11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 13 de julio de 2008

"Sex and the City" (2008).


-- "Sex and the City". Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: Michael Patrick King.
-- Actuación: Sarah Jessica Parker, Kim Cattrall, Kristin Davis, Cynthia Nixon, Chris Noth, Candice Bergen, Jennifer Hudson, David Eigenberg, Evan Handler, Jason Lewis, Mario Cantone, Lynn Cohen, Willie Garson, Joanna Gleason, Joseph Pupo.
-- Guión: Michael Patrick King, basado en la serie televisiva "creada" por Darren Star, adaptada a su vez del libro de Candace Bushnell.
-- Banda Sonora: Aaron Zigman.

-- "Sex and the City" en IMDb.
-- "Sex and the City" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Hola. Mi nombre es Carrie. Soy una tipa que me las doy de intelectual porque escribo una columna en una revista de modas (¡aunque no lo crean, el poder redactar decentemente en algo más que lenguaje de chat me hace superior al ochenta por ciento de la población occidental!), y que me la vivo en Nueva York a todo pasto, sin otras ocupaciones que mi vida seximental y la columna de mi diario en donde (¡HAHAHÁ!) me pagan por escribir vacuas reflexiones sobre la vida sentimental, que profundas no serán, pero es lo que el target objetivo de la revista de modas busca, así es que no contratarán a otra más erudita que yo para eso. En fin. Tengo a mi novio, Mr. Big, que es un tipo muy chulo, exitoso y refinado, porque de lo contrario no me habría fijado en él. Y a mi lado tengo a mis tres amiguis. Una es Samantha, una puta de cascos que, créanlo o no, aún no se ha pescado ninguna infección, y más aún, está monógamamente unida a un tipo más joven que ella, que la folla bien follada. Otra es Miranda, casada con un tipo poquita cosa, pero que igual nos cae simpático, porque dentro de su limitada inferior condición social, ¡es tan dije...! Y Charlotte, nuestra amiga finolis, lidiando con el tema de la maternidad y todo eso. Toda mi vida es perfecta. ¿Lo es? Quizás no. Quizás intentemos dar el próximo paso, porque eso es la vida, ¿no? Siempre dar el próximo paso, ¿no? Entonces, vamos y nos compramos un departamento grande, lujoso, lindo, todo porque mi monín, el gran Mr. Big, quiere regalonearme. Y me construye un ropero. Pero eso, en vez de tenerme contenta porque mi hombre me quiere y me ama, como que me fastidia un poco. Me intranquiliza. Porque si mi otro departamento lo vendo y las cosas salen mal, ¿a dónde iré? Así es que Mr. Big, tan dije él, me dice que nos casemos. ¿En serio? En serio. Así es que hice lo que toda mujer debería hacer: planificar su propia boda. Quería algo sencillo, pero es que llegó Charlotte con un amigo, y empezamos a planificar, y las cosas fueron cada vez más lindas. Mr. Big, como que se puso un poco idiotita, pero ¡qué va!, no debe ser nada importante, son los nervios de la boda nada más... Claro, él lleva dos divorcios en el cuerpo y está un poco asustadito para el tercer matrimonio, pobrecito, pero no importa porque todo saldrá bien porque él está... ¡conmigo! Pues bien, llega el día de la boda y estoy taaaaaan taaaaaan taaaaaan feliz, porque soy una chica linda y liberal, pero no tanto que no me ilusione con todos esos rituales de tortolitos, como el vestido de novia y los invitados, y la envidia de las otras chicas... Pero, ¡miren mi mala suerte...! No sabía que Miranda, mi amigui abogada, estaba trabajando en contra mía, y que Mr. Big iba a hacer un chiste idiota, y ese chiste idiota me iba a costar la boda... ¡Oh, my God, qué haré ahora...! OHMYGOD-OHMYGOD-OHMYGOD-OHMYGOD-OHMYGOD... Sufro tanto, soy tan infeliz, no sé cómo rellenar ahora mi vida, ya ni gastarme el sueldo mensual de una decena de obreros de la construcción del Tercer Mundo en un nuevo par de zapatos me consuela... Por cierto, qué idea más rara ésa, la que se me vino a la cabeza, ¿qué será esa cosa de "obrero de la construcción del Tercer Mundo"...? No sé, sé lo que es un obrero, a veces los veo haciendo trabajitos por ahí, sé lo que es una construcción porque vivo en una, y Tercer Mundo, no sé, habrá uno, quizás, me imagino, si existe una Quinta Dimensión debe haber un Tercer Mundo, ¿no? Bien, no importa, lo que importa es que soy infeliz-infeliz-infeliz-infeliz-muyinfeliz, y ahora nada me consuela. Bien, tendré que hacer algo con eso, tendré que ponerme otra vez a escribir esa columna tontorrona por la que me pagan tan bien y me ha hecho best-seller, llena de reflexiones autorreferentes, y quizás así tenga una explicación sobre lo que pasa...