11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 28 de junio de 2009

"Borat" (2006).


-- "Borat: Cultural Learnings of America for Make Benefit Glorious Nation of Kazakhstan". Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Larry Charles.
-- Actuación: Sacha Baron Cohen, Ken Davitian, Luenell, Pamela Anderson (sin acreditar), Bob Barr (sin acreditar), Alan Keyes (sin acreditar), Jean-Pierre Parent (sin acreditar).
-- Guión: Sacha Baron Cohen, Anthony Hines, Peter Baynham y Dan Mazer, basados en una historia de Sacha Baron Cohen, Peter Baynham, Anthony Hines y Todd Phillips.
-- Banda Sonora: Erran Baron Cohen.

-- "Borat" en IMDb.
-- "Borat" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Jak sie masz? Mi llamo Borat. Yo vivir en Kazajistán, yo kazako. Como ustedes suponer, siendo Gloriosa Nación América, yo soy inculto, very muy imbécil, y además yo me gusta sobarme mi hermana, mi suegra, al chico de mi vecino y mi cabra montesa (mi esposa no, todas las esposas de Kazajistán son gordas y feas... pero tenemos que casarnos porque sin esposas no hay suegras que kuzkarse). Mi ser llevado por Gobierno de Kazajistán, comisionado para investigar modo de vida di ustedes. Mi aprender lecciones transculturales que ustedes americanos darme a mi. Mi viajar a América y mi aterrizar en aeropuerto, y mi empezar kaka-kaka desde hotel, porque mi recién bajado del campo y mi no conocer refinadas costumbres de ustedes civilización. Mi entrevistarme con gente, mi ser atento y bien recibido, mi conversar, mi gustarme mucho conversar. Aunque mi sorprendido, mi ver como gente tupirse con sexo. Me gusta sexo, me gusta sexo con mi hermana la cuarta mejor puta de Kazajistán... Mi prestártela, tú querer tenerla y yo prestarla. En fin, mi de pronto ver documental, programa de televisión, sobre pueblito llamado "Baywatch", y mi perdidamente loco enamorado de C.J. Después, mi aprende que C.J. ser personaje de ficción, que ser interpretado por bella mujer llamada Pamela Anderson. Y mi emprender viaje a través de Estados Unidos, porque mi querer casarme con Pamela Anderson y mi llevármela a Kazajistán. Deséenme suerte...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Hola. General Gato al habla otra vez. Durante los '80s, Estados Unidos era algo muy serio. Existía el derecho a crítica y a réplica, claro, pero eso era parte de la tradición estadounidense de "un hombre, una opinión". En los '90s, con el fin de la Guerra Fría, la idea de tener libertad de expresión empezó a ser menos valorada porque, después de todo, Estados Unidos la tenía, y ya se sabe que esas cosas son como la salud, que cuando se la tiene buena, nadie la valora. Y así fue como la dejaron morir, víctimas de su terror infernal a los ala-ala-ala-ala-akbarallah con turbantes de allá afuera, después del 9-11. Después del 9-11, y durante varios años, criticar a Estados Unidos se volvió pecado capital. Y criticar al gobierno de George W. Bush y a las políticas internacionales del mismo, así como a los neocon, se volvió traición a la Patria porque ellos eran la Patria, se envolvieron con su bandera, etcétera (el patriotismo es el último recurso del pillo, pero según opinaba Ambrose Bierce, probablemente sea el primero...). Apenas se pudo, eso tenía que destaparse. "Fahrenheit 9-11" abrió la espita. Y empezó la avalancha de críticas en contra de los Estados Unidos neocon. "Borat" se sumó a la moda. Increíblemente, esta peli fue financiada por los ultraconservadores Estudios Fox. Lo que a lo mejor es una inteligente maniobra neocon. Después de todo, "Borat" no sólo desprestigia a los Estados Unidos y su gente, sino que de paso le salpica mierda también a los propios realizadores de la peli, que no pueden aprovechar el espacio para criticar de una mejor manera que... Pero bueno, veamos de qué va el asunto.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Se ha aplaudido a "Borat" como una peli satírica e irreverente contra el alma nacional yanki. En realidad no lo es tanto. La premisa básica es la enésima variante del "Carmela, Carmela, llegas a la ciudad con la carita sonriente, ay que felicidad", sólo que ahora el Carmelo de turno no viene del campo huaso chileno sino de una república semiturca centroasiática. Será este heroico Borat quien, desde su desarmante ingenuidad, pondrá en evidencia la hipocresía y el doble estándar del americano de pro. Y en algunas escenas lo consigue. Aunque sea con el truco de la cámara escondida, que ya era viejo cuando yo era joven. Pero en el resto de la peli vemos las peripecias más bien anodinas y poco interesantes de Borat. ¿Y cómo se nos describe a este Borat? Pues, como un tipo tan fuera de la civilización que ni siquiera sabe usar un W.C. Sasha Baron Cohen, el tipo que interpreta a Borat, alega que esto es un artificio para enfrentar a los muy civilizados yankis contra sus propios prejuicios y limitaciones, pero cuando Borat empieza a ponerse pesadote, uno entiende que esos yanketas empiecen a perder la paciencia (y eso que por esta parroquia no somos devotos de la mediocridad midWest tan propia de la América Profunda). El problema de esta peli es simple. Un humorista debe siempre mantener un delicado balance entre dos extremos, el poder tomarse lo suficientemente en serio, y el saber reírse de sí mismo. Tomándose en serio, sus chistes son también (aunque parezca un contrasentido) lo suficientemente serios como para que tengan garra y consigan justamente lo que deben conseguir, o sea, hacernos reir. Sabiendo reirse de sí mismo, consigue que empaticemos con el humorista y con sus flaquezas humanas, y de esta manera, el humor actúa como catarsis. Este equilibrio es lo que ha hecho de innumerables prohombres del cine, de calibres tan diversos como Charles Chaplin, Buster Keaton, Jerry Lewis, Steve Martin o Ben Stiller, los humoristas de pro (cada uno en su línea y estilo) que nos han hecho reir y pensar. Sasha Baron Cohen, en cambio, carece de aptitud para reirse de sí mismo, y su personaje no pasa de ser el ignorante baturro que en su bendita inocencia pone en aprietos a nosotros los verdaderos imbéciles. Cuando el cuento lo protagonizaba Pedro Urdemales al menos tenía más gracia, porque éste urdía sus... bueno, sus males, perdónenme el ser tan redundante. Lo de Borat, cuando no juega a la cámara oculta o se aprovecha de la buena fe haciéndose pasar por un falso documentalista, es pura comedia étnica. Al final, de tanto criticar a los yankis por ser estirados, hipócritas y malas personas, el propio Sasha Baron Cohen se revela como un estirado, un hipócrita y, bueno, por qué no decirlo, una mala persona (¿qué sentido tenían los gags contra los judíos, cuando no había judíos presentes...?).

-- Las cámaras ocultas son lo mejor de la peli, quizás lo único rescatable. Aunque debido a que no siempre Borat las deja corriendo hasta el último, cabe sospechar que han sido manipuladas para mostrar a los buenos yanketas de pro como más odiosos de lo que realmente son. El "gag" de romperle la cristalería a un pobre sujeto no tiene ninguna gracia, pero tiene su miga la historia de la casa rodante con los chicos ávidos de to f***. O cuando le pregunta a un armero qué pistola le recomienda para matar a un judío y éste le replica con toda calma que un calibre 38... O el vendedor de automóviles que para no perder su venta, habla de la seguridad del vehículo que está vendiendo en caso de atropellar a citadinos transeúntes, habiendo declarado Borat su voluntad expresa de atropellarlos. O la manera en que Borat se ríe de los ultranacionalistas neocon en el rodeo ("¡Deseo que su Presidente Bush pueda beber la sangre de los irakíes...!", blah blah blah). Desgraciadamente, esos gags son islas dentro de la peli en general, que no remonta la mediocridad rampante de un tipo que insulta gratuitamente a Kazajistán para parecer "irreverente" (no le costaba nada fingirse procedente de una república ficticia, al cabo que cuántos yankis hubieran descubierto que Chambaladistán es una tomadura de pelo...).

IDEAL PARA: Ver a Sasha Baron Cohen haciendo el mongo y poniéndose en ridículo mientras (supuestamente) pone en ridículo algunos sagrados valores yankis.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

jueves, 25 de junio de 2009

"Viaje censurado" (2000).


-- "Road Trip". Estados Unidos. Año 2000.
-- Dirección: Todd Phillips.
-- Actuación: Breckin Meyer, Seann William Scott, Amy Smart, Paulo Costanzo, DJ Qualls, Tom Green, Rachel Blanchard, Anthony Rapp, Fred Ward, Andy Dick, Ethan Suplee, Horatio Sanz, Rhoda Griffis, Marla Sucharetza, Edmund Lyndeck.
-- Guión: Todd Phillips y Scot Armstrong.
-- Banda Sonora: Michael Simpson.

-- "Viaje censurado" en IMDb.
-- "Viaje censurado" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

