11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 13 de enero de 2008

"ChilePuede" (2008).


-- "ChilePuede". Chile. Año 2008.
-- Dirección: Ricardo Larraín.
-- Actuación: Boris Quercia, Javiera Contador, Willy Semler, Hugo Arana, Álvaro Rudolphy, Bélgica Castro, Cristián Arriagada, Luis Corvalán, Catalina Saavedra, Antonio Quercia, Christian Michaelsen, Felipe Castro, César Arredondo, Sergio Hernández, Rodrigo Gijón.
-- Guión: Boris Quercia.
-- Banda Sonora: Andreas Bödenhofer (director musical).

-- "ChilePuede" en IMDb.
-- "ChilePuede" en la Wikipedia en castellano.

¿DE QUÉ SE TRATA?

¿Has tratado de poner alguna vez a un astronauta chileno dentro de un cohete espacial? Es más fácil hacerlo con un chimp, pero you know, los chilenitos son del tipo cobardón, así es que el tipo no lo hace fácil. Pero colocan al cristianito en el cohete y lo lanzan. El problema es que el proyecto en masa es dirigido por un empresario que le debe una puñeta de sueldos a sus empleados, y con evidente falta de profesionalismo, éstos eligen el peor momento para protestar: cuando está por lanzarse el famoso misil. Nuestro empresario queda solo, pero como él es un empresario chileno, pues me cago en los putos esclv... perdón, sierrrvss d'l'gleb... perdón, yanacon... perdón, empleados que trabajan para él, así es que cuando éstos se marchan, hace el lanzamiento igual, con un par. Y pasa lo inevitable, considerando que era un proyecto chileno: fácil es lanzar al pobre desgraciao, pero hacerlo bajar... Y ya la tenemos liada. Por un lado tenemos al centro espacial haciendo cruces para ver si un milagrito consigue traer de regreso al chimp... perdón, al chilenito en órbita. Por el otro tenemos al Pentágono, que por una serie de reflexiones militares dignas del Doctor Insólito, ha llegado a la conclusión de que eso allá arriba es un satélite de Al Qaeda y está listo para echarlo abajo por cualquier medio. El Gobierno de Chile, por su parte, hecho unos monos porque el lanzamiento fue hecho sin autorización oficial. La noviecita del astronauta, por su parte, está en la mira de un periodista sin escrúpulos que quiere obtener el golpe noticioso del siglo. Y si creían que Mi Tovarich El Oso RRuso descansaba, están locos, porque un ex técnico de las Soyuz anda rondando por ahí. ¡Ah! Y en medio de todo esto, tenemos a nuestro heroico astronauta, con una cara de panfilengo que no se la puede, completamente desconectado del hecho de que está a punto de convertirse en la primera animita chilena espacial...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Que el mundo se prepare... para esto. Desde el lanzamiento de "Sexo con amor" el año 2003, los Estudios Chilechitá se han convertido en un referente para el cine chilen... ¡Bah, a quién quiero engañar! Chilechitá es el nombre comercial para el sistema bancario, de ese Ejército Cinematográfico De Un Solo Hombre que es Boris Quercia. Alguna vez actor de teleseries, Quercia se ha consolidado como el gran referente de la comedia cinematográfica chilena. Cierto es que cada nueva entrega suya es más tirapabajo que la anterior, que "El rey de los huevones" no tiene tanta gracia como "Sexo con amor", y que "ChilePuede" anda por las mismas, pero en fin, menos agua da una piedra. O "Viva el novio", que para el caso es casi lo mismo. Ahora, siguiendo un proyecto del fenecido Roberto Bravo ("perdón, ¿ridículo... o ridículos...?"), Boris Quercia sacó adelante una peli sobre la carrera espacial, una carrera espacial en la que aparece el humilde Chile enfrentado a la gran superpotencia, conquistando el espacio con sabor a vino tinto y empanadas... Sí, se puede conquistar el espacio de una manera aún más lastimosa que los vejetes de "Vaqueros del espacio", que alguna dignidad tenían entre incontinencia e incontinencia urinaria...

¿POR QUÉ VERLA?

