11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 28 de marzo de 2010

EL SOUNDTRACK DE CINE 9009.

Todo avanza hacia lo multimedia, y Cine 9009 va acorde con los tiempos. Cuando partió, la filosofía era el texto, y apenas una fotito. Bueno, los textos se han ido haciendo cada vez más amplios, mientras que la foto de apertura ha permanecido como una tradición (además, me evita el fastidio de tener que buscar 10 fotos de ilustraciones, cosa fácil cuando se trata de "Dark Knight", pero que puede ser una joda tratándose de "Papelucho y el marciano", por ejemplo). Después, se hizo indispensable meter material adicional de YouTube. Aunque con las políticas de no derecho a esto o no derecho a aquello, la cosa quede finalmente en poner el trailer de la peli y poco más, que no dejan mantener o insertar más, y no seré yo quien se ponga a quebrantar copyrights subiendo videos que no son míos a YouTube. Pero bueno, volviendo al tema, puede que los trailers sean suficientes para entusiasmar al lector de Cine 9009 (ustedes dirán). Pero hay algo que faltaba.

Bandas sonoras.

¿Qué sería de una buena peli sin un buen soundtrack? Las hay que no tienen, claro. Por ejemplo, casi todas las del cine mudo. Bueno, si algún día consigo ver la mítica "El asesinato del duque de Guisa" de 1908 con la partitura de Camille Saint-Saëns, reputada por ser el primer soundtrack de la Historia (la peli se entregaba con partitura al lado, suponemos, como ese librillo con CD de regalo que vendía alguna vez Laura Esquivel)... bueno, si veo la del Duque de Guisa, les cuento. También hay unas pelis que por prurito artístico no las tienen, como "Tarde de perros". Pero el resto... A ver, díganme qué sería de nuestras vidas cinéfilas sin nombres como los de Ennio Morricone, Jerry Goldsmith, Vangelis, Basil Poledouris, Max Steiner, Bernard Herrmann, Miklós Rózsa, Alfred Newman, John Barry, Michael Giacchino, James Horner, Elliot Goldenthal, Hans Zimmer, James Newton Howard, Howard Shore, y tantísimos otros que han hecho de la manufactura de soundtracks su profesión, o incluso a veces su escapismo (cuando su pega es otra, y acaban en lo de los soundtracks una o dos veces en su vida, generalmente como invitados de lujo, como Toto en "Dune" o Peter Gabriel en "La última tentación de Cristo").

Eso exigía una solución. A gritos. O a cánticos, para ponernos en vena.

Los fanáticos más veteranos de Cine 9009 recordarán que alguna vez, el reproductor de Lastfm estuvo integrado al sitio. Pero era grande y antiestético (ergo, el sitio tardaba más en cargar, y eso que con el antiguo template ya llevaba lo suyo), tenía mucha preview y pocos temas completos, y al último acabó haciéndose de pago, cosa que seguramente haré yo también con Cine 9009 el día en que quiera suicidar este blog. De manera que el reproductor de Lastfm se fue a buenas gárgaras, y parece que ninguno de los habitués de Cine 9009 lo echó de menos. O si lo hizo, se encomendó a un estoico silencio. Ni las ruedas del automóvil me pincharon siquiera.

Pero insistimos. Así es que ahora, con cuatro añitos recién cumplidos, Cine 9009 se amplía. He incorporado algunos temas musicales de reconocidos compositores de bandas sonoras (algunas muy conocidas, otras no tanto, pero todas ellas poderosas) a una lista de reproducción de YouTube. Con el tiempo espero ir añadiendo más. Se aceptan sugerencias de los lectores, por supuesto, y también por supuesto, las iré cumpliendo en la medida que haya material disponible en YouTube.

He preferido no insertar la lista dentro de Cine 9009 mismo, por dos motivos. En primer lugar, hará más lenta la carga del sitio, y si hay un motivo por el que eché por la borda el antiguo template (bueno, hay otros motivos también), es que tardaba demasiado tiempo en cargar. En segunda, hasta donde tengo entendido no hay posibilidad de reproducir aleatoriamente los videos tratándose de insertados en un blog, y ya los quiero ver echando a andar por tercera vez la lista de reproducción con exactamente el mismo orden de temas (la posibilidad de reproducir aleatoriamente existe, pero sólo cuando se reproduce desde YouTube, y si es de otra manera, se agradece que me lo avisen, antes de seguir haciendo el ridículo escribiendo cosas como ésta). En tercera, lo importante acá es la música y no los videos (la mayoría son la consabida imagen estática o las fotos de la peli... ya saben). Y en cuarta, teniendo el Playlist a la mano, no necesitas cargar Cine 9009 para disfrutarlo, y así puedes tenerla como música de fondo mientras haces cualquier cosa conectado a Internet, todos los días de tu vida si quieres.

En cualquier caso, queda un enlace a la lista de reproducción, en la columna lateral, exactamente debajo del feed, de manera que pueden acceder a la misma sin tener necesidad de abrir ESTE posteo en particular.

