11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 31 de mayo de 2009

"El último valle" (1970).


-- "The Last Valley". Inglaterra / Estados Unidos. Año 1970.
-- Dirección: James Clavell.
-- Actuación: Michael Caine, Omar Sharif, Florinda Bolkan, Nigel Davenport, Per Oscarsson, Arthur O'Connell, Madeleine Hinde, Yorgo Voyagis, Miguel Alejandro, Christian Roberts, Brian Blessed, Ian Hogg, Michael Gothard, George Innes.
-- Guión: James Clavell, basado en la novela de J.B. Pick.
-- Banda Sonora: John Barry.

-- "El último valle" en IMDb.
-- "El último valle" en la Wikipedia en inglés.
-- "El último valle" en el Blog dedicado al Cine Bélico e Histórico.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Los que conozcan la Historia Universal del Universo únicamente por el material made-in-Hollywood, se sorprenderán grandemente al enterarse de que entre el Imperio Romano y la Era del Vapor pasaron algunas cositas entre medio, que la Edad Media fue algo más que Robin Hood, y la Modernidad algo más que los Tres Mosqueteros. Uno de esos episodios duró nada menos que... ¡¡¡TREINTA AÑOS!!! ...y de manera muy apropiada, por aquello de la mnemotecnia, se lo llamó la Guerra de los Treinta Años, mira tú que iban a esforzarse buscando nombres. Para que nos situemos: la Guerra de los Treinta Años fue una guerra de religión en donde los muy beatos y amantes católicos se masacraron mutuamente con los también muy beatos y amantes protestantes, porque unos creían que Dios era bondad y los otros que Dios era amor (lástima que aún no nacía Nietzsche para enseñarles que Dios ha muerto...). Claro que a veces la guerra tenía su punto de enrevesado: el católico Papa aliado con el católico Cardenal Richelieu (sí, el malo de los Tres Mosqueteros) que a su vez, para destruir a la católica Austria, arrojó sobre ella a los protestantes del Palatinado, de Dinamarca y de Suecia, antes de entrar él mismo en guerra con Austria y con la católica España. Pero en fin, vayamos a la peli, mejor. Todo empieza con un profesor que ronda por puruntuay, que le pide ayuda a los campesinos, pero como éstos se mueren de hambre, y maldita la gracia que les hace una boca más que alimentar, le echan. Dios recompensa su caridad haciendo que un piquete de soldados aparezca y los masacre. El profesor huye y huye, y ¡sorpresa!, descubre un valle que no ha sido tocado aún por la guerra. El problema es que el valle es también descubierto por una banda de mercenarios. La cosa podría acabar en saqueo y rapiña, pero el profesor convence al Capitán (así, con mayúsculas, en ningún minuto se lo identifica por nombre, apellido, o algo distinto a su rango militar) de que en vez de saquearlo, es más productivo instalarse como fuerza militar de ocupación, convencer a los nativos de que defenderán el valle contra amenazas externas iguales a la suya propia, y todo por el módico precio de peinarse los pendejos por todo un invierno a costa de las vituallas de sus recién ganados protegidos (los gatos no somos los únicos que sabemos lamernos bien las bolas una temporadita entera). La idea es buena, pero habrá algunos problemas. Lo relativo a los símbolos de fe, por ejemplo, que en la banda de mercenarios hay católicos y protestantes, y estos últimos están un poco fuera de su agua en una aldea tan ultramontana (en sentido geográfico y también religioso) como la que ahora moran. O lo relativo al, ehm, desfogue carnal. O las ansias del terrateniente del lugar para deshacerse de ellos a la primera de cambio. O el sacerdote amenazando cada dos por tres con las penas del infierno a todos los que no cumplan su reverendo capricho, que por casualidades del destino, misteriosos son los caminos del Señor, también es el capricho divino, miren qué conveniente. Con todos esos mimbres, vamos a ver al final cómo sale tejido el cesto...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

A rebufo del grande espectáculo a la Hollywood, que entre los '50s y los '60s les dio por el the biggest the best y nos atronó con Cides, Benhures, Reyesdereyes y etcétera, el cine británico mantuvo la compostura señorial alejada de la vulgaridad midwest de su revoltosa progenie americana, y produjo un puñado de muy buenas pelis históricas: "El león en invierno", "Ana de los mil días", el "Ricardo III" de 1955, "Un hombre de dos reinos"... Más modestas en presupuesto que sus compañeras estadounidenses, eran también menos estridentes y épicas, más centradas en las ideas y en lo intelectual. ¡A tanto llegó esta moda, que en el otoñal 1970 se permitieron el lujo de hacer una peli ambientada en un escenario tan poco recurrido fílmicamente como es la Guerra de los Treinta Años! Bueno, no es casualidad que esta guerra no sea muy tocada por el cine. Al cine épico le gustan los héroes con los cuales el espectador pueda identificarse (y llenar las arcas, claro, si es negocio a fin de cuentas), y es difícil ver en psychos joputas como Wallenstein, militares interruptus como Gustavo Adolfo II de Suecia (el mismo del Vasa, el coitus interruptus de la arquitectura naval), o maquiavelos como Richelieu, un modelo de heroísmo con el que llenar salas. Pero como existía una novela previa, y muy miserable tiene que ser la novela escrita en el mundo anglosajón (o muy aprensivo su titular de droit d'auteur) que no tenga siquiera su serie B, había camino libre para realizar esta peli. Hecha con espíritu de cine histórico sesentero aunque ya estábamos entrando en la década de 1970. Pero bien hecha. Con toda la pachorra británica para hacer cine que piense. De hecho, luego de verla me quedé pensando en por qué no ha tenido mayor difusión. Hay pelis consideradas clásicas y canónicas del cine histórico que tienen mucha menor enjundia que ésta. Quizás tenga algo que ver su filosofía de "contra blancos y negros", porque ni católicos ni protestantes quedan bien parados. Haciendo memoria, no recuerdo haber visto en TCM Classic pelis que sean demasiado críticas con la religión (todo lo contrario, si es que exhiben "Rey de reyes" hasta fuera de temporada religiosa...).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta peli es un más que vigoroso ataque contra la religión organizada. La Guerra de los Treinta Años fue uno de los peores y más vergonzosos episodios de fanatismo religioso que se recuerden. En la época, la Iglesia Católica, tridentina y ultramontana a decir basta en esos años, condenó a arresto domiciliario perpetuo a Galileo Galilei y despidió a todos músicos casados de sus capillas (no es chiste, el único que se salvó fue Palestrina porque era... ¡¡¡PALESTRINA, DEMONIOS!!!). En el campo protestante no lo hacían mejor, quemando iglesias y altares a destajo por su prurito iconoclasta (bueno, tienen razón, a mí eso de que la veneración a las estatuas de la Virgen no es adoración sino "hiperdulía", como rezan los teólogos, me huele a más a pirueta lingüística que a otra cosa). Y ambos lados quemaban brujas con toda felicidad (la madre del astrónomo Johannes Kepler, en esos años, estuvo a punto de carbón para hoguera). La peli aprovecha bien ese contexto, en que nadie puede decir "¡oigan, se están pasando de anticlericales!" porque de verdad las cosas eran así en esos años, para fustigar a la religión como fuente de odio, miseria, fanatismo e ignorancia para el pueblo. Vemos a un sacerdote católico convencido de que tiene poder sobre la vida y la muerte porque Cristo mismo le ha hablado (¿dónde quedó eso de que no hay que ser soberbio por la vida?), y por tensar demasiado la cuerda es que acaba como acaba. Vemos a un padre de familia que está dispuesto a vender a su hija como prostituta para los soldados (¿vender, dije? ¡Regalar, en verdad!) a cambio de una indulgencia plenaria por los pecados de la chica, y como dice él con toda la ingenuidad del mundo: "¿qué padre no querría la salvación eterna para su hija?". Vemos el odio entre católicos y protestantes por cuestiones tan baladíes como un altar puesto más allá o más acá, o una iglesia más o menos plantada en el lugar. El cine en general no es demasiado valiente para denunciar los males de la religión porque los grandes productores temen no el infierno, claro está, sino que los grupos religiosos hagan boicot contra sus productos, y en ese sentido, es encomiable que una peli como ésta aproveche tan a cabalidad el contexto histórico en que se sitúa, para poner certeramente el dedo en la llaga sobre las enormes calamidades que las religiones organizadas, con su sicótica pretensión de poseer la verdad y las llaves de toda posible salvación humana, han desatado en sus peores días contra el mundo.

-- La peli es también un complejo desarrollo de cómo funciona la mecánica del poder. En la aldea, el poder está claramente en manos del terrateniente y el sacerdote. Llega la banda mercenaria, y ésta tiene la opción de arrasar la aldea (pan para hoy, hambre para mañana) o de enseñorearse sobre ella con la fuerza de las armas y la bendición de los poderes establecidos. Escogen la segunda alternativa, y nuestros novi homines empiezan todo un complicado juego de componendas políticas. El terrateniente y el sacerdote, maldita sea si tienen que ceder cuotas de poder a estos brutos recién bajados del caballo, pero qué remedio, así viene la mano y con ella hay que blufear. El juego del poder nunca es simple, siempre hay demasiadas manos codiciando el pastel, y eso en la peli es transparentemente claro. La voz de la razón aquí viene siendo el profesor, pero incluso él es un personaje débil, un tanto timorato, y que por no tener dinero (como el terrateniente), armas (como el Capitán) o influencia moral (como el sacerdote), no puede hacer absolutamente nada por sí mismo. Y el Capitán, el otro gran coprota de la peli, el que a ratos se gana toda nuestra simpatía, en realidad no es exactamente un pan de Dios. De hecho, llegadas las circunstancias puede ser más que un joputa, exactamente igual que todos los demás. Por decirlo con más rudeza: en esta peli no hay buenos. Sólo hay gente que se las compone para subir o mantenerse arriba de la rueda, y gente que es aplastada por ella. Punto. Como en la vida real, miren ustedes.

-- ¿Hace cuánto que no veía una peli con tan buenos diálogos como ésta? Hay pelis que de tarde en tarde saltan con alguna línea ingeniosa, o peor, tratan de crearse una línea ingeniosa y meterla machaconamente para darse un barniz intelectualoide (ahí tienen eso de "la vida es como una caja de chocolates..." en "Forrest Gump"). Pero pocas pelis tienen diálogos completos bien armados como ésta. Todo lo que dicen los personajes es inteligente (inteligentemente escrito, se entiende, que no todos los personajes son listos, en realidad). El guionista y director es James Clavell, que ya había escrito el guión de "La mosca" (la original de la que Cronenberg hizo después un remake, entendámonos), y ya había escrito/dirigido "El gran escape" y "Al maestro con cariño". Poco prolífico, pero contundente. Quizás sea ésta su obra fílmica más densamente intelectual, y en el territorio de los pesos pesados se defiende bastante bien.

