11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 1 de febrero de 2009

"La ventana indiscreta" (1954).


-- "Rear Window". Estados Unidos. Año 1954.
-- Dirección: Alfred Hitchcock.
-- Actuación: James Stewart, Grace Kelly, Wendell Corey, Thelma Ritter, Raymond Burr, Judith Evelyn, Ross Bagdasarian, Georgine Darcy, Sara Berner, Frank Cady, Jesslyn Fax, Rand Harper, Irene Winston, Havis Davenport, Marla English.
-- Guión: John Michael Hayes, basado en el relato corto "Murder from a Fixed Viewpoint" de Cornell Woolrich.
-- Banda Sonora: Franz Waxman.

-- "La ventana indiscreta" en IMDb.
-- "La ventana indiscreta" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un fotógrafo ha sentido the call of the wild con demasiada fuerza, y eso le ha costado una buena fractura de pierna, que lo tiene empotrado en una silla. Sin mucho quehacer, su vicio profesional le vence, y empieza a espiar por su ventana a sus vecinos. Y como para eso tiene herramientas, pues saca todo su repertorio de lentes y contralentes para ensimismarse mirando desde su departamento a toda una pared repleta de ventanas en las que espiar a sus congéneres (no es para tanto tampoco, si en esa época la gente aún no estilaba tener sexo frente a la ventana para que miraran los vecinos...). Nuestro héroe tiene una masajista viejurra que es medio regañona, que cuándo vas a sentar cabeza, que cuándo te vas a casar con esa bella señorita que tanto te quiere, etcétera, y él, pues bien, escurridizo como anguila, que mi modo de vida, que mi arte, etcétera (y es fotógrafo de realidad internacional, que si fuera fotógrafo de Playboy ya no dijéramos...). Y tiene, como ya se habrán percatado, una noviecita. Una chica socialité que lo quiere y lo adora, pero que como buena fémina de pro, cuando se le pone entre ceja y ceja que ese hombre es mío, casi-casi mío, pues bien, ahí está metida de doña como si ya fuera suyo el departamento. Así es que así se la pasa nuestro pobre fotógrafo, aburrido e imposibilitado de escaparse... Mirando al pobre pianista componiendo en su maravillosa room with a view... a la vistesantos del primer piso... a la exquisita criaturita ésa que estudia ballet con un trajecito spandex preGym-'80s... a un comerciante que sale y entra con maletas y con señora... con señora... con señora... un momento... ¿dónde diablos se metió la señora del comerciante? Además, ¿por qué sale y entra el comerciante con maletas a las tres de la mañana...? ¿Y por qué envuelve cuchillos carniceros en papel de diario...? Mmmmmm, todo eso huele a muy sospechoso... Y el fotógrafo decide pasar a la acción. Le pide a un amiguete, antiguo cumpa del glorioso U.S. Army devenido en detective, que investigue un poco a ver qué encuentra, pero no, resulta que la señora se fue al campo, y todo normal. Pero nuestro tipo, ¡ah, no!, está demasiado de ocioso, y como hay una mosca cojonera en el interior de toda alma humana, pues bien, tendrá que seguir adelante, whatever it takes, aunque desentrañar un posible asesinato le cueste la vida. Mucho cuidado. Bien podría ser que desentrañar un posible asesinato en verdad terminara por costarle la vida...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Si la calidad cinematográfica se midiera a ratio de cantidad de plagios por año, Alfred Hitchcock sería sin lugar a dudas el más importante cineasta de todos los tiempos porque... ¡Qué manera de colgársele a este pobre hombre! O sea, además del remake "La ventana indiscreta" con Christopher Reeves del año 1998, tenemos también esos sendos remakes bastardos que son "Doble de cuerpo" y "Paranoia"... Bueno, la mayor parte de la gente tiene su punto de morbo y por eso lee nov... perdón, eso ya casi nadie lo hace (lo que no impide que se sigan comprando, por aquello del prestigio inter pares). Por ese punto de morbo, decía, la gente va al cine (o arrienda el DVD o se descarga la peli, ehm), a ver cómo otras gentes sufren y penan (¿han notado cómo las pelis "policiales" son sobre crímenes y las pelis "de amor" son sobre desamor?). Algunos más aberrantemente morbosos dan el siguiente paso y se deciden a crear esa clase de material morboso (a ver, a ver, a ver, todos al set, en su posición, tú el psycho-killer saca el cuchillo así, enarbólalo de manera fálica, tú la scream queen saca un poco más la teta, que se vea el pezón erecto... ¡Así, muy bien!). Y todavía hay tipos (y gatos) aún más morbosamente depravados, que se dedican a mirar esas pelis y disimulan ese regustillo de pasársela bien con un muy erudito y displiscente análisis en blogs como Cine 9009 y otros al uso... Bueno, en el punto intermedio está Alfred Hitchcock, uno de los más enfermizos directores de cine de todos los tiempos, que no se dejó parafilia por plasmar en el cine, de manera sutil por aquello de la censura, pero de que le gustaba lo retorcido, le gustaba... Si bien su carrera ascendente en Hollywood empezó en los '40s, el ecosistema natural de Hitchcock fueron los '50s, en parte porque fue uno de los máximos referentes de la Sociedad Baby Boom, esa bien ordenadita y protestantita city de grandes arrabales con pretty casitas con pie horneado en las ventanas (no miremos a esos malvados motoristas que escuchan esa música diabólica llamada... ¡Rock'n'Roll!), y que no por nada, para darle satisfacción a los instintos más lúbricos, tenía entre sus recovecos a Betty Page y la Revista Playboy. Y bueno, si querías ver toda clase de aberraciones sexuales insinuadas en una peli respetable, ¿qué te quedaba? Ver a Hitchcock. O sea, tenemos homosexualidad latente en "Extraños en un tren", necrofilia latente en "Vértigo", sadismo latente en "La llamada fatal"... Y he aquí que tenemos voyerismo latente en "La ventana indiscreta". Hacía una de BDSM latente y tiene el repertorio completo. Y nadie te podía decir nada porque, después de todo, era sólo una peli, y una peli de suspenso policial y nada más... Después llegaron los más aperturistas '60s y Hitchcock empezó a perder interés, pero no sin antes haber legado varias joyitas a la Historia del Cine. Como la peli que nos ocupa en este minuto, por ejemplo.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos por lo obvio. Es una peli de Alfred Hitchcock. El tipo era una máquina de meticulosidad morbofetichista, sus pelis estaban maquinadas para jugar con los sentimientos de la gente hasta el último fotograma, incluso las más mediocres de todas, y he aquí que no tenemos una de las más mediocres sino una de las más brillantes. La partida es lenta, incluso tediosa para los estándares fílmicos del siglo XXI, y después de 30-40 minutos pareciera que el asunto no va a estallar nunca, que qué diablos le vieron los críticos a esta peli de Hitchcock para levantarla tanto, que podría mientras estar viendo cómo crecen las malvas del campo... Pero a mitad de peli, las cosas se aceleran. El viejo zorro de Hitchcock ha estado construyendo sutilmente tensión otra vez, y cuando la pone sobre la mesa, con tacto y dosificación (bueno, era inglés, no esperarán que le eche todo el frasco de azúcar al té), la escalada de suspenso es simplemente imparable. El final es simple, incluso hasta obvio y predecible, pero te deja pegado en el borde del asiento justamente por eso, por lo desnudo de la narrativa (nunca mejor dicho, aunque de manera metafórica, claro está). Cuando la peli termina, todavía te estás preguntando cómo demonios lo hizo. Claro, después, reflexionando, puede que entiendas, pero en el intertanto, el uppercut cinematográfico no te lo quita nadie. Bueno, es que era Hitchcock.

