11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 29 de noviembre de 2007

"Bourne: El ultimátum" (2007).


-- "The Bourne Ultimatum". Estados Unidos. Año 2007.
-- Dirección: Paul Greengrass.
-- Actuación: Matt Damon, Julia Stiles, David Strathairn, Scott Glenn, Paddy Considine, Edgar Ramírez, Albert Finney, Joan Allen, Tom Gallop, Corey Johnson, Daniel Brühl, Joey Ansah, Colin Stinton, Dan Fredenburgh, Lucy Liemann.
-- Guión: Tony Gilroy, Scott Z. Burns y George Nolfi, sobre una historia para la pantalla de Tony Gilroy, vagamente basados en la novela de Robert Ludlum.
-- Banda Sonora: John Powell.

-- "Bourne: El ultimátum" en IMDb.
-- "Bourne: El ultimátum" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Moscú. Tienen a Jason Bourne en la mira. Pero Bourne es muy Bourne, y se les escapa. De manera que ahí tienen a la CIA otra vez haciendo el payaso. En particular cuando uno de sus agentes decide darle alfombra roja a la lengua, y denuncia la existencia de Jason Bourne como agente que trabaja para la CIA. La CIA se entera, por supuesto, pero piensa que es una buena oportunidad de darle caza por fin a Jason Bourne, iniciando entonces la persecusión. En la mira está el periodista que se metió allí donde no debió haberse metido, claro está, y Bourne se las arregla para contactarlo ganándole por pies a la CIA. Pero el periodista, no demasiado habituado a esto de estar en la línea de fuego, decide ponerse nervioso... Y ahí tenemos a Jason Bourne otra vez, ya no salvando el mundo ni el día, sino corriendo por su propio pellejo, en una carrera que lo llevará a través de los financistas de Madrid, los vericuetos de Tánger, y finalmente, a un epifánico encuentro con su propio pasado en Nueva York, cuando por fin descubra los secretos de Treadstone, y esté en posición de lidiar contra sus sucesores en Blackbriar...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Algún inspirado tuvo la buena idea, por allá en el 2002, de realizar una peli llamada "Identidad desconocida" (en realidad, el título original es "The Bourne Identity"). La peli estaba basada en una novela de Robert Ludlum, aunque con el correspondiente upgrade, ya que las novelas iban de Vietnam, mientras que éstas se emplazan en el mundo post 9-11. Fue la película justa en el momento justo. Al igual que "24", la saga fílmica de Jason Bourne lidió con los temas del terrorismo, las agencias de estado que manipulan a la opinión pública, y todas esas cosas que en el 2007 son moneda corriente, pero que proferirlas en el 2001 implicaba ser antipatriota, estar en contra de Estados Unidos, etcétera. La apuesta tuvo éxito, y Jason Bourne se transformó, sin lugar a dudas, en el gran referente del cine de espionaje y acción del 2000. Y he aquí que llega la tercera parte, en un año plagado de terceras partes ("Spiderman 3", "Shrek Tercero", "Piratas del Caribe 3", "Resident Evil 3")... y por una vez, tenemos una tercera parte de decente a francamente buena, como nos la merecíamos hacía tiempo, faltaba más, cómo nos explotan estos carajos de Hollywood...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Bueh, digamos desde ya que la saga empieza a dar señales de fatiga. Porque es más de lo mismo. Otra vez vemos a Jason Bourne viajando de acá para allá, lidiando con asesinos y siempre perseguido por la omnipresente CIA. Pero Paul Greengrass, que se repite plato en la saga (antes había dirigido "La supremacía de Bourne", y entre medio se las arregló para llevar a buen puerto la potente "Vuelo 93"), consigue que la empresa de estirar lo casi inestirable funcione bien. Porque la peli tiene un ritmo endiablado, y consigue el casi imposible de que lo mil veces visto en materia de secuencias de acción, tenga la suficiente dosis de adrenalina como para mantener al público al borde de la butaca. Y eso que la estructura es tan sencilla como un videojuego: Stage 1 Moscú (Fight!), Stage 2 London (Fight!), Stage 3 Madrid (Fight!), y los lugares sean apenas algo más que un decorado tipo mcguffin para lo que verdaderamente interesa, que es ver a Jason Bourne fileteando carne de asesinos por el camino. Cuando ya el asunto se tornaba medio flojito, a la altura del Stage 4 Tánger, pues un vuelco inesperado en la trama consigue inyectar nuevo suspenso, y de verdad que la secuencia en Tánger es adrenalina pura.

-- No siguen dándole vueltas a quién diablos es Jason Bourne. Vale bien lo que decía el tagline, de que "recuerda todo, no perdona nada". Ahora, por fin, averiguamos cuál es su verdadera identidad, y conocemos cuál fue el lugar en donde recibió entrenamiento. El mayor golpe bajo es, por supuesto, las verdaderas razones que tuvo Jason Bourne para terminar en el interior de Treadstone. Porque el periplo vital de Jason Bourne es un profundo mentís a los mediocres que se envuelven en la bandera del patrioterismo barato para justificar sus propias agendas personales. Algo que se insinuaba en las pelis anteriores de la saga, pero que ahora lo tenemos confirmado, por triplicado y firmado ante escribano. ¿Es o no es, la saga de Jason Bourne, fiel reflejo de lo que fue la ahora decadente Era Bush...?

-- El elenco está estelar. En una peli de acción más o menos arquetípica, con personajes de perfiles bien definidos (el jovencito cara-de-nervio, la chica linda de apoyo, el ambicioso cínico, la trabajo-para-los-malos-pero-soy-buena, el Malvado-en-su-Castillo), en donde por definición cuesta empujar los límites actorales, todos se las arreglan para estar en su punto. Jason Bourne una vez más compone a su tipo duro y sin contemplaciones, lejos del glamour de un James Bond (aunque los años pasan la cuenta, y ya no está tan mijo como en "Identidad desconocida"). Julia Stiles tiene un rol más relevante, aunque cae un tanto en el estereotipo de "chica en peligro" (¡si hasta en un segmento abandona la calle para entrar a una casa y subir escaleras...!). Joan Allen compone a una agente de la CIA con carisma. La adición de David Strathairn ("Río salvaje", "Sueño de una noche de verano", y en particular su gran rol como Edward Murrow en el protagónico de "Buenas noches y buena suerte") es también una gran baza de la peli, componiendo un gran villano, tan político y marrullero como dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias para encubrir lo incubrible. Y como regalito final tenemos al gran y venerable Albert Finney (un poco como sandía calada, valga decirlo), como el Supremo Amo del Mal, el creador mismo del Proyecto Treadstone, y por lo tanto, antiguo mentor de Jason Bourne, con quien por supuesto, como corresponde a toda peli de "yo descubro mi pasado", el prota tendrá su encuentro final...

IDEAL PARA: Ver en qué termina (por ahora, al menos) el ajuste de cuentas entre Jason Bourne y los tipos que antaño firmaban su planilla de pagos.

"La huída" (2007).


-- "Shoot 'Em Up". Estados Unidos. Año 2007.
-- Dirección: Michael Davis.
-- Actuación: Clive Owen, Paul Giamatti, Monica Bellucci, Stephen McHattie, Greg Bryk, Daniel Pilon, Sidney Mende-Gibson, Lucas Mende-Gibson, Kaylyn Yellowlees, Ramona Pringle.
-- Guión: Michael Davis.
-- Banda Sonora: Paul Haslinger.

-- "La huída" en IMDb.
-- "La huída" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un tipo con aspecto de métete la sociedad por el culo, está sentado en un paradero. De pronto pasa una madre embarazada corriendo. OK, lo consideramos un dato... Pasan algunos pistoleros detrás. OK, puede ser... Pero empiezan los gritos y los tiros, y pues bien, nuestro tipo con aspecto de métete la sociedad por el culo sale ahora en plan métete la pistola por el culo. Porque la chica embarazada, ahora flamante parturienta, está en la mira de los asesinos. Nuestro buen samaritano se deshace de unos cuantos bangabanes, al tiempo que corta el cordón umbilical con modales que harían cagarse sobre sus textos de estudio a una matrona regular, y... Bueh, al final la chica muere, nuestro buen chico se queda con el bebé, los asesinos dale con tratar de matarlo, infelices, y no teniendo a quien recurrir, el buen samaritano trata de endilgárselo a una prosti que vende su leche a degenerados que quieran pagar para consumirla en pañales, en vez de a un lindo gatito que se dedica a postear para ustedes desde Cine 9009... Es una de tío bueno contra tíos malos tiroteándose a gusto, ¿necesito seguir?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Supongo que sucedió así. Presionados por el entorno multimedia actual a hacer pelis cada vez más chulas, y por ende a prescindir del argumento en pos de los FXs, las pelis de acción salen cada vez más anémicas de contenido. O sea, en la actualidad pelis denostadas en su tiempo como el colmo de la gratuidad, como "Comando" o "Fuerza Delta", lucen hoy en día como verdaderas catedrales del buen gusto guionístico al lado de cosas como, ejem... No, no quiero acordarme (bueh, era bonita, era estética, pero... ¡"300"! OK, lo dije). Así, pues, alguien tuvo la gran idea de ¿por qué no saltarse de una buena vez todo eso que se refiere al contenido, y vamos a la esencia misma del cine de acción, a la carnaza pura y dura? Nada de desarrollo de personajes, nada de grandes diálogos, nada de credibilidad. Ponemos a un bebé recién nacido, que bien podría apellidarse McGuffin, de un lado ponemos al chico bueno para tirar a matar y a la chica buena para tirar en el otro sentido posible del término, y del otro ponemos a un montón de matones anónimos, y como para que la cosa termine alguna vez, ponemos a un par de malos malosos más relevantes para que cuando se mueran, la escabechina se acabe. La traducción del título al hispanoamericano es una mierda, pero el título original en inglés lo dice todo: "Dispárenles".

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es divertidísima. O sea, si andan buscando una película densa sobre los misterios filosóficos del metadiscurso postmoderno del lenguaje, pierden su tiempo aquí. Como dije, en esta peli el argumento es tan básico, que bien podría funcionar como manual de instrucciones para cualquier peli de acción (el bueno aquí, el malo allá, las balas así...). Pero como la peli se asume desde el comienzo como tal, no hay pérdida. No es una peli con pretensiones de gran evento, que al final termine en una trama de acción plana y banal, sino desde el principio una película plana y banal. Tanta honestidad brutal la hace muy simpática, mucho más simpática que el promedio. Al menos, no trata de engañar a nadie. No es lo mismo que podría decir de "Transformers"...

-- Mil veces visto, pero no por eso menos divertido. Acción + Hard Rock. Ecuación ganadora allí donde la vean. Hay que ver a Clive Owen agujereando dianas de práctica con patas, encima de una correa industrial, con "Ace of Spades" de Motörhead de fondo (digan lo que quieran de Metallica, pero Motörhead patea el culo de Hetfield y compañía). El resto de la banda sonora incluye la brutalidad made in Strapping Young Lad, el EMO quieroynopuedo de My Chemical Romance, más Hard Rock del bueno con AC/DC... Lo sé, lo sé, lo sé, mil veces visto. Pero no siempre con la misma gracia como aquí. En las otras es para darle glamour a una historia. Aquí es glamour por el glamour, y se acabó.