-- Las actuaciones son más que estupendas, notables. Michael Caine es el Capitán, y alrededor suyo todo empalidece, haciendo muy empático a un personaje que es sobre el papel un tipo bribón y despreciable. Vogel, el profesor, viene interpretado por Omar Sharif, que actúa muy bien, pero se queda un poco corto frente a la maestría de Caine, además de que contratar a un actor de origen semita para interpretar a un profesor germano es un miscasting absoluto, por mucha caracterización que le echen. El terrateniente es Nigel Davenport, siempre reptiliano y sinuoso, mientras que Per Oscarsson se luce como el fanático sacerdote católico de la comunidad, siempre amenazando con el infierno y el castigo eterno y otras lindezas. Completan las damas, la siempre buenorra Florinda Bolkan como la amante del terrateniente que, nada más ver llegar al Capitán, se deslumbra por el brillo de las armaduras, y Madeleine Hinde como la virginal chica que pasa del simplón galán que la pretende, y se ve seducida por la inteligencia del profesor (aunque no la ayuda mucho que el guión desmejore tanto al profesor, pero en fin...).

-- Mencionemos por último la banda sonora, que abusa un tanto de los coros gregorianos, pero que tiene empuje épico allí donde corresponde, y compone un hermoso y simple tema romántico como contrapunto. El responsable es, quién lo diría (y no lo parece, en realidad), el buen John Barry, famoso por haberle dado soundtrack a y-tantas pelis Bond, desde "El satánico Doctor No" en adelante.

IDEAL PARA: Ver una peli con todas las credenciales para ser un clásico del cine, y relegada injustamente por ignotas razones al más infecto de los ostracismos.

VIDEOS.

-- El Capitán y el profesor hablan sobre Dios y la masacre de Magdeburgo [en inglés, subtítulos en francés].

-- La fe ciega contra la razón [en inglés, subtítulos en francés].

jueves, 28 de mayo de 2009

"El hombre que quiso ser rey" (1975).


-- "The Man Who Would Be King" (título original en inglés), "El hombre que sería rey" (título en México), "El hombre que pudo reinar" (título en España). Inglaterra / Estados Unidos. Año 1975.
-- Dirección: John Huston.
-- Actuación: Sean Connery, Michael Caine, Christopher Plummer, Saeed Jaffrey, Doghmi Larbi, Jack May, Karroom Ben Bouih, Mohammad Shamsi, Albert Moses, Paul Antrim, Graham Acres, The Blue Dancers of Goulamine, Shakira Caine.
-- Guión: John Huston y Gladys Hill, basados en la historia corta de Rudyard Kipling.
-- Banda Sonora: Maurice Jarre.

-- "El hombre que quería ser rey" en IMDb.
-- "El hombre que quería ser rey" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La India, el siglo XIX: mosquitos, malaria, agua de quina, fakires, british soldiers... Un escritor yace en su mesita: es nada menos que... ¡¡¡RUDYARD!!! Vamos, hombre, si nunca has leído a Rudyard Kipling ("El libro de la selva", por más señas), mejor amárrate una piedra al pescuezo y arrójate a un pozo, que pocos escritores combinan como él la calidad literaria, la profundidad temática y la amenidad narrativa. Pero volvamos a la ficción. Está Kipling escribe-que-te-escribe, cuando aparece uno de esos hombrones medios salidos, con señas de lepra o algo peor, diciéndole "¿me recuerdas?". Y, oh, bueno, mientras me recuerdas, me zampo un trago... Aaaaaahhhhhh, better. OK, let's go. Estuve acá hace un tiempo atrás con un amigo, ¿recuerdas? El otro, como que empieza a recordar. Estaba en un vagón de tren y conoció al tipo que ahora está reducido a andrajos, sólo que en ese entonces el tipo no era una lástima ambulante sino nada menos que... ¡¡¡MICHAEL CAINE!!! Cuando Michael Caine tiraba pinta y arrancaba suspiros en los corazones de las féminas, of course. OK, el caso es que este tipo es un milico con vocación de aventurero y tendencia a hacer sus propias reglas, que al descubrir que Kipling es un hermano... (o sea, que es un masón, vamos) lo engatusa para que lleve un mensaje a... ¡¡¡SEAN CONNERY!!! (yes, Michael Caine and Sean Connery, together alive in their first cinema movie ever!!!). En las andanzas que el parcito se mueven, implica blackmailear a un poderoso rajá, haciéndose pasar por reporteros del diario esto o aquello. El problema es que el propio Kipling es el reportero del diario esto o aquello, y corre raudo y veloz a hacer el acusete. La azotaína que les iba a caer era de encargo, pero resulta que el par de caraduras saben demasiado sobre cierto asunto que implica a cierta hermana de cierto funcionario que tenía que castigarlos, así es que la pena misteriosamente se hace más leve. Pero como los monzones de la India no son muy favorables para el espíritu emprendedor del par de caraduras, pues bien, prefieren sanearse un poco de los aires palúdicos de la India y le comunican a Kipling que irán a un país más allá de todo lo conocido, llamado Kafiristán, en donde se aprovecharán de los buenos nativos enseñándoles técnicas militares y haciendo a uno de sus reyezuelos el más poderoso, y después... ¡¡¡adios reyezuelo!!! Y serán reyes. El plan es bueno, si exceptuamos el hecho de que nadie ha conquistado Kafiristán desde la época de Alejandro Magno, 2214 años atrás (luego, la historia nos sitúa en 1886), que antes hay que pasar por territorio afgano y los afganos en la época no son los talibancitos de chocolate que les echan un par de Bush encima y se les cae el país entero, y que en Kafiristán las cosas se pondrán peor cuando se los tome no por reyes, sino... por dioses...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Aunque no lo crean, hubo una época en que hablar de colonialismo e imperialismo era políticamente correcto, y que nadie dudaba de que sobre las cansadas espaldas del conquistador caucásico pesaba la Sagrada Misión del Hombre Blanco de extender la civilización por todo el planeta, con sus hordas de salvajes nativos incluidos (quienes, en agradecimiento por el precioso don que Occidente compartiría con ellos, deberían aceptar felices su propia sumisión, así como el expolio inmisericorde de sus recursos naturales, y de la manera en que el Museo Británico se engordó con colecciones egipcias auténticas ya no hablemos). Bueno, no me refiero a George W. Bush y la Neocon Imperialistic Orchestra, o a los termocéfalos idealistas del Project for the New American Century. Me refiero al Imperio Británico y su generoso idealismo en llevarles la civilización a africanos y asiáticos, a sangre y fuego si fuera preciso, faltaba más, si no se los puede dejar solos y hay que protegerlos de sí mismos, caramba. En este contexto floreció Rudyard Kipling, que compensa su espíritu reaccionario con una gran prosa literaria y un enorme empuje narrativo, cualidades ambas hoy por hoy lamentablemente perdidas en la mayor parte de los escritores actuales. Durante la primera mitad del XX, Kipling fue un escritor bastante socorrido para el cine, porque el colonialismo aún era de bon ton, y aún en fecha tan tardía como 1967, Walt Disney se dignó de hacer su propio "El libro de la selva", por no hablar de las varias versiones de Kim de la India y similares. No es raro que John Huston, director que hacía un tipo de cine que ya lucía un tanto old-fashioned en su propio tiempo, y ya no digamos en el nuestro, se fijara en este relato kiplinguesco para realizar una adaptación fílmica. El proyecto tardó cerca de veinte años en cuajar: se suponía que iban a protagonizarlo Humphrey Bogart y Clark Gable, después Burt Lancaster y Kirk Douglas, después Paul Newman y Robert Redford... Bueno, seamos justos, Huston tenía visión en esto, cualquiera de las dupletas protagónicas hubiera sido un lujo. Cuando logró realizar esta peli (en una época en que ya los primeros propuestos estaban los dos criando malvas), el testigo cayó en Sean Connery y Michael Caine, ambos actores hot en su época, potenciándose mutuamente en la que probablemente es una de las más grandes aventuras de sus vidas. Sus vidas fílmicas, al menos. Tan grande, que en español es conocida nada menos que con ¡¡¡TRES!!! nombres distintos: "El hombre que quiso ser rey", "El hombre que sería rey" o "El hombre que pudo reinar".

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una buena-y-vieja historia de aventuras. De las como las de antes. Cuando lo que importaba era tener una historia con empuje, sin necesidad de adornarla con truculentos FXs para engañar a la audiencia. Es altamente probable que el espectador promedio, intoxicado con cosas como Dragonball Z o Naruto, no le encuentre el chiste a una de aventuras en donde los protas carecen de superpoderes (seguro que si hicieran el remake ahora, para venderlo tendrían que hacer que fueran dioses de verdad y tener superpoderes molones, o algo así). Pero quien ame la aventura por la aventura, la aventura de toda la vida, tendrá acá una gran peli: protas caraduras, viaje, llegada a un país exótico, héroes tomados por dioses... Todos los ingredientes están acá. Quizás lo único que falta sea una subtrama romántica para que el cuadro sea completo, pero créanme: no se echa en falta. Bueno, hay un encaprichamiento romántico por ahí. Y están esos subtextos homoeróticos propios de toda camaradería demasiado íntima entre dos coprotas masculinos... Ah, no, eso no, olvídenlo, se me olvidaba una escena en donde Michael Caine deja bien claro que él es machito (una escena en que le ofrecen el efebo que elija, para su placer personal). Bueno, es la costumbre, perdón.

-- Masones macarras. Así como suena. Lo repito. Masones macarras. Porque eso son los protas, dos hermanos que andan permanentemente al rebufo de su logia por caraduras. (De esto, la peli se aprovecha para hacer una británicamente sutil burla de la Masonería en general, ehm: ¿recuerdan ese episodio de los Simpsons en que Homer Simpson termina de jefe en la venerable y antigua hermandad de los magios? Bueno, ya saben a quién le robaron el guión). E interpretados por dos héroes en estado de gracia, como son Sean Connery y Michael Caine. Ya saben por dónde pueden irse metiendo "Desde el infierno" o "La liga de los caballeros extraordinarios".