¡Ah, las aulas universitarias! Por la delicada hiedra que crece en los tradicionales ladrillos de una U estilo New England... aunque estamos en la Universidad de Ithaca, y por lo tanto no es New England sino New York... pero ya me entienden, toda esa estiradez de las universidades yankis. Bien, en esos muros hay un alumno vitalicio, de los que tendrán que sacarlo algún día con protección judicial, que a falta de mejor colocación (porque de verdad es un vago y un inútil... viene interpretado por Tom Green, ¿vale?), está de guía turístico. Con los resultados desastrosos que son de prever. Pero eso no importa. Porque nuestro vago amigo, cuyo nombre en afrikaans significa "Chimpancé No Gracioso Que Habla", tiene una carta bajo la manga. Un viejo cuento, una arcana historia, una leyenda quizás... un mito que se hunde en la noche de los tiempos y que refleja lo que es el espíritu de tradición y superación de toda buena Universidad... Una leyenda en la cual uno de sus antiguos compañeros ha tenido toda su vida una noviecita, de la que se separó para irse ambos a universidades distintas; una leyenda en la cual este compañerito se ñoñoniza enviándole varios VHS con canciones ñoñas y mensajitos de tipo "te quiero mi paloma currurrurrú"; una leyenda en la cual comete un resbalón haciendo pan amasado con las masitas de una linda compañera rubia de carrera; una leyenda en la que ese resbalón queda grabado y listo para YouTube (bueh, en ese tiempo no existía... AÚN... ¡¡¡WENA NATY!!!); una leyenda en la que ese VHS, por error, va a dar en un sobre a la universidad de su currurrurrú en Texas; una leyenda en la que tendrá que unir fuerzas con sus amigos, cual Liga de la Justicia en época de carestía y mendicidad, para rescatar ese VHS antes de que caiga en manos de la currurrurrú... ¡¡¡Una leyenda en la que sus amigos deberán afrontar el viaje de sus vidas y sobrevivir a él...!!! (sobrevivir al viaje, no a Tom Green, aunque vamos a ver cuál de las dos es una prueba mejor para "Survivor"...).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Quienes decían que el espíritu chabacano y festivo de cutreces como "Porky's" o "La venganza de los nerds" estaba envuelto en el sudario de Drácula, olvidado como el pelo escarmenado, los muñequitos de "Mask", o el insufrible "Mickey" de Toni Basil, estaba profundamente equivocado. Porque después del paréntesis downoide '90s, pasada la oleada Nirvana/Seattle y el ombliguismo alternativo, la vieja comedia adolescente de humor grueso podía regresar por todo lo alto. Lo que sucedió efectivamente con la taquillera "American pie". Y si ellos estaban forrándose de dinero, ¿por qué no nosotros? Así es que un grupo de genios se puso a trabajar para los 2000, la nueva generación '80s (así con los '90s fueron la nueva generación '70s... pero con los '80s se me derrumba la teoría, porque ellos no fueron los nuevos '60s sino más bien los nuevos '50s...). El resultado fue... esto... que no es tan mala... no es tan buena... es... Bien... Es entrenimiento para público masivo. Bien masivo.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Al igual que "American Pie", su competencia, recupera el viejo y prístino humor de las comedias adolescentes '80s (no en balde produce, entre otros, el venerable Ivan Reitman, que por muchos costalazos que se haya pegado, siempre será para nosotros el director de la ochentada suprema que fue "Cazafantasmas"). Lo de '80s significa: humor sobre sexo, humor sobre tensión sexual, etcétera. Es un humor simple y básico, pero como los adolescentes son simples y básicos, funciona (¿qué, duda usted de que sean simples y básicos? Husmeemos entonces en la cabeza de un adolescente: SEXOSEXOSEXOSEXOSEXOSEXOSEXOSEXOSEXOSEX... ¿ya ven?). El humor pedorreta está en su punto. Sin excesos. Si es que de verdad el exceso en lo pedorreta es algo negativo. Después de todo, mientras más baño, semen y menstruación en el humor pedorreta, mejor. Pero aquí no tratan de pasarse de listos. No mucho, al menos. El único gran lunar es ver al cretino de Tom Green tratando de hacer el payaso otra vez, con el estilo cretino que es la marca de fábrica del cretino de Tom Green, y con los resultados cretinos que son de esperar del estilo cretino que es la marca de fábrica de Tom Green. En fin...

-- Como comedia, la verdad es que probablemente sea una cosa cualquiera (el chiste de lo que pasa cuando Beth se manda cambiar en persecusión de su casinoviecito y sus andanzas en la U que no era, se veía venir de medio hemisferio terrestre de distancia). Pero tiene otro valor añadido: es una película iniciática. Combinar un tema tan mortalmente serio como la iniciación en la adultez, con algo que se supone debe ser divertido como una comedia (y chunga, más encima) tiene ya de por sí su eucalarria. Entendámonos: esto no es "Despedida de soltero", que es pura chunguería de principio a fin. Aquí TODOS los personajes principales cambian o evolucionan, y la evolución, por una vez en la vida, es creíble. El que iba para seriecito y responsable, descubre que eso no quiere decir quedarse empantado en la vida. El que iba para perdedor e idiota de toda la vida, descubre que puede ser más (de hecho, llegó a ser el computín hackeaelplaneta de "El núcleo"... ehm...), y que sólo necesita sacudirse la amplia sombra paterna para eso (pero, ¡glup!, él tiene el dinero)... El que iba de malote y revientavida, descubre que a veces el destino reserva un dedo en el ojete en tu camino (por cierto, hasta Seann William Scott está... ¿simpático...? Dejémoslo en "pasable", ¿vale?). Y la chica que pintaba para la perra del cuento, al final resultó que no era tan perra, después de todo... Y eso, sin que suene innatural o forzado. Un gran trabajo, en ese sentido al menos.

-- ¡Oh, las chicas! Cada vez que me acuerdo de Amy Smart... haciendo topless... frente a una cámara de video... O de la buenorra de Rachel Blanchard... Incluso de la madurona Sucharetza como la enfermera del banco de semen... ¡¡¡MIAOOOWWW...!!!

IDEAL PARA: Ver una comedia adolescente más tonta que el promedio, y más profunda que el promedio, al mismo tiempo... (sí, yo tampoco entiendo bien esto, pero así es como es).

VIDEOS.

-- Nunca pidas tostadas en ciertos lugares [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 21 de junio de 2009

"Despedida de soltero" (1984).


-- "Bachelor Party". Estados Unidos. Año 1984.
-- Dirección: Neal Israel.
-- Actuación: Tom Hanks, Tawny Kitaen, Adrian Zmed, George Grizzard, Barbara Stuart, Robert Prescott, William Tepper, Wendie Jo Sperber, Barry Diamond, Gary Grossman, Michael Dudikoff, Bradford Bancroft, Martina Finch, Deborah Harmon, Tracy Smith.
-- Guión: Neal Israel y Pat Proft, sobre una historia de Bob Israel.
-- Banda Sonora: Robert Folk.

-- (Ir a la página) Entrada en IMDb.
-- (Ir a la página) Artículo de la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Nuestro buen Rick, que conduce el autobús de un Colegio de Monjas (y les permite porno y cosas raritas a los niños a bordo, ehm), les da una noticia a sus amigotes. Se casa. Con la bellísima, rica, chupeteable y de nombre ochentero Debbie (Tawny Kitaen en sus mejores años, ¿vale?). Pero se juntan los problemas. Por un lado, están los amiguetes de Rick, que se empecinan en que, ehm, nuestro buen Rick, que muy tolerante con los pecadillos ajenos será, pero sigue siendo un buen chico y sólo tiene mástil para la barca de Debbie (er, Tawny Kitaen, repito, que si fuera Roseanne Barr...), tenga una despedida de soltero con estrípers y tenga el último revolcón de soltero (¡hasta el divorcio, que después de todo es América!). Por el otro lado está la estiradeta familia de ella, que, bueno, el otro es chofer de micro, qué tanto puede llegar a proliferar en la vida (¡y si lo hace, que no sea con nuestra buena, pura y casta hija, por favor!), por no hablar de ese prete guapo, rico y prepotente que quiere enchufarse a la chica y anda con ganas de plantarle el pie en el trasero al chofer que se la está comiendo. Y para colmo, ellos mismos están preguntándose sobre si será bueno, si será malo, si será buena idea eso de casarse, que después el sexo... Mmmmmm... Se organizan las dos despedidas de solteros, las de él y las de ella, la de ella en plan fiesta cóctel de vestido largo y estiradeta, la de él en plan cuma-flaite-reggaeton (bueno, su equivalente ochentero, ya me entienden). Y para la despedida de él, uno de los amiguetes contrata a unas rameras para que hagan un espectáculo, y ya sabemos el resto. Pero el prete frustrado paga de vuelta al pimpollo para que envíe a las rameras a la despedida DE ELLA, y de esa manera, desacreditar al noviecito con el truco de "¿vieron, vieron?". Se supone que las dos despedidas no deben superponerse, pero ahí están las amigas moscas para envenenarle la vida a la chica, y así partirán de raid para exterminar la fiesta de él. El caos está servido.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Pasada la resaca pesadota de los '70s (ya saben: Watergate, Nixon, el Ayatollah, Juan Pablo II...), nuevamente los bandos volvieron a alinearse en los '80s. De un lado estaban los malvados adalides del Monetarismo Nucleónico como Ronald Reagan o Margaret Tatcher que decían "¡¡¡VAMOS A DARLE UN PEPINO ATÓMICO AL MUNDO PARA SALVAR LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA, SI ESTE MUNDO NO ES DEMOCRÁTICO ENTONCES NO SERÁ DE NADIE!!!". Del otro lado estábamos los chicos buenos (bueno, en esa época yo era realmente chico, si mamá gata no me destetaba todavía) que hablábamos de tolerancia, de rebeldía, del derecho a vivir la vida como nos plazca sin que Alzheimirito Reagan y Alzheimirita Tatcher nos digan lo que debemos decir o hacer. En el cine hubo varias líneas de fractura que mostraron este conflicto, desde el terror a la comedia, y una de ellas fue la comedia chorra por todo lo alto, estilo "Porky's", "La venganza de los nerds", etcétera, en las cuales el ser adolescentes, pasarla bien y ser irresponsable por todo lo alto era un medio de rebelión contra las señoriales autoridades de turno. De esto se aprovechó Neal Israel, a la sazón hot por haber escrito "Locademia de Policía", para crear a una especie de... ¿cómo se llamaba el prota de "Locademia de Policía"? Bueno, ya sabemos, los clásicos son Callahan (qué delantera, Leslie Easterbrook...), el loco de las armas, y el negro de los ruiditos, y qué aburrición el prota... Steve Guttenberg... Bien, se dijo el hombre: Y qué tal si Steve Guttenberg madura y se casa... O más o menos madura... Guttenberg no debía estar disponible, así es que llamaron a... ¡¡¡TOM HANKS!!! En esa época el individuo estaba listo para comedias por haber actuado con Darryl Hannah en "Splash", y seguiría haciendo papeles cretinoides hasta que demostraría lo que era capaz haciendo el rol que nadie le creyó actoralmente capaz, el del abogado marica y sidoso en "Filadelfia". Aquí tenemos los resultados.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es un clásico exponente de la comedia chorra ochentera. Vemos bien claramente la línea fronteriza entre los malignos moralidroides, representados por la familia conservadora de la chica, y los chicos buenos, que son los amiguetes entrañables y puteros del prota. Así es que algún valor arqueológico tiene.

-- ¿Funciona como comedia? La verdad es: a ratos. Porque los chistes son más propios de cabaret de mala muerte que otra cosa. Digámoslo ya, estos tipos son yankis y hacen una comedia chusca para consumo del no muy exigente público yanki. Algunos chistes, de tan pasados, resultan buenos (la ronda de completos en el cabaret, el burro que meten de contrabando a la fiesta...). Pero otros se ven venir a la legua, en particular el destino final que le espera a los distintos villanos de la historia.