-- Aunque querían renegar del todo de la trama, y reducirla a una pura cuestión de dispara usted o disparo yo, en definitiva la conspiración para eliminar al niño es bizarra a más no poder. Sí, hay conspiración. Hay política involucrada. Hay armas de por medio. Y todo, relacionado con un puto niño recién parido. ¿Dónde está la conexión...? ¡AAAAAAHHHHHH...! Vean la peli para enterarse, que quién soy yo para reventar los finales (bueno, reventé el de "Viaje a las Estrellas V" y alguno que otro más, pero ése fue por el bien de sus cansados ojos, pequeñuelos).

-- Cada vez queremos más a Clive Owen, qué joer... El Rey Arturo de "El Rey Arturo" y el nuevo José de "Niños de los hombres" (caray, ¿no hay un parecido argumental en eso de Clive Owen protegiendo un baby?) está de regreso, y bien en su punto. A pesar de que su personaje se apellida Smith, y algo se insinúa sobre su trasfondo, éste es simplemente irrelevante (además, nunca se aclara del todo), y esto lo emparenta de lo más bien con los innumerables Pistoleros Sin Nombre que han pupulado desde Clint Eastwood en adelante (además, tiene harto de la mala leche de Eastwood). Podría parecer que Paul Giamatti como villano es un miscasting, pero al igual que Owen, nunca comete el error de tomarse esto en serio, se divierte sobreactuando descaradamente, y sin estar tan grande como en otras partes ("Entre copas", "La dama en el agua", "El ilusionista"...), es un digno rival "deben matarme para terminar la peli, MUAHAHAHAHÁ". Y Monica Bellucci es... Bueno, es Monica Bellucci, hay dos estupendas razones para contratar a esta cuarent... perdón, a esta dama del cine (Francis Ford Coppola lo tenía claro: le dio empleo como ramera de Satanás con los estromatolitos al aire en "Drácula").

IDEAL PARA: Ver una de acción bien echado hacia atrás en el sillón.

domingo, 25 de noviembre de 2007

"Vida acuática con Steve Zissou" (2004).


-- "The Life Aquatic with Steve Zissou". Estados Unidos. Año 2004.
-- Dirección: Wes Anderson.
-- Actuación: Bill Murray, Owen Wilson, Cate Blanchett, Anjelica Huston, Willem Dafoe, Jeff Goldblum, Michael Gambon, Noah Taylor, Bud Cort, Seu Jorge, Robyn Cohen, Waris Ahluwalia, Niels Koizumi, Pawel Wdowczac, Matthew Gray Gubler.
-- Guión: Wes Anderson y Noah Baumbach.
-- Banda Sonora: Mark Mothersbaugh.

-- "Vida acuática con Steve Zissou" en IMDb.
-- "Vida acuática con Steve Zissou" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En uno de tantos festivales estiradotes de Europa, Steve Zissou presenta su último documental, uno en el cual no sólo presenta las maravillas del mundo submarino, sino que además refiere la horrible muerte de su compañero de aventuras de toda la vida a manos (o fauces, mejor dicho) de un tiburón jaguar. Lo que viene hace que todo el mundo pierda la fe: Zissou promete que su siguiente documental va a ser la revancha contra el tiburón jaguar, al que va a cebar con dinamita para reventarlo y hacerlo aprender que con la Raza Humana nadie se mete, carajo. "¿Y qué interés científico puede tener eso...?". Pues... "Venganza...". Gran conservacionista, amigo Zissou, thanks. El problema es que todos creen que Zissou está loco de remate, y peor aún, que es un producto cinematográfico y documentalista de otros tiempos. Y algo de razón tienen. Porque en el fondo Steve Zissou es el Payaso Krusty de la naturaleza, más preocupado del showbusiness que de los animalitos, que manifiesta su ignorancia casi a cada paso, y si no es por su señora la hija de papis ricos, estaría hace tiempo en la ruina. De hecho, conseguir el financiamiento para su siguiente expedición se transforma en empresa más o menos parecida al legendario exprimirle agua a una piedra. Pero hay una tabla de salvación. Aparece un individuo que podría o no podría ser su hijo, que tiene la receta para echar a andar la aventura. Ahora, Steve Zissou está en ruta hacia la aventura, y ni los resquemores de su casi ex esposa, ni las quejas de sus becarios, ni los berrinches de la periodista entrometida, ni los confusos sentimientos hacia su hijo postizo, ni las tetas al aire de su asesora, ni la competencia con un rival hipertecnificado con la última chupi tecnología, van a detener a nuestro chafandófilo personaje.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

La crisis de la sociedad yanketa daba en los buenos y viejos tiempos para dramones como "Kramer versus Kramer", pero desde que irrumpieron "Matrimonio con hijos" y "Los Simpsons", reirse de la familia del país de las barras y estrellas pasó a ser asunto de comedia chunga y absurda. El director Wes Anderson tomó buena nota de esto, e inspirándose lejamante en algunos asuntos de J. D. Salinger, pergueñó una comedia fuera de toda convención, llamada "Los excéntricos Tenenbaum", la cual causó cierto revuelo entre los busquillas del cine, pero que más allá reventó un tanto frente a proposiciones antifamilia más osadas como "Felicidad", o más ultrapublicitarias como "Belleza americana". Pero Wes Anderson se había hecho de un nombre, en todo caso, e iba a defenderlo con otra familia disfuncional. Para ello se inspiró en la figura de Jean-Jacques Cousteau, personaje tan capital para las generaciones de segundos del XX como desconocido para inicios del XXI, y que después de haber inventado el tanque de buceo (el SCUBA, "Self Conteined Underwater Breathing Apparatus", para ser más exactos) se transformó en el showman de los documentales con su "El mundo submarino", y después con su propia serie televisiva ("El mundo submarino de Jacques Cousteau") en la cual, con su apergaminado sonsonete francés, recorría intrépidamente los mares buscando las más esquivas criaturas ambientales. Andando el tiempo se supo que la porcelana de Cousteau tenía más de alguna fisura, como por ejemplo cuando su hijo se fue a pique en un helicóptero y volvió a subir al cielo, pero ahora con alas de ángel (episodio brutalmente parodiado en "La vida acuática de Steve Zissou"), o como por ejemplo cuando falleció, y la familia, que no parece haber compartido muy a concho la afición submarinista de Cousteau, se peleó como tiburones en celo la herencia que dejara el insigne submarinista. Con mimbres para un homenaje y una parodia, Wes Anderson se abocó entonces a esta nueva gran familia disfuncional, unida por lazos de sangre, de matrimonio y de camaradería... Y de ese elemento insubstancial que podríamos llamar "me quedo porque no tengo a donde ir".

¿POR QUÉ VERLA?

-- Lo hemos dicho otras veces, como bien les consta a los lectores asiduos de Cine 9009. Si una peli está constelada de estrellas, caben dos posibilidades: es una obra maestra, o es una soberana mugre. Bien, no sé si el calificativo de "obra maestra" le sea aplicable por entero a "La vida acuática de Steve Zissou", pero sí es que es una película bastante competente, y las actuaciones se llevan buena parte del crédito. Wes Anderson tuvo el buen tino de llevarse a varios protagónicos de "Los excéntricos Tenenbaum", manteniendo el equipo de trabajo, y ese feeling se nota: se repiten plato aquí tanto Bill Murray, como Anjelica Houston y Owen Wilson, y en los roles más estelares. Bill Murray, recientes sus glorias en la mencionada "Los excéntricos Tenenbaum" y "Perdidos en Tokio", realiza el milagro de infundirle vida a un personaje que, sobre el papel, tiene el espesor emocional de una planaria, a punta de delicados matices por aquí y por allá dentro de la caricatura gruesa. Anjelica Huston, la a estas alturas del partido venerable hija de John Huston, intérprete cubierta de gloria por "El honor de los Prizzi", "Misterioso asesinato en Manhattan", y en particular por su recordado rol de Morticia Adams en "La familia Addams" y secuela, es una impecable esposa avejentada para el prota. Owen Wilson se inclina, por su parte, hacia la comedia absurda, con un personaje de gestos tan extraños que adopta un carácter único. Cate Blanchett, la chica que fue con honores Isabel I de Inglaterra ("Elizabeth"), Galadriel ("El Señor de los Anillos") y Katharine Hepburn ("El aviador") sigue rompiendo corazones. Willem Dafoe, por su parte, se esmera, seguramente feliz porque por una vez en la vida le ofrecieron algo diferente a ser el villano psicótico de la semana (y es que al pobre hay que ver cómo lo estrujaron hasta "Spiderman 3" en eso de "soy el Duende Verde y me voy a cargar al Hombre Araña, MUAHAHAHAHÁ..."). Jeff Goldblum compone el papel de científico listillo que con variaciones ha interpretado en "La mosca", "Parque Jurásico" y "Día de la independencia", pero como siempre le ha salido con carisma, se lo perdonamos. Desde su reducto, el gran Michael Gambon ("El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante", "Juguetes", "El buen pastor") hace lo suyo con un personaje al que, desde ya, ayuda mucho su nombre: Oseary Drakoulias (con ese apellido podría haber sido crítico gastronómico en "Ratatouille"). Y mención especial para Robyn Cohen en un papel básicamente de adorno, pero como se pasea más de una vez en topless con sus mamas pequeñas y hermosamente formadas, entonces ejem...

-- La cuidada realización puede ser leída al mismo tiempo como un sentido homenaje y una brutal parodia sobre Jacques Cousteau. Porque Steve Zissou aparece como un tipo egomaníaco y cretino, que realmente no se merece el estatus que tiene, que si no fuera por la gente alrededor que lo cuida y lo protege sería un fracasado, y que en definitiva se preocupa más de la bonita toma con animalitos al lado, que de la naturaleza en sí. Quizás sea un Jacques Cousteau exagerado, pero da para pensar en todos esos sujetos que son "estrellas de la naturaleza", que con el pretexto de educar a la gente se arropan con las banderas del ecologismo para transformarse en los señores de su propio show. Bien, Jacques Cousteau era científico, al menos, pero cuando me acuerdo de esos cazadores de aventuras estilo Discovery Channel... Déjenme expresarlo de esta manera, apenas uno de esos llegue a mi colonia de gatos lo voy a dejar rasguñado desde su feo caracho hasta su pomposo culo, y si le alcanzo de un zarpazo las bolas, pues ojalá que tenga esperma en un banco criogénico de semen como repuesto...