-- Démosle algo de crédito a John Huston, idolatrado director de cine (idolatrado por "los que saben", vamos, que quien sea lector atento y habitual de Cine 9009 sabrá que tengo una opinión en general buena de él, pero con cierta displiscencia). John Huston se mueve como pez en el agua en dos registros, el Cine Noir y el cine histórico, justamente por ese preciosismo formal que posee (y al que, digámoslo, sacrifica la carne y substancia de los personajes, muchas veces, algo que en esta peli no se nota porque es de aventuras). En muchos sentidos, para el venerable hombre tras "El halcón maltés", "El tesoro de la Sierra Madre", "Mientras la ciudad duerme", "La Reina Africana", "Moby Dick", "La noche de la iguana", "La Biblia" o "La carta del Kremlin", esta peli es casi testamentaria. Ya en esos años, el estilo de cine que practicaba Huston había quedado por completo demodé. De no ser por Sean Connery o Michael Caine, uno podría buenamente pensar que esta peli fue rodada veinte años antes. Pero Huston hace lo que sabe hacer, y lo hace bien. Recurriendo a los siempre bien socorridos paisajes de Mauritania, crea un Kafiristán pobretón, y a la vez terriblemente épico, sacándole el máximo partido posible a todos los escenarios (las secuencias de viaje son pura épica gracias a sus grandiosas tomas panorámicas). Tampoco se engolosina con las escenas: apenas ha dicho todo lo que tiene que decir de alguna, introduce de manera espartana, y vamos a la siguiente escena. El resultado es que la peli dura un cachito más de las dos horas, pero al terminar pareciera que hubiéramos asistido a una de esas producciones monumentales de tres horas en que han pasado muchas cosas y hemos visto mucho mundo. Ya Peter Jackson podría haber aprendido un poco de acá para realizar sus mayestáticas producciones épicas.

IDEAL PARA: Ver una peli de aventuras hecha como corresponde, caramba.

domingo, 24 de mayo de 2009

"Quémese después de leerse" (2008).


-- "Burn After Reading". Estados Unidos / Inglaterra / Francia. Año 2008.
-- Dirección: Ethan Coen y Joel Coen.
-- Actuación: George Clooney, Frances McDormand, Brad Pitt, John Malkovich, Tilda Swinton, Richard Jenkins, Elizabeth Marvel, David Rasche, J.K. Simmons, Olek Krupa, Michael Countryman, Kevin Sussman, J.R. Horne, Hamilton Clancy, Armand Schultz.
-- Guión: Joel Coen y Ethan Coen.
-- Banda Sonora: Carter Burwell.

-- "Quémese después de leerse" en IMDb.
-- "Quémese después de leerse" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Planeta Tierra, cámara de satélite espía acercándose a Washington DC - ¡¡¡UUHOOOOOÓ - WHOAAAAAA!!! - oficinas de Control... perdón, quise decir, de la CIA. Un temible operario del recontraespionaje interpretado por Maxwell Sm... perdón, por Don Ad... ¡perdón, por Steve Carrrrrr...! Er, no, tampoco. Por John Malkovich, ahí sí (yeah, that's the ticket!). Bueno, nuestro temible operario del recontraespionaje llega a la oficina, ingresa, y tendremos una asignación de misión a lo 007: su misión, señor Malkovich, es pasar por la oficina de guarda de sobretodos y sombreros para coger sus pilchas, y no se moleste en venir a trabajar mañana. Cuando, desconcertado, pregunta que por qué, le dicen que es porque tiene algunas, ehm, ya sabes, relaciones demasiado amistosas con las botellas, en particular las de contenido etílico. "¡Pero cómo me dices eso, si tú eres un fucking mormón!". Pero no hay tutía que valga. Así es que tenemos a nuestro agente cesante. De manera que el tipo decide vengarse. Escribirá sus memorias. Será el nuevo Tom Clancy. Entre trago y trago, por supuesto, que no es un fucking mormón a fin de cuentas (este hombre chupa a lo industrial, y abre la factoría temprano). Todo, mientras su ricurita de esposa que se gasta (la MILF forever Tilda Swinton) se tira a George Clooney. Y como buena mujer, quiere el upgrade de follajera a señora de Clooney, empieza a recolectar papeles, documentos, X-Files, de todo para tener cosas contra su maridito y poder divorciarse en paz. Entre esos papeles se va un cederrón con las p**** memorias. Que acaba en un gimnasio. Uno en que trabajan un personal trainer que a lo maricotas sólo le gana lo tarado (para que no digan que la peli es homofóbica, hehehé). Y una todocaído que anda obsesionada con unas puñeteras cirugías para pasar a ser todoarriba. Con el dichoso CD-Rom en la mano, descubren una gran oportunidad... ¡¡¡CHANTAJEAR A UN AGENTE DE LA CIA PARA PAGAR LAS DICHOSAS CIRUGÍAS!!! ¡¡¡MUAHAHAHAHÁ!!! ¡¡¡QUÉ MALVADOS SOMOS!!! Y si no pagan... ¡¡¡VENDEREMOS LA INFORMACIÓN A NATASHA Y BORIS, NUNCA DESPRRRECIEN AL MALVADO OSO RRRUSO, MUAHAHAHAHAHÁ!!! Cántenla conmigo, sé que se la saben: to-vaaaaaa-rich, to-vaaaaaa-rich, briskondashiklinga O-seeeeee-tiaaaaaa...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Hubo una época en que el asuntillo ése de los espías era con glamour. ¿Nadie acaso se entusiasma con la idea de haber vivido la World War Uno para echarse entre pecho y espalda a Mata Hari? Er... ¿Tampoco ustedes? Sí, estaba un poco regordeta para los cánones actuales, vale. Bueno, vayamos a James Bond, a Modesty Blaise, más recientemente a Jack Ryan y a Jason Bourne... Incluso, cachondearse de los espías implicaba hacerlo según los parámetros de 007, como que ni el propio grande genio ése que es Mike Myers pudo huir de eso para filmar "Austin Powers: El espía seductor" y secuelas (lo de "grande genio" fue sarcasmo, por si alguien no capta, ¿eh?). Incluso en fecha reciente tuvimos ese cachondeo a la vena que fue "xXx" con Vin Diesel que... Esperen... Er... No, me equivoqué, eso no era parodia. Bueno, en fin, lo que quiero decir con todo esto es que los espías ya no son lo que eran. Quedaron bastante desprestigiados, por supuesto, después del asuntillo ése de Valerie Desplume, que durante la desadministración de George W. Bush puso en ridículo a la CIA porque el propio Gobierno consiguió lo que 40 años de Guerra Fría jamás: ¡¡¡REVELAR EL NOMBRE DE SUS PROPIOS AGENTES!!! (y pensar que tanto se la sudó James Bond en "Su nombre es peligro" para evitar precisamente eso...). Y peor aún cuando Colin Powell dijo ante la ONU que "oigan, la CIA nos dice que Irak tiene armas de destrucción masiva, lo retejuro por la tumba de mi padre negro que está en los cielos", y después salen con el pastelazo de que no, de que la conexión nigeriana y la Ruta del Uranio eran fantasías calenturientas de algún tomclanciófilo que se masturbaba teniendo fantasías homoeróticas con Jack Ryan. Y mientras en lo de Jason Bourne le cargan a la CIA por el lado serio de la ultraacción, echando abajo Treadstones y cosas varias, los Hermanos Coen atacan el otro flanco, el del humor. Bueno, saquen cuentas: la CIA fue dirigida por George Bush padre, que después fue Presidente de Estados Unidos, y además le abrió la puerta a su hijo, el que se le escapó de su testículo tonto, para que le tomara el testigo ocho años después. Así no se puede, oigan.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una de los Hermanos Coen. ¿Motivo suficiente para verla? Mmmmmm... Como lo decía a propósito de "Sin lugar para los débiles", los Hermanos Coen ya no son exactamente lo que eran, y hace rato que vienen rumiando de las glorias pasadas. Pero bueno, los Hermanos Coen tienen un cine lo suficientemente, digamos, singular, para que puedan generar un reducto de fanáticos irrestrictos que defenderán a sus campeones con uñas, dientes y hemoglobina de ser precisos. Pero en lo personal, no se me ocurre que su cine sea demasiado defendible, que digamos. Según ellos, el mundo es un lugar absurdo. Vale. Según ellos, la única manera de mostrarlo es haciendo pelis absurdas. Vale. Pero entonces, después de la primera debieron haberse detenido. O la segunda o tercera a lo sumo. Pero van... Si ésta es la primera vez que te toca ver una de los Hermanos Coen (difícil, pero supongamos), es una buena puerta de entrada porque es bastante representativa de su cine en su vertiente más de comedia (tienen también su vertiente policial-noir, pero eso es otra cosa). Si eres fanático de los Coen, estarás en tu salsa porque te están ofreciendo lo mismo de siempre y a la vena. El resto de los mortales encontraremos, por su parte, la misma coctelera de temas pegoteados de toda la vida, que a ratos tiene gracia, y a ratos no, que después de todo ya sabes para dónde van los tiros si te has visto otras de los Coen (a saber: para ninguna parte).

-- Las actuaciones. Son sin duda lo mejor de la peli. Brad Pitt se manda un papelazo como personal trainer maricotas, haciendo creíble que en un ser humano haya tanta oquedad craneana y aún así el pobre cobayito pueda sobrevivir. Frances McDormand, como una mujer obsesionada con las cirugías plásticas, está brillante. John Malkovich también está en su punto. A su lado, tanto Tilda Swinton y George Clooney destiñen un poco, aunque justo es admitirlo, dentro del enrevesado y a ratos no demasiado interesante guión, todo lo relativo a su subtrama paralela, como que queda un poco huango. Y el jefe de la CIA es nada menos que el siempre bien recibido J.K. Simmons. La clave aquí es: se nota que todos se lo pasaron fiestik rodando la peli, y esa buena vibra se termina por transmitir al público.

-- No diré que la historia es grandiosa, ni siquiera brillante. En realidad es una sucesión de coincidencias y casualidades malamente arregladas, como suelen ser por lo demás muchas de las comedias de los Coen: "inventémonos una troupe de personajes medios salidos y pongámoslos juntos, a ver qué pasa". Pero hay algunas secuencias memorables. La secuencia en que despiden al tipo de la CIA... Toda la secuencia en la embajada rusa... El personal trainer infiltrándose en... Uno puede preguntarse en qué hubiera derivado todo esto, si hubieran puesto un poquito más de empeño en hacer cuadrar el guión. Pero bueno, no seamos tan exigentes. Después de todo, lo escribieron entre taza de café y taza de café, en los descansitos de laburar para "Sin lugar para los débiles". Que tampoco era una maravilla de peli por otra parte (pero, ¿qué diablos le habrán visto para darle tanto fuste?).

IDEAL PARA: Ver una peli irregular e hilarante a ratos... y para quemar después de ver.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

jueves, 21 de mayo de 2009

"Star Trek" (2009).


-- "Star Trek". Estados Unidos. Año 2009.
-- Dirección: J. J. Abrams.
-- Actuación: Chris Pine, Zachary Quinto, Leonard Nimoy, Eric Bana, Bruce Greenwood, Karl Urban, Zoe Saldana, Simon Pegg, John Cho, Anton Yelchin, Ben Cross, Winona Ryder, Chris Hemsworth, Jennifer Morrison, Rachel Nichols.
-- Guión: Roberto Orci y Alex Kurtzman, basados en la serie televisiva creada por Gene Roddenberry.
-- Banda Sonora: Michael Giacchino.