-- Tom Hanks. El seriote y tremendamente pagado (pagado en cheque y pagado de sí mismo, las dos cosas) actor de "El Código Da Vinci", "Angeles y demonios", "La terminal", "Náufrago"... Es para agarrar este DVD y refregárselo a la cara: "Todos venimos del mismo fango primordial, nene". En particular porque mientras más pasa el tiempo, más reaccionarios y sensibleros se vuelven los papeles que escoge Hanks, mientras que aquí es un tipo listo y despierto, sin demasiadas ambiciones, pero también respondón e insubordinado frente a la autoridad. Sí, Tom Hanks, ese icono de la obediencia a la moral conservadora de Estados Unidos. Aunque, para no perderlas todas, el personaje de Hanks, en medio de toda su despedida de soltero, sigue perdidamente enamorado de su chica y no se tira a una vieja amiga que está verda por él y le hace un topless de vértigo (Monique Gabrielle en sus mejores años, ¿OK?). Oh, no, eso de andar de putero por la vida no es para el prota, que los amigos eligen ser eso y Tom Hanks no lo es porque es dulce, correcto, etcétera... Bueno, entonces para que aceptó una despedida de soltero, en primer lugar. Supongo que ese prota rebelde-pero-no-tanto es de gusto para la audiencia yanketa. Aunque, corrección aparte, siempre podemos reirnos de ver a Tom Hanks en versión flaitonga...

IDEAL PARA: Nostálgicos de los ochentas, completistas y detractores de Tom Hanks, y espectadores de programas de trasnoche con concursos de estriptiseras.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

jueves, 18 de junio de 2009

"Duplicidad" (2009).


-- "Duplicity". Estados Unidos / Alemania. Año 2009.
-- Dirección: Tony Gilroy.
-- Actuación: Clive Owen, Julia Roberts, Tom Wilkinson, Paul Giamatti, Dan Daily, Lisa Roberts Gillan, David Shumbris, Rick Worthy, Oleg Shtefanko, Denis O'Hare, Kathleen Chalfant, Khan Baykal, Thomas McCarthy, Wayne Duvall, Fabrizio Brienza.
-- Guión: Tony Gilroy.
-- Banda Sonora: James Newton Howard.

-- "Duplicidad" en IMDb.
-- "Duplicidad" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

CONSULADO DE LOS ESTADOS UNIDOS EN DUBAI, 4 DE JULIO DE 2003. Mientras alrededor hay más grúas de construir edificios que edificios mismos, se está de fiesta por el séptimo aniversario de la derrota de los extraterr... ah, perdón, eso era ficción, me confundí con ID4. Bien, vamos de nuevo. Están de fiestoca, y un tipo muy majo él, alguna vez candidato a Bond-JamesBond, se acerca a una chica MILF para flirtear un poco. El flirt acaba para él todo lo mal que se supone debe acabar: lo narcotizan y le roban unos documentos. Exactamente, ambos son espías, y se han topado en sus respectivas misiones, ella para la CIA y él para el MI-6 (bueno, Clive Owen se sacó el gustito de haber sido desbancado por Daniel Craig para Bond, ehm). Año 2008. El chico, que diríamos pobrecito-ahora-en-la-calle, de no ser porque en el sector privado pagan su buen poco más, ahora está metido en una empresa llamada Equikrom (léase "écuicrom", miren qué chulo suena), en la sección de... ehm... bueno... ya saben, esa clase de secciones con nombre eufemístico y con presupuesto reservado, para hacer un poco de cochinada industrial (espionaje, robo de secretos industriales, esa clase de cosiacas, que eso de la libre competencia está bueno para predicarlo, que no para practicarlo, o si no cómo quieren que uno se haga rico, caramba). Equikrom está en el negocio de las pastas y menjunjes para caras de mujeres y metrosexuales, y su gran rival es Burkett & Randle, que también está en el ibídem negocio, y que, bueno, sus líderes se odian cordialmente (ya saben, la clase de cordialidad empresarial que involucra liarse a mamporros en la losa del aeropuerto bajo la lluvia... captan la imagen). En la misión actual, resulta que pueden robarse un secreto valiosísimo gracias a un insider del otro lado. Nuestro Equikrom-boy parte a la misión, y luego de ya-saben-qué, descubre que, ¡UPS!, la chica que debe proporcionarle la información es la misma que lo chagueó en Dubai, cinco años antes. Luego de una conversación cargada al filosismo verbal, la chica pasa la información, y el chico maravilla se la lleva. Y queda como rey. Porque han descubierto que Burkett & Randle está lista para lanzar su producto estrella al mercado. Uno que hará época entre las Eras Geológicas y que cambiará la Historia de la Tierra para siempre. Ahora, Equikrom tiene nueve días para descubrir de qué demonios se trata todo, y ojalá poder adelantar el quien vive. Millones, quizás billones de dólares están en juego. So... LET THE WAR BEGINS!!!

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Cuando el cine de finales de los 2000s parece empantanado en blockbusters robóticos sin alma, en comedias románticas protagonizadas por tías histéricas que no seducen a nadie, en cintas de terror que ya ni asustan, o en culturetas del tres al cuatro que más que hacer pelis parecen gemirlas, es interesante descubrir que de tarde en tarde todavía tenemos perlas dando vueltas por ahí. ¿El responsable? Tony Gilroy, tipo con un currículum un tanto irregular dándole al teclado y guionizando cosas como la respetable "Dolores Clairbone", la esforzada pero en definitiva mediocre "El abogado del diablo", o la saga de Jason Bourne ("Identidad desconocida", "La supremacía de Bourne" y "Bourne: El ultimátum") antes de saltar a la silla de la dirección, ya un tanto pasadita la cincuentena, y convertirse en el nuevo chico maravilla de Hollywood con la correcta-pero-sobrevalorada "Michael Clayton". ¿Había que ver "Duplicidad" después de ver "Michael Clayton"? Bueno, podíamos decir que "Michael Clayton" era la peli titubeante de un buen director en ciernes, o bien una inspirada peli por parte de un director mediocre, y ambas cosas hubieran calzado bien, pero ésta, la segunda, era la definitiva, la ahora-sí-sin-errores. ¿Pasa el test? Sí, lo pasa. Y bien. No es una obra maestra ni mucho menos, pero pasa bien la prueba.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Podríamos decir que "Duplicidad" es un thriller un poco a la antigua usanza. Una peli como ésta hubiera podido ser filmada sin problemas (salvando las diferencias estilísticas, claro) por un John Huston, un Howard Hawks o un Alfred Hitchcock. Porque el acento está puesto en contar bien el cuento, no en crear una historia terriblemente inverosímil que confunde el concepto de "causar desconcierto con una inesperada vuelta de tuerca final" con "crear un final que ignora y viola flagrantemente todo lo transcurrido y establecido en la primera hora y media de peli". Bueno, no es que la historia esté tan terriblemente bien construida tampoco (en algunas partes, como que se esfuerza mucho en encajar las piezas), pero el guión es muy superior a la media de guiones de thrillers en Hollywood, confía en la tensión narrativa en vez de apabullarnos con secuencias de acción imposible, y puede decirse que el desenlace es, por una vez en la vida, más o menos imprevisible, cualidad que los guionistas de thriller en Hollywood parecen haber perdido de vista hace muchos años atrás. Tony Gilroy toma, por otra parte, la muy acertada decisión de dirigir esto en un decidido tono de comedia sofisticada, un poco en estilo campy ondero-sesentero a lo "Once a la medianoche" (¡o a su remake "La gran estafa"!), y en este no tomarse excesivamente en serio, la mayor parte de los defectillos de la peli pasan soplados. Sumémosle un descacharrante soundtrack de James Newton Howard, con un fuerte punch jazzístico (¿en serio este tipo que compuso esta banda sonora tan desopilante, es el mismo tenebroso compositor de "Batman: El caballero de la noche" o de las pelis de M. Night Schyalaman?), y tenemos la atmósfera perfecta para la peli, una que tiene un regusto campy sin pasarse de roscas en el homenaje visual como "La gran estafa".

-- A pesar de tener algunos buenos ingredientes (el guión, el soundtrack, un acertado sentido de la dirección), pasa aquí como en "Michael Clayton", que casi todo el carisma de la peli recae sobre los actores. Clive Owen hace más o menos su papel tipo, y como que hace un ratito que empieza a cansar en eso, pero da muy bien en la tecla en esto de hacer comedia sofisticada. Julia Roberts, por su parte, actriz inmensa por donde se la mire cuando se esfuerza por salirse de su casilla de "american sweetheart", sigue adelante con esos roles de dama sofisticada que, aunque no han resultado taquillazos como sus comedias románticas, le han dado buenos réditos en materia de cartel actoral ("Confesiones de una mente peligrosa", "La gran estafa", "Juego de poder"), y de verdad haberla tomado para el rol fue una elección imbatible. El siempre cumplidor Tom Wilkinson repite con Tony Gilroy desde "Michael Clayton", ahora como CEO de Burkett & Randle, y como de costumbre, cumple, mientras que su gran rival es Paul Giamatti, otro que también empieza a cansar un poco hiperventilándose cuando actúa (sin críticas contra el actor mismo, que en la reciente serie de TV "John Adams" estuvo magnífico), pero que da bien la cara en su papel. A ratos, cuando te pierdes en medio de los recovecos de la trama (y en más de alguna vuelta de tuerca de la historia puede pasar eso, créanme), la peli sigue siendo placentera de ver gracias a este cuarteto, hasta que nuevamente te reencarrilas en lo que estaba pasando y sigues viéndola sin problemas. Tanto, que no me molestaría gastarme el dinerillo de la entrada al cine para ver una eventual secuela de esta peli (que fuera escrita/rodada por Tony Gilroy again, claro está, y con el mismo elenco, o por lo menos con los dos protas). Sí, ya sé, estoy soñando, que esto no va a dar para un "Spiderman 4" ni mucho menos, pero como soñar es gratis... ¡Pero qué diablos, si "La gran estafa" dio hasta para una tercera parte, ésta también eventualmente podría! (Bueno, superando el pequeño detallito de quién la va a financiar, si esto no resultó ser un taquillazo tampoco, y ya se sabe que las secuelas no tienen nada que ver con la calidad del material).

IDEAL PARA: Ver un thriller romántico a la antigüita, mucho más cumplidor que otros subproductos groseramente más caros y mucho más pobres en resultados, de los que vienen de Jolivú.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].


domingo, 14 de junio de 2009

"La Tierra" (2007).


