11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 5 de abril de 2009

"El sustituto" (2008).


-- "Changeling". Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: Clint Eastwood.
-- Actuación: Angelina Jolie, Jeffrey Donovan, John Malkovich, Jason Butler Harner, Colm Feore, Michael Kelly, Amy Ryan, Devon Conti.
-- Guión: J. Michael Straczynski.
-- Banda Sonora: Clint Eastwood.

-- "El sustituto" en IMDb.
-- "El sustituto" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Angelina Jolie es una madre que trata de educar a sus retoños que... Er... Aclaremos primero que se trata de su papel en la peli, no de ella misma coleccionando tercermunditos como cromos de beisbolistas. ¿Claro? Bien, sigamos. Es 1928, y ser madre soltera en la época es algo un tanto complicado, you know, no poder volver a casarse, medirle el crecimiento al crío haciéndole marquitas a la pared, obligada a usar unos patines que la hacen ver ligeramente estúpida en una central telefónica de ésas con operadoras enchufando cables en un tablero para comunicar a la gente... (qué época aquélla). De pronto, un día cualquiera, le promete a su crío que lo llevará al cine, a ver tal o cual peli, y una buena nueva serial sobre un piloto misterioso que... ehm, es misterioso, no puedo decirles qué es (y de hecho, no los vemos después ir al cine). La llaman por teléfono por un trabajo y dice que irá, y entonces le promete al crío que la cita no se cancela, que sólo está postergándola un día (todas dicen lo mismo), lo que la pone en evidencia como alguien que no ha visto esas pelis en que quedan asuntos pendientes y después los asuntos pendientes no se resuelven para incrementar la culpa de la prota y todos nos sintamos más mal. En fin. El caso está en que ella va al trabajo, y al regresar, el crío no está. Llama al LAPD, y le dicen que espere 24 horas, que los chicos macarras se van y después vuelven solitos. Pasan las condenadas 24 horas, y el LAPD debe entonces hacerse cargo (damn it! Con lo bien que se resuelven las cosas cuando es un chico macarra que simplemente se ha ido por una noche). Pasa el tiempo, y de pronto aparece un crío que encaja con la descripción. Lo traen. Pero nada más verlo, nuestra esforzada madre se da cuenta de que no, éste no es mi chico, que de dónde lo sacaron, etcétera. El poli dice que no, que es el chico, que ha sido determinado con los más chupis y medicosos avances médicos forenses de la época, que se acostumbre y lo tome por una temporada, y si le gusta, se queda con el producto. De manera que nuestra atribulada madre toma consigo su hijo 2.0 y se lo lleva para la casa. Pero en la casa lo espera una prueba definitiva: resulta que el chico es palma menos que la marca en la pared. Y como los niños hoy en día no se encogen porque vienen sanforizados, Angelina Jolie va a reclamar que no es el producto que pidió, que se lo cambien y le traigan el de verdad, que para eso son la policía, joer. La batalla por averiguar la verdad sobre su hijo ha comenzado, y la poli, corrupta hasta la médula de la silla de ruedas, hará lo imposible por limpiar su prestigio tapándole la boca a la madre...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Hace rato que Clint Eastwood viene consagrado como uno de los mejores directores de Hollywood. La receta es simple. Eastwood es un clásico. Uno formado en la escuela de machos viriles como John Ford, no locazas como MgG. Su cine, por lo tanto, es recio y firme, no pirotecnia sin sentido. Clint Eastwood no ha olvidado la regla palmaria según la cual lo más importante es contar la historia, no reemplazar la creatividad con FXs molones. En su cinema doble "La conquista del honor" y "Cartas desde Iwo Jima", Clint Eastwood había vuelto a probar quién era de verdad, y desde entonces había estado tranquilito en eso de dirigir. Y ¡ZAZ!, que cuando decíamos que el vejete ya ni chus ni mus, ¡SORPRESA!, se nos descuelga con dos pelis casi al mismo tiempo, con "El sustituto" y "Gran Torino", haciéndose casi la competencia a sí mismo copando las salas de cine (hácete ésa, Jerry Bruckheimer). Aunque en lo de "El sustituto" casi-casi, porque no se suponía que la fuera a dirigir él, y Clint Eastwood se sentó en el sillín del director una vez que Ron Howard se salió para rodar "Frost contra Nixon". Salimos ganando, porque quizás qué le hubiera metido Ron Howard, a lo mejor hubiera puesto a la madre a ver números misteriosos en la pared como en "Una mente brillante" y "El Código da Vinci"... En realidad el padre conceptual de la criatura es J. Michael Straczynski, que estuvo un año entero buceando entre archivos para reconstruir la historia, y que es mejor conocido por ser el hombre orquesta detrás de esa parida Sci-Fi que fue "Babylon 5" (¡¡!!). "El sustituto" estuvo postulado para ver si podía comerse algún hombrecillo dorado en los Oscares, y como suele pasar con las buenas pelis, quedó mirando para la carnicería, frente al acorazado "Slumdog Millionaire". Luego, fue opacada por "Gran Torino" (lo dicho, Eastwood haciéndose la competencia a sí mismo). Pero no importa. Ninguneada y todo, hasta por su propio autor, sigue siendo una buena peli. Recia. Viril. Como las que se hacían antes. ¿Cómo las que se hacían antes? ¡Como las que siempre deberían hacerse, demonios!

¿POR QUÉ VERLA?