-- "Star Trek" en IMDb.
-- "Star Trek" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

El espacio. La frontera final. Estos son los viajes de la ¡¡¡SÁLVENSEQUIÉNPUEDAJOPUTASNOSESTÁNATACANDO!!! Las naves de la Federación podrán ser todo lo grandes que se quieran, pero la otra nave es tanto más grande todavía, y no le cuesta nada hacer escabechina de federaditos asociados. (Ahí van los primeros casacas rojas. Habrá más). De pronto, cuando la nave de la Federación está a punto de rajarse en dos, los invasores que han llegado por un agujero negro le espetan un "que su capitán venga para acá". No hay que ser perro para oler la trampa. Al capitán, no se lo vuelve a ver más, mientras que el primer oficial, en una maniobra desesperada, ataca con todo a la otra nave: muchas naves de transporte dependen de que la nave principal las cubra, a pesar de que el primer oficial (paladeando eso de ser capitán durante apenas unos minutitos) tendrá que sacrificarse en el proceso. En una de esas naves viaja la esposa parturienta del nuevo capitán, que luego de salvarse, da a luz un niño al que llamarán... JAMES TIBERIUS KIRK (ya, ahora, tóquenla conmigo: TARARAAAAAÁ-RARARARARAAAAAÁ...). Y menos mal que no le pusieron nacimiento virginal, o si no... Mientras tanto, lejos de ahí, en el planeta Vulcano, hay un niño que es medio humano y medio vulcano, y que cuando le tocan a la madre, se convierte en un Terminator imparable: ¡¡¡SPOCK... MACHACARÁ!!! Ambos, por diferentes caminos, terminarán llegando a la Academia Estelar. Kirk, haciendo uso extensivo de chulería espacioflaite. Spock, por los nobles y venerables caminos de la lógica. De pronto, comienzan los problemas. Se reporta que los indios están insurrectos en la Frontera. A bordo de varias naves viajan sendas tripulaciones listas para contener la amenaza. Entre ellas la Enterprise, con una tripulación marcada para hacer historia: Kirk, Spock, el cascarrabias McCoy, Uhura, Chekov, Sulu... Todos bajo el mando de Christopher Pike. Listos a plantar cara al enemigo. Que por una vez en la vida no es un maldito Klingon, sino un romulano (ahí es donde el no-friki pone cara de WTF). De malas pulgas. Que viene del futuro. Con tamaño jamón de nave. Listo a hacer Historia. Literalmente. Cambiándola. Un Hitler cualquiera, el niñito. Y van... ¿11...? Falta una para "Star Trek XII: Demasiado cansados"...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

El espacio. La frontera final. Estos son los viajes de los productores de la franquicia de Star Trek. Su misión permanente: explotar extrañas nuevas historias, buscar nuevas formas de frikismo y de klingonismo, y reventar taquillas allí donde nadie ha llegado antes. STAR TREK partió como una serie televisiva de presupuesto medio en 1967. Nadie le tenía demasiada fe. Hasta el punto que se inventaron el FX del teletransporte (ya saben, ahora estás, luego juego de luces, luego ahora ya no estás) para ahorrarse el presupuesto de las maquetas de aterrizaje y despegue. Pero con tres temporadas, se volvió un fenómeno de culto. Y como los acólitos de la Iglesia Trekkie crecieron, hubo que escribirles nuevas Biblias: 10 películas en 23 años ("Viaje a las estrellas: La película" en 1979, "Viaje a las Estrellas: Némesis" en 2002), amén de una serie de dibujitos animados, cuatro series televisivas con actores de carne y hueso contra pantallas azules ("ST: La nueva generación", "ST: Abismo espacial 9", "ST: Voyager" y "ST: Enterprise", cada una más estirachicles que la anterior, si no contamos la simpática última que mencioné), e incontable mercadishing narrativo en forma de novelas, cómics y otras cosiacas más mostrándonos cosas tan interesantes como los hábitos cagaticios de Spock y etcétera. Después de toda sea trekplotation, es lógico que la mina se broceara, si ya quien aguanta (como decían en Los Simpson: "Viaje a las Estrellas XII: Demasiado cansados"; "¡Señor, los klingon nos atacan!", "¡Oh, no, otra vez los klingon! ¡Scotty, máxima potencia!", "¡No puedo, señor, estoy demasiado barrigón para alcanzar los mandos!"). Pero como los productores de Star Trek dudosamente iban a tener la creatividad para inventarse toda una nueva franquicia que, además, quién sabe si tuviera éxito o fracasara, y mal que mal ya tenían bien instalada la franquicia, pues bien, qué hacemos para que el asunto no se nos escurra de entre los dedos. A ver, qué está de moda... ¡Claro, eso es! ¡¡¡Hacemos el reboot de la serie original!!! Total, si les funcionó en "Batman inicia" o en "Casino Royale", por qué no iba a funcionar acá, ¿no? Además, traemos a J. J. DedosMágicos Abrams, que todo lo que toca lo convierte en oro (bueno, "Cloverfield" era mierda pinchá en un palo, pero eso cuándo ha sido un impedimento para hacer dinero), que nos haga el favor de relanzar la franquicia. Además, con poner a Spock y Kirk jovencitos apelamos a los imberbes para quienes las sesudas y filosóficas historias de la antigua Star Trek como que ya quedan demasiado arriba para sus intelectos internetizados y fotologuizados, y se los vendemos como los nuevos héroes que aprenderás a amar. Que está muy bien eso de que Star Trek sea una serie con ideas, una serie filosófica y todo eso, pero siempre supimos que la parada filosófica era para cobrar el cheque, que hasta los catedráticos universitarios especialistas en Heidegger tienen que pagar la hipoteca, caramba. Y J. J. Abrams cumplió. Sobradamente. O no. Cuestión de perspectiva. Y si la cosa no funciona, en 150 años más puede venir alguien desde el futuro a hacer un reboot del General Gato que aprendiste a amar, y hacerlo menos filosófico y más hiperhormonado, a gusto de las nuevas audiencias. Los por ese entonces dueños de la franquicia de Cine 9009 y sus derivados "Cine 9009: La nueva generación", "Cine 9009: Abismo espacial 9009" y "Cine 9009: Voyager" te lo agradecerán.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta es una de esas pelis que puedes ver de varias maneras distintas. En este caso, tenemos una peli de aventuras o una Space Opera el uso, pero también una peli trekkie, una precuela y un reboot. ¡Caray, qué lío! Bueno, partamos por si la peli es una buena peli de aventuras o no, o sea, un blockbuster genérico en regla, de los buenos, o no. Y la respuesta a este respecto es un rotundo sí. Ya en los primeros minutos tenemos una atronadora secuencia inicial con una batalla espacial como hacía tiempo no veíamos en el cine. Luego vemos a los dos héroes principales corriendo por carriles separados, pero nos muestran cómo los héroes están surgiendo y llegando a ser lo que serán. Y cuando la aventura parte, vemos espectáculo por todo lo alto. La secuencia en que ingresan desde el espacio exterior a la atmósfera para habérselas con un taladro perforando un núcleo planetario, debe ser de las más impactantes que nos ha entregado el cine de acción en mucho tiempo. Además, la banda sonora de Michael Giacchino, si bien no tan inspirado como en "Los increíbles", cumple con poner punch de su parte (aún así, considerando que Giacchino siempre se ha confesado admirador de los soundtracks sesenteros como el James Bond de John Barry o... ¡diablos! ...la mismísima ST original, quizás no hubiera sido mucho pedir un poco más de fidelidad, que no todo es despeinarse tanto, ¿no?). No se sale del estándar de lo que se espera de una peli palomitera, eso sí (acción, héroes que se odian cordialmente devenidos en amigos a la fuerza, gotas de humor, escena con lencería femenina), pero con dichos estándares cumple soberbiamente. En momentos llega incluso, joya rara en el cine de acción palomitero, a ser touchy y clavársete en el corazoncito (esa secuencia en que vemos nacer al futuro James Tiberius Kirk mientras su padre está sacrificándose para proteger su existencia... mesiánico over-the-top y todo, pero aún así llega al alma). Con todo esto, uno hasta les perdona que el guión sea tan mañoso, y que muchas cosas estén arregladas simplemente porque puestas ahí es como la peli funciona (mira la puntería de Nerón para acertar a qué punto preciso debía viajar). Bueno, esa técnica era ya vieja en tiempos del folletín decimonónico, y si funcionaba entonces puede funcionar ahora, ¿no? ¿O no...? ¿O no...? Er... ¿Me están leyendo todavía?

-- Vamos al siguiente respecto. ¿Es una buena precuela? La verdad... Sí. Los personajes de la Star Trek original son tan icónicos, que poner a otros actores de reemplazo podría rozar el sacrilegio. Tampoco ayuda que en "Viaje a las estrellas: La película" adoptaron la costumbre de que las pelis se harían con los actores de las series televisivas (la original hasta "Viaje a las estrellas VI: La tierra desconocida", la Nueva Generación a partir de la siguiente), por lo que se reforzó la identificación del público con los actores que encarnaban a los personajes, al costo de que a medida que los actores envejecen, hay que darse cada vez más revueltas para meterlos en la franquicia (hay que ver lo acabado que está el pobre Leonard Nimoy...). En lo de "Casino Royale" lo tenían más fácil, si después de todo han existido como cinco o seis 007s, qué tanto más difícil iba a ser para Daniel Craig transformarse en tu nuevo Bond... Por eso, si iban a hacer una precuela, tendrían que cuidar muy bien el elenco de nuevos actores que tomaran el testigo. Y los resultados en este respecto son superlativos. El que se roba la función con todo es Zachary Quinto, quien se hiciera sus pinitos con un olvidable secundario en "24" antes de hacerse famoso como el malvado Sylar de "Héroes", que cumple bien con interpretar a Spock, aunque admitámoslo, a ratos pareciera que fuera Sylar interpretando a Spock (no creo que a sus fans femeninas les importe eso, si es que les gustan los chicos malos al final del día). En fin, no podía ser perfecto tampoco, pero como está, está más que bien. A su lado, Chris Pine interpreta al Capitán Kirk con todos los vicios y defectos de William Shatner (y por Dios que los tenía, esa vulgaridad Mid-West...), pero sin ninguna de las virtudes que lo redimían como personaje (su sentido del humor, su seriedad a la hora de afrontar el peligro...). No es que Chris Pine esté tan mal, pero desde luego que es difícil verlo como un Kirk joven. O quizás, si lo hubiera interpretado un poco más cercano a Shia LaBeouf como Indiana Jones Jr. en "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal"... Y un poco menos como un adolescente "The O.C." o un chuloputo de cantina... Karl Urban, por su parte, es una elección inmejorable para el doctor McCoy (y pensar que este tipo estuvo en "Doom"... Bueno, todos tenemos cadáveres en el armario). Zoe Saldana, sin ser un prodigio de interpretación, le da vida a un personaje que tampoco necesitaba serlo, como es la siempre bien decorativa Teniente Uhura (¡cómo se pitorreaban de su personaje en "Héroes fuera de órbita"!), así es que un aprobado también. En el elenco de secundarios tenemos al siempre bien recibido Bruce Greenwood como el capitán Pike (personaje conocido por los trekkies y por nadie más, y que en el primer piloto de Star Trek, porque hubo dos, venía interpretado por ¡Jeffrey Hunter, por el Jesucristo de "Rey de Reyes" himself!). Y el villano viene también más que bien servido por Eric Bana, dándole musculatura a un personaje que, sobre el papel, bien mirado, en realidad no hace mucho más que estar sentado y dar órdenes, pero que el señor Bana, a punta de presencia, consigue sacar adelante y que nos creamos de verdad que él es una amenaza (no yerran quienes le llaman el más grande villano en una peli trekkie desde el Khan de Ricardo Montalbán, con mención especial para la reina Borg de Alice Krige en "Viaje a las Estrellas: Primer contacto"). Y el giro maestro, para asegurarse de que la precuela funcionara como tal y a nadie se le ocurriera comparar a esta manada de actores con la meznada original...