-- Ya lo insinué, pero insistamos sobre lo mismo. Las secuencias de los documentales de Steve Zissou son un manjar de dioses para todos quienes cecimos viendo los gangosos documentales del Jacques Cousteau original. El cuidado llega hasta tal extremo, que la secuencia "Atrapados en el hielo" ("Trapped in ice") satiriza despiadadamente la interminable saga en cuatro o cinco tandas de "El mundo submarino de Jacques Cousteau", en que lo vemos dar la vuelta a la Antártica (era lo que tenía la dictadura de Pinochet, que debía haber una segunda franja cultural en donde mostrar programas de animalitos, y de insectos sociales no porque política no, y en esas franjas culturales vimos a Cousteau hasta el empacho). Nadie que no haya crecido viendo a Cousteau como el gran héroe ecológico, podría dejar de reirse, y quizás hasta emocionarse, con estas secuencias de puro mockumental.

-- Si el tema de construir una familia disfuncional alrededor de un personaje estilo Jacques Cousteau ya califica para frikada, piensen en la música. Porque durante media película escuchamos a Seu Jorge, un portugués, cantando en versión acústica y en portugués, canciones clásicas '60s y '70s de... ¡David Bowie! Lo expondré de nuevo por si no han pescado el punto: 1.- En una sátira de Jacques Cousteau, 2.- encontramos canciones de David Bowie, 3.- en perfecto estilo guitarra folk, 4.- cantadas en portugués. O sea, lo único que falta para completar la quina friki es que el tipo las cante parado de cabeza. Y no, no alcanza a tanto, pero casi, porque el tal Seu Jorge aparece en las partes más inopinadas (la torre de vigía, por ejemplo) cantándolas.

-- Los delfines. Los contrataron como guardias submarinos por su extrema inteligencia, y son las criaturas más estúpidas de toda la peli. O quizás son tan inteligentes, que encontraron la manera de hacerse los cretinos para no trabajar...

IDEAL PARA: La generación de los "filles du Cousteau", y los amantes de familias disfuncionales.

"Flores rotas" (2005)


"Broken Flowers". Dirigida por Jim Jarmusch. Protagonizada por Bill Murray, Julie Delpy, Jeffrey Wright, Sharon Stone, Alexis Dziena, Frances Conroy, Christopher McDonald, Jessica Lange, Chlöe Sevigny, Tilda Swinton, Pell James. Estados Unidos. Año 2007.

¿De qué se trata?
Un tipo que antaño fue bueno para muñimuñi ñamiñami con las chicas, ahora está en plena decadencia y a punto de ser abandonado por una bella rubia que quiero estar contigo, pero no quiero estar contigo (estas rubias, por Dios...). Al mismo, le llega una carta muy cartosa, que dice más o menos así: "sabes qué, nunca quise molestarte, pero es que te voy a cagar la vida, tienes un baby de 19, y parece que el crío va camino a verte, quiere conocerte y esas mamadas, le dije que no vale la pena porque eres un paramecio con alma de amiba, pero ya sabes como son las criaturas, ¡ah!, y para joderte más, pues sabes, no te voy a decir quien soy yo, huichi pirichi". El tipo, en vez de ir a consultar con su abogado más cercano por una eventual millonaria demanda de alimentos, decide quedarse tan campante. Pero ahí está su vecino y mejor amigo, el metiche, quien no pierde tiempo en tratar de dárselas de Sherlock Holmes y adivinar quién demonios es la señorita. De manera que, calculando 19 años hacia atrás, pues bien, el número se reduce, hay sólo cinco posibles candidatas. Además la cosa es más fácil aún porque una de ellas está cómodamente instalada en la tierra, gracias, cortesía de un accidente de autos, de manera que sólo queda la nimiedad de cuatro que pudieron haber escrito la carta maldita. Así es que el amigo empuja al antiguo donjuán a descubrir la verdad, averiguar quién es su hijo, de paso arreglárselas para ver en qué andan sus antiguas conquistas, y todo eso que podemos englobar bajo el título general de "sé lo que hiciste el año pasado (cochinón)".

El espíritu de los tiempos.
Las cosas ya no son lo que eran. Antaño, uno como buen gato dejaba preñada a una linda gatita y se iba, y todo estaba bien; la gata criaba a sus gatitos chicos, a los dos meses los destetaba y echaba, y fin de la historia. Pero ahora no, resulta que esas horribles feministas quieren que uno... ¡¡¡SEA PADRE!!! Y además... ¡¡¡SE HAGA CARGO!!! O sea, que sea un... ¡¡¡PADRE PREOCUPADO!!! Pero como nuestro venerable Jim Jarmusch no iba a rodar una peli llorona, sensiblera e intelectochantajista al uso, pues bien, tomó el asunto del vejete bueno para mojar el remo y lo convirtió en un viaje de autoconocimiento interior. O algo así. Reclutó al buen Bill Murray, con los bonos altos como actor dramático desde su gran actuación en la no tan grande "Perdidos en Tokio", y se las apañó para agarrar un elenco de lujo. Hay un viejo axioma según el cual una peli constelada de estrellas (de cine, se entiende) será la rechifla madre de buena, o por el contrario será un asqueroso truño de lo peor. En este caso el resultado es... Pues bien... Es bastante bueno, en realidad. Aunque un tanto confuso por aquello de las intenciones, del hacia donde apunta el mensaje. Salvo que quiera ser otra película intelectualoide sobre la desorientación y soledad del hombre moderno, ahora enfrentado no al quién soy, sino al dónde metí mi pijita veinte años atrás, pero con pretexto argumental más o pretexto argumental menos, sigue siendo la misma tonada con otra partitura.

¿Por qué verla?
- Jim Jarmusch. Entre todos los directores culturetas y dizqueintelectuales, es uno de los mejores porque no trata de hacerla el más difícil para hacerse el culterano. Tiene sus vicios y tics de director europeo de la alta intelectual, por supuesto, pero en general no abusa de ellos. A Jarmusch le debemos algunas joyitas como "Una noche en la Tierra" o "El camino del samurai", y aquí sigue básicamente el estilo. O sea, historia de tinte más o menos realista, pero con personajes entre naturalistas y zafados, que le permiten un suave distanciamiento irónico respecto de personajes e historias... ¡por Dios que les hace falta ironía, a otros directores culturetas...!
- Digamos algo del elenco, en particular por el pelotón de estrellas congregadas. No diré que es la mejor actuación de Bill Murray, para empezar. El hombre está bien, mostrando en plena forma la recuperación que le significó su magnífico rol en la no tan magnífica "Perdidos en Tokio", compensando así los años de humillación apareciendo como Bosley en "Los ángeles de Charlie" (y al menos ésa en lo suyo era buena, porque también apareció en... ¡"Criaturas salvajes"!). Pero a veces como que no supiera abordar a su personaje. Algunas secuencias son notables, en particular cuando se permite un poco de comedia (no bufa, por supuesto), pero en otras pasea una cara de impávido que aburre, acompañada de un tono de voz también impávido, que también aburre. Jeffrey Wright, por su parte (sí lo conocen, es el negrito Félix Leiter de "Casino Real"), acompaña bien, y a pesar de lo gilipollas que es su personaje, realmente anima un tanto el cotarro frente al carapalismo circunstancial de Murray. Por su parte, las chicas están estupendamente bien. Sharon Stone como belleza madurona está más que lucida, y sus cinco minutos en escena (bueh, no seamos malos, quizás fueron unos diez) deben contarse entre lo mejor que ha interpretado jamás. También está bastante bien la chica Alexis Dziena, que interpreta a su hija, y que además de estar bastante bien, actúa bien (por cierto, aporta de muy buena forma el desnudo integral que toda película cultureta de pro debe obligatoriamente incluir, con una escena adicional en bikini como guinda de la torta). El matrimonio de Frances Conroy y Christopher McDonald está también grandioso. Jessica Lange sigue mostrando que es una actriz de línea, en particular porque ha envejecido lo suficiente para que no nos distraiga la belleza natural que tenía hace... ¿cuánto...? ¿Treinta años...? A su lado, la siempre turbia Chlöe Sevigny aporta una gota de lo suyo, ñomi ñomi. Y Tilda Swinton, la chica "no quiero ser Orlando" (sí, todos la conocen por "Orlando", aunque tiene posibilidades de sacarse el cartel después de ser la villana de "El león, la bruja y el ropero"), aparece de manera casi testimonial, lo que siendo ella, es un desperdicio.
- LO QUE VIENE ES SPOILER GRUESO, ASÍ ES QUE ADVERTIDOS QUEDAN. La peli sigue, en el fondo (y lo hace bien, por eso lo destacamos) el viejo tema del descenso al infierno. Cada chica habita un círculo del infierno más abajo que la anterior. En el primero, al prota lo reciben bien (tanto la madre como la hija, ¡y qué recibimiento le da la hija!) e incluso aprovecha de reverdecer laureles mojando un poco. En el segundo hay cariño encubierto, pero también un poco, un buen poco en realidad, de tensión. En la tercera, la chica ya no quiere saber nada más, y todo parece indicar que incluso se ha convertido a la religión del lesbianismo (la veterana Jessica Lange con la turbia Chlöe Sevigny, podría tener sueños húmedos con esa parejita lésbica). En la cuarta, ya no digamos como acaba. Y después, el final termina siendo el fin del camino, y un fin bastante infernal, si me preguntan, porque el prota se queda más o menos colgado de la brocha, sin saber bien qué hacer con su vida, o siquiera si acaso tendrá respuestas para sus dudas existenciales, o peor aún, si de verdad tiene alguna duda existencial o tiene su vida ya resuelta (para mal, en este caso, pero resuelta a fin de cuentas, porque no en balde la gente muchas veces prefiere seguridad a felicidad)... Aunque si me preguntan, el final podría haber sido un poco más pulido. ¡En fin! Peor hubiera sido uno de esos finales pseudopoéticos hollywoodenses con cámara silenciosa y voz poética en off lanzando un discurso pseudoshakesperiano sobre existencialismo de opereta.

IDEAL PARA: Ver una peli cultureta con un argumento razonable, actuaciones buenas y una dirección impecable.

jueves, 22 de noviembre de 2007

"El huevo de la serpiente" (1977).


-- "The Serpent's Egg". Estados Unidos / Alemania Occidental. Año 1977.
-- Dirección: Ingmar Bergman.
-- Actuación: David Carradine, Liv Ullmann, Gert Fröbe, Heinz Bennent, James Whitmore, Glynn Thurman, Georg Hartmann, Edith Heerdegen, Kyra Mideck, Fritz Straßner, Hans Quest.
-- Guión: Ingmar Bergman.
-- Banda Sonora: Rolf A. Wilhelm.