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Hola, General Gato al habla otra vez. Mientras la marea retroochentera disminuye y la retronoventera levanta vuelo, llega otra adaptación de serie televisiva de aquellos años (y a pasos de otro titanic noventero: "Expedientes secretos X: Quiero creer"). Ya sé que "Sex and the City" está a caballo entre los '90s y el 2000, pero diría que es más lo primero que lo segundo. Hagamos memoria. Los '90s fueron la década de la autoabsorción, del My First and the Gimme Gimmes, de "Irene, yo y mi otro yo". Todo el mundo es pequeño e irrelevante frente a ese grande y majestuoso yo interior, convenientemente cultivado por los grungies que se las daban de artistas para justificar su solipsismo. Es también la década de "yo me enriquezco primero y más" que nos llevó a la quiebra de Enron y cosas así. ¡Demonios, si hasta tuvimos la primera Felación Presidencial Pública, cortesía de nuestro buen Bill Clinton y la Becaria del Ritmo! Las mujeres se sumaron a la moda, sumándose al carro del "dame, dame, dame", algo bien visible en productos tan diversos como "Buffy la Cazavampiros" (la serie genial, pero la prota, Bastet mía qué insufrible...) o "El diario de Bridget Jones", ambas con protas mujeres egoístas y absortas en sus propios lindos y frágiles sentimientos, hasta el punto de no poder ver más allá de su propia piel y empatizar con algún otro ser humano (¿para qué, si no son importantes para ella, salvo en lo que puedan entregarle como recursos humanos...?). En ese clima, una columnista del New York Times llamada Candace Burnell creó a un alter ego llamada Carrie Bradshaw (C.B. ambas, ¿captan?), con tanto éxito que transformó su columna en novela, y de allí pasó a la TV, por la poderosa alianza corporativa entre HBO (en aquella época un gran referente cultural, y hoy en día... Mmmmmm... sí, pero no tanto) y Darren Star, el cerebro detrás de taquillazos televisivos como "Beverly Hills 90210" o "Melrose Place" (quién crea que el hombre es un descerebrado por crear y desarrollar series tan huecas, que lo piense dos veces: no es por nada que una duró diez temporadas y la otra siete, con aceptables índices de audiencia cada una, lo que debe haberlo forrado en pasta...). La columna, y la serie subsiguiente, prendieron en su público objetivo: las mujeres autorreferentes que querían un producto banal e insubstancial, que reflejara sus propias vidas banales e insubstanciales, pero con una pátina de intelectualismo para esconder la rampante cretinez de las protas (autoengaño para las espectadoras mismas, que se ven identificadas en el cuarteto). Pero era una serie muy Era Clinton: tanta frivolidad, reflejo de la propia frivolidad de los Yueséi de la época (recuerden: fin de la Guerra Fría, prosperidad económica...), y que se acabó de una con el miedo al Holocausto Americano que sobrevino después del 9-11. En sus últimos años, la serie adquirió un tono más sombrío y maduro, más acorde con los tiempos del miedo al terror que se vivía, además de que es la fórmula clásica de Darren Star para hacer sobrevivir una serie y estirarla hasta su agotamiento (tanto "Sex and the City" como "Melrose Place" y "Beverly Hills 90210" partieron con capítulos más o menos autocontenidos, para privilegiar en temporadas posteriores las sagas y arcos argumentales). Pero cuando se acabó la serie, muchas mujeres quedaron huérfanas. ¿En dónde iban a encontrar amiguis sustitutas para sus tristes, aburridas y vacías vidas? No en obras literarias de mayor calado, por supuesto, porque