-- ...¡es pasarte esta precuela no como tal, sino como un reboot desde casi cero! El truco de guión, no lo contaré. Es consistente con el universo trekkie, eso sí. Pero los trekkies de toda la vida ya pueden empezar a rabiar: resulta que con este reboot, más de 40 años de continuidad se van a la basura. Bueno, no tanto. La serie televisiva "ST: Enterprise" sigue dentro del canon, una de cinco sigue siendo algo. Pero imagínenselo. Se lo pasan una vida entera engordando a papas fritas y snacks varios, viéndose como 500 capítulos de cinco series televisivas, privándose de follar para ver alguna maratón de las seis pelis con la tripulación original (y si no hay maratón, se la inventan arrendando el DVD o dándole a la mula), y privilegiando los manuales de idioma klingon por sobre el alcohol, y todos esos años de vida para qué, para que llegue un c----- h---d-p--- que escriba un guioncito al tres y al cuatro en que todo eso que aprendiste ya no vale, y vamos aprendiendo mitología de nuevo. Y peor: resulta que todos los no-trekkies a quienes despreciaste de toda la vida por no saber hablar klingon, ahora están exactamente al mismo nivel que tú: en el casillero uno. Y sin esforzarse como tú. En lo de "Casino Royale" y "Batman inicia" no era tan grave la cosa, siendo cada peli más o menos autocontenida y autoconclusiva respecto de las otras, pero en lo de Star Trek, es que oigan, si hasta llegaron a rizar el rizo de armar sagas dentro de la saga (la trilogía conformada por "La ira de Khan", "La búsqueda de Spock" y "El regreso a casa", sin ir más lejos). Claro, los fanáticos de afuera, felices: ahora pueden empezar a ser trekkies sin tener que empollar horas y horas de estudio. Considerando como vienen las nuevas generaciones, eso es bueno para ellos (hay que ver cómo piensan que por ver dos o tres docenas de mangas y animes, consideran que ya lo saben todo sobre la vida, pasión y milagros de la evolución de las civilizaciones desde el Cromagnon hasta el más lejano futuro). Y admitámoslo: los productores sabían donde estaba la pasta. Había que complacer a la gran audiencia que va a desembolsar 200-300 millones de dólares, no a los trekkies que en conjunto iban a desembolsar... ¿20-30...? Porque los trekkies serán trekkies y verán las pelis hasta que les sangren los ojos, pero es que oigan, cada trekkie no tiene más que un par de ojos y no puede ver más de una peli a la vez... Amplias audiencias, ésa es la clave.

-- Y esto nos lleva al último y más desconcertante rubro: ¿es una buena peli trekkie? La veeeeeerdad... Mmmmmm... No estoy tan seguro. Sí tiene muchos elementos propios de la mitología trekkie. Ahí está el famoso test Koyabashi Maru o Kobayashi Maru, como demonios se escriba, y que ya había sido presentado en "Viaje a las Estrellas II: La ira de Khan". O Spock diciendo: "Fascinante". O Kirk acostándose con una chica de piel verde (Rachel Nichols, ricurita casi irreconocible acá, y que mostrará academia en la sobreviniente "G.I. Joe: El origen de Cobra"). O el infaltable casaca roja, puesto ahí para que la palme rápido y demuestre que el peligro para los protas es real (incluso, qué arteros, hasta le preguntan el apellido para que parezca que no...). Pero aparte de eso... Déjenme explicarlo así. En una saga como James Bond, en donde han tratado de mutar e ir acorde con los tiempos, que Bond haya sido campy en los '60s, horteradisco en los '70s, synth-pop en los '80s, políticamente correcto en los '90s y Jack Bauer en los 2000s no le sorprende a nadie: nos acostumbraron a eso, asumimos que 007 ha ido cambiando, y cuando le den la enésima vuelta de tuerca al asunto, lo recibiremos como una saludable bocanada de aire fresco, y así es como han parido 22 pelis hasta "Quantum of Solace" sin que nadie luzca visiblemente fastidiado por eso y sin que la franquicia tenga visos de bancarrota. Pero en lo de Star Trek, los productores se empeñaron en que todo siguiera siendo como en los '80s, como en "Viaje a las Estrellas II: La ira de Khan", como en "ST: La Nueva Generación". "Viaje a las Estrellas: Primer contacto" podrá ser una muy buena peli trekkie e incluso una buena peli a secas, pero sigue siendo una especie de episodio larga duración de ST:TNG, y de empalamientos vladraculianos como "Insurrección" o "Némesis" ya no hablemos. Incluso, la filosofía de ST se mantuvo más o menos como en los '60s, con el énfasis en la Prime Directive y todo eso (aquello de que el Enterprise no puede interferir con civilizaciones inferiores, etcétera). Todo eso estaba muy bien para la contracultura de los '60s, pero en el 2000, digámoslo francamente, ya no calienta a nadie. Lo que la lleva en el XXI no es una dupla Kirk-Spock respetuosos con los nativos, sino un Jack Bauer que agarre al maldito nativo, le espete un "WHO ARE YOU WORKING FOR!!!", y le vuele la rodilla (en caso de tenerla, son alienígenas después de todo, y eso lo hace más fácil, si al final no es humano lo que estás matando). De esta peli podemos decir que es muy 2000s en ese sentido. Había pelis trekkies en las cuales se rozaba la idea de que la Federación podía ser víctima de su propio militarismo, que podía acabar consumiendo sus ideales ("Viaje a las Estrellas VI: El país desconocido", o "Viaje a las Estrellas: Insurrección"), pero en este caso siempre eran los malos, mientras que los buenos respetaban la Prime Directive, eran paternalistas con las otras civilizaciones, etcétera. Acá, en cambio, no hay términos medios: la Federación es un ejército en toda regla, fascista hasta la médula, a pasitos de "Starship Troopers", que sigue a pie juntillas la filosofía de "el Gobierno no negocia con terroristas". El romulano malvado, por su parte, en vez de ser una especie de reverso de los vulcanos como en la serie original, es ahora más alienígeno que nunca, para mostrarnos claramente que es un genocida y un terrorista. Que el complot de Nerón, el romulano malvado, es un 9-11 cualquiera, y que Nerón viene a ser el Osama bin-Laden del universo trekkie, así dicho claramente. O sea, Star Trek emprendió todo el viaje desde la amplitud y la tolerancia cultural de los '60s, hasta el más descarado fascismo americano del XXI. ¿Bueno, malo...? Quién soy yo para juzgar, yo soy simplemente un gato sentado frente al teclado. Son los signos de los tiempos, así es como ha evolucionado la sociedad, y es lógico que la franquicia de Star Trek (que cualquier franquicia, en realidad) evolucione en esa dirección si quiere sobrevivir cortando boletos en la taquilla. Tampoco seré yo quien llore porque el antiguo y venerado Star Trek de Roddenberry esté muerto y enterrado, que harto abusaron estirando el elástico de la paciencia de los espectadores. En particular si lo que tenemos a cambio es la peli trekkie más dramática desde "El país desconocido" y más adrenérgica desde "La ira de Khan". Pero eso debemos dejar en claro: a partir de esta peli vemos un nuevo Star Trek no sólo por tripulación de actores nuevos y no sólo por reboot, sino también por espíritu. Algo que compartirá con el Star Trek sólo el nombre y los personajes (los más clásicos y perdurables en la memoria popular extratrekkie, que nadie espere aquí un cameo de la capitana Janeway o del doctor-holodeck ése cómo-se-llame). O acaso una nueva lectura de un universo mitológico con cuarenta años de historias a cuestas. Las relecturas de los viejos mitos, después de todo, siempre es negocio válido desde un punto de vista narrativo. Esta relectura lleva una peli a cuestas, y la anterior lectura lleva diez pelis y cinco series de varias temporadas cada una, lo que hace difícil equilibrar la balanza. Habrá que ver entonces cómo se desarrollan las cosas, si este nuevo Star Trek se consolida como una buena relectura, o si quedará como una purulencia embarazosa al costado, como "Superman regresa" al costado del "Superman" de Richard Donner? Sólo el tiempo (y la recaudación en taquilla, no seamos ingenuos) lo dirá.

IDEAL PARA: Ver un Star Trek con músculo y una Space Opera con buen pulso en general.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

domingo, 17 de mayo de 2009

"El diario de Agustín" (2008).


-- "El diario de Agustín". Chile. Año 2008.
-- Dirección: Ignacio Agüero.
-- Actuación: Un equipo de tesistas de Periodismo en un flanco vs. un equipo de periodistas veteranos trabajando para el más poderoso medio editorial de Chile en el otro.
-- Guión: Ignacio Agüero y Fernando Villagrán.
-- Banda Sonora: Giorgio Varas y Cristián López.