-- Toda la peli gira sobre el tema del voyerismo. Poco es lo que puedo escribir sobre el particular, que no haya sido antes explicado en sesudos y muy doctorales análisis por otros tantos estudiosos del lenguaje cinematográfico, de manera que no me explayaré en demasía. Además, me pregunto hasta qué punto Hitchcock quería construir una metáfora sobre el cine, como tantas veces se alega, y hasta qué punto simplemente encontró una manera original de construir suspenso y la utilizó sin tener plena conciencia de la caja de látigos que estaba abriendo (no sería la primera vez en la Historia que ni su propio autor sabía bien qué estaba pariendo). La idea es que la peli entera está referida desde el departamento del fotógrafo, y por lo tanto, la peli no nos entrega todos los elementos de la realidad, sino una visión sesgada de los mismos: la visión que tiene el espectador. Hay aquí entonces un juego de metalenguaje, ya que cuando un cineasta cuenta una historia, también suele escamotear estratégicamente datos para hacer escalar el suspenso de la misma. Si la historia se nos hubiera contado con un cineasta omnisciente que hubiera podido viajar de departamento a departamento, un policial tan simple (simplón, incluso) como éste no hubiera despertado el menor interés. Esto es lo que convierte el final en algo tan aterradoramente metafísico: no lo reventaré, por supuesto, pero si ven la peli desde esa perspectiva, me comprenderán que hay un escalofrío especial. Este juego narrativo es en realidad viejo en la Literatura (se me ocurren "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius" de Jorge Luis Borges, "Niebla" de Miguel de Unamuno, la muy posterior y adaptada a peli "La historia sin fin" de Michael Ende, y por remontarnos al pasado cavernario tenemos la "Vera Historia" de Luciano, y ya no digamos de cómo se forró Philip K. Dick con este tema), pero pocas pelis consiguen ese efecto de plasmar lo que es el metalenguaje. Y esta peli lo consigue, además, sin recurrir a herramientas del cine fantástico, como un Terry Gilliam al uso, sino con el realismo más estricto posible.