-- "Earth". Inglaterra / Alemania / Estados Unidos. Año 2007.
-- Dirección: Alastair Fothergill y Mark Linfield.
-- Actuación: Narración de Patrick Stewart en la versión inglesa, de James Earl Jones en la versión estadounidense... y del impresentable ése que es vocalista de Maná en Latinoamérica, más un chulo elenco de los más selectos mamíferos y algún que otro plumífero de la naturaleza.
-- Guión: Alastair Fothergill, Mark Linfield y Leslie Megahey.
-- Banda Sonora: George Fenton.

-- "La Tierra" en IMDb.
-- "La Tierra" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La Tierra. El planeta afortunado. Uno que está a la adecuada distancia del Sol. Uno en que puede florecer la vida. En gloriosa, casi orgiástica profusión. Tomemos en consideración, por ejemplo, el Artico. Lugar en donde asoma su linda nariz mamá osa. Oliendo el aire. Y saliendo a restregarse un poco en la nieve, que no todo es sufrir en esta vida. Detrás va el par de oseznos, listos para afrontar la vida. Deberán apurarse en llegar hasta el banco de hielo: de llegar demasiado tarde, el banco de hielo empezará a derretirse, y la temporada de caza de focas habrá terminado demasiado pronto (más pronto cada año, por aquello del calentamiento global). Algo más al sur, mientras tanto, los bosques de hoja perenne empiezan a derretirse, y empieza la migración de los caribúes... bajo la atenta mirada de los lobos que están listos para agarrarse a alguno, que esto de los refrigeradores está bien para los humanitos que viven apurados, pero a los lobos, la carne fresca, gracias. En otra parte del globo, ya en climas templados, los patos empiezan su camino hacia el mundo exterior, con un primer vuelo que... ehm... bueno... a cualquier cosa lo llaman volar ahora, que les das plumas y ya se creen Superman. Y más al sur todavía, tenemos a los elefantes. O a las simpáticas ballenas australes. Todos emprendiendo el gran ciclo anual, el gran festín de la supervivencia, en donde los más fieros y letales, o los más rápidos y aprietatraseros se quedan para engendrar the next generation...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Después de alcanzar un peak en los '80s, el ecologismo pareció venirse abajo en los '90s. Claro, era una década demasiado optimista como para acordarse de que todo ese bonito liberalismo y ese lindo crecimiento económico se financiaba a costa de defoliar toneladas de bosques para transformarlos en toneladas de CO2, desertificando kilómetros y kilómetros cuadrados de tierras, y dejando montones de cadáveres no humanos en el camino. Pero algo cambió en el camino. Empezamos a tomar conciencia otra vez de que si no cuidamos nuestra bella casa azul, no quedará casa azul en lo absoluto por la que preocuparse. El gran smashit vino con "Una verdad incómoda", en donde Capitán Gore (Al Gore, se entiende, no que sea gore... aunque por ahí andaba de terrorífico) le mostró de bruces a la mayor parte de la audiencia cómo el calentamiento global iba a cagarte la vida mermando tus reservas acuíferas y gravando tu economía, además de llenar tu backyard con inmigrantes ilegales (refugiados ecológicos los llaman ahora), que eso de que los animalitos allá afuera se asen de calor es triste, pero duele más y de verdad te preocupa cuando te toca a tí la china. (Bueno, en "La verdad incómoda" se mencionaba cómo el calentamiento global iba a dar buena cuenta de los osos polares, de paso). El tema de la Tierra es más acuciante que nunca, ya por suerte nadie salvo los más estúpidos y recalcitrantes se atreven a burlarse de él, y conocerlo un poco más a través de una peli siempre es buena opción para empezar a ver cómo hacerse cargo de la Tierra.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Para empezar, digamos que existen dos maneras de ver esto. Si eres de los que piensan que los documentales, por el solo hecho de ser documentales, deben ser de inmaculada objetividad y mantenerse a raya con el punto de vista neutral estilo Wikipedia, esta peli te va a reventar hasta los huevos, porque lo vas a ver como un ejercicio continuo de chantaje emocional: se nos presenta toda la belleza de la naturaleza, pero los animalitos más bonitos y simpáticos, aquellos por los cuales debes enternecerte, mira qué casualidad, son todos mamíferos (las criaturas que tienen el sistema límbico más desarrollado dentro de sus cerebros, y por tanto, las que son más capaces de emociones, y a consecuencias, las que pueden generar más empatía en el respetable). Esto, salvo por el cameo de una simpática nidada de patos. Seguro que no tendría tanta gracia ni te entibiaría tanto el corazón si te hubiesen puesto como bicho tierno una bankiva (gallina salvaje) del Asia Central, una anchoveta de los mares peruanos, o una diligente termita africana. Ahora, si eres consciente de que una peli, por muy documental que sea, siempre es un ejercicio de manipulación de emociones (más o menos bien hecho, pero manipulación a fin de cuentas, lo que cuando se quiere colocar en buenos términos se lo llama "suscitar algo" en el respetable), entonces no vas a tener ningún problema, sino por el contrario. Porque esta peli es emocionante. En el mejor sentido de la palabra. Es la naturaleza como espectáculo puro. Imagino que esta peli pierde tres cuartos de su gracia si la ves en en el estrecho monitor de tu PC o laptop, o en la pantallita de la TV de tu casa, como no sea una maja 29 pulgadas. Incluso se nota que el disfrute es mayor en una sala 3D: harta panorámica, harto sobrevuelo, harto gran angular, harto paneo lento, harto giro alrededor del objeto filmado (una montaña, un árbol...), harta toma con varios planos superpuestos, todo para destacar el relieve de las imágenes que estamos viendo. Pero aún así, en el humilde 2D de toda la vida en que su seguro servidor el General Gato quien esto escribe la vio, se puede apreciar la cualidad casi escultórica de la imagen. Todo esto apoyado por una brillantísima banda sonora a cargo de George Fenton, que no se deja recurso de composición musical afuera para acompañar a la naturaleza en toda su gloria (aunque ponerle música flamenca española a la danza nupcial de un plumífero de Nueva Guinea chirríe un poco, ehm, pero no todo podía ser perfecto tampoco). Las escenas de madre con retoño, y hay varias, pues tienes que tener el corazón sanforizado para que no se te encoja, y las escenas de cacería, que también hay las suyas, consiguen pegarte al asiento aunque, en buen rigor, es lo que los documentales de animalejos nos vienen mostrando desde los '70s, incluyendo la emblemática carrera del guepardo para cebarse un antílope, que como todo el mundo sabe, esto no es documental de naturaleza en regla hasta que no aparece un guepardo cepillándose un antílope. Y dicho sea, no porque la distribuya una subsidiria del omnipresente imperio mediático Disney, esta peli se ahorra crudezas: es cierto que no vamos a ver gore explícito aquí (nada de felinos masticando carnita), pero creo que más de algún niño debe haber quedado pegado luego de ver a un tiburón blanco zampándose una foca en pleno vuelo (no estoy bromeando, se ve eso en glorioso technicolor). En resumen, esta peli es la naturaleza al completo y al natural, si me perdonan la redundancia, y en todo su esplendor, con todo lo que el cine de primeros del 2000 puede ofrecernos en materia técnica. Así da gusto ir al cine.

IDEAL PARA: Verla en el cine. O en un 29 pulgadas con parlantes a lo bestia.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



-- Inicio de la peli [en inglés, sin subtítulos].

jueves, 11 de junio de 2009

"Vicky Cristina Barcelona" (2008).


-- "Vicky Cristina Barcelona". España / Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: Woody Allen.
-- Actuación: Rebecca Hall, Scarlett Johansson, Javier Bardem, Penélope Cruz, Christopher Evan Welch, Chris Messina, Patricia Clarkson, Kevin Dunn, Julio Perillán, Juan Quesada, Richard Salom, Manel Barceló, Josep Maria Domènech, Emilio de Benito, Maurice Sonnenberg, Lloll Bertran, Joel Joan, Sílvia Sabaté, Jaume Montané, Pablo Schreiber, Carrie Preston, Zak Orth, Abel Folk.
-- Guión: Woody Allen.
-- Banda Sonora: No aparece nadie acreditado.

-- "Vicky Cristina Barcelona" en IMDb.
-- "Vicky Cristina Barcelona" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Vicky y Cristina llegan a Barcelona, y justifican así el horroroso título de la peli, que para colmo, por una puñetera y equivocada vez en la vida, no lo tradujeron creativamente al español. Ambas chicas son amiguetes, y ambas están para bailarles el cante jondo encima hasta dejar liso el tablao (y por Bastet que tiene sinuosidades ese tablao...). Vicky es súper-hiper práctica y realista, la clase de chica que necesita todo organizadito en su lugar, y cada pilcha en su cajón, con su respectiva etiqueta (Rebecca Hall, con una cara permanente de resignada convivencia con la insatisfacción vaginal crónica). Y se va a casar con un buen partido en dos patas. Cristina, en cambio, es una zorra de cuidado que, so pretexto de buscar emociones y beberse a fondo la vida, va de cama en cama (no se dice, pero se insinúa) y de la correa transportadora de ETSs ya ni hablamos (Scarlett Johansson, dándole credibilidad a su foxie a punta de pechito). Ambas llegan a Triunfa España, a Barcelona, so pretexto de que Vicky está terminando una tesis sobre la identidad catalana. Algo que puede complicarse un poco considerando que lee español, pero no sabe hablar más que frasecitas sueltas en ezpañoh, y de catalán suponemos que nada. Ambas recorren la ciudá de Barcelona en plan turista japonés, todo muy bonito y muy kitsch (la Catedral de Gaudí y todo eso), hasta que de pronto, ¡¡¡CHAN!!! Ya saben que en toda peli yanki en que los yankis van a Mediterráneolandia o sus alrededores, yace la tentación del Shicoh Latinoh que es la encarnación del latin lover y todo eso (Javier Bardem, en una sangrante y probablemente involuntaria parodia del dizque macho latino a lo Antonio Banderas). El tipo, con lógica suprema (turistas yankis, cara de cachondas, deben ser unas sueltas estas tías), se acerca, las invita a pasear, y como cuatro líneas de diálogo después, les propone un menachatruá. La pringadita tesista dice que no, que cómo se le ocurre, mientras que la rubia de los bubones de oro dice que sí, que se apunta. Viajan a Oviedo. El azar vengador interviene y manda a la Scaldasono con patas a reposo por indicación médica, y por lo tanto, es la pechoña compuestita la que recibe a la Santísima Trinidad en pleno por el canal de parto (lo siento si ofendí a algún católico por ahí, pero es que esto de que la peli se ambiente en la catoliquísima España, como que incentiva un poco la lascivia herética, ¿no?). El caso es que las cosas se van decantando por su peso. Después del paseíto, el españolete con bonete se mete con la Cristina, con la rubia calefactora, mientras que la otra se queda toda pensativa, porque verán, aunque ordenadita y todo, y se va a casar con una chequera con patas, verán, es que al final como que le queda gustando eso de que se la encaje un machorro ibérico bien pintao (bueno, más o menos, Javier Bardem con sus ojos de corderito en Cena Pascual, ¿recuerdan?). ¿Y pensaban que el asunto remataba ahí? ¡Pinzas! Porque aún falta que en lo de Cristina y su pintor aparezca esa institución tan castiza de la familia hispanoamericana que es "la ex", la ex esposa en este caso. Que está como un p*** cencerro, pero como está buena (Penélope Cruz, rejuvenecida después de pasar por detox luego de lo de Tom "Cuchillo Envenenado" Cruise), pues que el pintor no se olvida de ella. So, I can say... Welcome to the Spanish hell!!!