-- "El diario de Agustín": su sitio oficial en Internet.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Año 1957. El diario "El Mercurio" cumple 130 años siendo el decano de la prensa nacional chilena, el diario de mayor credibilidad y con mayor poder de convocatoria en la historia patria de Chile. Año 1974: la Honorable Junta de Gobierno, encabezada por Su Excelencia don Augusto Pinochet Ugarte, saluda al Mercurio en un nuevo aniversario. Año 2008: Un grupo de tesistas luchando por titularse como periodistas, empiezan a investigar el pasado de El Mercurio. Uno que principió en 1967, cuando acusó a los miembros de un movimiento universitario que pedía la renuncia de su rector, de ser todos comunistas y pekineses, y que creó en respuesta el inmortal eslogan: "El Mercurio miente". Uno que siguió en 1971, cuando Allende llegó al poder, y que, según documentos desclasificados por la CIA, su director Agustín Edwards viajó a Estados Unidos a suplic... perdón, a mendig... ehm, no estoy en vena hoy día. Vamos de nuevo. Viajó a Estados Unidos a solicitar que si Henry Kissinger y Richard Nixon fueran tan amables de soltarles unos fajitos de esos verdes que son cobrables contra la Reserva Federal del Tío Sam, por aquello de ayudar a derrocar al gobierno marxista de Salvador Allende (es lo que tiene la voluntad del pueblo, que a veces usan esa voluntad para votar por quien no se supone que deban hacerlo, los muy inconscientes). Y que continuó en 1973, cuando alegremente el Mercurio publicó un inserto en primera plana llamando a la ciudadanía a entregar a compatriotas suyos, con nombre, apellido y foto. O siguió en 1974, auspiciando la Operación Colombo para mostrar que los miristas eran tan malvados, que de pura rabia emponzoñada porque se les había ido el régimen marxista en Chile, se mataban entre ellos a tiros, como villanos de opereta televisiva (alguien en la DINACOS sufría de sobredosis del Batman sesentero, parece). O cuando en 1987, cuando Juan Pablo II visitó a Chile, el Mercurio aprovechó de cargarle la mano por algunos desmanes nunca bien aclarados, a dos tipos que ni estaban ahí ese día siquiera. O en 1991, cuando, después de haber creado una serie de montajes mediáticos sobre secuestros y desapariciones auspiciadas por la dictadura militar, Agustín Edwards debe sufrir en carne propia el secuestro de su propio hijo...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Quizás el punto más álgido en la historia del Periodismo fue aquel momento que retrata la peli "Todos los hombres del Presidente", basada en los reporteros que haciendo su poca de gasfitería en el hotel Watergate dieron con un intrincado laberinto de conspiraciones y contraconspiraciones hasta alcanzar nada menos que a la Casa Blanca y derribar al (corrupto) Presidente de los Estados Unidos, míster Richard Nixon. Pero después del incidente, las grandes corporaciones aprendieron la lección: CONTROL THE PRESS!!! La Guerra de Irak (1991), y la Segunda Guerra de Irak (desde 2003, hasta que el níspero dé lechones) fueron espectáculos mediáticos orquestados a ritmo de mambo por la CNN y el imperio Turner. De esta manera, el complejo militar-industrial ha conquistado a toda la prensa y la ha sometido bajo su férrea férula. ¿Toda? ¡No! Porque un grupo de irreductibles galos... periodistas jóvenes, perdón, se niegan a rendir pleitesía, y siguen en aquello de buscar la verdad, que para eso supone que eran periodistas en primer lugar. En Chile siempre hubo una tradición periodística muy fuerte, e incluso se permitía prensa violentamente antisistémica como "El padre Cobos", cuyo anticlericalismo en pleno XIX dejaba como niñatos de pecho a los modernos "rebeldes" de "The Clinic". Pero a partir del 12 de Septiembre de 1973 hubo un misterioso parón en la prensa de izquierda, que vaya uno a saber por qué todos se pusieron de acuerdo para no publicar nada más, y en los siguientes años, salvo por algunos nichitos por aquí y por allá (el "Fortín Mapocho", "La Epoca" en época más tardía, revistas como "Cauce", "Análisis" o "APSI"...), el grueso de la prensa se concentró en dos grandes conglomerados: COPESA ("La Tercera", "La Cuarta"...) como representante de la prensa derechista dizqueliberalistoide, y el Mercurio ("El Mercurio", "La Segunda", "Las Ultimas Noticias") como representante de la prensa derechista de tradición más conservadora y autocrática (¿notan como en el duopolio no hay nadie que sea del centro hacia "el otro lado"...?). En todo este contexto, la pregunta que cae de cajón es, ¿dónde demonios estaba la prensa durante la dictadura militar? Bueno, la gran excusa es que no se podía publicar cualquier cosa, que venían informaciones desde DINACOS (Dirección Nacional de Comunicación Social, el apparachitnik creado por la dictadura militar para practicar el goebbelsianismo con sabor a vino tinto y empanadas), que no había como contrastar las informaciones... Pero como apunta la periodista Raquel Correa para el documental: si el Mercurio hubiera denunciado ciertas cositas que ocurrían en dictadura, habría sido un gran aporte por su influencia y peso, ya que "¿se imaginan el escándalo internacional si hubieran cerrado el Mercurio?". Pero como decía, el espíritu contrawatergate todavía planea sobre las aguas, y he aquí que un grupo de valientes tesistas en busca de su título de periodistas, se atrevió a hurgar en el pasado, a estudiar cómo empezó el eslogan "el Mercurio miente", y entrevistó a cuanto Cristo se le puso a tiro, desde la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos hasta las más altas cúpulas jerárquicas del Mercurio (bueno, las que accedieron, claro está). Desde el propio Mercurio hubo guerra para detener aquello: primero disputaron el dominio eldiariodeagustin.cl tratando de apoderárselo ellos (la maniobra no resultó, por cierto, porque el fallo arbitral les fue adverso), y luego sometieron a la peli a una sistemática campaña de silencio, no refiriéndose a ella ni por casualidad... gastándose en el proceso las rodillas implorándoles servilmente a sus cordiales enemigos de COPESA que hicieran otro tanto (bueno, no tan guatecallo, pero es que si lo escribo en esos términos suena más novelesco, ¿vale?). Ya sabemos: habrá rivalidad por copar el mercado, pero si le pasa a uno, quizás el día de mañana le pase al otro, y siempre hay que enterrar el hacha de batalla si viene una batalla externa aún mayor... El resultado: 80 minutos de viaje a través de la más gigantesca manipulación mediática que se haya acreditado la prensa a lo largo de toda la historia republicana chilena.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es un documental serio, riguroso y en toda regla. No hay voces en off que nos informen de nada, sólo algunos subtítulos (los justos y necesarios), además de portadas, portadas, portadas y más portadas del Mercurio para ilustrar los distintos puntos de la trama (aparece, por supuesto, el clásico titular "EXTERMINADOS COMO RATONES", de cuando dijeron que los miristas estaban tan envenenados con su propia ira que se mataban entre ellos de rabia por haber fracasado en llevar el extremismo a Chile, como escorpiones clavándose la propia cola o poco menos). El resto son imágenes de archivo desde 1967 hasta 1991, además de imágenes de los propios tesistas haciendo lo suyo. Y entrevistas. Toneladas de entrevistas. A parientes de detenidos desaparecidos. A jerifaltes del Mercurio. A otros periodistas que estaban en activo aquellos años. A jueces. A historiadores. A funcionarios de la dictadura militar. (Por cierto, los que están del lado "de allá", casi todos dijeron que bueno, sí hubo algunos excesos, pasaban cosas, se decía que no todo era tan limpio... ¡pero a mí no me miren, yo no sabía nada, yo no era responsable, todo eso pasaba por manos que no eran las mías!). A lo largo de sus 80 concentradísimos minutos, la peli va siguiendo como con escalpelo, con frialdad de cirujano, las mil y una mentiras que el Mercurio contribuyó a propagar para tapar la bolsa de gatos que estaban dejando los servicios de inteligencia del régimen militar en Chile. Tiene escenas muy reveladoras, incluyendo la opinión de cierto funcionario del régimen militar justificando abiertamente que se matara gente porque, después de todo, eran comunistas, y que si le preguntaban la opinión, en realidad habían matado a demasiado pocos. O la rabieta de cierto alto funcionario del Mercurio cuando descubrió que la entrevista no pretendía ser una apología complaciente al "decano de la prensa chilena". No hay en ningún minuto alardes de individualismo por parte de los realizadores, y salvando un soundtrack que a ratos trata de crear un efecto tétrico, y que en realidad salía sobrando, en realidad lo siniestro de la peli sale de las realidades que va sacando a la luz. No es nada que una persona medianamente enterada que lea la prensa con cierta asiduidad, ignorara de antes, vale, pero esta peli tiene la virtud de condensar todo eso, y aderezarlo con entrevistas de un espectro tan amplio, que es imposible decir que presente una visión sesgada de los hechos. Muchas de las frases pronunciadas por los entrevistados están para citarlas en cualquier investigación sobre el tema, al igual que un testimonio personal impreso sobre un libro. En resumen, se acepten o rechacen las tesis presentadas acá, es imposible siquiera empezar a debatir sobre el tema sin haber visto esta peli y lo que sus 80 minutos entregan para exponer, y cualquier investigación subsiguiente que aspire a explicar este período, deberá por fuerza en algún minuto u otro referirse a ella. Esto sí que es reflejar el período histórico, y no dramas blandengues como "Matar a todos" o similares. Pocas pelis logran ser así de indispensables.

IDEAL PARA: Tener un sumario de cómo funcionó el goebbelsianismo en la prensa derechista durante una dictadura derechista.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en español].



-- Comienzo de la peli [en español].



jueves, 14 de mayo de 2009

"El luchador" (2008).



-- "The Wrestler". Estados Unidos / Francia. Año 2008.
-- Dirección: Darren Aronofsky.
-- Actuación: Mickey Rourke, Marisa Tomei, Evan Rachel Wood, Mark Margolis, Todd Barry, Wass Stevens, Judah Friedlander, Ernest Miller, Dylan Keith Summers, Tommy Farra, Mike Miller, Marcia Jean Kurtz, John D'Leo, Ajay Naidu, Gregg Bello
-- Guión: Robert D. Siegel.
-- Banda Sonora: Clint Mansell.