eso significaría esforzarse en entender argumentos más profundos a través de estilos literarios más complejos. Tampoco en el teatro, por análogas razones. O en el cine, porque en éste, como buena parte de los productores son hombres, la visión de la mujer oscila entre la guerrera fetisha y el descanso del guerrero (o sea, una mujer ahombrada o una mujer sumisa, estereotipos ambos repugnantes al autorreferencialismo de esa clase de mujeres). De ahí que la peli hubiera tenido que venir casi de inmediato, como la gran maniobra comercial que era. La mala noticia es que el egotismo femenino que tan bien reflejaba la serie, le pasó la cuenta a los propios productores, cuando una de las protas, Kim Cattrall, decidió tratar de hacer su propio "me first and the gimme gimmes" y trató de cobrar y hacerse casi coprota con Sarah Jessica Parker. Bien, al final hubo acuerdo económico y luz verde (quizás ayudó que entretanto saliera "El diablo viste a la moda", amenazando con iniciar la saturación de un mercado amplio, pero también muy volátil). Y salió la peli. En plena era de desaceleración y recesión económica. Benditas sean Carrie y sus amigas, deben estar pensando los modistos de alta costura. De lo contrario, habrían tenido que cerrar, o bien, ¡horror!, hacer vestidos con arpillera para costales de papas. El ecosistema lo hubiera agradecido, pero sus manitos de diseñador se habrían resentido. En cambio, como ahora tenemos peli, depredación planetaria habemus. Al menos ya no usan negros en las algodoneras ni niños menores de 9 años en las textiles...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos claro. Esta peli está dirigida a un target bien específico: fanáticos de la serie de TV, y mujeres egóticas y autorreferentes. Darren Star tenía el asunto claro al respecto, y en ningún minuto trató de contentar a otro tipo de público. De ahí lo risibles de las críticas contra esta peli, sobre su superficialidad y banalidad. Sí, es superficial y es banal. ¿Y...? ¡De eso se trata, genios! No es una peli que vaya a competir por el nicho económico de "Meteoro", "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal", "WALL-E" o "El Príncipe Caspian", sino a explotar uno bien diferente, uno en donde lleva la ventaja comparativa. Y esa manada de gentes, fundamentalmente maricones y mujeres, suman legión. En ese sentido, la peli es franca y honesta, y no trata de engañarnos en ningún minuto, haciéndose la profunda o la linda. La acción de la peli dura un año completo, de verano a verano, lo que da pretexto para recrear en dos horas y media lo que con más calma hubiera sido una temporada completa. O sea, el hombre añadió una "temporada 7" resumida, a las seis de serie ya en DVD (supongo). Y aplica a rajatabla ese principio sagrado de los guionistas de culebrones, de "no richer, no wiser": al final del día los personajes no serán ni más ricos ni más sabios, porque ese cambio de estatus implicaría terminar con el dramón y matar la gallina de los huevos de oro. Si les gustó la serie de TV, les gustará la peli. Si no les gustó la serie original, olvídense, están perdiendo su tiempo aquí. Uno puede preguntarse, por supuesto, a qué clase de gente podría gustarle una peli sobre cuatro mujeres frívolas, superficiales, vacías, antipáticas y autorreferentes, y la respuesta es: a otro contingente de mujeres frívolas, superficiales, vacías, antipáticas y autorreferentes. Cuando fui a verla al cine, la sala estaba lleno de esos especímenes. A mi lado se sentó un batallón de cinco o seis de ésas, ya en sus treintas, que no pararon de hablar en toda la peli, sin preocuparse de que pudieran molestar a alguien más en la sala. Y Carrie, Samantha, Charlotte y Miranda son sus heroínas. Y la peli ofrece a las mismas heroínas de siempre, de la TV, ahora en pantalla grande. Bien, si encajas en el target, probablemente disfrutes esto (por otra parte, si encajas en el target, no entiendo cómo demonios llegaste a Cine 9009, salvo que por accidente hayas pulsado el hiperlink que no era).

