11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

martes, 10 de febrero de 2009

"El Sol sale para todos" (1947).


-- "Gentleman's Agreement". Estados Unidos. Año 1947.
-- Dirección: Elia Kazan.
-- Actuación: Gregory Peck, Dorothy McGuire, John Garfield, Celeste Holm, Anne Revere, June Havoc, Albert Dekker, Jane Wyatt, Dean Stockwell, Nicholas Joy, Sam Jaffe, Harold Vermilyea, Ransom M. Sherman.
-- Guión: Moss Hart, con revisión sin acreditar de Elia Kazan, basados en la novela de Laura Z. Hobson.
-- Banda Sonora: Alfred Newman.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un periodista con niñato inocente-pero-brillante, llega a la gran ciudad, a vivir con su madre (la del periodista, o sea la abuela del niñato, porque el hombre es viudo). Es la Gran Manzana, New York, décadas antes del 9-11, y América prospera después de la Segunda Guerra Mundial (¡o gracias a ella, hay que ver cómo reactivó la industria!). Nuestro héroe busca trabajo, y lo encuentra. Pero a cambio debe vender su alma a... ¡¡¡CHACHAAAAAÁNNNNNN!!! ¡¡¡LA CONSPIRACIÓN SIONISTA INTERNACIONAL!!! Porque el periódico para el que trabajará, es un medio liberal (ya sabemos lo que eso significa en EEUU: projudío, pronigga, proabortistas, proindigenistas, proetnocaceristas, promalkavian, procualquier-cosa-anti-WASP), y su director está emperrado en sacar una serie de grandes reportajes sobre el antisemitismo. Nuestro héroe, como que quiere entrar en vena y no puede, y eso que cuenta con la ayuda de la bella y dije sobrinita del director del pasq... perdón, periódico. Hasta que Yahveh Sabaoth le envía la inspiración suprema: ¡para escribir sobre los judíos, nada mejor que hacerse pasar por judío! Así podrá sentir en mortificada carne propia las laceraciones y tribulaciones de la Raza Elegida a manos de la malvada gentilidad. Sólo su familia directa, su prometida y su jefe están en el ajo, y lo apoyan. Todo el resto piensa que de verdad es judío. Y qué encuentra... ¿que América es una nación libre y democrática, en la cual todos te aceptan cuando eres diferente porque THIS... IS... SPART... perdón... THIS... IS... AMERICA? Si así fuera, no habría peli ni tensión dramática, en primer lugar. No, lo que nuestro prota encuentra es un nido de ratas. Un asqueroso nido de ratas. Un hórrido nido de ratas. Porque ya sabemos que nadie es antisemita, ¡oh, no, Señor, líbranos de semejante plaga moral!, pero por dentro, quién más quién menos, todos llevan su propio Adolfito en el interior...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Cómo pasa el tiempo. Hubo una época en que el antisemitismo era respetable. No importaba qué tan mal fueran los tiempos, siempre podía uno desquitarse agarrando a pedradas al perro judío en la judería, y santas pascuas, ahí estamos con el alma aliviada de regreso a las preocupaciones del diario vivir. No en balde España comenzó la decadencia cuando echó a los musulmanes y judíos en 1492 y a los moriscos a partir de 1609, y sin esa gran vía para quitarle presión a la olla social (pedradas a los judíos, repito), la economía fue de mal en peor. Con un poco de ayuda de la megalomaníaca política del Conde-Duque, claro está, pero fundamentalmente por no poder practicar el saludable y antiestresante deporte del tiro al judío. Además con eso se le hacía un favor a los judíos porque los hacía entrar en la guerra darwiniana por la existencia y sacaba lo mejor de ellos, haciéndolos grandes pensadores como Karl Marx, Albert Einstein... En Estados Unidos, el deporte del antisemitismo era también muy respetable, y una lista de notables proclives al antisemitismo abarcaría a Henry Ford, Ezra Pound, Charles Lindbergh... (¡en América, la Nación Masónica por excelencia, y luego hablan de la Conspiración JudeoMasónica!). Pero después de la Segunda Guerra Mundial el antisemitismo perdió respetabilidad, luego de que la compasión mundial cayera sobre los judíos debido a los excesos de la Shoah impulsada por los acólitos de Hitler, además de que como los judíos habían sido perseguidos en Europa, al llegar a América se habían hecho productores de cine, y por lo tanto toda la maquinaria propagandística de Hollywood estaba cargada de simpatías hacia la causa judía. Uno de esos productores filojudíos, Darryl F. Zanuck, decidió aprovechar la cresta de la ola llevando al cine una novelita antiantisemita de Laura Z. Hobson, de lo que resultó esta peli.

¿POR QUÉ VERLA?