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Antaño, hasta su buena porción del siglo XX, si conseguías llegar a la cima del Parnaso artístico y mojigangas, pasabas a la Historia con letras de bronce y como ídolo generacional, muriendo en tu mullido lecho mientras los wannabies te hacían reverencias como a una vaca sagrada y todo. En la actualidad, en cambio, en que podemos medir las generaciones no por inseminaciones sucesivas dentro de una familia, sino por décadas, e incluso por menos, el riesgo de que la rompas a los 20 para hacerte famoso a los 30, internacionalmente reconocido a los 40, desafiado a los 50, enviado al osario como un artesaurio a los 60, y quedarte puñeteras dos décadas más de vida para sufrirlo como colmo, es, por decir lo menos, altísimo. Chaval, que si yo trabajaba en una compañía de seguros, no le extendía pólizas por su arte a esos vejetes. Con Woody Allen pasó lo propio. En los '60s y tempranos '70s era un tipo que te rompía las bolas con cosas como "Bananas" o "Todo lo que usted quiso saber sobre el sexo pero nunca se atrevió a preguntar" (no me hagan escribirlo de nuevo). En los finales '70s y en los '80s fue un consagrado, y hasta memeces como "Días de radio" pasaron como pelis apoteósicas, por puro llevar la firma de Woody, así como Andy Warhol hacía cualquier mamarracho y por su pura firma se iba derecho a Sotheby's al mejor lote. Los '90s, y con mayor intensidad los 2000s, lo han tratado mal. Sus pelis ya no interesan a esos jóvenes rebeldes ácratas que buscan pura demolición intelectual, o alternativamente, reflexiones pseudofilosóficas sobre la naturaleza humana (recordemos que Woody Allen, pese a ser reconocido como comediante, alguna vez ha confesado que le hubiera gustado ser un dramaturgo a lo Ingmar Bergman, y más de alguna peli suya trata de ser bergmaniana... sin conseguirlo, empero). Esos jóvenes que mencionábamos, ahora la flipan con "Batman inicia" o "El caballero de la noche", o con subproductos aún peores, pero inflados a punta de FXs, y no tienen tiempo ni tendrían por qué tenerlo para cosiacas más, ya saben, "de cine arte". ¿Quiénes todavía le damos una oportunidad a Woody Allen en el cine? Los productores que mueven fondos millonarios en dólares no, por supuesto, ya que Woody Allen ha cosechado éxitos relativos de crítica con "Match Point", "Scoop" o "El sueño de Casandra", pero aún así no ha cosechado en abundancia esa dulce berrie llamada DI-NE-RO. Y ahí tienen a Woody Allen de mendigo por toda Europa buscándose fondos (ahora, las autoridades edilicias de Barcelona en pleno). ¿Entonces...? Pues, los intelectualoides de toda la vida que van a la sagrada eucaristía fílmica del Allenismo cada año, y algún que otro outsider del sistema que coquetea con el "cine mainstream" y con cosas más artísticas, pero que no se casa ni con uno ni con otro, como vuestro seguro servidor el General Gato quien esto escribe (¿han conocido un gato que no haga así la corte?). Una lástima. Porque "Vicky Cristina Barcelona" no será la mejor peli de Woody Allen, y tendrá más que alguna seria carencia fílmica, pero aún así sigue siendo un ladrillazo demoledor a la jeta, así como muy superior al noventa por ciento de todo lo que se rueda hoy por hoy. Pero es la desgracia del genio: haz algo que sea simplemente bueno, pero no genial, y se te tirarán encima a desollarte vivo. ¡Te queremos genio de siempre, jodepú, para eso te pagamos! ¡Si nos gustara un mono con cámara que ruede pelis, iríamos a ver a Michael Bay con "Transformers: La venganza de los caídos"! (No, no tengo programado ir a verla, con la primera de ensarte ya me basta; UPGRADE: Terminé viéndola en el cable, y ¡mamá mía, qué espanto!).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Lo de siempre con Woody Allen. Es Woody Allen. Ha hecho pelis desde lo mediocre hasta lo genial, pero si uno no espera que cada nueva peli suya sea rompedora/remoledora/headsmasher, y se conforma con una trama bien narrada, estamos en lo nuestro. No es tampoco la mejor que haya hecho, pero tiene un nivel muy digno, y por qué no decirlo, hacía tiempo que no lo veíamos destilar tanta mala leche (ni en "Match Point" era tan amargo). Bueno, incluso una rodada con el piloto automático, como era "Scoop", ya era mejor que la mayoría de escobillanazos que se estrellan, perdón, se estrenan cada año en el cine, y ésta está hecha con un poco más de mimo en eso. Eso sí, de entrada puede que caiga como patada porque toma algunas opciones narrativas un tanto arriesgadas. De partida, contrariando todos los manuales sobre lo que se supone debe ser el buen cine, usa y abusa de la voz en off. Pero Woody Allen le saca un enorme partido a este recurso. La peli se trata sobre relaciones sentimentales, sobre búsquedas eternas, y por qué no, de gente con oxiuros en el corazón. Y como esto no es una romántica viñeta de Hollywood al estilo Sandra Bullock y Jennifer Lopez, en donde la gente madura a la fuerza (y de manera forzada) y descubre la felicidad, el amol y las campanas de boda tras una carrerita final al aeropuerto para gritar "¡¡¡NO TE VAYAS, DESCUBRÍ QUE TE AMO!!!", sino que es la pura verdá verdadera de lo miserable que es la vida sentimental de las personas (extensión de que las personas en sí sean miserables), el mensaje sería insoportable de no ser por un poco de distanciamiento irónico que le baja un poco el perfil a todo. Como el que provee la dichosa y denostada voz en off, precisamente. Que le da a la peli un aire irreal, casi de cuento de hadas... sólo para refregarnos en la cara que lo pasado por la pantalla no es un cuento de hadas, justamente. Tiene también su miga que la peli, a pesar de poner un ménage à trois FMF en pantalla, algo con lo que otros directores se habrían dado un festín lúbrico (ya tienen el que hicieron Neve Campbell, Denise Richards y ese-otro-desgraciado-como-me-acuerde-lo-mato en "Criaturas salvajes"), Woody Allen apenas intenta explotar los ribetes morbosos del asunto. Como si quisiera decir que no importa lo ultimate de la situación, o lo cerca e ideal que se pueda estar del paraíso, el ser humano simplemente no pareciera estar hecho para eso. O cierta clase de seres humanos, a lo menos. El anticuento de hadas perfecto. Un dato significativo: esta peli salió de un guión que Woody Allen tenía en el cajón hace años, pero ambientado en San Francisco. Por lo tanto, que la peli esté ambientada en Barcelona es apenas un dato. ¿Se presenta una Barcelona de postal, como cicerone de un guia turístico, que nada tiene que ver con la Barcelona real? Bueno, fue hecha por un yanki para vender la peli, y además, se supone que eso potencia los aspectos de ironía "cuento de hadas" de la peli. Que los barceloneses, y los ezpañoleh en general, la hayan puesto a parir por eso, es apenas un pecado venial, si no una completa estupidez, porque esta peli no se supone que trate de ser una radiografía de la urbe catalana, por más que por aquello de vender la peli, Woody Allen alguna vez haya declarado que "es un canto de amor" a la ciudad o algo así (además, tuvieron más suerte que nosotros los chilenos: al menos está filmada en locaciones, no como "De amor y de sombras" que se supone es Chile y fue filmada en Mendoza, cuando no nos toca que nos filmen en México). Podía haber sido Barcelona o cualquiera otra ciudad exótica o pseudoexótica del mundo, lo importante no es el lugar sino las personas: y la clave irónica es justamente presentar una Barcelona de postín, que los personajes son incapaces de apreciar y aprovechar más allá del kodakismo al uso (ahí tienen a la chica tesista que se va a Barcelona para hacer una tesis sobre la identidad catalana sin apenas hablar español, y suponemos que de catalán menos, que frases en español se dicen en la peli, pero en catalán, parece que ninguna).