-- No se dejen engañar por el hype. La peli, sin ser brillante, está bastante bien. En el fondo, no se trata de la carrera espacial. Se trata de los chilenos, de cómo son las cosas en Chile, y de nuestras, ejem, relaciones, con el resto del mundo. En esto, la peli es mucho más certera que otros supuestos retratos modernos de la chilenidad (léase "Radio Corazón" y otros hypes por el estilo). Pasan todas las catástrofes que podrían pasar en Chile si se intentara algo así. Hay un visionario soñador que quiere las estrellas para Chile, y resulta que este visionario soñador es también un ladino y sinvergüenza (por suerte no es empresario forestal, o si no estaríamos... bueno, más o menos como estamos en la actualidad con nuestro bosque nativo). Este visionario soñador envía a un astronauta elegido por sorteo... perdón, me equivoqué, por concurso, y por supuesto que éste, el chilenito medio, no tiene la más p**a idea de cómo se están c*g***o sobre él. A su vez, este astronauta tiene una noviecita que en vez de apoyarlo, resuelve dejarlo porque su noviecito tiene un sueño y espera más de la vida que ser el padre y proveedor de alimentos de la señora y los retoños (así es como se congestionan después los Tribunales de Familia, ¿vieron?). Por encima de ellos está un Gobierno que, en vez de apoyar los proyectos de sus ciudadanos, decide perseguirlos para que USA no deje de usar vaselina cada vez que hace lo suyo con Chilito. Y si piensan que todo esto es Ciencia Ficción, piensen en el Transantiago; ahí también metieron la gamba hasta el fondo del cohete. O acuérdense del primer satélite artificial chileno. No, no me refiero al Fasat Bravo, que fue nuestro verdadero primer satélite, sino a su malogrado antecesor, el Fasat Alfa...

-- Los chistes a costa de soviéticos y estadounidenses están un tanto sobados, pero más de alguno está bueno. Tener al pesadote de Felipe Castro hablandou comou un yanki pidhiendhou que le thomen fothou junthou a monumenthou nacional es un chiste barato, casi de programa de TV, pero a cambio, los delirantes argumentos que llevan al Pentágono a afirmar que el asunto es todo un operativo de Al Qaeda, serían muy graciosos de no ser porque alguna vez los he escuchado, pero en serio... Hay genialidad en situaciones como aquella en la que el milico yanki señala que Chile difícilmente podría estar en la carrera espacial, porque se trata de un país que, según los informes, cada vez que llueve se inundan las calles... (eso es efectivo, Su Señoría). Por otra parte, el ruso-loco-pero-no-tan-loco tiene también su momento de genialidad, cuando dice que corrió la carrera espacial por espíritu deportivo, y que desde el fin de la Guerra Fría, Estados Unidos corre solo, y remata eso con un sentido "qué triste"... Y ya no hablemos de ese fugaz fotograma en donde vemos el interior de la cárcel de Guantánamo, un chiste negrísimo a más no poder, y por lo mismo, muy efectivo.

-- La dirección de Ricardo Larraín es discreta, pero efectiva. Larraín lleva casi dos décadas profitando de su primer éxito, su opera prima "La frontera", aunque es responsable de haber llevado a cabo el único biopic chileno sobre O'Higgins a la fecha ("O'Higgins, vivir para merecer su nombre"), además de conseguir que la neumática y siempre bebestible Maribel Verdú actuara para una peli chilena ("El entusiasmo"). Aquí está discreto, pero como el guión está en manos de Boris Quercia (además de la llave que chorrea monedas para la peli), no puede arrancarse con pretensiones de cine arte.

-- Los actores no están descollantes, pero cumplen con lo suyo. Boris Quercia hace su mismo rol de siempre, el eterno chileno medio, medio colgado de la brocha, y lo hace bien (era que no, si él financia la peli). Willy Semler hace también su rol de siempre, como empresario medio lunático... Javiera Contador está suculent... perdón, interpreta a la noviecita del astronauta, y recrea bien el prototipo de la chilena histérica que cuando su maridito quiere ser algo más, pone el grito en el cielo. Alvaro Rudolphy hace también su rol de siempre, de galán duro-cínico-pero-con-corazón; el problema es que su papel y subtrama enteros, que se suponían era una crítica de los mass media en Chile, al final sale sobrando porque no termina de enganchar con la trama principal. Bélgica Castro como el tovarich loco está estupendo (además, ¿en cuántas pelis han visto ustedes que los rusos sean los héroes?). Mención especial para el gran Luis Gnecco, en el papel de un Ministro de rol y nombre indeterminado, pero que me parece haber visto en alguna otra parte... (¿no se parece un poco a usted, señor José Miguel Insulza?). Por cierto, mejor olvidémonos de los comandos yankis, responsables de algunos de los momentos más penosos de la peli...

IDEAL PARA: Ver de manera distendida y relajada, obtener algunas risitas, y escuchar más de alguna frasecita odiosa de contrabando.

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