ENLACE A LA LISTA DE REPRODUCCIÓN:

http://www.youtube.com/view_play_list?p=A3E78038FE769972

CÓDIGO PARA INSERTAR LA LISTA DE REPRODUCCIÓN DE LOS SOUNDTRACKS DE CINE 9009 EN TU BLOG:



¿Y bien? ¿Les gusta esta nueva adición? ¿Funciona para ustedes? ¿Se sienten en sus casas u oficinas un poco más como en medio de una peli de Hollywood? ¡Como de costumbre, se esperan sus comentarios!

jueves, 25 de marzo de 2010

"Miedo" (1996).


-- "Fear". Estados Unidos. Año 1996.
-- Dirección: James Foley.
-- Actuación: Mark Wahlberg, Reese Witherspoon, William Petersen, Amy Brenneman, Alyssa Milano, Christopher Gray, Tracy Fraim, Gary Riley, Jason Kristofer, Jed Rees, Todd Caldecott, John Oliver, David Fredericks, Ravinder Toor, Andrew Airlie.
-- Guión: Christopher Crowe.
-- Banda Sonora: Carter Burwell.

-- "Miedo" en IMDb.
-- "Miedo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En una de esas casitas de suburbios (¿por qué estas pelis nunca le pasan a los yankis proletas? Ah, verdad), una cadena de eventos están llamando a la catástrofe. Una hijita de esas bien virginales y seriecitas (esto promete, ya sabemos cómo se ponen de salidas después) está viviendo con papi, con la pareja actual de papi, y con el hijo de la pareja actual de papi. Y sucede que, en uno de esos antros de perdición llamados "salones de billar", entre ella y la zorra de su amiga (como pasa: una seriecita, una zorra, de a par) se quedan mirando a un ciudadano que está muy mijo y muy chulo. La zorra de la amiga le dice a la chica que por qué no se van a carretear, afilar (bueno, afilar con los hombres, no entre ellas, una lástima), y ella dice que no, que tiene que ir con familia a un concierto de tal o cual. El problema es que papi tiene asuntillos en la oficina, y el concierto al carajo. De manera que, mientras papi viaja a Vancouver a arreglar un negocillo (es arquitecto y están aserruchándole con un proyecto), la chica se pone salida, se encuentra con el tipo del billar, y ahí empiezan a pasar cosas, un poquito no más porque ella en el fondo es muy recta y espera al hombre ideal para blah-blah-blah (bueno, tiene un chico a su lado que la quiere y todo, pero como buena chica, ella aspira a MÁS. Después les va como les va). El chico parece lindo, parece perfecto, parece tan tierno... Pero esconde un oscuro y tormentoso pasado. La clase de pasado que implica estar un poco salido de los tornillos. Cucu-caca, gagá, mi muñeca me habló, you'll be always mine. ¿Alcanzará a darse cuenta nuestra chica de que su príncipe azul es un malvado depredador de la moral, la castidad y los buenos y viejos valores familiares americanos de toda la vida...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Cada tantos años viene una. En los '70s fue la magnífica "Obsesión mortal". En los '80s vino su ripp-off ("Atracción fatal"). En los '90s, junto con la correspondiente pubertización del cine, algún genio discurrió que era buena idea hacer una especie de atracción fatal pero en versión adolescente (a los realizadores de "Obsesión" con la salida Erika Christensen les seguirá pareciendo buena la idea, y repetirán en los 2000s). Después de todo, la idea de una familia acosada por un sicópata había hecho maravillas por Martin Scorsese con su remake de "Cabo de miedo", y lo que es bueno para Mr. Scorsese habrá de ser bueno para el resto, ¿no? Lo grave no es que hayan tenido la idea, lo grave es que la llevaron a la práctica. Y para peor aún, no trataron de hacerlo como un telefilme de sobremesa, sino que intentaron ponerse serios. A lo que uno puede responder, why so serious...?

¿POR QUÉ VERLA?