-- Los actores están perfectos para sus roles. Scarlett Johansson, la chica sobre la cual se cachondeaba la bisex Megan Fox por "tengo ubres pero trato de mostrar que soy inteligente y actúo", por una vez en la vida abandona sus roles de chica baba-baba, y Woody Allen saca lo mejor de ella, después de haberla explotado en "Match Point" y "Scoop" (hombre vivo: en "Match Point" la ponía en una calenturienta escena de sexo en lingerie, en "Scoop" le ponía de cuerpo entero en trajebaño, y acá la hace besarse con Penélope Cruz... WOODY, YOU ROCK!!!), y la pone al servicio del rol de un estereotipo muy particular, y por desgracia muy abundante, de chica: la artista narcisista que está permanentemente insatisfecha de todo, y que es crónicamente incapaz de tener la felicidad, siempre pensando que algo mejor está en la vereda del frente, más que nada para no aceptar que se muere de inseguridad y en el fondo es una pechoñita tradicional que busca aceptación y cariño como todos mientras va con la parada de I ROCK por la vida. A su lado, y sin desmerecer en lo absoluto, sexy a la manera de las fotos de secre semiporno de, ehm, algunos websites por ahí que me han dicho que existen (gente cochina, por Bastet...), Rebecca Hall da el punto como otro clásico estereotipo de chica, también por desgracia muy abundante: la minita insegura que necesita tener todo orquestado, armado y preprogramado a su alrededor para sentirse segura en la vida, aunque eso implique renunciar el tomar riesgos y dejar la propia realización personal por detrás (¿para qué diablos quiere hacer una tesis sobre la identidad catalana, si al final tiene programado casarse con la versión humana de un dispensador de Whiskas, y dedicarse, suponemos, a ser una buena y afanosa ama de casa...? Con servidumbre, nos imaginamos, que éstas no se casan con pobres diablos sin criada). Javier Bardem parece la parodia de otro estereotipo, la del sexy latin lover rompecorazones estilo Antonio Metrosexual Banderas, y se encarga de equilibrar la balanza cagando a los hombres, después que los otros dos personajes se caguen en las mujeres. Penélope Cruz está bien, quizás no tanto como en "Volver", aunque quizás la crítica la ha puesto un poco por arriba (en realidad no es tan difícil hacer el papel de chica histérica, basta con sobreactuar su poco y listo). Aún así, es gracias a Penélope Cruz que tenemos algunas de las mejores escenas de la peli (aparte de algún que otro piquito furtivo, está ésa en que confiesa, tan suelta de cuerpo, que le registró la maleta a Scarlett Johansson, es de antología). La venerable Patricia Clarkson, por su parte, está en un rol casi de apoyo, y aunque se esfuerza, su rol sigue siendo un mero apoyo, aunque refleja también otro estereotipo de mujer insatisfecha: la que se ha pasao toda la vida buscando lo cómodo, sólo para descubrir que lo bueno estaba en otra parte... y que ahora ya no tiene tiempo por delante para arrepentirse. Y el simpático grupete está completado por Chris Messina como el noviecito de Rebecca Hall, que también corresponde a otro estereotipo: el pijecito que lo tiene todo en la vida, y que no es en realidad un ser humano sino un cyborg programado para caminar según un currículum vitae rígidamente establecido de antemano en su sistema operativo, y que puede darse el lujo de renunciar a tener una vida que le sea propia porque tiene el dinero necesario para eso. Para complementar lo dicho un buen poco más arriba: esta peli está bien actuada, y los personajes actuados responden a diversas búsquedas que están destinadas a fracasar porque los propios buscadores son un fracaso desde el punto de partida. Y, por desgracia, no me canso de insistir en esto: los personajes son estereotipos puros no porque sean clichés de Hollywood, sino porque son clichés de la vida, de personas que de verdad se toman la vida de esa manera, y abortan y se sabotean a sí mismas cualquier posibilidad de ser felices, en la Barcelona de Gaudí o en cualquiera otra parte.

IDEAL PARA: Reirse un rato a costa de cómo las propias personas se encargan de cavar su sepultura sentimental y vital por su incapacidad de asumirse en esto o aquello.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés y español, subtítulos en español].

domingo, 7 de junio de 2009

"¡Salvados!" (2004).


-- "Saved!". Estados Unidos. Año 2004.
-- Dirección: Brian Dannelly.
-- Actuación: Jena Malone, Mandy Moore, Macaulay Culkin, Patrick Fugit, Heather Matarazzo, Eva Amurri, Chad Faust, Elizabeth Thai, Martin Donovan, Mary-Louise Parker, Kett Turton, Julia Arkos, Donna White, James Caldwell, Nicki Clyne.
-- Guión: Brian Dannelly y Michael Urban.
-- Banda Sonora: Christophe Beck.

-- "¡Salvados!" en IMDb.
-- "¡Salvados!" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Aaaaaahhhhhh-lalí-lalí-lalá, la vida es de color malva cuando toda tu familia es rich y vive en esa linda burbuja de aire caliente que te aísla confortablemente del mundo exterior, llamada "Cristianismo". La buena de Mary tiene una relación de pareja con un pololo lindo, bonito, etcétera... Hasta que se les ocurre jugar al juego de los secretitos en la piscina (ya sabes, sumergirte en la piscina y gritar un secreto bajo el agua... no, no lo sabes, eres un pobre diablo sin piscina, aunque por otra parte yo tampoco tengo piscina, y como buen gato para qué la quiero). El caso es que el chico lanza su mayor secreto no-tan-secreto, y dice a viva voz: "I'M GAY". Mary se queda en una pieza. ¡Ups! Tiene un pololo gay. Se golpea la cabeza, y entonces, mientras la rescatan, tiene una visión: JC en persona le encarga redimir a ese pobre pagano. Y lo redime. Perdiendo la virginidad con él. Violándolo. Pero algo sale mal. Terriblemente mal. Resulta que ambos creían que no pasa nada por hacerlo una sola vez, y ¡sorpresa!, he aquí que un nuevo cristianito se prepara para su arribada al mundo en nueve meses más. Cuando ella se lo va a decir, hecha una I'll never be Maria Magdalena, se encuentra con que la familia de su pololo ha enviado a la pequeña vergüenza de la familia a una clínica de ésas en que curan a los maricas y los hacen cristianos correctos de nuevo. En cuanto a su madre, pues bien, veremos, ¿cómo decirlo?, ve a su hija, pero no la ve, no sé si me doy a entender... Ahora Mary está sola. Mortalmente sola. Iniciando un nuevo año. Ocultando su preñez. En un colegio cristiano con una compañera de clases, la Hillary Faye que le dicen, que es puro amor y condescendencia para los desgraciados que no tienen la suerte de ser tan amados por JC como ella. Y con un grupo de renegados que se niegan a que sus cerebros sean lavados por la vía creacionista. Prepárense: los cristianos ya no volverán a ser como antes...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

10.000 años de civilización después, el Homo Sapiens se encuentra al borde de saltar al espacio exterior, ha conseguido más que triplicar la misérrima esperanza de vida de sus ancestros unga-unga, construye Grandes Colisionadores de Hadrones, y es capaz de edulcorar sus bebidas con azúcar. Todo esto se debe por supuesto a los hombres de acción, que ven el mundo y deciden "esto puede mejorar", y van y lo cambian, y toda la gente es más feliz, al revés de los hombres de contemplación, que dicen "esto es como es, conformémosnos, es la Voluntad de Dios". Pero los hombres de contemplación, lejos de mantener su congruencia (con la muy honorable excepción de los Amish, que estarán majaretas en lo suyo, pero al menos son consecuentes en rechazar todo lo post-XVIII como inventos del Demonio o poco menos), no trepidan en apoderarse de aquellos medios desarrollados por los hombres de acción para su propio provecho personal. Cosas como la vacuna contra la polio, los automóviles e Internet deberían ser para nosotros los científicos y racionalistas, que mal que mal los inventamos o desarrollamos, o al menos los usamos para mantener vivo ese espíritu científico y racionalista que es nuestro, y no para que esos inescrupulosos hombres de contemplación que nada hicieron, no sólo vengan a arar en campo ajeno, sino que además nos digan que debemos dejar de arar en lo absoluto para rezarle a un Poderoso Barbón a quien no demasiada gente se atreve a decir que ha visto jamás (por decirlo suavemente). En el año 2000, lejos de arrepentirse de su siniestro pecado de querer hundir a todo el mundo bajo su férula, los fundamentalistas cristianos se tomaron por asalto el poder en los Estados Unidos y entronizaron a George Bush II "el Oscurantista" en el solio washingtonicio. La cultura creacionista/literobíblica/redneck ha tenido entonces su apogeo, ya en estaduchos como Kansas se enseña el Creacionismo part-time con la Evolución (bueno, por algo los estudiantes asiáticos no van allá, sino a Caltech o el MIT). Alguien tenía que ponerle coto a esta fiebre y denunciar las intrínsecas contradicciones de estos tipos llenos de amor por el prójimo, pero que se sienten muy bien consigo mismos de tanto que aman a los demás, en tanto esos demás sean clónicos exactos de ellos. Y si lo hacía en clave de comedia, pues tanto mejor. Y aquí tenemos los resultados.

¿POR QUÉ VERLA?

-- ¿Mezclar comedia teen adolescente con sátira religiosa...? ¿Y por qué no? La verdad es que la mezcla podía caer como una bomba. Y no lo hace. Conserva cierto feeling a comedia teen independiente (bueno, de hecho, es una comedia teen independiente, un poco en la vena de "Juno", con la que comparte la temática del embarazo adolescente, dicho sea de paso), pero no por eso es un disparo recto al mentón sobre la mentalidad de los cristianos fundamentalistas de Estados Unidos. Es más, con darle un tono deliberadamente light al asunto, un poco en plan "Beverly Hills 90210" o "The OC", la sátira luce aún más. Porque la trama en sí misma es una crítica sumamente dura, pero en el trasfondo hay muchos elementos adicionales que si uno los mira con detención, forman parte del ecosistema de todo cristianoide de pro que se precie de tal. A primera vista esta peli es otra comedia teen más, casi "No es otra tonta comedia americana" o algo así, pero es justamente esa liviandad la que la convierte en algo tan crudo, porque se aviene muy bien con la manera light en que esos cristianoides se encierran en sus propias creencias y en su propia comunidad, en su cómoda burbuja, y se niegan a hacer algo más por el mundo alrededor (olvidando de paso el bíblico "No se enorgullezcan de llamarse hijos de Abraham, porque en verdad Dios es capaz de sacar hijos de Abraham de debajo de estas piedras"...). Cierto es que a veces se les pasa un poco el tejo en su afán de ser graciosos y no les resulta (esa alusión forzada a "El exorcista"...), o bien cuando trata de abandonar la caricatura para ponerse sensible, como que cae un poco en el empalagosismo cultureta indie. Pero son momentos de una peli que no es perfecta ni pretende serlo tampoco. Los más, son momentos de los buenos.

-- La sátira religiosa está a todo dar. La peli es inmisericorde diseccionando el funcionamiento de una comunidad en donde todo es color de rosa, en tanto no te salgas de las reglas, no digas lo que no debes decir, y siquiera te atrevas a pensar en clave disidente. Y en donde toda esa hipocresía se pega tanto a la piel, que ya los personajes ni se dan cuenta de que están interpretando la farsa de sus vidas y asumen sus retorcidas e incongruentes creencias con total inocencia. De esta manera, la comunidad de perfectos cristianos se revela como un sórdido pabellón psiquiátrico en donde cada uno trata de ser más perfecto y más querible para que Dios los ame (como lo debería probar la aprobación social subsiguiente), y de esta manera evitar enfrentarse a sus propias trancas internas (el pacatismo del director, la insensibilidad de la madre de la prota, la soberbia y condescendencia de la chica linda...). Y en la construcción de ese universo paralelo al nuestro, el de las personas y gatos de verdad, la peli no se deja detalle por tocar: la cuestión de los gays, las clínicas de "rehabilitación cristiana", el Creacionismo (vean ese cartel pegado en la parte de atrás de la sala, que es una cronología mundial que parte desde 4.004 a.C.), las bandas de rock cristiano, la actividad de los misioneros, las autocomplacientes labores de caridad social (véase el contraste entre el entusiasmo misionero entre los paganos, y el desprecio de su propia hermana contra el inválid... perdón, el discapacitado que anda por las aulas a su soberano tuntún), las cadenas de oración, el hablar en lenguas, el adoctrinamiento en masa... Pocas pelis satíricas contra la religión han llevado tan lejos el ataque, y probablemente se pudieron permitir el lujo porque después de todo, "es otra comedia teen más, para qué hacen tanto escándalo"...

