11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

miércoles, 4 de febrero de 2009

"Busco mi destino" (1969).


-- "Easy Rider" (título original en inglés), "Busco mi camino" (título en Argentina) "Easy Rider, Buscando mi destino" (título en España). Estados Unidos. Año 1969.
-- Dirección: Dennis Hopper.
-- Actuación: Peter Fonda, Dennis Hopper, Jack Nicholson, Luke Askew, Karen Black, Toni Basil, Lea Marmer.
-- Guión: Peter Fonda, Dennis Hopper y Terry Southern.
-- Banda Sonora: Mike Deasy en el departamento musical (no acreditado).

-- "Busco mi destino" en IMDb.
-- "Busco mi destino" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Dos hippuelos ávidos de libertad y contracultura, maese, se embarcan en el viaje lisérgico de sus vidas: viajan desde alguna parte, presumiblemente el Oeste Americano, hacia Nueva Orléans, metiéndose en la América Profunda y redneck. Ahí aparecen distintas comunidades de empeyotados, pueblos pequeños, mucho camino, y por supuesto que la infaltable María Juana. Y eso... Es que ellos son born to be wild, y por eso, por ser libres, hasta se liberan de ser reseñados en Cine 9009.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Los '60s fueron la explosión. Todo lo que sabías sobre cine en particular, y cultura en general, se fue por el drenaje. En los '50s, los chicos estaban interesados en los pulps y en los milkshakes, mientras que en los sesenta, leer se puso en onda, maestro (¡sí, así sucedió!). En los '60s, la Coalición de Nenes Ricos de América decretó la llegada de la libertad, del "haz el amor y no la guerra" (qué hacer con los bebés que venían después del amor es algo que nadie tenía bien claro en aquellos días), de fumársela toda, de tirar piedras contra la nixonizada Casa Blanca... Los intelectualoides reberrrdes y chalutíferos como Kerouac, Burroughs, Huxley y Reich se pusieron de moda. Y 1968-1969, rematando la década, fueron el acabóse: "2001: Odisea del Espacio", el Apolo XI, el "Verano del Amor", Woodstock... En medio de todo ese ambiente, un por entonces jovencísimo Dennis Hopper, más de veinte años antes de hacer de psycho en "Máxima velocidad", pergueñó y dirigió esta peli sobre dos motociclistas que reflejaban lo más quintaesencial del espíritu hippie. O sea, sexo a destajo y sin responsabilidad, libertad absoluta, qué bonita es la vida rural, y enhierbarse un día sí y otro día también. El resultado es una peli que... Hmmm... Mala no es. Buena, lo que se llama buena, tampoco. ¿Entretenida? Hasta por ahí. ¿Una que debería estar en la cineteca de cualquier cinéfilo? ¡Por supuesto que sí!

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos por lo más obvio, por el valor arqueológico. Porque esta peli es muy, pero muy, pero enfermizamente muy '60s. Eso tiene dos efectos colaterales. El primero es que resulta ineludible para cualquiera que pretenda entender la mentalidad de la época. Es decir, ver a los dos protas de "Busco mi destino" dice mucho más que toneladas de sesudos y hobsbawmescos estudios sobre la marcha y decurso del cambalache siglo XX. El segundo efecto es que por ser tan de su época, puede resultar un poco críptica, por no decir aburrida, para el espectador actual, al cual el hippismo es tan obsoleto que hasta los chistes que "Los Simpsons" hacen sobre hippies huelen a naftalina. Pero bueh, el valor arqueológico sigue allí, y debemos destacarlo.

