11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 31 de enero de 2008

"Encuentros cercanos del tercer tipo" (1977).


-- "Close Encounters of the Third Kind". Estados Unidos. Año 1977.
-- Dirección: Steven Spielberg.
-- Actuación: Richard Dreyfuss, François Truffaut, Teri Garr, Melinda Dillon, Bob Balaban, J. Patrick McNamara, Warren J. Kemmerling, Roberts Blossom, Philip Dodds, Cary Guffey, Shawn Bishop, Adrienne Campbell, Justin Dreyfuss, Lance Henriksen, Merrill Connally.
-- Guión: Steven Spielberg, con aportes sin acreditar de Hal Barwood, Jerry Belson, John Hill y Matthew Robbins.
-- Banda Sonora: John Williams.

-- "Encuentros cercanos del Tercer Tipo" en IMDb.
-- "Encuentros cercanos del Tercer Tipo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Desierto de... Desierto de... Desierto de... Bueh, desierto en alguna parte de Estados Unidos, qué diablos, cuando los chinos les revienten una bomba atómica todos los paralelos entre Vancouver y Río Grande lo serán. En el desierto de Estados Unidos, aparece una escuadrilla de aviones. ¿Quién diablos vuela todavía en antiguallas como ésa? Pues, la verdad... Ya nadie. Estas antiguallas estuvieron desaparecidas 30 años, desde la Segunda Guerra Mundial (bueno, en ese tiempo eran 30 años, ¿vale? La película es oldie, ¿vale?), y son el célebre Vuelo 19 (ahí te mandan recado, Charles Berlitz). Mientras hallazgos como ésos se reparten por el mundo, un pobre electricista perdido en eso que llaman la América Profunda, acude a revisar un desperfecto, sólo para descubrir que algo ronda allá afuera, es grande, lleno de luces, y posiblemente no sea terrestre. Como resultado, empieza a obsesionarse con construir, con lo que tenga a mano, una figura que recuerda a... a algo... no lo sé... Su familia, que ya lo miraba como alguien medio cucufato (es que se trata del pesadote de Richard Dreyfuss, ¿OK?), ahora terminan de mirar como su cerebro se drena por la licuadora, y deciden mandarse a cambiar antes de que empiece a utilizar sus órganos para construir sus esculturas o algo así. El electricista une entonces fuerzas con una chica a la que acaban de secuestrar el niño, y juntos emprenden el viaje a la Torre del Diablo (apropiado nombre para una peli de OVNIS, ¿no?), para descubrir la verdad, saltarse al Gobierno, entrar en contacto místico con seres de otras galaxias, llenar de dinero los bolsillos de Steven Spielberg...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Como hemos dicho tantas veces que he perdido la cuenta, los '70s fueron la década oscura del cine, una década que reflejaba la derrota de Vietnam, el crecimiento de la violencia urbana, Watergate, las patas de elefante... Todo lo que puede hacer mala a una década, vaya. Incluso las primeras pelis de Steven Spielberg reflejaban eso ("El duelo", "Tiburón"...). Tenía que llegar, por alguna parte, la distensión. El gran espaldarazo vino, como no, del cine independiente, cuando dos cineastas de la nueva camada parieron sendas fantasías espaciales: "La guerra de las galaxias" de George Lucas, y "Encuentros cercanos del tercer tipo" de Steven Spielberg, esta última que nos ocupa ahora. Ambas pelis comparten el ser espaciales, "de evasión", con aventuras, y fundamentalmente optimistas (hay fuerzas malignas, pero al final la bondad vence). No es raro que haya sido un taquillazo para la época. En eso debemos decir que Spielberg tuvo olfato. Porque primero había recibido un guión escrito por Paul Schrader, guionista de perlas del cine sin concesiones como "Yakuza", "Taxi Driver", "El toro salvaje", "La última tentación de Cristo", "La Costa Mosquito"... Sí, el primer guionista de Mermelada del Tercer Tipo fue el guionista de "La última tentación de Cristo". El tratamiento de Schrader era mesiánico y pesimista, y a Spielberg no le gustaron ninguna de las dos cosas, reescribiendo por completo el guión hasta quitarle todas las referencias religiosas (se supone que en la parte mística final, aparecían visiones de Cristo), me imagino no tanto por lo poco interesante del concepto, como para no tocarle los huevos a las comunidades religiosas de Estados Unidos (en ese país, si ofendes a una de ellas, te montan un boicot que te encargo). El resultado fue... bueno... esto.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Francamente, desde el punto de vista del fantástico, esta peli está lisa y llanamente obsoleta. Está hecha para la sensibilidad New Age de los tardíos '70s y tempranos '80s. Está dirigida al público que previamente ha leído libros pasados de moda como "El Triángulo de las Bermudas" de Charles Berlitz o "El retorno de los brujos" de Jacques Bergier y Louis Pauwels, y que alucinaban con la filosofía "ángeles ayer, extraterrestres hoy" de charlatanes como Erich von Daniken. Si se la mira desde esa perspectiva (arqueológica), es un buen muestrario de lo que era la imaginería y la Weltanschauung de aquellos tiempos, en que se suponía que los humanos la cagábamos muy bien en la Era de Piscis, pero pronto íbamos a evolucionar a la Era de Acuario, y los extraterrestres nos iban a tomar de la manito.