-- "El luchador" en IMDb.
-- "El luchador" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Who's the mudafakah que dijo que la vida era fácil. En los '80s eras grande y respetado, como un glamrockero cualquiera, mojando pija a diestro y siniestro, y en los 2000s, hundido por el Grungismo primero y por el Bushismo después, la cosa no funca, mi amigo. Randy Robinson es un luchador de esos de wrestler, o sea, de los que te dan espectáculo for the masses vendido como una pelea seria (¡vaya, el wrestling se parece a la política!). El hombre ya está en las últimas, decadente al pedorro, firmando autógrafos con bombos y platillos para los cuatro pelagatos (¡MIAU!) que van a verlo y lo consideran su ídolo. No paga la renta, medio porque no alcanza el money y medio porque para qué, si no, que la cosa no es andar de responsable por la vida o te echan más pega encima. Su gran diversión es ir a un topless en donde vemos una MILF que os aseguro, ni Salomón en todo su esplendor se vistió como una de ellas. Las cosas irían bien, de no ser porque el corazón no avisa, y de pronto, uno de esos puchupunes que te tumban de una, lo manda al hospital. El médico le dice "ejercicio moderado". "Hey, doc, what's up, I'm a fucking wrestler, it supposed that I make, you know...". "Buddy, this was just a tictic on the shoulder, the next time will be the very serious one, understood?". "Well, ya, understood" (buena gente el chato, no le dijo "understood ya mudafakah" en la cara). Así es que nuestro heroico wrestler, ahora medio muerto, se ve abocado a la tarea de reenfilar su vida. De reencontrarse con su hija a la que dejó botada hace la putada de años. De tratar de meterle salame al pan de la MILF en el topless. De buscarse un trabajo obrero como corresponde, alimentando al sistema. Pero, ¿quién diablos quiere eso? (Bueno, yo me quedo con la MILF, repártanse ustedes el resto si quieren, hehehé).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Después de esa bizarrada que fue "Pi: Fe en el caos", y luego de liarla más con "Réquiem por un sueño", Darren Aronofsky ganó fama de director de culto, oséase, de pelis distorsionadas para gente distorsionada que se instala en su torre de marfil para decir con autosuficiencia "¡¡¡esto es cine, mierda!!!". Claro, el problema con eso es que te ven tres o cuatro cucarachas, y un General Gato amiguete por aquello de la curiosidad. Pero como cualquier Tim Burton tiene su "Planeta de los simios", Darrencito se estrelló pesadamente con "La fuente de la vida". De manera que, como el wrestler de nuestra peli, hubo de replantearse seriamente y decir "FUCK!!! If I don't something violent, I'm chicken, those losers thinking they're culties will never get me again, maybe the fuckers go to Christopher Nolan or something... no-no-no, we will make a new movie, but this one will be more comercial, you know, they'll call me selloutofsky or whorefsky, I don't mind, but if I get a prize, maybe I can stand my status...". Después de estas muy cultas reflexiones, Darrencito, que otrora se barajara para la nunca realizada "Batman 5", miren cómo nos da vueltas la vida, decidió hacer una peli más normalita. Con harta cámara en mano, eso sí, para que se note que es una peli independiente o de culto y no una putada de Hollywood. Pero normalita. Hasta el punto que puede uno preguntarse qué tan autorreferente es esta peli sobre un wrestler decadente que está en sus últimos días de creatividad profesional...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Mickey Rourke. En esta peli no es un actor, es un fenómeno de la naturaleza. Su presencia telúrica lo incendia todo en un vórtice de... ya sé, no suelo usar un vocabulario tan cultureta a menudo porque suele ser una idiotez, pero por una vez en la vida se justifica. Porque esta peli son una hora y cincuenta minutos de básicamente nada. O sea, tenemos un wrestler decadente que es incapaz de armarse una vida, y que tiene una última oportunidad de probarse a sí mismo que sigue siendo the macho man. Sí, aunque no lo crean, esta peli es la prueba viviente de que el cine no ha evolucionado un puto denario desde que el venerable John G. Avildsen rodara "Rocky". Lo diré otra vez, ahora de manera más directa: el argumento de esta peli, y mucho de su tratamiento, es una especie de rip-off bastardo de "Rocky", hiperhormonado para el culturetismo de finales de 2000s. Con final medio cambiado para que no se note. ¿Debes verla entonces? Vuelvo al comienzo. Sí, debes verla. Por Mickey Rourke. Uno puede preguntarse hasta qué punto este tipo, que era hot cuando rodaba cosas como "Orquídea salvaje" comiéndose de paso a Carré Otis dentro y fuera del set (los veinteañeros de mierda que creen se las saben todas, busquen en Google Image sin SafeSearch Filter a Carré Otis y admitan cuántos años han pasado en la miseria de la ignorancia y la autosuficiencia intelectual), está interpretándose a sí mismo después de años de andar a los tumbos como si estuviera otra vez en eso de "Horas desesperadas". Pero qué importa. El caso es que el personaje es creíble, y hace creíble a una peli que de otra manera no habría por donde agarrarla. Pocos perdedores son tan adorables como este tipo que debe lidiar con sus fantasmas del pasado, a la manera más patosa posible, hasta encontrar que todo toro debe morir en la lidia, qué caray, si así es como funciona el mundo. Gracias, Rourke, por magna peli concedida, no gracias al abrepatas de Aronofsky, sino gracias a ti, Rourke.

-- Las chicas. Pobre Marisa Tomei, desde que le dieron (rumoreadamente por error) el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto por "Mi primo Vinnie" que se la ha pasado casi veinte años de carrera tratando de probar que es una actriz de verdad y que se merecía el premio. Y vino a meterse acá. Papel, lo que se llama papel, no hace mucho, pero derrocha simpatía y hace buenas migas con Mickey Rourke, además de que a sus 45 mantiene una academia que muchas moscardonas más jóvenes se la quisieran para sí... y la muestra con todo esplendor (¿soy el único que piensa que Marisa Miller es una anoréxica de piel cascaronaranjácea...?). Evan Rachel Wood como la hija, hace un rol bueno-normalillo como la hija que pasa de papi (y con razón, por lo demás), pero es mucho más de lo que esperábamos de ella en realidad, así es que está bien.

IDEAL PARA: Ver a un adorable perdedor (a Mickey Rourke, claro, el otro perdedor aquí no es tan adorable).

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

domingo, 10 de mayo de 2009

"Pi: Fe en el caos" (1998).


-- "Π". Estados Unidos. Año 1998.
-- Dirección: Darren Aronofsky.
-- Actuación: Sean Gullette, Mark Margolis, Ben Shenkman, Pamela Hart, Stephen Pearlman, Samia Shoaib, Ajay Naidu, Kristyn Mae-Anne Lao, Espher Lao Nieves, Joanne Gordon, Lauren Fox, Stanley Herman, Clint Mansell, Tom Tumminello, Ari Handel.
-- Guión: Darren Aronofsky, sobre una historia de él mismo, de Sean Gullette y de Eric Watson.
-- Banda Sonora: Clint Mansell.

-- "Pi: Fe en el caos" en IMDb.
-- "Pi: Fe en el caos" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Conclusiones provisionales. Estoy sano, estoy perfectamente sano, mi mente funciona estupendamente bien, sólo que tengo un par de malsanas obsesiones. Cuando era una pequeña larva, mi madre me prohibió mirar al sol. Yo lo hice, y desde entonces quedé como quedé. Esa es más o menos la vida del buen judío Maximilian Cohen, que se la pasa todo el santo día especulando sobre pi, sobre el orden del universo, sobre cómo funciona la maquinaria de la Creación. Tiene un buen amigo y un maestro en el clásico y estereotípico Gurú, con el que juega al go, que le previene sobre tanto "irse de λογος", pero nuestro buen Max Cohen, que aparte de ser judío es epiléptico, y con probables síntomas de sicosis, como si lloviera. El pasatiempo de Max Cohen (parece apellido de publicista con oficina en Las Condes, si me preguntan) no es fumarse chicas (y eso que tiene una como un churro de vecina), sino pasársela pegado a una computadora (¡hey, ya me cayó bien!), y como en ese tiempo (1998, recordemos) no existía el MSN y la blogósfera estaba en estado embrionario, entonces se dedica a analizar las transacciones de la Bolsa. Hasta que una resulta tan salida de madre, que este hombre se enoja, y a pesar de que su buena y paciente computadora se ha fundido, destruye los resultados echándolos en un tacho de basura. Pero cuando crees que estás solo y la gente te va a dejar en paz, haciendo tus bonitos experimentos matemáticos, siempre llegan infelices que creen ser los más importantes de la Tierra, y que deberías sacrificar tu paz y tranquilidad trabajando para ellos, porque ellos son bonitos y tú no (¿quién dice?). En este caso los individuos son una gran chupimegacorporación, por una parte, y por la otra, un grupo de cabalistas judíos pegados en el Código Da Vinci, perdón, en el Código Torah, tratando de descifrar los 72 Nombres Secretos de Dios y todo eso. Presionado por ambos frentes, y al borde de un gran descubrimiento que no es capaz de reconstruir, Max Cohen podría cambiar el curso de la Historia de la Humanidad... y si eso no pasa porque se ha "ido de logos", pues bien, siempre puede cambiar la Historia de la Numerología (o sea, ser para la Numerología lo que la Brujita Caramelo para la Astrología).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Cuando era joven e indocumentado, un cineasta llamado Darren Aronofsky, recién salidito de la Locademia de Cineastas, escribió un guión sobre un matemático volviéndose loco mientras descubre los secretos de la Creación. El guión le gustó a todos sus amigos, que para eso son amigos, para apoyarte, y empezó el rodaje. La operación resultó todo un éxito, ya que costó la miseria de 60.000 dólares, y ganó sólo en cines, 3.200.000 de los verdes (o sea, ganó sólo en cines más de 50 veces lo invertido). El éxito catapultó a Aronofsky al Olimpo del Cine Cultureta Independiente, lo puso en camino a rodar la nueva de Batman (al final fue Christopher Nolan quien consiguió darle el palo al gato y rodar "Batman inicia"), y lo convirtió en el nuevo Chico Maravilla que después empezaría a desteñir con las pelis subsiguientes. No cabe duda que la peli sintonizó bien con su época. La temática del cabalismo esotérico es algo devaluado desde "El Código da Vinci", pero en ese tiempo faltaban aún ocho años para ese engendro de película, y por lo tanto, todavía juguetear con el esoterismo en clave y código era algo rentable dentro de los círculos culturetas. Además, iba bien con el individualismo extremo y alienado predominante en la mentalidad cultureta post-grungie de los tardíos '90s. Lo extraño no es que la película haya tenido éxito, sino por qué no lo tuvo en mayor medida. ¡Ah, claro, ya recuerdo por qué! Eran también los años de "El proyecto de la bruja de Blair".

¿POR QUÉ VERLA?

-- Casi una década después, "Pi" resulta no ser una película tan maravillosa como lo pareció en aquel entonces, y por qué no decirlo, definitivamente no tan buena como los popes la defienden. Una de las reglas claras del cine, y del arte en general es: "habrás de entretener a tu público" ("thou shalt entertain ye audience"), pero esa verdad suele ser frecuentemente olvidada por el público cultureta. Esta peli lo tenía todo para ser un gran thriller, un thriller de alturas, incluso considerando el ínfimo presupuesto con el cual fue grabado. Pero, en un alarde de egocentrismo típicamente cultureta, Aronofsky optó por centrarse en las obsesiones personales del prota genio-pero-alienado (un clásico estereotipo cultureta), y con eso convierte lo que prometía ser una buena pieza, no digamos de acción, pero sí de suspenso, en un ladrillazo monumental. Servidor quien esto escribe, ya por la hora de rodaje estaba mirando el reloj para ver cuándo acababa. Y conste que la peli es cortísima, dura apenas 85 minutos (menos de una hora y media, o sea, más corta que el "King Kong" de 1933 y menos de la mitad del remake de "King Kong" de Peter Jackson del 2005). A una historia tan buena como ésta, Aronofsky le hubiera hecho un gran favor dejándola en barbecho, no como opera prima sino para más adelante, haberse fogueado un poco, sacarse de encima esa cosa de novatos de rodar todas las cosas by-the-book (típico cuando vienen saliendo de la Locademia de Cine, y tus profes de instituto te han atiborrado con una dieta de tarkovskismo y bergmanismo extremo, con ensalada de europeísmo como agregado), y haberla rodado con un poco más de humildad y con horizontes más amplios.