-- La mayor parte de las pelis son historias que van del punto A al punto C pasando por una serie de puntos B1, B2, B3, B4, etcétera (en las pelis épicas de tres horas y media tipo "El Señor de los Anillos", también pasan por el punto B89, B90, B91...). Esta, en cambio, es una experiencia. La historia, bien mirado, importa un cuesco. Lo que importan son los dos personajes yendo de acá para allá, encontrándose y desencontrándose con gente, ensexándose y fumándose toda la peli. Esto es también algo muy '60s, el que cada obra de arte no fuera un convencionalismo, sino algo que quebrara todas las barreras de la percepción, que agarrara literalmente al espectador y lo metiera en su mundo alucinatorio, llevando su mente hacia un estado superior de conciencia en el cual alcanzar la trascendencia mística en que... Bien, ya me entienden el punto: verla como una peli con argumento y trama es perder el tiempo. Habla muy bien de esta peli, que durante los siguientes 40 años una tonelada de cineastas dizqueintelectualoides vieron verde lisérgico con esta peli, la copiaron/clonaron hasta donde aguantó el xerox, y ninguna de estas copias consiguió reproducir ese sentido de experiencia alucinatoria que tiene "Busco mi destino". Por cierto, una nota sobre cómo la hicieron, lo que explicará algunas cosas. Dennis Hopper (bueh, él y Fonda, que ambos se repartieron el trabajo) no tenían exactamente un guión, sino apenas un esbozo de argumento, y escena por escena les iba diciendo a los actores más o menos de qué iba la cosa. Y ese carácter de boceto genial se nota a cada rato. Porque la peli no tiene casi ningún hilo argumental, más allá de los dos protagonistas, y al final termina en que llegan a Nueva Orléans porque... bueno... en algo tenía que terminar, creo yo, pero ese es un dato casi anecdótico (podían haber llegado a un santuario indígena para contactarse con extraterrestres, y hubiera funcionado lo mismo). Se trata de una sucesión de estampas (de ahí la dificultad de reseñarla). Algunas estampas tienen un interés vivísimo, está bien decirlo, pero otras son planas como el EEG de un rododendro. Digamos en favor de esta peli, que las estampas buenas redimen a las mediocres. Además, la galería completa de pinturas dura apenas una hora y media, y no abusa de alargar nada, lo que también contribuye al sentido de experiencia religiosa que tiene esta peli.

-- Los actores parecen escogidos aposta. Se supone que deberían lucirse Peter Fonda y Dennis Hopper (el director-guionista-actor), y así es, pero se les suma en el camino un jovencísimo Jack Nicholson, que se integra de lo más bien al duo y no les roba cámara como será su costumbre más adelante (pobre Michael Keaton, todavía le debe doler cómo Nicholson usó su cara de friegapisos en "Batman"). Hace una aparición casi de cortesía, al final de la peli, como una de las mujeres de vida ligera, Karen Black, que por esos años y en los '70s haría alguna que otra cosilla por ahí ("Aeropuerto '75", "Trama macabra", "Capricornio Uno", etcétera), aunque está irreconocible, todo hay que decirlo.

-- Si le prestan oídos a los diálogos más delirantes de la peli... Fonda, Hopper y Nicholson estaban chupándole marihuana de verdad a su cigarro. Y la pasan del uno. Por eso les sale tan realista el papel. Cosas que uno podía permitirse en los '60s, y ahora...

-- El soundtrack. Vamos por partes. En nuestra época es común que para estaf... perdón, vender al público una peli, le metan una docena de canciones de bandas dizquemolonas (generalmente dos o tres de primera fila, y una decena de wannabies clónicas de las anteriores para marcar el estilo y pagar menos), y negocio redondo, porque la gente se supone que engancha con la peli por el abundante Nü Metal (es un supuesto, al menos), y además va derechito a comprarse el soundtrack (o descargárselo, más frecuentemente). Pero en 1969, la idea de soundtrack era música orquestada, como se estilaba desde que Max Steiner compusiera su grandioso OST para el "King Kong" de 1933. Hopper y Fonda jugaron entonces la osadísima idea de tomar canciones molonas y ensartarlas dentro de la peli, aunque no vinieran tan a cuento con la trama; inventaron también la idea de intercalar una canción rock con esos instantes de peli en que no pasa nada (en este caso, cuando los motociclistas van en plan Lucky Strike por las planicies yankis). Exacto, "Busco mi destino" inventó el concepto de soundtrack MTV más de una década antes de "I want my MTV". Ya vale, fueron los primeros, pero... ¿tiene esto algún valor adicional, aparte del histórico? La verdad es que sí. Porque el soundtrack está de parir. Las canciones eran o debieron ser resultonas entonces, y la verdad es que cuarenta años después, hipposas y ya no tan hardies como debieron sonar en 1969, y hasta un poco ñoñas a ratos, siguen siendo marchosas. Música de calidad, que le llaman. Buscaron lo mejor, eligieron lo mejor, y la música sigue siendo la reina de esta peli.

IDEAL PARA: Nostálgicos del Hippismo, arqueólogos del cine, amantes de la buena, y gentes con freedom vibes.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "BUSCO MI DESTINO":

-- Comentario en Leedor.com.
-- Comentario en Freedonians.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



-- Créditos de la peli, con la clásica canción "Born to be Wild" de Steppenwolf [en inglés, sin subtítulos].



-- Pirrándose un poco de hierba [en inglés, sin subtítulos].



-- Secuencia de voladura con ácido [en inglés, sin subtítulos].



No hay comentarios.:

Seguidores