-- A un lado tienes las pelis que son grandes y soberbias, llenas de tensión y suspenso, con buenas actuaciones y un interesante trasfondo que apunta a tus más profundas fobias, miedos y temores. Al otro lado tienes las pelis de sobremesa con actuaciones de Soap Opera y guiones hechos con plantilla. Y en medio tienes... Esto. A pesar de depredar impunemente ideas de "Atracción fatal", sólo que acá el psicópata acecha a la santurrona de la hija y no al pater familias ("Atracción fatal" a su vez depredaba el argumento a "Obsesión mortal"), así como a "Cabo de miedo", o por decirlo así, cómo tomar la escena en que la mortalmente rica y babosa Juliette Lewis le chupaba calentorramente los deditos a Robert De Niro y anacondizar la escena a dos horas de peli (por no hablar del final, que es un calco hiperventilado con una gang porque un solo psycho debió parecerles muy poco, o acaso se notaba la copia)... A pesar de depredar ideas impunemente de "Atracción fatal", acá simplemente no consiguieron hacer remontar la cosa. Veamos. Tenían un guión con buenas ideas, incluyendo algo que pocas pelis de tipo conflicto familiar consiguen, que es trazar buenos personajes más allá del estereotipo y complejas interacciones. Tenían un buen reparto, incluyendo a los por entonces teens Mark Walrus... perdón, Mark Wahlberg haciendo una estupenda perfomance de sicópata y por una vez en la vida, metiéndote el miedo al interior, y a Reese Witherspoon un año antes de mostrar las mamas en "Crepúsculo" (la de Paul Newman, no la hórrida saga vampírica post-2000, alcance de nombre y nada más), pero dándonos un buen anticipo en lencería, y actuando como cuando tenía que hacerse un nombre en Hollywood, no como después de "Juegos sexuales" o "Legalmente rubia". Los papis eran el siempre eficiente y ninguneado William Petersen (el agente Will Graham original en "Cazador de hombres", comiéndose con patatas nada menos que a Edward Norton, que reinterpretó el rol en el remake "Dragón rojo") y Amy Brenneman, la exquisita Jueza Amy en persona. La salidorra era Alyssa Milano, todavía en etapa de rebelión softcore contra su tierno pasado en "Quién manda a quién" (en esos años rodó "El abrazo del vampiro", y a nadie le hace mal verla amarradita y con las mamaderas al aire, ehm...). En el soundtrack tenían a Carter Burwell, que más o menos se ha defendido en pelis de los Hermanos Coen ("Educando a Arizona", "Barton Fink", "Fargo", "Sin lugar para los débiles", "Quémese después de leerse"), amén de cosas como "Kalifornia", "El chacal", "Escondidos en Brujas" o "Crepúsculo" (ahora sí, la vampírica). ¿¿¿Y CON TODO ESO NO CONSIGUIERON HACER UNA PELI BUENA??? No mames, güey... Quizás la respuesta esté en repasar el currículum de su director, James Foley, quién ha perpetrado cosas como "Quién es esa chica" (¡sí, la de Madonna!), "El secreto" o "Seduciendo a un extraño". Sí, este tipo es un experto en tener buenos ingredientes para hacer un pastel y quemarlo en el horno. Y no se diga que esta peli no tiene momentos. La escena de Alyssa Milano cambiándose de ropa frente a William Petersen y Mark Wahlberg no tiene desperdicio (contundencia física aparte, aunque en ese rubro deberíamos darle el Top One a cuando Mark Wahlberg le clava sus zarpas en el trasero a la nena). Mark Wahlberg metiéndole mano en la Región Zorra a Reese Witherspoon en la montaña rusa tiene mérito (aunque el señor Foley insiste en querer arruinarlo con una incursión a Cursilandia por soundtrack). La paliza que le proporciona al niñato que intenta proteger a la chica está también de p*** m****. Pero a cambio tenemos escenas tan mal desarrolladas como ésa en que descubre al chico "como de verdad es" (afilándose a la zorra de su amiga), por no hablar del cada vez más soporífero, arrastrado y previsible final, que rompe por completo el tono del resto de la peli en su intento de hacerlo the bigger the best. Al final del día queda la sensación de haber visto una peli decente... Pero que podía haber sido mucho más. Como que este mismo guión hubiera funcionado de maravillas, cambios por aquí y por allá para no cretinizarlo, en las manos de un Martin Scorsese, de un David Cronenberg, de un Paul Verhoeven, de un Bryan Singer, de un Tony Scott por último. Pero no. Insistieron en dárselo a James Foley. Y aunque no lo crean, este tipo aún no se jubila. A pesar de no saber hacer su pega. Y luego dicen que la empresa privada es más eficiente que las reparticiones estatales.

IDEAL PARA: Chicas que todavía sueñen con su príncipe azul (¿quedarán?).

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 21 de marzo de 2010

"Vivir al límite" (2008).


-- "The Hurt Locker" (título original en inglés), "En tierra hostil" (título en España), "Zona de miedo" (título alternativo en Latinoamérica). Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: Kathryn Bigelow.
-- Actuación: Jeremy Renner, Anthony Mackie, Brian Geraghty, Guy Pearce, Ralph Fiennes, David Morse, Evangeline Lilly, Christian Camargo, Suhail Aldabbach, Christopher Sayegh, Nabil Koni, Sam Spruell, Sam Redford, Feisal Sadoun, Barrie Rice.
-- Guión: Mark Boal.
-- Banda Sonora: Marco Beltrami y Buck Sanders.