-- "El huevo de la serpiente" en IMDb.
-- "El huevo de la serpiente" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Las más de las veces, hacer un resumen de las tramas de las películas es una labor divertida, quizás la más divertida de hacer una reseña o comentario, pero no siempre es así. Este es uno de esos casos. Pero hice un juramento ante los altares de Bastet y el Gato Garfield, y por la vida de mi amo el que me da Whiskas, que he de cumplirlo. Así es que acá va. O algo así al menos, porque resumirla es un tanto complicado, siendo más bien una película episódica que un argumento sólido como una roca. Veamos. Hay un individuo llamado Abel Rosenberg, que por si no lo notaron por el nombre y apellido, es judío. Ya ser judío es una mala cosa las nueve décimas partes de la Historia (te putean los egipcios, los filisteos, los asirios, los caldeos, los griegos, los romanos, los católicos, los rusos, los nazis, los palestinos...), y para colmo este judío, además de puteado, no pertenece a la conspiración judeomasónica de los Rothschild y similares, de manera que anda con los bolsillos planchados a más no poder. Para hacerlo más desgraciado, vive en la Alemania de 1923, con una República de Weimar cayéndose a pedazos, con grupos parafascistas recorriendo las calles, y con una inflación que se come todo el salario de la gente en cuestión ya no de días, sino de horas (y eso fue histórico). Además, es que debemos ver para creer la de desgracias que le caen encima al pobre sujeto. Es un trapecista de circo, se le muere el hermano (suicidio), se le muere la cuñada (otro suicidio más), la policía lo interroga por lo que pueda saber respecto de esas muertes y unas cuantas más por el barrio (y a ese paso, por la muerte de Nerón y la de Cristo también, porque cuando hay que cargarle la mano a alguien...), lo echan de su pensión, está a punto de sucumbir en las manos de un escuadrón de camisas negras... y algo pasa con él, que ni siquiera es capaz de copular decentemente con Liv Ullmann. Y cuando consigue trabajo en un archivo... Hará un descubrimiento que...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En 1976, Ingmar Bergman, el afamado director sueco y su mayor producto de exportación cultural de la era pre-ABBA, tuvo que salir corriendo con los pies por delante y el trasero por detrás, después de un oscuro asunto de transferencias legales entre su productora sueca y una subsidiaria suiza, que se puso en la mira de los mastines del sistema impositivo sueco. Y ya sabes que puedes matar a alguien y zafarte alegando que los marcianos poseyeron tu alma y te obligaron a hacer cosas horribles, pero no puedes hacer lo mismo si no pagas tus impuestos. Se dijo que se trataría a Bergman como un fulano común y corriente, porque todos son iguales ante la ley, blah blah blah, pero Bergman quedó tan dolido que juró no dirigir nunca más ("El huevo de la serpiente" y otras pelis lo desmienten), y en todo caso decidió que si Suecia no lo quería a él, al Gran Ingmar Bergman, al Sueco de Oro, pues bien, me marcho, caramba. Y se exilió en Alemania. Ingmar Bergman rodó entonces "El huevo de la serpiente". Y lo rodó desde la herida, eso se nota. Porque la peli no habla de la descomposición del sistema democrático alemán después de la Primera Guerra Mundial; eso es apenas el pretexto para hablar de lo que realmente quería, de cómo Yo, Bergman, El Grande Y Unico, fui injustamente vejado por una investigación criminal, cuando yo siempre he sido puro e impoluto (puede ser, pero pasa hasta en las mejores democracias, ¿vale?). "El huevo de la serpiente" es la primera película hablada casi íntegramente en inglés de Bergman, y marcó un cierto giro en su cine. Y créanme, no es tan brillante, por muy Bergman que sea y por mucho que la haya producido el incombustible Dino de Laurentiis, hombre que cuando descansaba de producir blockbusters hollywoodenses como "La Biblia", "Barbarella", "Conan el Bárbaro", "Duna" o "Hannibal", se daba el lujo de financiarles pelis a Bergman o a Fellini, créanlo o no.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Como dijimos, esta peli pretende ser una tragedia alienada sobre el hombre enfrentado al sistema, un leit motiv clásico de los directores culturetas de la segunda mitad del XX, pero no pasa de ser una muestra de egocentrismo monumental, sobre un personaje que se la pasa sufriendo en medio de una sociedad que no lo valora y no lo comprende, en la cual es un extraño, el único civilizado entre bárbaros y puro entre pecadores... Ya me entienden el punto. Siendo como es, el desvarío de un ego herido, no vale demasiado la pena verla. Pero aún así tiene sus puntos fuertes. El prota es interpretado por un David Carradine que se supera a sí mismo (las generaciones viejas lo conocen como el prota de la serie de TV "Kung Fú", y las nuevas como el Bill de "Kill Bill"). Está muy bien acompañado por Liv Ullmann. Brilla también Gert Fröbe como el ambiguo inspector de policía (algo más de una década antes había sido el malo de "Goldfinger", la tercera peli Bond). El cuarteto se completa con un Heinz Bennent que parece verdaderamente un nazi del alma. Lástima que como la cinta sea episódica, los otros tres protas aparezcan poco, tarde y mal. Pero aparecen, y cuando lo hacen, el asunto se compone.

-- Tiene, por supuesto, el Momento Bergman, en el cual viene el inevitable diálogo sobre Dios, qué hacemos, etcétera, a cargo de un sacerdote. No es especialmente brillante (los ha tenido mejores), pero es el Momento Bergman que todos los fanáticos de Ingmar Bergman estaban esperando.

-- Tiene un poco de sentimiento bombástico por aquí y por allá. A Bergman le interesa mostrar en particular que la Alemania de 1923 era el sitio y el tiempo más depravados de la Historia, quizás sólo superado por el reinado de Calígula según el "Calígula" de Tinto Brass, así es que vemos un cabaret de mala muerte en donde mujeres de mala catadura y travestis de todo tipo hacen lo suyo. Eso, por no hablar de la peculiar orgía a la que el prota termina por caer, con un nigga incapaz de echarse a dos mujeres. Si te gusta lo estrafalario y lo bizarro, puede que te diviertas con esto.

-- No olvidemos la parte de los experimentos nazis. Según Bergman, los experimentos nazis no partieron en los campos de concentración ni en la Solución Final, sino en fecha tan temprana como 1923, o antes. Bueno, eso puede tener plausibilidad histórica si se considera que en 1925, los médicos yankis hacían experimentos inoculando la sífilis a presidiarios negros para estudiar la enfermedad (en secreto y sin el permiso de los presidiarios, por supuesto). Si la película vale verdaderamente por algo, aparte de todo lo anterior, quizás sea por la secuencia final. No sé si alcance a redimir el resto de una película lenta como una tortura y plúmbea como el Mont Blanc, pero al menos esa secuencia como tal, funciona bien.

IDEAL PARA: Estudiar a Bergman el Dios, injustamente vejado y sacrificado, sin que su sacrificio sirva para salvación de nuestros pecados.

"La fuente de la doncella" (1960).


-- "Jungfrukällan" (título original en sueco), "The virgin spring" (título para el mercado estadounidense), "El manantial de la doncella" (título en España y México). Suecia. Año 1960.
-- Dirección: Ingmar Bergman.
-- Actuación: Max von Sydow, Birgitta Valberg, Gunnel Lindblom, Birgitta Pettersson, Axel Düberg, Tor Isedal, Allan Edwall, Ove Porath, Axel Slangus, Gudrun Brost, Oscar Ljung.
-- Guión: Ulla Isaksson.
-- Banda Sonora: Erik Nordgren.

-- "La fuente de la doncella" en IMDb.
-- "La fuente de la doncella" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Erase una vez que se era, en la aristocrática Suecia medieval (o sea, en ese conjunto de chozas que alguien humorísticamente bautizó como "civilización vikinga"), una casa en la cual vivía una bonita familia de nobles aristócratas, lo que en aquel tiempo y lugar significaba algo así como "10% menos pulgosos y piojosos que el resto". En la familia hay dos chicas. Una de ellas es una sierva o poco menos, y pagana por añadidura, y odia a muerte a la otra chica hasta el punto de pedirle al dios Odín que se encargue de procelársela. La otra es, por supuesto, el lirio nevado de la familia, una chiquilla malcriada y coqueta (la versión pelolais de la Suecia del XIV) que a fuerza de hacerse la melosa con papi y mami, consigue todo lo que quiere. Resulta que estamos en Semana Santa y hay que llevar unos cirios a la Iglesia, lo que tratándose de la época y el lugar, significa ir por media Suecia a montura de algo. La chiquilla consentida, dale con que la manden a ella, y que la acompañe la otra sujeta. Después de unos cuantos diálogos salaces y llenos de mala baba de la criada a la señorita, ambas se separan bien peleadas. En mala hora, porque poco más allá, la pelolais es agarrada por un grupo de truhanes que deciden llegada su hora de merendar carne de nobleza, y le aplican eso que nuestras tatarabuelitas victorianas llamaban "un ultraje peor que la muerte". Y al ultraje peor que la muerte, pues bien, sigue la muerte, para que la pobre no pase vergüenzas después (recuérdese que en la época no existía tratamiento psiquiátrico asistencial a las víctimas de violación). Pero como hay un misterioso sentido de la justicia cósmica que se infiltra por todos los hilos de la existencia (es una Bergman, así es que no es como la vida real), pues bien, adivinen qué va a pasar después...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Es inoficioso a estas alturas del partido decir que Ingmar Bergman es uno de los cineastas más respetados de todos los tiempos. Y con razón. Porque Bergman fue pionero en la gran renovación que sufrió el cine europeo de los '60s, frente a la ortodoxia narrativa y temática hollywoodense. No en balde, al alero de Bergman se forjaron una larga serie de cineastas; sin ir más lejos, Andrei Tarkovski le copió todo eso de rodar metafísica a 3 kms/hora; por otra parte, la ecuación "metafísica + morbo" ha sido con posterioridad la piedra de toque de todo el cine de David Lynch; y hablando con un poco de malicia, podemos despacharnos la obra completa del reconocidísimo Woody Allen con su churrepetecientas películas como una especie de "quiero ser Bergman y no puedo". Bergman se reveló al mundo a finales de los '50s, en particular con su ultraclásica "El séptimo sello", y a partir de ahí deslumbró al mundo con un estilo muy peculiar. Y es que el viejo zorro de Bergman consiguió la cuadratura del círculo, de crear un cine que permitiera una vasta elucubración filosófica, permitiéndoles así a los dizqueintelectuales de "Cahiers du Cinema" ganarse el plato de judías, y que contara historias interesantes, en particular porque explota el lado más morboso de la existencia humana (violaciones, incestos, peleas de pareja, etcétera). Todo eso está más o menos presente en "La fuente de la doncella", una peli quizás no tan prestigiosa como "El séptimo sello" o "Fresas salvajes", pero que igualmente deja ver su mano maestra (o, hablando con un poco de mala baba, podríamos decir "su mano mora").

¿POR QUÉ VERLA?