-- Lo que decíamos. Es una peli con una dirección sólida como un roble. Vale que a veces la historia parezca un poco ejem-esto, ejem-aquello, cayendo a ratos un poco en la caricatura (los buenos son todos sensibles y emocionales, los malos son todos fríos y calculadores... chantaje emocional clásico y viejo como el cine mismo, e incluso anterior). En cierto minuto uno puede preguntarse (y la peli esto no lo resuelve) cómo tal o cual funcionario policial fue tan estúpido como para tratar de hacer una barrabasada como la de la peli, cambiar un niño por otro, y pensar que la madre fuera a tragarse el anzuelo con plomada, caña y pescador de yapa, y hubiera sido bueno que la peli en algún minuto se hiciera cargo del asunto, pero por otra parte hemos visto a tanto tarado sentado en puestos de responsabilidad dejando desastres peores, que bueno... (el último, a la fecha de esta peli, solía vivir en Avenida Pennsilvania 1600, y sea dicho para el registro criminal, dejó clavado al Gobierno de los Estados Unidos con una deuda pública siderostronómica, además de asesinar por interpósita mano a cientos de irakíes y marinesen una guerra absurda). Pero aún así, con estos baches narrativos y todo, Clint Eastwood toma siempre las opciones más directas para contar el cuento, y consigue que una historia potencialmente desastrosa se transforme, si no en algo memorable, por lo menos en entretenida. Y entretenida de la manera honesta, o sea, sacando la tensión del drama de los personajes, y no de ninguna parafernalia adicional. ¿Pudo haber sido incluso mejor? Probablemente sí. Pero así como está, es tensionante y buena de principio a fin, con armas narrativas leales, y al final queda, por una vez en la vida, la sensación de que has visto algo con significado, y no sólo un mero pasarratos (o peor aún, una de esas pelis que tratan de vendértelas con significado y en realidad no tienen ninguno, como las pelis de... bueno... lo siento, Ron Howard, acabo de mencionarte hace tres minutos y todavía andas por aquí, así es que, a los lobos contigo...).

-- Angelina Jolie. Quienes seguíamos a la Jolie desde tempranito (pasando sus lúbricos nudies en la por otra parte olvidable "Cyborg 2"), en pelis como "Unidas para siempre", "Gia" o "Inocencia interrumpida" (en donde le robó el prota en la cara a Winona Ryder, por no hablar del Premio Oscar), e incluso podríamos mencionar la por otra parte olvidable y semiolvidada "El coleccionista de huesos", sabíamos que teníamos a una gran actriz, pero después se le ocurrió botarse a chica sexy con cosas como "Tomb Raider" o "Sr. y Sra. Smith", echando por la borda cualquier intento de aproximación con el cerebro de arriba para privilegiar el otro cerebro, el... bueno... ya saben cuál. Pero no desesperéis, cachorros míos. Debajo del bótox y la silicona, seguía habiendo una gran actriz en potencia, y ahora, en la hora más inesperada, vuelve por sus fueros. En esta peli Angelina Jolie es más que un ser humano, es más que un personaje, es casi una fuerza de la naturaleza. Su papel le exige mucha pasividad y contención, de manera que no puede expresar el dolor o la desesperación por la vía fácil del exhabrupto, y puesta contra las cuerdas en esa tesitura, saca uno de los mejores roles de su carrera. Uno puede comprender mentalmente el dolor de una leona herida porque le han birlado al cachorro, pero el rol de Angelina Jolie simplemente lo clava en el corazón. Y pensar que Clint Eastwood dijo que la había fichado porque su carita encajaba bien con la época... Bueno, no puedo decir que yo fuera tan inocente, si yo también quedé preguntándome en qué diablos estaba pensando Clint Eastwood (con el cerebro de arriba, se entiende) para ficharla como prota de una peli tan hondamente dramática, si la Jolie hacía tiempo que no se mandaba un rol como corresponde (lo siento, neumáticos labiales y pectorales no cuentan), pero resultó que todos los temores eran infundados, y tenemos una prota que, como dicen los ezpañóleh, está como la copa de un pino. Bien por ella. Y bien por nosotros, que no tuvimos que sufrir en el proceso.

-- El resto de la peli está en su punto de cocción. John Malkovich desentona un poco siendo demasiado Malkovich y rompiendo un poco la ilusión de la peli (es que lo hemos visto en tantas con esos roles un poco al borde que se gasta...), aunque concedámosle que trata de hacer matices sobre su rol de villano en "Eragon" (aquí es el bueno, de todos modos), pero a cambio tenemos en Colm Feore un malo soberbio (sí, el pseudoBush de "La batalla de Riddick" es el malo acá), y como henchman del villano tenemos a Jeffrey Donovan, que es de verlo y salir a putearlo a funas de por vida por cabrón jodepú. Mención especial se gana Devon Conti como el criaturo que supuestamente es el niño recobrado (el "changeling" del título, en el folklore europeo el changeling es un espíritu que se dedica a suplantar niños), y que ofrece una actuación enormemente creepy por la sangre fría con la que actúa. Alrededor la atmósfera de época está bien conseguida (aunque a ratos el recurso al CGI hace que todo se vea demasiado como de postal de época), sin necesidad de recursos baratos como presentar el enésimo club de swing que hayamos visto en estas "de época". Y el minimalista soundtrack, compuesto por Clint Eastwood himself (un apasionado del jazz desde siempre, como que nos regaló "Bird" en su minuto) termina de crear la ilusión, renunciando (¡en buena hora!) a la ampulosidad de las partituras con coritos góticos que ha campeado a sus anchas en el cine de los 2000s para deliberadamente go-down the feeling y generar empatía desde lo hondo.

IDEAL PARA: Ver un drama como los de siempre.

VIDEOS.

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