-- "Vivir al límite" en IMDb.
-- "Vivir al límite" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Irak. Otro día más de cachondeo para las tropas yanketas, las mismas que siempre aparecen con un "¡Oh, Dios! ¿Te han herido, Jim?", "¡Oh, no es nada, sólo un rasguño, Joe! ¡Vamos a darles infierno a esos monos amarillos!" (reemplácese "mono amarillo" por "kreutzer" o "charlie" a según la guerra). En este caso, como la guerra frontal ha acabado, ya no se trata de hostilidades abiertas, sino de los petardos que los jodíos irakíes dejan atrás, miren que tener la insolencia de querer defender su Patria de las fuerzas foráneas que quieren darles... ¡¡¡DEMOCRACIA!!! El caso es que uno de estos equipos desarmabombas sufre una baja: un irakí se ha pasao de listo y activa una de las bombas a control remoto desde su celular, y al pobre desgraciao se lo cargan (sí, señores, Guy Pearce, el que hace diez años atrás era el chico maravilla de esto y aquello, hace mutis por el foro menos de diez minutos después de haber aparecido). Y como Rambo no debía de estar disponible, llaman a un pringao que, verán, el tipo nada más llegar dice que la armadura antibombas no, que hace calor y me gusta trabajar despejaíto. Le ponen la misma cara que a cualquiera que dice "sí, me voy a meter a ese corazón ardiente de reactor nuclear sin mi traje antirradiación sólo para estar más fresquito". Hay gente así, qué vamos a hacerle. Pero el tipo es bueno en lo que hace, así es que se sale con la jodía suya. Su equipo lo conforman dos personas, un negro que como buen negro, le tiene tirria al blanco, aunque con el tiempo, a regañadientes, tendrá que ir cambiando de opinión (una de las mayores fuentes de suspenso de esta peli es que si el compañero negro seguirá el ritual de los suyos y la palmará antes del fin de la peli, y cuándo, pero no voy a descargar spoilers al respecto). El otro es un blanco, pero medio debiluchín, porque figúrense ustedes, después de ver como al otro se lo molieron con la bomba, ha quedado medio trancado el pobre, y con madera así no se pueden tallar héroes, caramba. Y... bueno... de eso va la peli, más o menos. Dos horas yendo al lugar del suceso y desarmando bombas.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En la gala de los Premios Oscar del 2010 (para premiar lo mejor del 2009), nadie se esperaba que de las dos favoritas, "Vivir al límite" le pegara tal paliza a "Avatar". Las dos postuladas a nueve Premios Oscar, y resulta que la de Irak se lleva 6 (¡66% de éxito, go to next scene!) y "Avatar" miserables 3 (33%, game over). Y para hacer más miserable la miseria, resulta que "Avatar" se lleva la pura morralla técnica que no cotiza nadie (igual que "Jurassic Park" en su día), y "Vivir al límite" se echa a cuestas Mejor Película y Mejor Dirección, ahí es nada. Para mayor ironía, no sólo James Cameron y Kathryn Bigelow están divorciados, sino que además fue el ex-marido quién convenció a la ex-señora de rodar esta peli. Claro, es que era el 2008 y "Avatar" no se estrenaba hasta el 2009, y sólo por un tecnicismo legal (la peli tuvo un éxito a lo sumo discreto, y no se estrenó hasta más de un año en Los Angeles, así es que no pudo postular a la entrega del año que le correspondía) acabó compitiendo con "Avatar". Bueno, esta serpentina secuencia de acontecimientos llevó a que el primer Premio Oscar de la Academia a la Mejor Directora mujer recayera en Kathryn Bigelow, reconocida por rodar como machorra ("Punto de quiebre", "Días extraños", "K-19"...), si por algo fue del gusto de James Cameron (la señora Bigelow, y la idea de que ella dirigiera "Vivir al límite", la que se prefiera). La peli además tocaba un tema sensible, como es el de la guerra de Irak. Y es que la de Bastet y señor mío que tienen montaos los yanketas allá, en una campaña que iba a durar seis meses y todos los analistas inteligentes dijeron que no, que iba a ser un nuevo Vietnam (la sangre no llegó al río... Tigris o Eufrates, tanto légamo da uno como otro... pero mal no lo hace tampoco, para ser una guerra completamente fraguada de suelo a techo), es que empezó a salir cine en contra. Porque todos los cineastas están coludidos y ninguno quiere hacer el Rambo de Irak (ni siquiera Sylvester Stallone, que hizo patrioteríadas bélicas como "Rambo 2" y "Rambo 3"). Y aquí está lo divertido del asunto: doña Bigelow se los montó a todos y se los pasó por la reverenda torera. Porque ésta peli no es sobre la guerra de Irak. Y sí es una peli muy Bigelow. Bien dado, chica, y si a tanto alcanza el cariño, aséstales una por mí.