-- Para los fanáticos de Bergman, es el típico producto Bergman. O sea, hay una historia de honda raigambre metafísica con su poco de simbolismo y obsesión religiosa, combinada con una trama de ribetes bastante morbosos. Aunque digámoslo con todas sus letras, en estos aspectos la peli ha envejecido un pelín. Porque en este caso, el simbolismo bergmaniano que tanto trigo ha dado a los molinos culturetas, es más bien difuso, y por ser una peli limpia, no permite a los críticos hinchados de filosoprosa lucirse a gusto explicando lo inexplicable; por otra parte, aparte de ser una clásica historia del género "crimen y castigo", pues bien, tenemos otra muestra de la metafísica bergmaniana de tipo "hago que mis personajes sean normales y corrientes, pero metan a Dios en todas partes, y con eso hago una peli religiosa". Expliquemos un poco la simbología y estamos en paz: en Semana Santa (es esa fecha) una Virgen (la mija linda) sale con su mejor vestido de seda (el manto de la Virgen) escoltada por una sierva pagana envidiosa (Judas Iscariote) y viaja hasta el Reino de la Maldad (el mundo exterior), en donde será vejada y muerta, sólo para que sus ejecutores después caigan en manos de los buenos y nobles aristócratas. Pensándolo bien, es natural que una peli tan aristocratizante como ésta (los nobles son buenos, los villanos de las villas son también villanos de alma) no cuaje bien entre la dizqueintelectualidad europea, siempre bien inclinada hacia el consumo del Vodka Stalin. En cuanto al otro aspecto, el del morbo, ha perdido un tanto lo suyo; presentar una violación en medio de una peli podía tener gancho para 1960, época en la que el grueso del cine venía de Hollywood (bueh, todavía hoy), y éste se encontraba bien ceñido al infame Código Hays (el mismo que decía que las parejas de casados debían aparecer durmiendo en camas separadas en las pelis hollywoodenses), y por ende, debió ser una bomba en Estados Unidos, una peli que mostraba una violación; sin embargo, pasadas unas cuantas décadas, y después de ver cómo de manera mucho más explícita se revolcaban a la neumática Monica Bellucci en "Irreversible", pues bien, lo de "La fuente de la doncella" ha perdido un poco de tirón.

-- Los actores lo hacen prodigiosamente bien. El rol de pater familias es interpretado por el incombustible Max von Sidow, que después de haber sido chico Bergman pasó por un nutrido cuantuhay de pelis hollywoodenses ("La historia más grande jamás contada", "La carta del Kremlin", "El exorcista", "Los tres días del cóndor", "Flash Gordon", "Conan el Bárbaro", "Nunca digas nunca jamás", "Duna", "Sentencia previa", interpretando a Jesucristo, Ming el Despiadado y el malvado Blofeld de las pelis Bond entre otros); aquí, von Sidow interpreta su rol con entera bonhomía y hace inmensa la pantalla, algo bastante difícil en una producción artesanal y precaria como es todo el cine extrahollywoodense pre-'90s. Su esposa es interpretada por Birgitta Valberg, que le hace muy bien el peso. Las dos chicas que se detestan cordialmente vienen interpretadas por Gunnel Lindblom, la morena adoradora de Odín, y por Birgitta Pettersson la rubia pelolais, y es como para caer rendido ante ellas, su encanto particular (el encanto de la inocencia en un caso, el de las chicas malas en el otro). Y los malos ponen una cara de malos que realmente da miedo.

-- Siempre es refrescante ver una peli sobre la Edad Media, en donde no se presente a los aldeanos como tipos con paños de pobre, pero tan limpiecitos que parecen recién salidos de la ducha, o a los nobles vestidos con tanta magnificencia que parecen magnates de una fiesta de disfraces del XXI. Esta es una peli sobre la Edad Media como debió ser, o sea, sucia, deslavada, con construcciones campestres medio cayéndose a pedazos, con los animales correteando por todas partes, y comiendo con modales más propios de un cerdo que de un hombre civilizado. Y ese respiro se agradece.

-- Edad Media. Violación. Asesinatos. Una chica pura y radiante. Una chica mala como el natre. Malos bien malos. Combinación ganadora, qué más les puedo decir.

-- La peli dura algo menos de 90 minutos. O sea, si el estilo bergmaniano de cine te aburre (y puede ser, porque el hombre a ratos es un poco plúmbeo para contar la historia), terminará rápido.

IDEAL PARA: Ver quizás no el Bergman más afamado, pero sí uno entretenido y con cuento.

domingo, 18 de noviembre de 2007

"Supercool" (2007).



-- "Superbad" (título original), "Supersalidos" (título en España). Estados Unidos. Año 2007.
-- Dirección: Greg Mottola.
-- Actuación: Jonah Hill, Michael Cera, Christopher Mintz-Plasse, Bill Hader, Seth Rogen, Martha MacIsaac, Emma Stone, Aviva, Joe Lo Tuglio, Clement Blake, Erica Vittina Phillips, Joe Nunez, Dave Franco, Marcella Lentz-Pope.
-- Guión: Seth Rogen y Evan Goldberg.
-- Banda Sonora: Lyle Workman.

-- "Supercool" en IMDb.
-- "Supercool" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Tenemos a un gordito infame, infame por lo feo, y para no desentonar, también infame por una personalidad grotesca (la clase de persona que por ser rechazada por feo, puede darse el lujo de gritonear a todos los que no le gritonean, ya saben, esa clase de fracasado), que tiene como mejor amigo a un tipo espigado y que algún arrastre podría tener con las chicas, si no se la pasara perdiendo el tiempo con el regordete. Están a finales de la secundaria, y en el umbral de un nuevo mundo. En ese nuevo mundo estarán separados; quedaron en universidades distintas, así es que tendrán que aprovechar los últimos días de amistad, antes de que la vida los separe (aquí en Chile, de tarde en tarde, los antiguos compañeros de Colegio se reunen e incluso siguen siendo amigos, pero en EEUU, según comentaba el columnista de un diario-de-derecha-pero-no-tan-de-derecha, al despedirse se dicen "que tengas una linda vida" porque nunca más se van a ver)... Y si por no ser populares se trata, es que ni siquiera son nerds, geeks o frikis... Bueno, un poco, por aquello de no perder el estereotipo, pero ni siquiera tienen líneas geniales de texto como "los espermios de Superman deben ser superpoderosos para no quedar estériles, apretados en tanto spandex". El caso es que el chico más rescatable tiene un prospecto femenino, una chica que siempre trata de coquetearle en clases de matemáticas, y el otro no agarra porque se la pasa pegado a ese furúnculo que le nació, y que... ¡el gordito, vamos! Y el gordito, por su parte, que ha ingresado a la clase de cocina porque es la manera más floja de obtener buenas calificaciones, acaba al lado de una chica linda, pero que de cocina, poco o nada (como manda el lugar común). Resulta que un amiguete común de ambos ha conseguido una licencia falsa, y eso significa la posibilidad de conseguir alcohol. De manera que ambos chicos enrolan a este tercero, un lamer con todas las de la ley, en una expedición para cazar alcohol, y de esta manera surtir la fiesta que la chica de la cocina está organizando. El plan es: emborrachar a ambas, porque sobrias en su sano juicio jamás, y tener sexo con ellas (y el lamer, a freir monos). Pero las cosas salen todo lo torcidas que se puede, la tienda en donde venden licores sufre un asalto, intervienen un par de policías, y en adelante, el resto del día y de la noche se convertirá en una odisea infernal... ¿Llegarán con el alcohol hasta su destino...? ¿Conseguirá nuestro esforzado trío tener por fin una noche de sexo...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Después de que en los '90s la comedia adolescente pedorreta parecía algo superado, un resabio de los '80s, ahogada por la sensibilidad alienada grungeta, el género experimentó una resurrección con filmes como "American Pie" o "Viaje censurado". Una cierta resurrección, al menos. Lo suficiente como para rodar parodias infames como "No es otra tonta película americana". El movimiento era lógico y natural, porque los 2000 resultaron tener un tufillo a '80s que marea (George W. Bush como la versión en sacarina de Ronald Reagan, discos neoochenteros de Madonna, Jigsaw como sucedáneo de Freddy y Jason...), así es que oliéndose un gran éxito, el avispado Judd Apatow, por otra parte con merecimientos bien ganados por la genial "Virgen a los 40", se dedicó a producir este filme. El resultado es... ejem... ¿a alguien le dice algo la palabra "hype"?

¿POR QUÉ VERLA?

-- Creo que sucedió de esta manera. Judd Apatow se ganó reputación dirigiendo "Virgen a los 40" y "Ligeramente embarazado". De manera que se dedicó a producir otro filme, aportando su nombre como Productor, y dejando que el filme se abriera camino como pudiera. La idea de Apatow es realizar "comedia seria", signifique eso lo que signifique. Te debes reir con los personajes, pero a las últimas, se supone que debes empatizar con ellos. "Supercool" es el intento de aplicar esta filosofía a las comedias chorras adolescentes. Los críticos de programas de televisión, que se supone deben decir que Welles, Bergman y Allen son la repipa de cine, y todo lo demás apesta, pudieron frotarse entonces las manos y decir "¡por fin una comedia adolescente que podemos ver con tranquilidad, porque no tiene el espíritu de rebeldía juvenil incorporada en el microcircuito!", sin parar mientes en que una comedia adolescente estilo "La revancha de los nerds" o "Porky's" debe tener una inyección de rebeldía para funcionar, o de lo contrario... ¡no es adolescente! Las razones para el éxito de público, por otra parte, se me escapan, aunque supongo tiene algo que ver con el hecho de que la peli al menos distiende y tiene numerosos chistes para partirse de la risa, eso concedámoslo. Pero en general, el hype alrededor de la peli le hizo mucho mal. Porque al final del día, es poco lo rescatable, que no haya sido visto en alguna otra peli del género antes, con desenfado mucho mayor. Quizás, a fin de cuentas, el problema de esta peli es que desde el comienzo se toma demasiado en serio. Incluso aquí en Chile, hogar y patria del cine mediocre, orgullosos e ilustres Padres de la Patria de engendros como "Viva el novio", el cineasta Nicolás López se las arregló para abordar más o menos los mismos temas que "Supercool" (incluso el prota es gordo, aunque en este caso es friki starwasero) en su peli "Promedio rojo", y le salió francamente mejor. ¡Aquí! ¡En Chile! ¡Sí, les ganamos! ¡Cómo les quedó el ojo, yankis estirados!

-- Las chicas. Es que se me caía el babero viendo la peli... Y eso que no hay escenas excesivamente calentonas (bueh, se ve lencería en algún segmento, pero eso es todo). La chica pirada por el chico bonito es Martha MacIsaac, y viéndola, uno puede preguntarse cómo nuestro héroe es tan ganso de perder el tiempo con su amigo regordete, en vez de probar el dulce éxtasis del am... perdón, del sexo, en los labios... perdón... sí, quise decir de los labios... en los labios de esa bella chica. Y Emma Stone, por su parte, cumple con heroísmo su sacrificado papel de chica que manifiesta algún interés por el gordito infecto, y es que viéndolo y escuchándolo, de verdad una chica tiene que tener madera de heroína en los genes. Aunque estas cosas siempre dependen de cómo administren su carrera, no me extrañaría escuchar hablar de ambas en lo sucesivo. ¡Y es que se roban la peli! (la vieja teoría de que a la gente le gustan los winners: ellas ganan, los chicos son losers).