-- ¿"La lista de Schindler"? ¿"Holocausto"? ¡Bah, paparruchas! Es fácil arrancarte lágrimas de simpatía por los pobrecitos judíos cuando los pones de víctimas en un ejercicio de carnaza sadomasoquista. Pero, ¿qué pasa cuando no puedes apilar pilas de cadáveres y contar los muertitos, y aún así tienes que conmover a la audiencia? Esta peli tiene la clave. Seguramente "El Sol sale para todos" es la peli de denuncia sobre el antisemitismo por excelencia. No es una peli de malos antisemitas versus buenos semitas. Las cosas no son tan claras aquí. El título original podría traducirse al castellano como "Un arreglo de caballeros" ("Gentleman's Agreement"), y en realidad esa es la más mortífera de las armas en la discriminación: el no querer verla, el ocultarla bajo la alfombra, el convencerse de que la discriminación es mala pero nosotros no discriminamos porque no decimos frases hirientes, ¡Oh, no, líbranos de eso, Dios de Abraham, Isaac y Jacob!, pero aguantar y aceptar montones de costumbres y comportamientos que en su esencia sí que son discriminatorios. ¿Y todo por qué? Por eso, porque son gente bien, porque como "acuerdo de caballeros" no se discutirá de ciertas cosas, y si alguien se pasa de la raya y se pone antisemita, pues bien, miramos para otro lado y no hacemos nada porque después de todo, somos gente bien y si armamos boche, pues qué van a decir nuestras amistades... Peor aún, la peli devela que incluso en el propio frente antiantisemita hay antisemitismo larvado: el pasquín liberal que ataca a los antisemitas tiene gente antisemita trabajando en sus propias filas, incluso inconscientemente de que lo son, e incluso también los propios judíos, aceptando y adecuándose a ciertas conductas (cambiándose el nombre y el apellido para desjudaizarse y hacerse más americanos, por ejemplo), también a su vez perpetúan el estigma del antisemitismo. Una anécdota sobre esta peli, es que cuando en los grandes estudios corrió el rumor de que Zanuck la iba a rodar, fueron sus propios coleguetes judíos de otros estudios quienes le dijeron "oye, Zanuck, mejor nada de denuncias, ¿eh? Mira que las cosas están bien cuando no se revuelve el caldero, así es que ¿para qué levantar otra vez el tema si nos está yendo tan bien con la conspiración de silencio?", a lo que Zanuck replicó incorporando esa escena en la peli, y poniendo una frase similar en boca de un personaje projudío. Sintomáticamente, lo más cercano que vemos aquí a la violencia física contra los judíos no viene del mundo de los adultos, que después de todo son caballeros y si se trenzan a golpes con un judío, pues, qué dirá la gente (además el ojo en tinta no se verá tan bonito en una reunión social), sino de los niños, cuando el hijo del prota es abusado porque unos matones de barrio lo consideran judío, y el pobre no entiende por qué lo odian tanto, y peor aún, no entiende qué de odioso podría tener un judío (o cualquiera) para ser tratado así.

-- Esta peli trata sobre antisemitismo, pero sus conclusiones son válidas para muchas formas de discriminación. De manera no demasiado sorprendente, denuncia con fuerza la discriminación de la clase bien de América contra los judíos (Segunda Guerra Mundial, Holocausto, ¿recuerdan?), pero no se atreve con otras formas de discriminación bien larvaditas en el seno de la América de ese tiempo, y eso en vísperas de que se inicie el Macartismo anticomunista y el movimiento de los derechos civiles a favor de los negros, temas ambos sobre los cuales la peli no dice una sola palabra (irónicamente Elia Kazan, director de esta peli, años después se convirtió en bocafloja y entregó nombres de varios antiguos camaradas, de la época en que él estaba metido con grupos comunistas). Pero el análisis de caso es muy similar. Hoy en día, decir algo contra los judíos es sacrilegio porque ¡pobrecitos! ellos padecieron el Holocausto (qué importa que algunos agresivos filojudíos utilicen esa piedad para tratar a los palestinos más o menos como los nazis los trataron a ellos), pero a cambio tenemos mucha otra gente a la cual se les puede arrojar piedras: los musulmanes, los inmigrantes ilegales, los asiáticos, los negros, los indígenas... Y por idénticas razones. Desafortunadamente, no porque la ola antisemita haya remitido su tanto quiere decir que esta peli haya perdido actualidad.

-- El apartado técnico es notable. Elia Kazan es, por supuesto, uno de los grandes directores de Hollywood, y tiempo después de esta peli rodaría clásicos como "Pánico en las calles", "¡Viva Zapata!", "Un tranvía llamado deseo", "Nido de ratas", "Al este del Edén" y "Esplendor en la hierba", y en esta peli muestra ya de lo que es capaz. Gregory Peck entrega también una gran actuación (además, para las chicas, está hecho un crío, el hombre), y del resto del elenco no caben sino elogios. Tanto el guión como la banda sonora (a cargo de Alfred Newman, un habitué de las pelis de Zanuck) están en su punto. Salvo por la primera media hora inicial, soporífera a más no poder, el resto de la peli no sólo aguanta notablemente bien el paso del tiempo, sino que posee un gran ritmo y una solidez narrativa que ya se la quisieran muchos directores actuales que por tratar de ser "de denuncia" no pasan del aburrido panfleto y se olvidan de lo principal a la hora de hacer cine: hacer cine, precisamente.

IDEAL PARA: Ver una sólida peli sobre un tema también por desgracia bastante sólido, como es la discriminación.

ENLACES.

-- (Ir a la página) Entrada en IMDb.
-- (Ir a la página) Artículo de la Wikipedia en inglés.

VIDEOS.

-- Escena antisemita de la peli [en inglés, sin subtítulos].



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