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos por una aclaración, que es necesaria porque mucha gente se ha llevado a confusión con esta peli. ESTA PELI NO ES SOBRE LA GUERRA DE IRAK. Así como "Punto de quiebre" no era sobre polis y ladrones, ni "K-19" sobre la Guerra Fría. El cine de Kathryn Bigelow gira de manera casi obsesiva en torno a un gran tema, que es la adicción, los personajes que o son débiles o en un momento de debilidad caen en el chute y ya no hallan como dejarlo, y en la espiral de autodestrucción subsiguiente. Si nos tomamos "Punto de quiebre" como una peli de acción, su premisa de un agente del FBI persiguiendo a surfistas ladrones es imbécil hasta lo surrealista, pero si lo entendemos como una metáfora de la pérdida de la virginidad yonketa, todo tiene más sentido, incluyendo la escena final. Algo parecido pasa en la búsqueda de sensaciones en "Días extraños". Y en "K-19", si bien no hay adicción a la vista, sí que puede verse en ese reactor nuclear del submarino un equivalente de la droga, un algo de lo que el yonki es dependiente para subsistir, pero que al mismo tiempo puede llevarte a la ruina total en esa misma dependencia. En todos estos casos, lo que hay alrededor es puro decorado. Y "Vivir al límite" continua la misma lógica. La Guerra de Irak es un decorado. Se ha criticado de esta peli que los irakíes estén mal caracterizados, que la guerra no sea presentada de manera tan incisiva, incluso que la peli misma no tenga trama. Bueno, justamente de eso se trata. Porque esta no es una peli sobre una historia, sino sobre una experiencia: la de un tipo que es adicto terminal. Como la historia está contada desde su perspectiva, la de un yonki extremo al que lo único que importa en la vida es su subidón periódico, su obsesión/adicción a las drogas se lo traga literalmente todo a su alrededor. Por eso tiene una estructura episódica: se fuma una bomba, se inhala otra bomba, se inyecta otra bomba, se jala otra bomba, se esnifa otra bomba... y así ad infinitum, en una pesadilla que no puede tener fin (aunque la peli, por razones obvias, sí debe tenerlo). Así es la vida de un adicto (no sólo el adicto a las drogas, ojo, sino cualquier adicto, al teléfono, al chat, al sexo, a leer Cine 9009...). Todo en el horizonte desaparece, y ya sólo importa la adrenalina del momento, el subidón seguido de la consiguiente resaca. Esta peli es eso, subidón y resaca, subidón y resaca, subidón y resaca. Evidentemente no importa que los irakíes e incluso los amiguetes estén mal caracterizados, porque al adicto le importan un rábano el resto de los seres humanos. Tampoco es una peli de crítica contra la guerra, ni una glorificación de la misma, porque esa guerra es apenas un escenario más (podría ser cualquier otro, en realidad). El personaje es chulo y molón, pero en lo que parece ser una sutil (probablemente inCOZiente) crítica del héroe chulo y molón de toda la vida, pareciera querer decírsenos que los supermanes y los rambos más grandes que la vida no lo son por "la justicia" ni por dárselas de machos, como pudiera ser, sino porque simplemente son adictos a sus roles que no pueden dejar de ser lo que son (en "Rambo: Regreso al infierno", y desde una perspectiva bien distinta, el prota reflexionaba que al final la guerra siempre lo iba a llamar porque en la única parte en donde John Rambo está vivo, es en la lucha, en jugarse el pellejo, y en definitiva, en degollar pobres vietnamitas o lo que fuera). Por lo mismo también, los celebrados cameos de los muy estimables David Morse, Guy Pierce y Ralph Fiennes en realidad dan lo mismo, y no es que lo hagan mal, en realidad están la mar de bien (sobre Evangeline Lilly no me pronuncio, su presencia es puramente testimonial porque la pobre por no tener, no tiene ni diálogos casi, así es que lo mismo contrataban a una actriz porno o a un maniquí de multitienda y salía quizás más barato en lo que a presupuesto se refiere). Y como para remachar el mensaje, por sobre la banda sonora instrumental doña Kathryn Bigelow nos regala con tres temas antiBush, pero... de Ministry, la banda rockindustrial más yonketa que ha militado en América (no por nada, el frontman Al Jourgensen vive más pa'llá que del lado sobrio de la vida, y tampoco no por nada, la canción más famosa de Ministry es "Just One Fix"). O sea, si vamos a considerar por un segundo la hipótesis de que el Premio Oscar de verdad premia a lo mejor del cine en su año respectivo, entonces el premio para "Vivir al límite" está mucho mejor encajado que otras pelis de los últimos diez años como las entretenidas pero insubstanciales "Gladiador" o "Chicago", las sobrevaloradas "Los infiltrados" o "Sin lugar para los débiles", o derechamente mamarrachos fílmicos como "Una mente brillante" o "Crash". El único pero de esta peli, lo único que me impide calificarla como maestra, y me obliga a rebajarla a simplemente buena (que no es poco, por otra parte) es que TODA la peli está filmada cámara en mano. Oigan, pero es que ni "Bourne: El ultimátum" llega a tanto, y eso que ahí se las apañaron para contratar a toda la plana mayor de camarógrafos epilépticos de Hollywood. Vale que "Vivir al límite" trata de capturar el nerviosismo y la excitación adrenalínica de un buen chute, pero es que oigan, si hasta Shakespeare en sus tragedias más tragediosas metía interludios más livianos para que respiráramos un poco (una de las razones por la que "Cloverfield" es una reverenda mierda es precisamente por lo mismo, por la cámara en mano, y si bien se justificaba por la premisa argumental, eso demuestra que la premisa argumental misma de "Cloverfield" era una birria). Pero qué más da. La gente no parece marearse demasiado en el cine, como que después de darle el Premio Oscar, esta peli que ya estaba compartiendo sala con alguna otra, recibió más funciones y volvió a estar ocupando íntegramente todas las funciones de su sala. Es la magia del tío Oscar, que entre los blogueros de cine, todo sea dicho, también genera su otro poco de adicciones (que es una mierda, vamos, pero no puedo dejar de hablar del premio).