IDEAL PARA: Completistas de las pelis chorras adolescentes.

jueves, 15 de noviembre de 2007

"TRON" (1982).


-- "TRON". Estados Unidos / Taiwan. Año 1982.
-- Dirección: Steven Lisberger.
-- Actuación: Jeff Bridges, Bruce Boxleitner, David Warner, Cindy Morgan, Barnard Hughes, Dan Shor, Peter Jurasik, Tony Stephano.
-- Guión: Steven Lisberger y Bonnie MacBird.
-- Banda Sonora: Wendy Carlos.

-- "TRON" en IMDb.
-- "TRON" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Otro de los agentes de Flynn sigue tratando de internarse por el interior de una red de computadoras. El agente lo intenta y lo intenta, pero al final es detenido. ¡Demonios! Pero el Programa de Control Maestro, la supercomputadora encargada de mantener la seguridad, empieza a ponerse quisqui quisqui, porque cada vez le es más difícil trancar los ataques. Y le envía a su contacto del mundo real, un tal Dillinger, la instrucción de que deben reparar las brechas de seguridad, y para eso van a cortar ciertos accesos al sistema. Con eso dos amiguetes de Flynn, que están trabajando en un láser digitalizacosas, quedan sin entrada. Como los amiguetes son más listos que el hambre, corren a avisarle a Flynn de que algo huele chamuscado en la circuitrería. Porque amiguetes como esos son amiguetes. Aunque ella sea la algo-así-como-novia de Flynn, y el otro tipo sea el ex de la novia de Flynn, y por lo tanto haya su correspondiente cuota de celos y "yo la vi primero" y "pero yo la estoy viendo ahora", y cosas así. El caso es que Flynn revela entonces que sus intentos por quebrar la seguridad del Programa de Control Maestro se basan en que Dillinger le ha robado programas y se ha hecho pulpimillonario con ellos, y dentro del sistema busca las pruebas que le permitan reivindicarse, encontrar su lugar, forrarse de dólares como buen yanketa de pro, etcétera. Los tres deciden entonces realizar una incursión contra la empresa para que trabajan (¿qué te han dicho sobre morder la mano que te alimenta?). Pero el Programa de Control Maestro tiene un arma oculta bajo la manga. Porque el desgraciado apunta el digitalizacosas contra Flynn, y de esa manera lo interna dentro de su propio mundo, para que juegue partidas de gladiadores hasta que se lo carguen. Ahora, la única esperanza de Flynn para sobrevivir y detener al Programa de Control Maestro, es TRON, un sistema de seguridad que puede restaurar el status quo y torcer los siniestros designios de una computadora desbocada y fuera de lugar, que no sabe que los humanos llegamos para quedarnos, carajo, y ustedes a calcular inputs y outputs en mi balance anual para el impuesto a la renta, infiernos.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En los '70s, las supercomputadoras eran armatostes llenos de circuitos y perillas, que debían alimentarse con, ejem... Sí, sé que para mis lectores más cachorros parecerá algo del cretácico... Se alimentaban con tarjetas perforadas: los agujeros dejaban pasar la luz en cierta secuencia, y eso representaba el uno y el cero binarios. Pero en los '80s vino la revolución, cuando Bill Gat... perdón, Apple, empezó a trabajar en ese boche de las PCs. Al mismo tiempo, los japoneses inventaron el arma definitiva para emprender la conquista del mundo occidental, ¡¡¡MUAHAHAHAHÁ...!!! ¡¡¡MUERE, MUNUDO OCCIDENUTALO!!! Inventaron las máquinas arcades, que eran grito y plata porque costaban una ficha y funcionaban de inmediato, y si te aburrían a otra arcade y listo, no como con los Atari, que debías cargar un juego de una resolución cutre, por 3-10 minutos, con un maldito casette analógico, sólo para que al final te mandara un lindo mensaje de error (sí, yo jugué "Arkanoid" en Atari, y me acuerdo, ¿OK?). El director Steve Lisberger, cuando vio todos estos nuevos cachivaches, se le encendió la idea de ¿qué pasaría si un humano de toda la vida estuviera prisionero en la lógica de un ordenador? Pero nadie se atrevió a financiar una idea tan rara. Lo que estaba de moda en aquellos años era "La Guerra de las Galaxias", y todos los estudios querían forrarse con su propia saga galáctica, y todo eso de los arcades y cosas así, pues, como que no... Finalmente, haciendo corto el cuento, los Estudios Disney se interesaron, quizás por el valor aventúrico de la historia, y lo financiaron. Para realizarla hubo varios dispendios. Los diseños estuvieron a cargo de Moebius himself, los efectos especiales fueron lo más chupi de su tiempo, etcétera. ¿Resultados? No la entendió nadie. El público le dio vuelta la espalda, quizás porque el concepto era demasiado innovador para la época (ya dijimos, en ese tiempo todos querían un refrito de las seriales dominicales cuarenteras, como "La Guerra de las Galaxias" o "Los cazadores del Arca perdida", no algo "veinte minutos en el futuro"). Pasó por la humillación suprema, para la época, de que el videojuego ganara más dinero que la peli. La Academia se negó a darle un Premio Oscar por sus estupendos efectos especiales, porque opinaron que habían hecho trampa, sí señor, al usar computadoras, en vez de las clásicas maquetas de toda la vida. Los Estudios Disney, que habían planeado una secuela, se echaron pronto hacia atrás. Y así, "TRON" ganó un estatus de película maldita. Tanto, que hasta en Los Simpsons se cachondearon de ella: "¿Alguien ha visto Tron?", "No", "No", "No", "No", "No", "Sí... ¡¡¡DIGO... NO!!!" (en el episodio en que Homero Simpson viaja a la terrorífica Tercera Dimensión).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos por su valor arqueológico. TRON, del mismo año que "Blade Runner", es junto con ésta la primera película netamente cyberpunk de la Historia; es con "TRON" que aparece derechamente el concepto más caro al cyberpunk, cual es el tema de la realidad virtual, con toda su cohorte de habitantes: cabletas pegados a la red (digitalizado en este caso), hackers, IAs (Inteligencias Artificiales), virus, el malvado superordenador que se va a comer el mundo cibernético... Como pueden ver, William Gibson y su novela "Neuromante" (1984) no inventaron nada en este terreno (en otros sí, pero no en éste). Pero "TRON" es no sólo la primera que plantea todos estos temas con fluidez y de manera redonda, sino que en cierta medida, incluso hasta agotó el tema. La idea de los personajes "del mundo real" enchufados a un ambiente virtual y luchando contra un megaprograma corporativo es algo que después será palmariamente plagiado por "Matrix", pero "TRON" lo hace mejor, porque recurre a la ecuación inversa: "Matrix" es una peli con pretensiones de filosofía que en definitiva termina siendo una simple historia de aventuras de toda la vida, mientras que "TRON" es en apariencia una clásica historia de aventuras que entre líneas deviene justamente en peli filosófica. ¡Incluso hasta aparece en "TRON" la idea de un "mesías de la matriz"...!

-- El contenido mesiánico. Quizás enfatizado por un guión a-la-Disney (y es que son tan pechoños, estos neocon...), lo cierto es que Flynn es una especie de borrador del Neo de "Matrix". Veamos: es un hacker, diseña programas para combatir a un programa mayor, es secuestrado en el interior de una red, aparece dentro del ciberespacio como una suerte de mesías que redimirá a los programas cautivos, como "usuario" tiene poderes especiales que los programas en el interior de la matriz no poseen, lucha exitosamente contra el programa que controla todo ese mundo interior, restaura el equilibrio de todas las cosas dejando a un sosías a cargo (TRON), y... ¡¡¡regresa al "mundo real" literalmente ascendiendo hacia los cielos!!! Ya lo ven: antes que Neo, Flynn fue el Cristo Cibernético que redimirá nuestros pecados. ¡¡¡Y esta peli es de 1982!!!

-- La combinación de imaginería visual y efectos especiales es, no digamos particular, sino única. Frente a la estética tech-noir, pero en definitiva retro, de pelis como "Blade Runner", "TRON" plantea una estética limpia, muy de inicios '80s, muy basada en los videojuegos de la época, pero llevada a un grado superlativo. Todo esto se apoya con efectos especiales que incluso hoy en día no destiñen para nada. Y conste que se usaron técnicas de lo más artesanales, para los estándares de lo que después se entenderá por "animación a punta de compu". En la época, los programas de computación sólo permitían el trabajo con imágenes fijas, de manera que las secuencias realmente de animación por computadora (son muchas menos de lo que parecen, apenas unos cuantos minutos) fueron literalmente diseñadas cuadro a cuadro. El aspecto robótico de los personajes dentro del universo de realidad virtual fue hecho con una técnica de toda la vida, cual es filmar en B/N y sobreimprimir por rotoscopía algunos colores por aquí y por allá. El resultado es simplemente soberbio. Salvando el hecho de ciertos detalles inconscientemente reminiscentes de "La guerra de las galaxias" (los infaltables paneles luminosos en la sala de mandos de la nave espacial), lo cierto es que hasta el día de hoy, la estética de "TRON" es una de las más distintivas dentro del cine de ciencia ficción, y no creo haya algún ilustrador de portadas de novelas cyberpunk de los '80s e incluso tempranos '90s que, de alguna manera u otra, no haya sido influido por las visiones plantedas en esta peli.

-- Los actores están más que bien. Jeff Bridges hace el macarra con estilo como de costumbre, y compone un gran Flynn. Bruce Boxleitner tiene una participación bastante deslavada como el amiguete "te robaste a mi chica", pero en su papel paralelo (él también interpreta a TRON) está magnífico. David Warner, ilustre carroñero dentro de la serie B (llegó hasta a actuar en "Naked Souls" con Pamela Anderson, ¿OK?), alcanza aquí el pináculo de su carrera, en su doble (¿triple, deberíamos decir?) papel de Ed Dillinger, de Sark (el programa que busca destruir a TRON y a Flynn), y dándole voz al Programa de Control Maestro. Y Cindy Morgan, qué decir de ella... Bueno, su papel no tiene gran prestancia; como muchas chicas de la época, está para hacer bulto y de distracción visual, pero dentro de esos parámetros, funciona de lo más estupendo (y es que el traje ceñido de Yori le queda con mucha lujuria).

-- Un punto importante de la historia. A diferencia de las pelis de hoy día, en las cuales los villanos son terriblemente estúpidos, o bien más GUARRRRRR que al mazo dando, el Programa de Control Maestro es malo de malvado. Además de extorsionar a su propio creador, no tiene inconveniente en barrer programas a discreción como parte de sus planes. Y los programas en esta peli sienten y sufren... Y créanme, mueren. Y se suponía que era una Disney, y el target objetivo eran los preadolescentes entusiasmados con la moda de los videojuegos. Sí, el malo maloso es para odiarlo con ganas. Ya no las hacen así...