-- Las actuaciones están notablemente bien. Jena Malone como la prota da bien el tipo de chica ingenuota y bienintencionada que se ve obligada a crecer y madurar a la fuerza, y a descubrir el ingrato arte de tomar decisiones cruciales sobre la propia vida, sin tener que recurrir a clichés como hacerse la odiosa con los personajes que después-descubrirá-son-sus-verdaderos-amigos, o al berrinche para demostrar que es "actriz de carácter". Su contraparte es Mandy Moore, comediante que no revolucionará la Historia del Cine, pero que aún así tiene una carrera seriamente subvalorada, que algunos años antes ya había interpretado a la villana enemiga de Anne Hathaway en "El diario de la princesa", que en fecha más reciente la vimos como la prota de la no-tan-idiota "Licencia para casarse", y que en esta peli se saca los zapatos interpretando a una cristiana de armas tomar que ríanse ustedes de Sarah Palin, pero que deja traslucir entre líneas toda la soledad y el abandono de su personaje, que la han llevado a convertirse en la beatona miserable y prepotente que es (la brevísima escena de ella rezando sola y a oscuras en su casa, es hasta conmovedora). Macaulay Culkin, otrora "Mi pobre angelito", acá ha madurado, pero su actuación pasa el aprobado raspando, y en todo caso su pareja particular Eva Amurri se lo come con zapatos (actoralmente hablando, y de lo otro ya no digamos...). Martin Donovan como el director de la escuela, en su romance con la bien torneada Mary-Louise Parker estrenándose en papeles de mamá (tan rápido crecen, snif...), son otro potente foco de actuación, y su talento actoral convierte una historia romántica secundaria que podría haber sido ñoña y tópica a más no poder, en un complemento indispensable para entender por qué los adolescentes cristianos son como son (así los crían...). Y por el otro lado, en general no podría decir que hay actuaciones débiles en esta peli. Algo que, como sabemos, es muy importante en una comedia, género en el cual da lo mismo si tienes un gran guión, en tanto que los personajes no te hagan reir y empatizar...

IDEAL PARA: Amantes de las comedias teen, y para entender cómo funciona el microcosmos de las comunidades religiosas.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

-- El noviecito salió "rarito" [en inglés, sin subtítulos]. -- Un buen cristiano no tiene por qué ser un ñoño pacifista abogado del control de armas [en inglés, sin subtítulos]. -- El pastor pide un poco de ayuda para hacer volver una oveja al cotarro [en inglés, sin subtítulos].

jueves, 4 de junio de 2009

"Arturo Prat" (2009).


-- "Arturo Prat". Chile. Año 2009.
-- Dirección: Gustavo Graef-Marino.
-- Actuación: Andrés Waas, Ingrid Isensee, Pablo Cerda, Javier Baldasares, Magdalena Müller, Jorge Becker, Aline Küppenheim, Alejandro Montes, León Murillo, Norma Ortiz, Rodolfo Pulgar, Bárbara Ruiz Tagle.
-- Guión: Julio Rojas.
-- Banda Sonora: Andrés Pollak.