-- Una interesante posibilidad de esta peli es verla como una especie de ejercicio sociológico o metanarrativo (sí, ya sé, me puse cretino intelectualoide, ¿y? Si no te gsuta, escribe tu propio blog, genio). O sea, verla con un distanciamiento brechtiano. O sea, hablando en plata, no involucrarte con las protas, sino analizarlas cómo son. Veamos. Carrie es una tipa que se cree muy inteligente porque escribe una columna (otros son inteligentes porque descubren la Teoría de la Relatividad o pintan la "Mona Lisa", pero en fin, no pidamos tanto tampoco...), pero que en su vida personal es una imbécil de campeonato, que no se compromete con nada para no tener que afrontar el drama de crecimiento espiritual que significa tomar decisiones por sí misma (¿por qué naufraga su matrimonio? Porque el famoso Mr. Big es un pastel, vamos, es cierto, pero también porque ella lo provocó, haciéndole caso a todos respecto de su boda, excepto al más importante, a su futuro marido... y además por buscarse un marido tan cretino, en vez de usar su "penetrante inteligencia" para encontrar un especímen mejor... aunque eso podría dinamitar su autoimagen de "soy inteligente porque escribo una columna en un periódico"). Samantha es una chica que le gusta estar con ella misma, y cuando se compromete en una relación, se siente cada vez más ofuscada por tener que renunciar a sí misma: el precio de ser fiel a sí misma, en este caso, es romper una relación en la que debería tratar de negociar con otra persona (al menos ella es honesta consigo mismo y se reconoce como egoísta, en un gran diálogo final). Miranda es una bruja de cuidado que aplasta como hormiga a su marido, claramente alguien económicamente inferior a ella, y cuando después de un período de sequía él decide buscar agua en otra parte (vamos, que le pone los cuernos a la abogada, eso), ella en vez de preguntarse qué demonios pasó y cuestionarse qué los llevó a no tener sexo por tanto tiempo en primer lugar, lo abandona. Y Charlotte, la más sensata y equilibrada del grupo, la única que dice algo de sentido común como "¿soy la única de las cuatro que cree que amar significa darle prioridad al otro en vez de a uno mismo?", se revela como una chica racista y sexista de lo peor (hay que ver cómo le echa mierda a Mr. Big, por solidaridad entre amiguis, en vez de aplicar su raro talento para psicoanalizar gente y descubrir qué demonios salió mal). O sea, las cuatro se plantan a la vida, cada una con su estrategia en particular, pero las cuatro como pilares inamovibles, como Reinas de la Creación, como criaturas cuyos sentimientos y pensamientos, por escuálidos que sean, deben ser objetos dignos de pleitesía y adoración, sin cuestionamientos, porque para eso ellas son las importantes, y el resto a tomar aire. Hay una escena muy significativa de la peli acerca de esto. A la salida de un desfile de modas, una de las cuatro chicas bellas y bien producidas (Samantha, la puta, para ser más concretos) es bañada en su caro y bien cortado abrigo de pieles con pintura roja por un grupo de activistas mujeres que, a diferencia de las protas, están vestidas de una manera abyecta, son de modales zafios, y feas como el culo de una vaca: ésa es la imagen que la peli proyecta sobre personas que en el mundo hacen más que mirarse el ombligo y tratan de hacer activismo para cambiarlo y convertirlo en un lugar mejor. ¿Qué clase de hombre sería capaz de soportar a una chica como las del cuarteto? La respuesta es: uno que sea bien poco hombre, uno que sea incapaz de plantarse a la vida, y por ende pueda fácilmente ser arrollado por la mujer que lo haya escogido (olvídense que ese hombre va a escoger chica por sí mismo, faltaba más, con ególatras como ésas, eso sería como aceptar la decisión de alguien más, casi la rendición incondicional de la Alemania Nazi o poco menos). Ahí tienen al alfeñique siempre pidiéndole disculpas a Miranda, al inseguro y neurótico Mr. Big de Carrie, al siempre distante noviecito de Samantha, y al maridito de Charlotte no lo incluimos porque ella es un poco más subidita que el resto, a pesar de algunos tics y manías harto desagradables (eso de andar trayendo el postre en la cartera porque aunque sea un hotel cinco estrellas, sigue siendo México...).