-- La banda sonora es estupenda. A contrapelo de la tendencia que John Williams imponía por la época, de regresar el cine de SciFi a las composiciones orquestadas ("Superman", "La guerra de las galaxias"...), en "TRON" contamos con los servicios de Wendy Carlos, ilustre compositor de soundtracks electrónicos que ya había hecho lo suyo para los soundtracks de "La naranja mecánica" y "El resplandor" de Stanley Kubrick. Y compone una gran banda sonora, muy en consonancia con lo que se supone es un mundo completamente electrónico.

-- Detallitos simpáticos. El bit que anda dando vueltas por ahí, cual ángel de la guarda cibernético. El procedimiento de digitalización. El velero solar. Los distintos juegos de gladiadores. Creatividad pura, en fin.

IDEAL PARA: Ver la madre de las pelis de programas de computación rebelándose contra sus creadores, de inteligencias artificiales y de realidad virtual.

"Capitán Sky y el Mundo del Mañana" (2004).


-- "Sky Captain and the World of Tomorrow". Estados Unidos. Año 2004.
-- Dirección: Kerry Conran.
-- Actuación: Jude Law, Gwyneth Paltrow, Angeline Jolie, Giovanni Ribisi, Michael Gambon, Ling Bai, Omid Djalili, Trevor Baxter, Julian Curry, Sir Laurence Olivier (imágenes de archivo).
-- Guión: Kerry Conran.
-- Banda Sonora: Ed Shearmur.

-- "Capitán Sky y el Mundo del Mañana" en IMDb.
-- "Capitán Sky y el Mundo del Mañana" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Año 1939. El dirigible Hindenburg III llega a Nueva York, cargando con un importantísimo pasajero: un científico perseguido por un misterioso villano llamado Totenkopf. Los científicos son hechos desaparecer, pero nunca falta la periodista métomentodo estilo Lois Lane, que termina enredada en el misterio. La chica corre bastante peligro, pero no se preocupen, ahí está el valiente Capitán Sky para lidiar con la temible amenaza de Totenkopf. Tanto más terrible, como que Totenkopf no vacila en enviar una horda de robots asesinos para perseguir aquella pieza faltante en su gran proyecto, y que ¡ups! va a dar a las manos de la periodista. Totenkopf, por obra de su vicaria, una misteriosa mujer karateka, lanza un nuevo ataque, esta vez contra la base del Capitán Sky, y con ello, aunque secuestra al brazo derecho del Capitán (y pagará por ello, obviamente), deja una valiosa pista detrás. El macizo del Tibet esconde la pista para alcanzar finalmente el refugio de Totenkopf, en el cual está llevando a cabo su maligno plan, que involucra una mesiánica limpieza del mundo, junto con todo lo que hay sobre él...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

La década de 1930, aquella que vio el origen de la Ciencia Ficción, desarrolló una iconografía peculiar, basada en lo que por entonces se pensaba iba a ser el futuro. Aunque ese futuro no llegó (o llegó a medias, quizás), esa estética quedó. Cuando en los '80s surgió, como hermano menor del Cyberpunk, el llamado Steampunk, como una recreación de la antigua estética victoriana, hubo quienes se preguntaron por qué detenerse allí. Después de todo, había otras estéticas históricas o pasadas que recrear, ¿no? Surgió así el concepto de Dieselpunk, que consistía en recrear, ahora en clave moderna, la estética y los tópicos propios del imaginario de la primera mitad del siglo XX. En ese sentido, una película como "Capitán Sky y el Mundo del Mañana", era cuestión de tiempo antes de que alguien asumiera el riesgo de hacerla. Y dicho sea desde ya, este filme es el mejor exponente en el cine de lo que es el Dieselpunk.

¿POR QUÉ VERLA?

--Este filme es Dieselpunk en estado puro. O sea, recreación del universo mítico y el imaginario de los '30s, incluyendo robots asesinos, científicos locos, parajes exóticos, ciudades arrasadas por los invasores, aviones a hélice, etcétera. La recreación es fiel hasta los más mínimos detalles: el científico loco lee las historietas de Buck Rogers, el prota consume leche de magnesia...

-- Los protagonistas están en su salsa. Jude Law está magnífico como el Capitán Sky, quizás porque siempre hace papeles de jactancioso y sobrado, y este personaje exige precisamente eso. Gwyneth Paltrow está en su punto como la periodista entrometida y de apariencia suave, pero de armas tomar. Angeline Jolie, en un rol casi de adorno, hace lo suyo de siempre, y le sale impecablemente bien; nunca pensé que iba a llegar a maullar esto, pero se ve de lo más sexy con un parche en el ojo. Giovanni Ribisi, eterna promesa dramática que nunca llegó a despegar, compone un científico loco sin excesivos manierismos. Del rol de Laurence Olivier, mejor no hablemos; después de todo, el pobre ya estaba muerto cuando lo hicieron actuar en esta película.

-- Es una historia de aventuras, y cumple con eso, y a raudales. La acción no se detiene en ningún minuto, y además, es perfectamente coherente con la trama. Es decir, no es que la historia sea un pretexto para mostrar una explosión más perfecta que la anterior, sino que acción y aventura se integran perfectamente dentro de esta historia.

IDEAL PARA: Ver Dieselpunk de alturas, enterarse de qué diablos va eso del Dieselpunk, recrearse con las historietas antiguas, y babearse a discreción con Angeline Jolie enfundada en uniforme militar.

domingo, 11 de noviembre de 2007

"Radio Corazón" (2007)


"Radio Corazón". Dirigida por Roberto Artiagoitía. Protagonizada por Manuela Martelli, Daniel Muñoz, Daniel Alcaíno, Claudia Di Girolamo, Juana Vale, Néstor Cantillana, Amparo Noguera, Tamara Acosta, Felipe Braun, Katyna Huberman, María Paz Grandjean, Bastián Bodenhöfer, Roxana Campos, Claudia Santelices, Alvaro Salas. Chile. Año 2007.

¿De qué se trata?
¡Bienvenidos una vez más a su gran programa radial, "El Chacotero Sentimental", los estaremos acompañando desde las dos hasta las cuatro de la tarde...! Todo Chile escucha y sintoniza el programa radial que conduce el Rumpi, y en el cual se desatoran todos los atorados con sus cuitas y chirindangas sentimentales. Como por ejemplo Nice, una curvilínea estudiante de Cuarto Medio (Manuela Martelli, ¿OK?), que no quiere perder su virginidad con cualquier hueón calentorro, y como tiene con sus amigas un pacto de llegar a los 18 siendo una mujer, pues bien, tiene que ponerse en campaña, aunque eso signifique nada menos que, ejem, extorsionar a su propio padrastro para que éste le haga la faena (como sufre Daniel Muñoz, ¿eh?). O Sandra, una señora bien alterna, y con recursos económicos para dárselas de alterna, claro está, que tiene a su hijo too pollerúo y mamón, y que recibe en su casa a la noviecita de éste (su futura nuera) porque se van a casar... y descubre poco a poco que la nuera está bien buena, la suerte de su hijito, y cómo vamos a desperdiciarla, dice ella... O como Valeria, una especie de mayordoma e institutriz de niños en un fundo patronal bien apatronao, en el cual hay una fulanita con pasaporte a fecha pa'l patio 'e los callaos, que se dice a si misma "bueno, yo me voy a morir, así es que dejemos a mi joven y apuesto maridito con una chica linda que cuide a los niños", y le pide a la Vale, pobrecita ella, que se sacrifique y se tire a su marío para que éste se enganche. Esa onda, compa're... La 'urazna, logo...

El espíritu de los tiempos.
La democracia ha avanzado en Chile a trompicones. En 1990, cuando Patricio Aylwin asumió la Presidencia de Chile, agarrándole a tirones con sonrisa la banda presidencial a don Daniel López... perdón, don Augusto Pinochet Ugarte, pues bien, en ese 1990 todos creían que la democracia llegaba acompañada de un destape a la ezpañola en que íbamos a poder ver tetas y culos al aire, con lo que fueran a ser los equivalentes chilenos de Marta Sánchez... Y, puez no, porque después de exhibir a la medianoche teleseries calentorras como "Pantanal", o de que Patricia Rivadeneira se falopiara con la bandera chilena en un discutido desfile, los moralistas dijeron que democracia zí, zeñó, pero libertinaje no, carajo, así es que todo se reprimió de nuevo, como en los mejores tiempos de nuestro benemérito Capitán General. De modo que cuando en 1995 salió un programa radial desencartuchado como "El Chacotero Sentimental", en que la gente tenía tribuna para contar sus penas y aventuras amorosas, resultó un éxito brillante. Era el programa justo para el momento justo, porque dejó en evidencia que Chile no era como los pechoñeques querían que fuera, tranquilo y gris, sino uno rabiosamente vivo y multicolor. El tirón dio incluso para una peli, "El Chacotero Sentimental", precisamente, que de tan exitosa, siempre se dijo que venía la segunda parte, lo cual en el fondo es una cretinez, porque no puede haber una segunda parte para una peli que en realidad es una colección de tres cortos. Pero como el Rumpi, el conductor del programa radial y productor de la peli, ha ido cada vez más en la cuesta abajo, pues en algún minuto tenía que reverdecer laureles. Así es que aquí tenemos otra vez calcadita la fórmula de "El Chacotero Sentimental", nueve años después de la anterior, en la peli "Radio Corazón". Que todavía una peli como ésta funcione, es sintomático: parece que en nueve años, el país no ha avanzado mucho, porque en un país en donde no estuvieran tan bien aposentados los enemigos de la democracia, una película como ésta estaría condenada irremisiblemente al fracaso...