-- Los actores están simplemente fantásticos. James Stewart, quién ya había actuado para Hitchcock en "La soga" (y reincidiría en "El hombre que sabía demasiado" y en "Vértigo", peli esta última que fue un relativo fracaso en su tiempo y por la cual el muy poco agradecido Hitchcock defenestró a su antiguo colaborador), ofrece aquí una brillante perfomance con un personaje de perfil muy hitchcockiano, a saber, el ciudadano común y corriente sin ningún rasgo particular, que en la intimidad de su hogar esconde un morboso secreto psiquiátrico (difícil que los adocenados ciudadanos de los '50s que debían gozar a escondidas de ver a Betty Page con látigos y cuero no hayan empatizado con este personaje), que de confesarlo en público le significaría la repulsa inmediata de sus buenos vecinos (qué tiempos aquellos, hoy en día los blogueros hablan impúdicamente de cómo le hacen a la plomería mirando fotos de Jenna Jameson siendo asada al spiedo). Grace Kelly, toda dama ella, hace también un significativo rol como novia medio castradora (a falta de madre castradora, otra presencia psicológica habitual en las pelis hitchcockianas), pero que en su rol un tanto edípico, igual se deja envolver por el morbo fetichista de su novio medio-adoptado. Raymond Burr, por su parte, como el comerciante sospechoso de asesinato, aunque su rol es bastante reducido, tiene esa presencia inquietante que, bueno, ya me entienden, eso un par de años antes de inmortalizarse como el sagaz Perry Mason de la serie de TV cincuentera. Y completa el elenco principal de manera también brillante doña Thelma Ritter, como esa caricatura de señora-bien de cuño tradicionalista que condena el meterse en las vidas ajenas como haciendo cruces al Demonio, pero que a la primera oportunidad anda metida husmeando en lo que no le importa, y todo eso para mayor bien, claro está, que ella no será entrometía sino gente decente, pero es que lo hace para asegurarse de que la decencia prevalezca, faltaba más. Sobre el papel, bien mirado, estos personajes no son tan interesantes, son incluso anodinos, pero es la cuidada interpretación de quienes los encarnan, quienes obran la alquimia de convertirlos, no diré en tipos humanos inmortales, pero sí en individuos cuya vida y destino nos puede interesar, voyerísticamente hablando, claro está...

IDEAL PARA: Esa rara especie de depravados intelectuales que son los "estudiosos" de la Ontología, y también para el público más normalito que anda buscando una buena peli de suspenso.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "LA VENTANA INDISCRETA".

-- (Ir a la página) Comentario en Cinestesia.
-- (Ir a la página) Comentario en la Web del Cine Clásico.
-- (Ir a la página) Comentario en Fuera de Campo.

VIDEOS.

-- Créditos de la peli [sin subtítulos... ni falta que hacen].



-- Espiando el departamento de la Señorita Corazón Solitario y de la Señorita Torso y de otros vecinos... [doblado al español de Ezpaña].
 

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