-- "Arturo Prat" en el sitio oficial de "Héroes: La gloria tiene su precio".
-- "Arturo Prat" en IMDb.
-- "Héroes: La gloria tiene su precio" en la Wikipedia en castellano.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Bitácora Espacial, Fecha Estelar 2105.79, estamos embarc... perdón, me vengo bajando hace un ratito del Star Trek de Abrams. ¿En qué estoy? Ah, sí, en mi penosa obligación de reseñar... bueno... ESTO. Allá vamos. Es el año de Nuestro Señor Jesucristo de 1879. El capitán Arturo Prat sube a bordo de la Covadonga, en Valparaíso. Es saludado por los grumetes. El tiempo apremia: la Cov... Sí, la Covadonga dije, hombre. Ya sé que la nave que hizo inmortal a Prat, como la Pinta de Colón, como el Nautilus de Nemo, como el Enterprise de Kirk, es la Esmeralda y no la Covadonga, que en ese evento la capitaneaba Carlos Condell, pero sigan leyendo, por favor. Decía que la Covadonga, al mando de Prat, emprende la ruta hacia Iquique. Ha estallado la guerra de los chilenos contra los peruanos, y la escuadra chilena se encuentra anclada en Iquique, que en la época es todavía peruano, bloqueando todo lo que entra y sale, a la espera de que los peruanos ataquen, y ahí mostrar quién es papi. Pero los peruanos no atacan. Y no atacan, y no atacan los porfiados. De manera que el Almirante Williams decide que irán ellos en una incursión sorpresa contra el Callao, y decidirán la guerra, que para eso son machos chilenos. Pero cuando asigna las naves, le dice a Carlos Condell: "Tú vas a la Covadonga". Y a Prat: "Tú vas a la Esmeralda". La que, según hemos sabido, es una bañera de madera casi inmovilizada en el agua. Toda la escuadra emprende la marcha hacia el norte, y tanto Prat como Condell se quedan sepultados, maniobra obvia porque Williams es un car*j*-**jodep*** arrogante que se cree mucho por puro que tienes más galones, y no se da cuenta de que Arturo Prat es el héroe de la marina, como que la peli es de Prat y no de Williams. Entonces vemos como Arturo Prat tiene demasiado tiempo libre, porque empieza a salpimentarlo todo con memorias y recuerdos de su vida pre y post nupcial que, en verdad, nadie le ha pedido, porque si estamos sentados viendo esto es porque queremos ver a los abusones del Huáscar tirando un que te defecas blindado sobre una sencillita cáscara de nuez como es la Esmeralda, y no encontrarnos con el aburrido pasado semiabogadil de nuestro héroe. Pero como todo recuerdo flashback alguna vez tiene que acabar, llega la hora de la verdad. El 21 de Mayo. La fecha en que dos grandes naves peruanas, la Independencia y el Huáscar, hacen acto de presencia en Iquique, listos para levantar el bloqueo y machacar chilenos de paso. Pero Arturo Prat es mucho macho, y no se rinde el majo. Con una nave inmovilizada por unas calderas que se cantan la desperfectata completa, con cañones de poco calibre y expuestos al fuego enemigo, con una tripulación de novatos, ¿qué hará? Bueno, si fuera el capitán Kirk, daría con algún improbable principio científico que le permitiría salvar el trasero y echarse al Huáscar entre pecho y espalda. Pero no es el capitán Kirk. Es la verdá verdadera de las cosas. Es la suerte del chileno. Y como los lectores chilenos ya se la saben, y a los extranjeros, seguramente ni puñetera gana de saber quién demonios fue Arturo Prat, que para eso murió por la patria chilena y no por la de mis lectores extranjeros, lo diré. Se murió. Finito. Réquiem. Marcha fúnebre. Pero sin rendirse, eso sí. Majo el héroe.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En 2007, después de un tiempo labureando como hormigas, el equipo de Canal 13 estrenó su serie de telefilmes pseudodocumentales llamado "Héroes: La gloria tiene su precio". Sacaron cinco entregas antes de ésta: "O'Higgins: Vivir para merecer su nombre", "Carrera: El príncipe de los caminos", "Rodríguez: Hijo de la rebeldía", "Portales: La fuerza de los hechos", y "Balmaceda" (aquí se les agotó el suministro de subtítulos). Los resultados fueron irregulares, moviéndose entre el 3,5 y el 4,5 por lo general (en Chile, con escala de 1 a 7, un 4 es un "aprobado"). Ni chicha ni limoná. La empresa, por descontado, era difícil. Se trataba de hacer pelis sobre héroes nacionales, en una patria en donde ciertos personajes que gustan envolverse en la bandera porque sí, porque son muy chulos ellos, estiman que si es punto menos que hagiográfica, la cosa es un insulto. En serio, para mis lectores extranjeros: en Chile hay cavernícolas tan reaccionarios, que si uno se atreve a balbucear, insinuar, susurrar siquiera, que tal héroe patrio es 99% héroe y no un completo 100%, caen con las rodillas en tierra, se rasgan sus vestiduras, y con los labios temblorosos y los ojos arrasados en lágrimas, se cubren la cabeza con cenizas y gimen a los Cielos por permitir que semejante infiel se atreva a mancillar el santo nombre del tótem de la tribu. Son tipos que consideran a Arturo Prat como el segundo en la cadena de mando universal por debajo de Dios mismo, y con ellos mismos, miren qué casualidad, de terceros, quién los ha nombrado, pero ellos se juran que sí. Y patalean, y gruñen, y lo que es peor, los medios de comunicación, en vez de enviarlos al asilo de ancianos, les hacen caso y les piden sentidas disculpas, como si fueran merecedores de aquéstas a pesar de habernos secuestrado la bandera a todos nosotros y llevársela ellos para la casa como si fuera propia (bueno, para qué estamos, muchos de ellos ponen el money en publicidad para los mass media, así es que...). Ya lo vimos cuando los o'higginistas, que son los que se masturban con O'Higgins, se emputecieron con los carrerinos, que son quienes se masturban con Carrera, cuando salieron las sendas "O'Higgins: Vivir para merecer su nombre" y "Carrera: El príncipe de los caminos", porque en esos documentales no importaba que fueran los protas, sino que además, debía describírselos como el colmo del heroísmo, y pintar a su vil rival (o'higginiano/carrerino, intercálese lo que corresponda) como un abyecto y cobarde reptil. Digo todo esto porque quizás en el extranjero no me crean, o piensen que exagero, pero acá en Chile es así. Bueno, hacer documentales sobre los chilenos más importantes de la Historia, en estas condiciones, era punto menos que labor complicada. Además, tenían que lidiar con el no siempre demasiado abundante presupuesto, y lo que es peor: el cine épico yanki post "Gladiador" / "El Señor de los Anillos" es tan chupi, que hacer lo mismo a la chilena, con menos presupuesto, y por qué no decirlo, con menos ideas, que aquí en Chile los puestos se obtienen por compadrazgo y no por capacidad, era tan suicida como pretender meterse al hipódromo con un jamelgo viejo a correr con un puñado de purasangres que para remate, habían empezado la carrera más temprano. En las entregas anteriores podían hacerse los suecos con el tema presupuesto, reduciendo el tema militar al mínimo (ya saben: pocos extras, tomas breves, mucho primer plano para que no se note pobreza) y centrándose en la siempre asquerosa política, y adios a O'Higgins en la Batalla de Rancagua y a Carrera en el sitio de Chillán (bueno, eso fue resuelto bien a la rapidilla y con un CGI que parecía infografía de diario en "Carrera: Príncipe de los caminos") pero aquí, en que Arturo Prat es un héroe netamente militar, representar el Combate Naval de Iquique era absolutamente ineludible. De manera que se dejaron esperar dos años. Para reunir el dinero. Y que aunque la Esmeralda se fuera a pique, el asunto entero pudiera flotar. Y no se notara pobreza. No demasiada. Después de todo, iba a ser la más épica de las seis entregas, ¿no? Bueno, sí, es la más épica de todas. Pero como las otras cinco tampoco era que fueran leche y nata de épica, pues bien, eso como que no dice mucho, ¿no? Tampoco ayudó la puñetera política de Canal 13, de tomar una peli que dura más o menos su horita y media, y exhibirla en dos partes, en un domingo y luego en el otro domingo, práctica nefasta que creíamos superada desde los tiempos de "los Best Sellers de Televisión Nacional" en los '80s partiendo en dos entregas tanto "Superman" como "Superman II" (en serio, lo hicieron los malparidos). Y para rellenar el espacio de una peli entera, añadiendo a la primera entrega un adelanto de lo que vendrá que duraba como media hora (en serio, un adelanto de media hora para una peli de hora y media). Y en la segunda entrega, resumieron la entrega de la primera (como casi una hora) en treinta y cinco minutos. O sea, sumando todos los tiempos de resúmenes, precuémenes y secuémenes y así, nos vimos la producción casi dos veces enteras. Y ya la producción misma no era para tirar fuegos artificiales, así es que los imbéciles de Canal 13 (lo siento, no me gusta descalificar a nadie, pero si quieren el respeto del General Gato, deben ganárselo con humildad y mucho esfuerzo espiritual, y hasta que eso no suceda, imbéciles les digo hasta que les sangre el culo) con eso terminaron de liquidarla. Deberían haber visto cómo la pusieron a parir en Twitter. Bueno, no era tan mala. Pero había que hacer verdaderos esfuerzos de concentración, como sólo alguien tan eximio e inefable como el General Gato puede hacerlo por ustedes, pobres humanitos, para ver alguna virtud en medio de este descalabro general, tan arteramente potenciado por la política editorial de Canal 13 (autogol, que se llama).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Después de poner en su lugar a la casta de cretinoides que hacen la programación de Canal 13 por su oligofrénica decisión de partir una peli de hora y media en una parte de 50 minutos y otra de 40, dejando así botada a su suerte la primera parte porque es en la segunda donde viene lo bueno (la batalla, que nadie viene aquí a ver lo macho que era Prat antes de que le encajaran un tiro), vamos a ver cómo anduvo la cosa en general. Hay dos cosas acá: el Combate Naval de Iquique mismo, y la historia anterior de Prat (parece que con una mañana de combates no se rellena hora y media de peli, que esto no es "24", además que no parece que Prat haya noqueado a alguien a golpes, de modo que si no lo podemos heroizar con acción física, habrá que hacerlo pintándolo con rasgos nobles y todo eso). Partamos por la historia anterior. ¿Está bien llevada? La respuesta a grandes rasgos es: a medias. Gustavo Graef-Marino, director que hace casi veinte años filmó una de las mejores pelis chilenas de todos los tiempos, y una muy buena peli a secas, cual es "Johnny Cien Pesos", y que nos dio la mejor entrega de todas las de "Héroes: El rating tiene su precio" con "Balmaceda", acá se muestra inusitadamente blando con un guión que, no es que le quede grande (es más bien al revés, Graef-Marino es más grande que el guión), sino que es simplemente imposible. O acaso se lo tomó como un trabajo de encargo, y lo filmó todo en automático, que no todo va a ser cine de auteur tampoco. El señor Julio Rojas, que perpetró este guión, no se calentó el casco pensando cómo mostrarnos el mundo interior de Arturo Prat para mostrarnos lo muuuuuu profundo que era, sino que se limitó a meter una serie de escenas de relleno (Prat mirando el mar, Prat pensando, Prat en su camarote...) con un montón de voz en off narrándonos sus pensamientos más íntimos. A este tipo nadie le dijo aquello de "show, don't tell": vamos al cine a ver imágenes, no a escuchar cháchara, y si no puedes expresar algo con una imagen potente, mejor bota tu guión a la basura, macho, y empieza de nuevo. En una escena de las primeras vemos a Arturo Prat subiendo sus efectos personales a su gabinete a bordo: la escena se explicaba por sí sola, e incluso bien filmada hubiera tenido el valor de una pequeña poesía, pero se arruina inexorablemente cuando escuchamos a Arturo Prat reflexionando en off, reflexionando en off, reflexionando en off, reflexionando en off, hasta que llega un minuto en que nos decimos que maldita sea, qué bueno no somos telépatas porque de leer los pensamientos de todo el mundo así, la vida sería insufrible como en esta escena malograda. Los diálogos a ratos son para partirse de risa, como si los pobres desgraciaos a bordo supieran de antemano que no sólo iban a pelear, sino que además los iban a dejar para ensalada de peces, y que siete años después de su muerte se iba a inagurar un monumento en su honor en la Plaza Sotomayor de Valparaíso. Faltó el puro Wenceslao Vargas diciendo "¡oigan, yo soy el que va a vivir más, me voy a morir en 1958!". La idea de tener un grumete joven y ficticio dialogando aquí y allá con Prat era buena, aunque se malogra su tanto porque el crío, no es que no se esfuerce, pero simplemente no logra la tecla (le habla de una el capitán de su nave, de tú a tú, como tu superior al mando, casi como la palabra de Dios, ¿y no se te sale una carita de susto infantil, hereje?). Andrés Waas se esfuerza por interpretar bien a Arturo Prat, y bien-bien-bien no le sale, pero hay esfuerzo aquí, y al final del día (del segundo día, ya dije que lo exhibieron en dos partes) logra algunas buenas escenas. Ingrid Isensee en el rol de Carmela Carvajal, la esposa de Prat, trata de actuar como una buena señorita del siglo XIX, y trata sinceramente, pero el esfuerzo también se queda a medio gas. El mejor actor de todos aquí, de lejos, es el que interpretó al Almirante Williams, y mira que llegas a odiar al desgraciao por estiradete y puteahéroes, pero por desgracia no puedo decir quién es, y mira que son joputas los desgraciaos, no es que no salga el nombre del actor en la Wikipedia o en IMDb, que esos son pecados veniales, es que ni siquiera le acreditan su buen hacer en el sitio oficial de "Héroes: La gloria tiene su precio", eso sí es que es ser héroe sin gloria. Y olvídense de que me voy a comprar el puñetero DVD a 9.900 pesos sólo para satisfacer mi curiosidad, que con ese dinero me pago casi cuatro entradas al cine en día rebajado, y seguro que "Terminator: La salvación" podrá ser incluso más bodriosa, pero al menos los FXs deberían ser mejores. Así es que, si alguien, en alguna parte, con suerte, dispone del dato de quien interpretó al Almirante Williams, quizás en los comentarios, se agradecería, plis...

-- Vamos a la segunda parte. La épica. Los FXs. Lo bueno: barco contra barco, cañonazos, explosiones, escabechina, sangre y muertos. Si para eso veníamos en primer lugar, que si quería ver un héroe científico me metía con "El curandero de la selva" o "Epidemia". La parte del combate es, con mucho, la mejor, y la que justifica (desde el inicio, por supuesto, pero también en términos de logros) todo esto. No es que sea la batalla más épica que hayamos visto, que los fondos azules hacen lucir a los decorados CGI de "Toy Story" como prodigios de hiperrealismo fotográfico, pero Gustavo Graef-Marino la hace corta, compacta y con empuje (supongo que tampoco daba el presupuesto para más), y más o menos funciona, aunque sea porque nos arranca de la letargia de la hora anterior de trama. Aquí podríamos justificar esto diciendo que "es a la chilena", que los FXs en Chile están en pañales, que no hay un churrutecientos de presupuesto como en DreamWorks o en Pixar para buenos efectos computacionales, pero el sufrido espectador no tiene por qué tragarse esto, por la misma razón por la que ningún consumidor serio acepta que una empresa le traspase sus excesos en los costos de producción a través de un "made in Chile" defectuoso, pudiendo comprar la marca importada que es mejor. Aquí, con los FXs, hacen un esfuerzo serio y honesto, el Huáscar se ve imponente, y las explosiones en la Esmeralda pareciera como que van en serio. Por desgracia, todo parece y tiene un aire a videojuego de los '90s, de andar como coleguetes de tragos con las animaciones del "StarCraft" de 1998 (que además eran más entretenidas porque iban de Zerg y Protoss, no de chilenitos y peruanitos). En medio de tanta pantalla azul, se nos aparece un personaje nuevo, don Miguel Grau, capitán del Huáscar, que está muy bien interpretado por León Murillo, y se agradece que no hayan intentado pintar a los peruanos como "los malos", sino que hacen un esfuerzo honesto por ponerlos tan patriotas y esforzados como los chilenos, y el resto: guerra es guerra, mala suerte si el Huáscar es más poderoso que la Esmeralda. Quizás viendo esto entero de una sentada, la idea de la estrategia de Prat, en su planteamiento y ejecución, hubiera quedado mejor resuelta, pero como el Canal 13 la partió en dos, esto quedó volando en el aire, y el gran damnificado es Gustavo Graef-Marino, que quedó como director de una peli en donde no queda bien planteada la estrategia de Prat. En fin...

-- Mención especial para la banda sonora. No es la mejor que he oído, no es tan power como un epic de Hollywood, se notan mucho las influencias de épicos ilustres como Michael Giacchino o Jerry Goldsmith, pero acompaña bien, y en general, contribuye a levantar un poco el alicaído nivel de la producción.

IDEAL PARA: Ver una apuesta interesante y esforzada sobre Arturo Prat y el Combate Naval de Iquique, aunque la ambición de objetivos y esfuerzos hagan que por desgracia se noten más las carencias.

VIDEOS.

-- Sinopsis de la peli [en español].



-- Inicio de la peli [en español].

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