11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 3 de enero de 2008

"Planeta prohibido" (1956).


-- "Forbidden Planet". Estados Unidos. Año 1956.
-- Dirección: Fred M. Wilcox.
-- Actuación: Walter Pidgeon, Anne Francis, Leslie Nielsen, Warren Stevens, Jack Kelly, Richard Anderson, Earl Holliman, Robby el Robot.
-- Guión: Cyril Hume, sobre una historia de Irving Block y Allen Adler, inspirados sin acreditar en la obra "La tempestad" de William Shakespeare.
-- Banda Sonora: Bebe Barron y Louis Barron.

-- "Planeta prohibido" en IMDb.
-- "Planeta prohibido" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Es el futuro, y bien futuro incluso para esos años, concretamente a inicios del siglo XXIII. Una voz en off nos explica que el ser humano ha salido de su planeta, está dominando otros mundos, enviando expediciones, etcétera. Un platillo volador de los humanos (¡sí, se mueven en platillos voladores!) llega hasta el mundo Altair IV, para investigar lo ocurrido con una expedición anterior, y rescatar a los supervivientes si se encontrara alguno. Bueno, por radio sí encuentran a uno, pero éste lo único que dice es "váyanse, váyanse", y evidentemente no quiere ser rescatado. Y como los de la nave son científicos, pero también militares, pues bien, joer, no se van a quedar con el bichito de la curiosidad picándoles, que para incordiar les pagan, así es que descienden en el planeta. Allí son recibidos por una extraña y asombrosa criatura metálica que se llama... ¡¡CHACHÁAANNNN!...!! ¡¡¡ROBOT!!! Después de mostarles lo cachilupi que es, el robot los lleva hasta el Doctor Morbius, el último superviviente de la expedición anterior, que de paso ha conseguido criar a una bella chica de muy buen ver, a la que por supuesto Morbius trata de sacar de circulación apenas puede, para que los tripulantes de la nave (todos hombres, cómo se nota que esta peli es anterior al movimiento feminista de los '60s) no empiecen a imaginar el pasar placeres planetarios con ella. Uno de los oficiales quiere, y empieza las labores de domesticación de la hembra humana, pero el capitán hace valer su rango, manda al otro a la nave, y se queda con la chica. Al mismo tiempo, comienzan los ataques de un misterioso monstruo invisible que tiene una fuerza increíble, y deja muertos bien muertitos por el camino. La investigación del misterio del monstruo llevará a la tripulación al descubrimiento de un dantesco secreto respecto a la civilización que alguna vez pobló el planeta, y al extraño vínculo que el Doctor Morbius mantiene con éste...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Después del fracaso comercial de "Metrópolis", en 1927, la Ciencia Ficción cinéfila se sumergió en un largo hiato del que vino a salir sólo con el holocausto atómico de 1945, a partir del cual el tema del espacio exterior, de los peligros de la ciencia y de los invasores extraterrestres se puso otra vez de moda, para reflejar la paranoia que en aquellos años se vivía, y que aparte de la infaltable serie B con arañas gigantes, hormigas gigantes, escarabajos peloteros gigantes y toda tracada de bichos gigantes hechos crecer por la radiación a lo Godzilla, encontró concreción en "Ultimátum a la Tierra". Pero conforme pasó el tiempo, la actitud hacia la ciencia en el cine fue cambiando. De este modo fue producida la innovadora (para su época, claro está) "Planeta prohibido". La idea tenía vuelo. Estaba basada nada menos que en "La tempestad" de William Shakespeare, aunque de manera bastante vaga (por cierto, yo la encuentro más parecida a "Los viajes del Beagle Espacial", de A. E. Van Vogt, y creo que puede pasar aceptablemente como una versión bastarda de esta novela... así como el "Star Trek" de Gene Roddenberry, ya puestos). La película se transformó en un clásico instantáneo del cine, aunque como todos los clásicos, hoy en día peca de ser un poco añeja.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es Ciencia Ficción de alturas. La primera parte de la película es tediosa a más no poder. Para las audiencias de 1956, mostrar a los humanos a bordo de un platillo volador era romper con todos los esquemas (hasta el momento, como por ejemplo en la mencionada "Ultimátum a la Tierra", los platillos voladores eran patrimonio exclusivo de los extraterrestres), pero hoy en día la idea no tiene ningún impacto, por no hablar de la larga secuencia en donde el robot explica lo estupendo que son los robots, algo que medio siglo después se da prácticamente por sentado. Pero a medida que promedia la película, y el interés se desplaza desde la llegada de los expedicionarios y la subtrama romántica de rigor hacia el misterio del plaenta, adquiere una fuerza inusitada. La exploración que hacen de la antigua civilización que pobló el planeta, y que desapareció sin dejar ni rastro (bueno, ninguno en la superficie, al menos), es escalofriante incluso el día de hoy. Y la respuesta sobre la naturaleza del monstruo, que por supesto no revelaremos, debe ser una de las secuencias que mejor reflejan en toda la historia del cine, lo miserable de la condición de ustedes los humanos (miau, les dice el General Gato)...

-- El Doctor Morbius. Podríamos considerarlo como un villano de categoría, de no ser porque uno puede buenamente preguntarse hasta qué punto es un villano. Responde al estereotipo del científico loco, por supuesto, pero quizás sería arpresurado adjudicarle alguna mala intención en todo lo que está ocurriendo. Quizás lo mejor que podemos decir de él, es que se trata de un hombre prisionero de sí mismo. Lo interpreta Walter Pidgeon, y lo hace de manera memorable.

-- Anne Francis. Decíamos que la peli está un tanto añeja en algunos rubros, pero en éste, decididamente no. Para nada. En absoluto. Sobre la actriz y sus condiciones actuales, ni idea, pero en ese tiempo estaba estupenda.

-- Leslie Nielsen... Sí, agárrense de sus asientos. El médico de "¿Y dónde está el piloto?", el metegamba policía Frank Drebin de "¿Y dónde está el policía?", el payaso cómico de todas las parodias cinéfilas de los '90s, en esta peli de 1956 es el galán chulo que hace de héroe y se queda con la chica. Quien te ha visto y quien te ve. Y... ¿saben una cosa? El papel le calza estupendamente. Bueno, no podía ser de otra manera. Leslie Nielsen haciendo papeles cómicos puede hacerlo bien o mal, pero en papeles serios es... mortalmente serio.

IDEAL PARA: Ver un clásico de la Ciencia Ficción, que a pesar de cojear por aquello del paso del tiempo, aún se sostiene bien.

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