-- Saltándose el hecho de que el prota de esta peli es un Mary Sue del propio Darren Aronofsky (genial, alienado, fuera de este mundo, medio esquizoide... todo lo que reza cualquier autobombo de cultureta de pro, vamos), esta peli funciona estupendamente bien como una denuncia del misticismo matemático; es probable que, por el enfoque cultureta, este valor haya sido pasaportado de manera insconciente al interior de la peli, pero no sería la primera vez que un artista quiere decir una cosa, e inadvertidamente termina revelando más de lo que le gustaría. Desde antiguo existe una larga tradición de decir barbaridades sobre la naturaleza de los números y el universo. Una perspectiva racionalista de las cosas implica un saludable "a ver, veamos, examinemos críticamente la evidencia", mientras que una perspectiva mística implica un "al demonio la evidencia, me tinca que el universo es así, de modo que es así". El racionalismo suele ser decepcionante, así es que muchos se pasan de renegar del misticismo al racionalismo, y de ahí siguen más allá hasta caer en el misticismo del racionalismo: "al demonio la evidencia, me tinca que el universo es racional, de modo que es racional", lo que es la negación misma de la racionalidad. Cayeron en esta trampa Pitágoras y su "número", Aristóteles con su "ousía", Kant con su cháchara tecnofilosófica del "númeno"... Y también los empresarios ansiosos de descubrir en los números el patrón maestro para controlar la desagradablemente aleatoria Economía, y los cabalistas ansiosos de descubrir en sus escrituras hechas por mano de hombre, un vislumbre del plan de Dios, razas ambas bien representadas en esta peli. La trampa es bien simple: una cosa es estudiar los números como simples relaciones entre cosas (es decir, si tengo cinco manzanas, quiere decir que tengo más manzanas que si tuviera tres), y otra muy distinta afirmar que El Universo Es Número, como lo hacen tanto Pitágoras como el prota de nuestra peli. Lo primero es ciencia, es estudio de relaciones y casos. Lo segundo es misticismo filosofonumérico, y es una forma encubierta de religión, de "BABA BABA OH-AH, LOS MISTERIOS DEL UNIVERSO". El profesor y gurú del prota lo dice claramente: si te obsesionas con el 216 o con cualquier cosa, terminarás filtrando lo que no sea 216 de tu mente, hasta que terminarás viendo el universo como nada más que 216. Y después, en una memorable línea de película, que bien redime cualquier pecado suyo por entero: "Tan pronto como descartes el rigor científico, ya no eres más un matemático, sino apenas un numerólogo" ("As soon as you discard scientific rigor, you're no longer a mathematician, you're a numerologist").

-- El trabajo estético está, en general, bien cuidado. Es deudor de esa vieja Tradición Aurea que va desde el Expresionismo alemán avant-garde hasta el cine soviético de ambientaciones destartaladas en B/N o riguroso sepia (estilo "Solaris"), pasando por el "Eraserhead" de David Lynch, peli con la cual "Pi" ha sido comparada (de todas maneras, Lynch va mucho más allá, tanto por estética como por contenido). Darren Aronofsky podrá no ser un esteta demasiado original (de hecho, en esta peli no lo es en lo absoluto), pero se muestra como un alumno bien aplicado a sus lecciones, y aprovecha bien a sus maestros.

IDEAL PARA: Ver una buena peli sobre el tema del misticismo y de las obsesiones personales, a pesar de sus tendencias culturetas de Instituto de Artes Visuales.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



jueves, 7 de mayo de 2009

"Hostal: Parte II" (2007).


-- "Hostel: Part II". Estados Unidos. Año 2007.
-- Dirección: Eli Roth.
-- Actuación: Lauren German, Roger Bart, Heather Matarazzo, Bijou Phillips, Richard Burgi, Vera Jordanova, Jay Hernandez, Jordan Ladd, Milan Knazko, Edwige Fenech, Stanislav Ianevski, Patrik Zigo, Zuzana Geislerová, Ivan Furak, Monika Malacova.
-- Guión: Eli Roth.
-- Banda Sonora: Nathan Barr.

-- "Hostal: Parte II" Entrada en IMDb.
-- "Hostal: Parte II" Artículo de la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

El pobre chiquillo que sobrevivió a la primera parte ahora es un recluso que debe vivir escondido porque, saben, él HA VISTO COSAS, se ha adentrado en el submundo por debajo de la materia y la carne, etcétera, y esos poderes en la sombra que acechan no le van a dejar vivir en paz de ahora en adelante. Pobrecillo. No sabe que con esto de Internet, todo se filtra, ya todo el mundo lo vio en la peli ésa, y por lo tanto está marcado para la muerte. Y como no aparecerá Steven Seagal para salvarlo, bueno, pues bien... Cambio de escena. Vemos en Italia a tres estudiantas pintando a un homo en bolas (homo, decimos, porque ningún macho viril se presta a empelotarse para algo tan sarasa como servir de modelo, y si no, miren lo amariconados que se veían los machos en bolas en las pinturas renacentistas). Y viene el cambio, desaparece el modelo y aparece una chica en bolas que te defecas de gusto, hombre... Y la chica empieza a echarle tórridas miraditas a una de las tres estudiantas... Y le mete conversa... Y después, cuando ve que abordan un tren a Praga, se hace la encontradiza con ellas. Las tres chicas son una, una rica heredera, otra su putifa mejor amiga (putifa stright, eso sí), y la tercera una descolocada que todo lo encuentra bonito y lindo aunque no lo sea (es lo que tiene ser virgen o casi, que aún eres impresionable). Y de Praga, la chica las desvía a Eslovaquia. ¿No que estaba en guerra civil?, dice la putifa, y rapidito la corrigen que eso es Croacia... (bueno, ¿quién quiere a la putifa para conversar...?). Y a dónde se les ocurre llegar... Bien, si han visto la primera parte, reconocerán el hostal de marras. Olerán el matadero cercano. Y cayendo las ratitas en el laberinto, empieza la puja para ver qué gato se llevará las vísceras al buche...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En el año 2005 un tal Eli Roth, protegido de Quentin Tarantino, sacó una peli llamada "Hostal". La peli fue recibida con discreto entusiasmo. A los amigos de la parroquia les gustó porque ofrecía más gore. A muchos les pareció un simple rip-off de "El juego del miedo", lo que obviamente es una injusticia, porque si bien la premisa de género es la misma (Pornogore), y su tema filosófico de fondo es muy similar (la cosificación del cuerpo, para salvación del alma en el caso de Jigsaw y por meros propósitos mercantilistas en lo del Hostal), cada mitología tiene su propia personalidad particular. Claro, Jigsaw se ambienta en los Estados Unidos, y lo de Hostal en Europa, en Eslovaquia (¿cómo se sentirán los eslovacos por la manera en que pintan su patria...?), dándole por un tanto un sello un tanto más exquisitamente decadente, casi de Condesa Bathory, a todo el asunto. Pero como lo que manda no es la calidad artística, sea mucha o poca, sino qué tan redituable es el asunto (y ahí tienen cómo un bodrio robogore como "Transformers" tendrá secuela...), pues vino la secuela de "Hostal". Aunque en este caso con un poquito menos de imaginación. Porque podría ser secuela, pero también podría ser remake, casi con los mismos personajes, sólo que con trío de chavalas en vez de chavales. Bueno, por algo no le fue tan bien, y dicen que la tercera parte será un direct-to-DVD (qué, ¿creían que no iban a seguir descuartizando la gallina de los huevos de oro...?).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Vayamos por partes, como dijo el descuartizador. Esta peli es irregular. Tiene sus puntos fuertes, y tiene sus caídas. Y en ambos casos, son de importancia. De partida, la primera "Hostal" era lo suficientemente redonda como para no necesitar de una continuación, y además tenía personalidad propia, más allá de cierta coincidencia temática con "El juego del miedo". Por tanto, "Hostal: Parte II" iba a partir necesariamente a medio vapor, y en cualquier caso no logra nunca desprenderse de su carácter de secuela, y para peor, le introducen un prólogo únicamente para contarnos lo que pasa con el prota de la primera, prólogo que, por supuesto, si no viste la primera ronda de descuartizamientos, te va a rodar por encima. En segundo lugar, la prota de esta peli, la bella pero un tanto anoréxica Lauren German, tiene un personaje interesante entre manos, y es notorio que se esfuerza por hacerlo carismático, pero al guión le falta crudeza para describirnos su evolución a través de la experiencia de enfrentarse a todo un submundo psicopático como éste (vamos, que es crudo en el gore, pero tibio en la descripción psicológica), todo eso fusilado por un final enormemente blandengue para toda la presión que venían acumulando en la olla. Pero no se piense por esto que la peli es despreciable. Aunque secuela y muy secuela, tiene puntos de interés. Por una parte ayuda a construir la mitología de este universo narrativo, ya que por primera vez vemos partes del otro lado, incluyendo a los organizadores de todo esto, y las motivaciones de los clientes para meterse en el asunto (bueno, eso ya estaba descrito en la primera, pero acá se abunda un poco más en eso). Además, el trío de protas es carismático (la ya mencionada Lauren German, la siempre salida putorrona de Bijou Phillips, y la espléndida Heather Matarazzo), y la chica modelo es interpretada con mucho morbo por Vera Jordanova (aún así, hay cierta línea que no se atrevieron a cruzar...). Por tanto, ¿es buena esta peli? Más o menos sí, pero podría haber sido mucho mejor. Los que gustaron de la primera "Hostal" probablemente se la van a pasar de maravilla (aunque esta peli tenga a ratos un tono más light que la primera... sólo un poco), mientras que quienes abominan del pornogore van a encontrarla un desastre.

-- El tema de la cosificación del cuerpo, de cómo las personas ya no son esos entes ilustrados dotados de derechos fundamentales e inalienables sino mera mercancía de cambio o simples objetos que se pueden usar y destruir, que ya estaba presente en la primera "Hostal", acá da un paso más allá. Se hace evidente que los secuestrados para ser torturados son objetos, pero a la larga los clientes del servicio también lo son, en el sentido de que no importan sus personas, sino el dinero que paguen (aunque lo pagan, y espléndidamente), y de ahí que no puedan optar entre ponerse o no el tatuaje, o que si el cliente no es de provecho, también se le puede desechar. Este es probablemente el giro más interesante de la peli. Lástima que debamos leerlo de manera casi subliminal, porque la peli no insista mayormemente con esto... (Lo dicho, ese final podría haber sido mucho más contundente y horroroso, pero algo falló, y simplemente no se atrevieron... o no tuvieron la ocurrencia, más allá de montar una historia que permitiera mostrar a una chica literalmente desangrada en una bañera al mejor estilo Elizabeth Bathory...).

IDEAL PARA: Quienes gustaron de la primera parte.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [varios idiomas, subtítulos en español].



-- Acorralada en un spa [en inglés, sin subtítulos].



Seguidores