(¿Notaste que toda la parrafada anterior está contenida en un solo párrafo, para recrear la sensación de que te has mandado un chute de comentario cinéfilo?).

IDEAL PARA: Mandarse una esnifada de las buenas.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "VIVIR AL LÍMITE":

-- "Crítica de EN TIERRA HOSTIL (THE HURT LOCKER)" en Cinoscar & Rarities.
-- "En tierra hostil" en Bienvenidos a Nunca Jamás.
-- "En tierra hostil (2009)" en Quesito Rosa.
-- "Oscars 2010: En tierra hostil (The Hurt Locker) el cine es una droga" en Blog de Cine.
-- "En tierra hostil de Kathryn Bigelow" en Om & Asociados.
-- "En tierra hostil - La droga de Bagdad" en Tierra de Cinéfagos.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

jueves, 18 de marzo de 2010

"K-19" (2002).


-- "K-19: The Widowmaker". Inglaterra / Alemania / Estados Unidos / Canadá. Año 2002.
-- Dirección: Kathryn Bigelow.
-- Actuación: Harrison Ford, Liam Neeson, Joss Ackland, Shaun Benson, Tygh Runyan, Peter Sarsgaard, Christian Camargo, James Ginty.
-- Guión: Christopher Kyle, sobre una historia de Louis Nowra.
-- Banda Sonora: Klaus Badelt.

-- "K-19" en IMDb.
-- "K-19" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

1961. La Guerra Fría está alcanzando un punto álgido. Estados Unidos (¡por una vez NO los buenos de la peli... bueno, no es que sean los malos tampoco, pero en fin...!) está emplazando misiles nucleares que podrían alcanzar directamente Moscú. Los jerifaltes rusoskas se empiezan a poner nerviosos, y deciden que nada de tratados SALT ni otras mendas, sino que vamos a colocar aún más a la Humanidad en peligro, demostrándole a los yanketas que también podemos meterle un pepino nuclear por el drenaje en pleno Washington, a ver si así se dejan de posturitas de fuerza, que no somos el tarado de Sadam Hussein que se deja desarmar por comisiones internacionales y después acaba todo invadido. El caso es que para eso, el Oso Ruso debe confiar en los submarinos nucleares. Aunque tales submarinos nucleares, como corresponde a la desidia burrocrática a todos los niveles que manifestaba la extinta Союз Советских Социалистических Республик, estén a medio armar y sean un completo desastre. Y como estamos hablando de rusoskas aquí, pues ponen de capitán a un tovarich que ha ascendido por casarse con la hija correcta, y que ahora está en el brete de tener que demostrar que su submarino es el más grande y es más mejol, aunque tenga que reventar a sus hombres para sacarles punta, que estos flojonazos gustan de la ineficiencia en que los tiene sumergidos el capitán anterior (por alguna razón en esta peli, el capitán nuevo que quiere eficiencia, trabajo y progreso es "el maloh", mientras que el capitán antiguo, que es negligente con la disciplina y parco en los resultados, es "el buenoh", porque siente compasión de sus hombres, cuando a ver qué ejército aguanta una guerra si tratamos a los soldados como niñitos mimados de mamá). El caso es que, mientras tanto, empiezan a ocurrir una serie de bizarros malos augurios que auspician lo peor para más adelante. Pero la tripulación, que serán unos jodíos sacavueltas, pero también son hombres que saben responder (aunque sea por aquello de acabar en Gulag, para que luego no digan que el régimen soviético no sabía motivar a sus hombres), pone hombro al trabajo, ¡y a partir! Claro, la cosa es un paseíto de ida y vuelta a las coordenadas tanto y tanto, para lanzar unos misiles de largo alcance (sin cargas nucleares activas, porque es un ejercicio de pruebas, pero la idea es que los satélites espías yankis los vean y se les meta el miedo a los cojones). Pero como si fuera eso la peli se acababa en un santiamén, pues bien, las circunstancias se van a enmarañar bien enmarañás, las jodías, y ahí es cuando el K-19 va a hacerle compañía al Poseidón, al Titanic y a ése del quinto misil también.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Hasta 1990, hablar de rusos en el cine era hablar de LOH MALOH con mayúsculas. De las cinco pelis Bond de los '80s, sólo en una ("Licencia para matar") los rusos no eran los villanos, o al menos, tenían conexiones con el villano. Después de todo, los rusos frente a los yankis de pro representaban la opresión totalitaria versus el respeto al individuo, la burocracia ineficiente versus el espíritu economicista, la arquitectura plomiza y estándar versus la casita pret-a-porter, los uniformes grises versus el rabioso y colorido multiculturalismo textil, los deprimentes paisajes nevados versus el verde y el Sol. Y es que, como bien lo han demostrado "Invictus" y "Ultimátum a la Tierra", nada unifica tanto a la gente como un enemigo común al que temer por lo alto y odiar entre los dientes. Pero después se derrumbó el Muro de Berlín, y de pronto los rusos eran nuestros amigos, y podíamos hacer inversiones en su simpático paisito ("Juego de espías"), mandar a nuestros agentes secretos a pasearse por allá como por casa ("Goldeneye"), matar a los que sobren allá ("Hitman: Agente 47"), reivindicar su pasado patriótico ("Enemigo a las puertas") e