Y es que la describe de cuerpo entero, porque en verdad el pequeño engendro nunca dejó de ser en el fondo una niña chica y abandonada, que se había acostumbrado a no amar y a no ser amada, y que por lo mismo, al llegar al estrellato, era incapaz de comportarse como un adulto maduro y normal. Así es como le fue. Pero su desgracia personal fue nuestra fortuna, porque de ahí sacó el pathos para esta buena película... Admítanlo, a ustedes también les gusta congratularse con la desgracia ajena.

IDEAL PARA: Conocer a Edith Piaf y encariñarse con su música (con la música y no con ese pequeño reptil francés).

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