-- ¿Es, al final del día, una buena peli? Probablamente no. En su afán de crear algo así como una "temporada 7" que lo cierre todo, se extiende como una anaconda de dos horas y media, con un montón de secuencias que salen simplemente sobrando (el chiste del perrito de Samantha, repetido por tercera o cuarta vez, ya pierde gracia, y no hablemos de la exasperantemente larga secuencia de Navidad). Pero está bien escrita, bien llevada, y en general bien realizada. No es una obra de arte, pero sí es una peli realizada con eficiencia. 30-45 menos de peli, con material editado y enviado al DVD, hubieran sido estupendos (¿cuánto irá a durar la peli en DVD con escenas descartadas del montaje final, tres horas un cuarto...?). Si la peli parece más mala de lo que es, no es porque realmente lo sea: es porque con personajes tan vacuos y pedestres como el cuarteto en cuestión, simplemente no hay mayor material dramático para hacer algo mejor. De donde no hay, no se puede sacar, y menos agua da una piedra. En ese sentido, los críticos que la lapidaron desde sus tribunas oficiales erraron el tiro: es una peli que apunta a un segmento particular de público, que no por casualidad no es el de ellos, y como tal debe ser entendida. Cuestionarla de otra manera es tan cretino como cuestionar una peli de acción de Arnold Schwarzenegger porque carece de profundidad temática y no posee una visión crítica sobre la naturaleza humana enfrentada a los traumas de la metamodernidad. Pero eso tampoco la hace una buena peli. Es simplemente una comedia más y el taquillazo de la temporada en materia de comedias románticas. Ni más ni menos que eso. En algunos años tendrá un gran valor como referente campy, igual que en la actualidad lucen tan ingenuotas esas pelis con moda sesentera y con coros suavecitos de mujeres tipo "chacharah.... babarah... chacharah... babarah...", debido justamente al derroche de presupuesto en moda y vestuario. Será curioso esperar hasta ese día...

IDEAL PARA: Fanáticos de la serie de TV, fetichistas de la moda y los zapatos, el grupo más aguerrido de seguidores de comedias románticas, y devoradores de culebrones.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "SEX AND THE CITY":

-- (Ir a la página). Comentario del blog Y Todo Empezó Con La Boda.
-- (Ir a la página). Comentario en Claudeia.
-- (Ir a la página). Comentario en Fortegaverso sobre la afición femenina a la serie.
-- (Ir a la página). Comentario en Red Moon Wonderland sobre el sentido de la peli.

VIDEOS.

-- Trailer de "Sex and the Pity"... perdón, de "Sex and the Kitties"... ¡perdón! de "Sex and the richies"... no, tampoco era así... "Sex and the Greedy"... no, menos... "Sex and the City"... ¡Ahí sí! Eso, trailer de esa peli [en inglés, subtítulos en español].

No hay comentarios.:

Seguidores