¿Por qué verla?
- ¿Podríamos decir que por ser una radiografía del Chile actual...? Mmmm... Quizás. La primera historia, la de la chica empecinada en perder la virginidad, claro que sí. Después de todo, las pokemonas hoy en día están todas sueltas, y lo que es peor, no tienen responsabilidades sexuales de ningún tipo, simplemente porque nadie se ha preocupado de inculcárselas (los grupos conservadores no cuentan, para ellos "inculcar responsabilidad" es enseñar a rezar el rosario y elevar las plegarias a personajes de ciencia ficción como Dios o la Virgen María, en vez de promover el uso del condón, enseñar sobre el SIDA, o desarrollar planes educativos que compatibilicen la vida sexual con la sentimental). La segunda es demasiado elitista como para resultar interesante como radiografía del Chile actual; digámoslo con todas sus letras, la mamita alternativa de buena situación que se retrata, con aficiones artísticas y que pasa metida en perfomances y cosas así, pertenece en realidad a un segmento etáreo bastante minoritario en la sociedad chilena; el personaje de interés ahí es el amiguete amargado del prota, que tuvo un divorcio traumático con su señora y desde entonces dice que son todas unas perras, todas unas putas, etcétera (pero lo más bien que va donde ella cuando ella lo llama, calzonúo 'e mierda nomás). Y la tercera ya no digamos, de realismo no tiene nada, salvo que tomemos la historia por su dimensión satírica. Porque de que es una crítica feroz contra el clasismo chileno, lo es; no recuerdo haber visto en ninguna peli chilena del último tiempo una descripción tan perfecta y acabada de la soberbia, arrogancia, prepotencia y falta de valores democráticos de nuestra élite chilena, como en la grandiosa escena en que la familia en masa se niega a aceptar que uno de sus hijos regalones se siente a la mesa con una antigua nana, que en el concepto de ellos debería quedarse como nana para siempre, faltaba más, que quisiera encaramarse por la pirámide social y ser gente como uno, la rota descarada. Pero debido a que siguen el mismo esquema, es inevitable comparar a "Radio Corazón" con "El Chacotero Sentimental", y ahí queda claro que en general la ferocidad social está bastante atenuada.
- El trabajo de la peli es bastante pulcro y correcto. Roberto Artiagoitía, el Rumpi, decidió esta vez prescindir de los servicios de Cristian Galaz, el que le dirigió "El Chacotero Sentimental", y que desde ese entonces ha estado en la cuesta abajo (antes de embarcarse acá, dirigió las mediocres "Carrera, el príncipe de los caminos", y "Rodríguez, el hijo de la rebeldía", para el ciclo de "Héroes, la gloria tiene su precio", por no hablar de su inane teleserie "Hippies"). Esta vez el propio Rumpi se hace cargo de la dirección, y la mano se nota. Se diga lo que se diga, el Rumpi no es un cineasta, ni siquiera un aficionado genial. Hace su trabajo bien, es pulcro, limpio y ordenado, pero poco más; no hay nada en la peli que nos remezca un poco fuera de lugar, como podíamos decir por ejemplo de la entretenidísima "Sexo con amor", dirigida con mucho más inspiración por Boris Quercia. Incluso hay su toque ególatra, cuando muestra a medio Chile pegado a la radio, escuchando al Rumpi y su programa radial... (como se deben echar de menos aquellos tiempos de gloria, ¿eh?). El Rumpi tomó la saludable decisión de meter a la licuadora todo lo que funcionara en términos de darle el gusto al público, y listo. ¿Quieren historias con una mordida de morbo? Pues llamamos para los guiones a Pablo Illanes, ilustre y truculento guionista de culebrones como "Adrenalina", "Playa salvaje", "Machos" o "Alguien te mira", y listo. ¿Al público le gustan las tetas al aire? Contratamos a Manuela Martelli y Tamara Acosta, y estamos aviados. ¿Las lesbianas son hot? Pongamos una historia de niñas haciendo tortillas, y estamos OK. ¿Las liceanas pokemonas la llevan? Pues una liceana más y perfecto. ¿No hay que cansarse mucho dirigiendo actores? Pues llamemos a algunas sandías caladas, como Daniel Muñoz, Claudia Di Girolamo o Amparo Noguera, y vamos sumando activos. ¿Al público le gusta la historia del príncipe y la pordiosera? Hagamos entonces nuestra propia versión de "Sueño de amor", y ya marchamos bien. Todo está bien, todo encaja, todo resulta a pedir de boca... pero ¿hubiera sido mucho pedir un poquito de riesgo, sólo un poquito...? ¿En particular, considerando que respecto de la creatividad y las platas, el Rumpi no debía rendirle cuentas a nadie...?
- Las actuaciones son, en general, de buen nivel. En la tercera parte no lucen mucho porque es un cuento de hadas vulgar y corriente, con papeles estereotipados a más no poder, salvo por Amparo Noguera, que se luce como enferma terminal. En la segunda, Claudia Di Girolamo está en su punto, sin pasarse tampoco, Néstor Cantillana la hace bien, pero a cambio, Juana Viale como la noviecita argentina no muestra ni de lejos las razones que deberían haberla convertido en la perdición emocional no sólo del chico embobado, sino también de su futura suegra. Y en la primera, la llevan por todo lo alto Manuela Martelli y Daniel Muñoz, con la limpia eficiencia que se espera siempre de ellos.
- Bueh, vamos a la parte femenina, que no hay buena historia de amor y sexo si no hay al menos una mamadera al aire. Aquí, la delicadeza corre por cortesía de Manuela Martelli, con un topless ilustre en "B-Happy", y que con títulos como "Machuca" y "Malta con huevo" está encaramándose como el relevo generacional de Tamara Acosta... Y para más énfasis, ¡¡¡la escena es COMPLETAMENTE GRATUITA!!! Y la mencionada Tamara Acosta, que ya había estado hot en "El Chacotero Sentimental" (y en varias otras más, digamos), y que envejece bien... y por Dios, qué bien... Lástima que en la parte de la historia lésbica, nuestro heroico Rumpi se nos acobarde. Porque la famosa Juana Viale es un miscasting completo, si ella sabe actuar entonces yo soy Daniela Romo, y verla en cueros hubiera sido lo único que la hubiera podido reivindicar ante nosotros.

IDEAL PARA: Ver una película que más o menos cumple con todo el hype que se montó alrededor suyo. Lo de "cumple", signifique eso lo que signifique.

"B-Happy" (2003).


-- "B-Happy". Chile. Año 2003.
-- Dirección: Gonzalo Justiniano.
-- Actuación: Manuela Martelli, Eduardo Barril, Lorene Prieto, Felipe Ríos, Ricardo Fernández, Gloria Laso, Sergio Hernández, José Martín, Juan Pablo Sáez, Gabriela Hernández, Juan Falcón, Consuelo Edwards, Carmen Gloria Bresky.
-- Guión: Fernando Aragón, Sergio Gómez, Gonzalo Justiniano y Daniela Lillo.
-- Banda Sonora: Cuti Aste.

-- "B-Happy" en IMDb.
-- "B-Happy" en la Wikipedia en español.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Katty no le tiene miedo a nada. Aunque su vida está lejos de ser un lecho de rosas. La chica tiene catorce años, vive en el campo (no el campo idílico y rousseauniano lejos de la ciudad, sino ése pobre y medio moribundo en un pueblo de mala muerte), asiste a un "liceo con número" (eufemismo chileno que describe a los liceos fiscales, en contraste con los "colegios con nombre y apellido", de preferencia nombres y apellidos ingleses, para la élite aristocrática conocida también como "pijes", "cuiquerío" o "pelolais"). Su madre le tiene un día muy especial, de viaje a Valparaíso, en donde visitarán a su padre preso (que especial, ¿no?). El padre sale de tomar el sol con traje a rayas, y vuelve con su familia, pero... ¿intenciones de enmendarse? Poco y ná, porque hombre botarate como él no se ha botao otro en esta tierra de Dió. De manera que Katty ahora tiene su piño de complicaciones. Por un lado está su madre, que es buena para retarla y cagarle la siquis. Por el otro está su hermano, metido en pasos medio raros. Ni hablar de su padre, que al poco está siendo olfateado por los ratis, a ver en qué nuevo hecho con connotaciones delictivas anda metido. O el chico que la pretende, al que tampoco mucho caso, porque para qué. La jornada de Katty acaba de empezar, y nadie sino el guionista sabe dónde terminará...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Gonzalo Justiniano es un director irregular. Sería grande, y en verdad sabe contar una historia, pero está lastrado por esas viejas concepciones del pasado, según las cuales el cine chileno debe servir como vehículo para explorar la esencia de la chilenidad, la cual se encuentra expresada en la vida de los seres tranquilos, marginales y miserables... Eso uno se lo aguantaba a Aldo Francia ("Valparaíso mi amor", "Ya no basta con rezar") porque eran los '60s, venía toda la influencia de la Nouvelle Vague (y más lejitos el Neorrealismo estilo "Ladrón de bicicletas"), y camarada, el cine tiene que ser comprometido con los valores sagrados del Comunismo, chico, qué chévere... Pero pues oiga usted, ya estamos en el 2000, y seguimos pegados con la misma tonterita... Porque aquí vamos otra vez, con la enésima historia de vidas mínimas y marginales, estilo "El delincuente" o "Hijo de ladrón" de Manuel Rojas. Por algo en el cine no la vio ni el cortaboletos.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una de las buenas películas de Gonzalo Justiniano. Su trayectoria ha tenido altas y bajas (más bajas que altas, en realidad). Este es uno de sus puntos álgidos; el otro sería "Amnesia" (de "Sussi", "Caluga o menta", y en particular la horripilante "Tuve un sueño contigo", mejor ni acordarse). A sabiendas de que tenía una historia casi episódica, una historia sin historia en realidad, prefirió recurrir a escenas cortas y fugaces, y con eso le confiere gran agilidad a un relato que, en realidad, no puede ser más estereotipado. Si usted nunca ha visto una peli sobre la marginalidad social chilena (puede ser, si usted es extranjero), "B-Happy" es un buen punto de partida. Pero si usted ya ha visto cosas como "Taxi para tres", o antiguallas como "El Chacal de Nahueltoro", por ejemplo, entonces no hay nada más que ahondar. Porque en realidad, el tema del cine y la marginalidad urbana o rural quedó prácticamente agotado en Chile con "Valparaíso mi amor", y desde ahí ninguna otra película ha sumado nada (ni tampoco "B-Happy").

-- Las actuaciones son decentes a buenas, sin descollar. Entre los seniors, se llevan la palma Sergio Hernández y Gloria Laso. Eduardo Barril, que interpreta al padre de Katty, recurre a los tics y manierismos que le son propios hace tanto tiempo, y siendo el buen actor que es, se desperdicia de una manera lamentable. Lorene Prieto también está bien. Entre la hornada joven, Carmen Gloria Bresky como "la Pulga", en una aparición bastante fugaz, se roba la peli.

-- Manuela Martelli. Fue su película debut, y habla muy bien de su talento, el hecho de que a pesar de no haberla visto nadie aquí, su carrera actoral no quedó sepultada, sino que siguió remontando hasta convertirse para el 2000 en lo que Patricia Rivadeneira y Marcela Osorio fueron para los '80s, o Tamara Acosta para los '90s (es decir, el bombón sexy que actúa). Y ya aquí aparece muy apetecible. Esto se llama chantaje emocional, porque cómo no te va a gustar la peli, después de ver a Manuela Martelli poniendo cara de estoicismo ante todas las putadas que le gasta la vida (porque hay que ver cómo le pasan putadas).

-- Vamos ahora a por el tetómetro. Primera peli de Manuela Martelli, y primera en que muestra topless. Y la verdad es que se ve de lo más desarrolladita (tenía 19 años en esa época). También Lorene Prieto se atreve, en coito por la carretera de Detroit y con senos al aire. Aunque entre las dos nos quedamos con la Martelli, con sus senos mucho mejor formados, y además porque es más joven. A mi no me digan, esto es una peli chilena, y peli chilena sin gomas al aire no tiene gracia.

-- Grande la escena en que la directora de la Correccional de Menores se lleva su merecido. Grande la Pulga, que consigue el milagro.

IDEAL PARA: Fanáticos de la secuela de filmes chilenos sobre el alma y la identidad chilenas, y fanáticos de Manuela Martelli (sí, soy uno, ¿y qué?).

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