incluso ¡salvar a esa horda de brutos salvajes fácilmente engañables por cualquier mafiosillo de poca monta de su propio enemigo interno! ("El Santo"). De esta manera, era cuestión de tiempo antes de que viniera una peli en donde los rusos fueran los buenos y los yankis fueran... bueno, no es que en "K-19" sean los malos precisamente, pero por una vez en la vida no son "los héroes", sino que están puestos ahí para ser el incordio en las sombras, como ocurría exactamente al revés (o sea, con los rusos de "esa cosa al frente") en cosas como "Doctor Insólito" o "Límite de seguridad". Y claro, era una buena idea desde el punto de vista intelectual, pero la gente con verdadero intelecto son minoría y no suelen copar los cines. ¿Resultado? Otro batatazo padre en la taquilla. Y luego se quejan de que las pelis salgan tan descerebradas. Como si las hiciera al gusto de ustedes, querido 1% de la Humanidad que aún conserva la anquilosada costumbre de la lectura (aunque sea de un blog online como Cine 9009).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Pelis de submarinos. Cada cierto tiempo se les ocurre hacer una. "El submarino", por ejemplo. O "Marea roja", por otro ejemplo. O "U-571", por ver algo más reciente. O la miniserie televisiva "El quinto misil", por más ejemplos. O el ultraclásico "20.000 leguas de viaje submarino", por ponernos steampunk. Pero vistas una, vistas todas. Porque a diferencia de las pelis con barquitos, las pelis de submarinos simplemente no tienen un rango dramático tan amplio. En el buque tenemos los interiores, pero también la cubierta, las naves recalan en puertos, repostan, etcétera. Un submarino, en cambio, es básicamente una lata de sardinas con un elenco reducido de personajes dándose la tabarra unos a otros. Además, como los submarinos no pueden comunicarse con el mundo exterior (pueden escuchar, pero sólo emitir en condiciones supremas) para no revelar su posición a otros submarinos con sonares y micrófonos, y además si emergen hasta sus periscopios pueden ser detectados por los satélites espías, entonces toda la acción debe concentrarse en recintos claustrofóbicos, cuyas posibilidades dramáticas simplemente no son un abanico de variedad, precisamente. En ese sentido, "K-19" repite algunos esquemas. El principal, claro está, es el conflicto entre los dos capitanes, el viejo lobo de mar y el nuevo joven brillante y repipi listo para comerse al mundo (bueno, Harrison Ford tenía 60 al rodar esta peli, así es que "jovencito", lo que se dice jovencito...), y que parece una reversión del mismo resorte argumental de la por otra parte estupenda "Marea roja". Pero "K-19" encontró su veta y su filón, ya que... (SPOILER GRUESO DE LA SEGUNDA MITAD DE LA PELI, ASÍ ES QUE SI NO QUIERES SABER EN QUÉ DERIVA LA COSA, SÁLTATE AL SIGUIENTE PÁRRAFO DE INMEDIATO YA) ...trata el espinoso asunto de qué pasa cuando el propio submarino tiene una falla que pone en peligro no la estabilidad del submarino mismo (después de todo, siempre se puede emerger y evacuar), sino la salud de la tripulación. Y no es una falla cualquiera, sino una fisura del reactor nuclear, que para colmo ni siquiera puede atenderse bien debido a la insuficiencia del equipo. Es aquí donde lo que hasta el minuto era una peli bien llevada, pero un tanto convencional, se transforma en una joyita, porque Kathryn Bigelow (sí, vamos, la misma que se llevó el Oscar por esa peli machorra que es "Vivir al límite") le pone brío supremo a la historia de una tripulación literalmente condenada, y la convierte en algo muy duro... y único. La desesperación de los tripulantes se ve genuina, y es que uno los comprende, que hace tiempo el asuntillo dejó de ser parte de un ejercicio de guerra y ahora se transforma en pura y simple supervivencia. Y no pueden hacer nada al respecto. La Bigelow se ha hecho escuela con lo que podríamos llamar "cine de la adicción", porque todos sus personajes ("Punto de quiebre", "Días extraños", "Vivir al límite") en realidad son yonketas pegados a esto o aquello. Aquí no vemos una adicción en forma, pero sí un fenómeno similar: los pobres submarinistas dependen para funcionar e incluso para mantenerse a flote, de algo tan peligroso como un reactor nuclear, que cuando falla, pues bien, están entre la opción de morir reparándolo o morir sin repararlo, igual que un adicto tiene la opción de morirse inyectándose o morirse sin inyección. Ver a la peli como una metáfora de la adicción (como no sea una adicción al veneno de la "tecnología moderna") sería bastante forzado, pero no me cabe duda de que la Bigelow quizás inconscientemente supo tomar esta parte de la peli, y conectarla con sus preocupaciones cinematográficas de toda la vida, y por eso ésta es la mejor parte de la peli. La solución final quizás es un poco facilona, probablemente para cumplir con los estándares hollywoodenses (¿cuántas pelis de Hollywood de años recientes recuerdan ustedes que no tengan un "happy end"?), pero no llega a anular todo lo trabajosamente ganado en el sólido metraje anterior. (FIN DEL SPOILER).