-- Como consecuencia de lo anterior: como cine de ciencia ficción es un desastre. Aparte de los efectos especiales (el "candelabro volador del final", como se burlaba Isaac Asimov), hay bien poco que rescatar para el SciFi fan. Porque veamos la cantidad de cosas que uno puede preguntarse, y que no encuentran respuesta lógica: ¿Por qué estos extraterrestres, a diferencia por ejemplo de los de "Ultimátum a la Tierra", invitan a una cita en un lugar tan lejano en vez de descender directamente en Washington (y por qué eligen casualmente un lugar que es simbólico para Estados Unidos por ser su primer parque nacional...)?, ¿Por qué se supone que son bondadosos, y secuestran gente, a veces de manera sumamente atemorizante (hay que ver la de luces y ruidos satánicos que montan para llevarse a un simple niñito)?, ¿Por qué, cuando devuelven las naves y aviones secuestrados, no sólo no los restituyen a sus lugares de origen como muestra de buena voluntad, sino que además los descargan en los sitios más deshabitados posibles, para que casi nadie los pueda encontrar...?, ¿Qué criterios usan para seleccionar los humanos que "merecen" una invitación...? Las respuestas son imposibles, porque aunque se nos presenten como extraterrestres y tengan apariencia extraterrestre, no lo son: son ángeles judeocristianos enviados del Cielo, pero convenientemente revestidos de un ropaje de ciencia ficción para estar a la moda, rendir homenaje al cine serie B de toda la vida, y de paso no crispar los nervios de los grupos religiosos. Como decíamos, es difícil tomarse a esta peli como ciencia ficción en serio (quizás como cine fantástico general, porque reemplácece a los ETs por los elfos, y tenemos más o menos lo mismo, aunque con otra imaginería visual).

-- Curiosamente, uno de los más grandes valores de la peli no va por su contenido fantacientífico, sino por las secuencias en que a nuestro prota literalmente se le desintegra la familia. Steven Spielberg ha reconocido en público muchas veces que "E.T." le sirvió para exorcisar los fantasmas del divorcio de sus padres, y aquí, en esta peli anterior a "E.T.", tenemos una muy dramática descripción de lo que significa la descomposición de una familia. Ya al principio vemos que existen problemas de comunicación entre madre y padre, el ambiente familiar es enrarecido, y el evento extraterrestre sirve sólo como gatillo para detonar una bomba de tiempo que ya estaba convenientemente sembradita de antemano. No en balde, los '70s fueron llamadas "la década del Yo", era el tiempo en que triunfaba Wayne W. Dyer con "Tus zonas erróneas", y qué mejor manifestación de "yo, yo, yo" que un divorcio en que nadie escucha a nadie y por eso me divorcio, porque tú no me escuchas y yo no tengo por qué escucharte tampoco. Desgraciadamente, el tema de los matrimonios que se van al carajo porque los dos se empinan en vivir su propia vida a su propio modo, es aún muy actual (y va en aumento).

-- Los efectos especiales son todo lo buenos que se pueden pedir. En realidad, de hacerse la peli treinta años después, podrían ser convenientemente modernizados, pero para los estándares de 1977 están más que bien, están soberbios. Incluso hoy en día no desentonan excesivamente. En ese sentido, la parte plástica y visual es otro punto fuerte de la peli (bueno, eso si excluímos las patelefantes, o las horrorosas patillas estilos '70s).

IDEAL PARA: Explorar el apasionante mundo misticientífico de la New Age setentera.

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