-- Las actuaciones están bien. Bueno, tiene su gracia que los dos protas no sólo sean rusos, sino que ambos... ¡son irlandeses! (bueno, Liam Neeson, que Harrison Ford es sólo medio irlandés, por parte de padre). Como para poner a Enya, a Cruachan o a la Chinocónor de soundtrack, hehehé... Bueno, hablando ahora en serio, uno tiende a ver a Neeson más como ruso que a Ford, además de que su actuación es más natural. Pero no hay que desmerecer al resto del elenco, que están brillantes cada uno en su respectivo rol, expresando todo lo que se supone es el comprensible cabroneo de que llegue un jefe malparido cuando antes todo era relajito, además del también muy comprensible terror a morir en una situación que, bien mirado, ni es una situación de guerra ni ná, que para eso se supone que los ponían a bordo.

-- Sumémosle también una banda sonora discreta, que sabe ser épica sin desbordarse, y que hace un uso dosificado de los coros pseudogregorianos inevitables en cualquier banda sonora pseudorrusa que se precie de tal, y estamos aviados.

IDEAL PARA: Ver una peli de submarinos potente.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 14 de marzo de 2010

"Invictus" (2009).


-- "Invictus". Estados Unidos. Año 2009.
-- Dirección: Clint Eastwood.
-- Actuación: Morgan Freeman, Matt Damon, Tony Kgoroge, Patrick Mofokeng, Matt Stern, Julian Lewis Jones, Adjoa Andoh, Marguerite Wheatley, Leleti Khumalo, Patrick Lyster, Penny Downie, Sibongile Nojila, Bonnie Henna, Shakes Myeko, Louis Minnaar.
-- Guión: Anthony Peckham, basado en el libro de John Carlin.
-- Banda Sonora: Kyle Eastwood y Michael Stevens.

-- "Invictus" en IMDb.
-- "Invictus" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Los '90s. Mientras en Chile los fanáticos del fútbol se lamentaban con el Condorazo, pero se consolaban con Cristiana Oliveira empelotándose para "Pantanal", Africa tenía sus propios problemas. El apartheid, por ejemplo. Régimen político en el que la minoría blanca decía "que venimos a traer la civilización a este país mugroso, así es que está bien que le pongamos la pata encima a esos negros salvajes". Pero en una democracia la mayoría saca al Presi, y por lo tanto, la mayoría negra sacó a... un Presidente negro. Nelson Mandela. Y tuvieron buen gusto, porque eligieron justo a un Presidente que se pareciera a Morgan Freeman, y así algún día, nuestro simpático actor de color podría interpretarlo en un biopic (¡si hasta en uno de los diálogos iniciales con noticias televisivas, dicen sobre que Mandela fue liberado de la cárcel, algo así como: "he is now a free-man"... "freeman", ¿lo captan?). El caso es que llega Morgan Freem... perdón, Nelson Mandela al Palacio Presidencial, o a la Choza del Utumatubu, o como se llame la residencia del Gobierno de Sudáfrica, y se encuentra con el caos. Los blancos, indignaos a tope, están empacando sus cosas porque los van a despedir, pero Morgan Mandela les da la frisca en la cara: "si quieren irse porque no son capaces, váyanse, pero si se van a ir porque piensan que los voy a corretear, entonces no tienen nada que temer, hatajo de gallinas". Pero las cosas no serán fáciles. Por ejemplo, el Presidente integra blancos a su servicio de guardaespaldas, con el consiguiente cabreo de los guardias negros, que dicen (con bastante sentido común, por otra parte) que ellos eran policías que bajo el apartheid tenían por trabajo perseguir negros (bueno, nunca supe que el contemporáneo Patricio Aylwin reclutara a ex-CNIs o a algún otro pinochetito para trabajar cuidándole las espaldas... pero vamos a ver qué tan nervioso estaba con los edecanes a sus espaldas en las ceremonias públicas). Pero el Presidente quiere una nación que no sea de negros ni blancos, sino de grises, así es que a trabajar juntos y a soportarse, como en las buddy movies. Aún así, las cosas no marchan bien, porque toda Sudáfrica se mira con un ¿y ahora qué?, y peor aún, que cuando negros y blancos eran enemigos las cosas estaban claras y sabías a quién odiar, pero ahora que todos son sudafricanos y sanseacabó, ¿pues a quién demonios le vamos a dar joda? Y en un partido de rugby, Morgan Freeman se ilumina. Los blancos juegan rugby y los negros juegan fútbol (y cuando los rugbistas juegan con Inglaterra, le dan barra a Inglaterra, los muy cabrones antipatrias), así es que... ¿por qué no desflaitizar a los negros haciéndolos que olviden el tercermundista soccer de toda la vida, se enamoren del elegante y brutal rugby, y llevando a un equipo de rugbistas que dan asco a ganar la Copa del Mundo, y así, coaligados contra un enemigo común (todo el resto del mundo... del rugby), puedan por fin construir una nación única, grande y solidaria...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

¿Dirán los historiadores del futuro que el fin del apartheid fue uno de los grandes eventos del siglo XX? Francamente, lo dudo. Después de todo, a pesar de ser uno de los países más poblados de Africa, Africa mismo no es un continente que diríamos "miren como inclinan la balanza mundial, estos condenaos". Si en un futuro Sudáfrica se transforma en potencia mundial, teniendo un despegue a lo India o China, creándose una esfera de influencia en la mitad sur de Africa (¡no es tan difícil que pase, si surge en Sudáfrica algún estadista de alturas que se encomiende a los manes de Shaka Zulu!), entonces quizás se dirán cómo llegó hasta ahí, y claro, ahí el fin del apartheid va a ser un suceso histórico de magnitud comparable a la abolición de la muralla entre patricios y plebeyos durante la República de Roma. Pero aunque en el contexto mundial fue un suceso histórico tan secundario como la caída en desgracia de Augusto Pinochet en Chile, el fin del apartheid representa uno de esos eventos simbólicos que a nadie le importan mucho en realidad, pero que se ve bien sacarle lustre por aquello de pasarse limpiador de metales por las medallas de esto o aquello (de defensores de los derechos humanos, en este caso), además de darle pretexto a buenas pelis como "Distrito 9", claro está. Y ya sabemos cómo son de cansinos esos "eventos inspiradores". No falta el que se le ocurre meter las narices y contar un libro con miras a que lo hagan peli, y a los Oscares. Y no faltó el que lo hizo peli, precisamente. El problema es que cayó en las manos de Clint Eastwood, tipo poco amigo de rodar con chantajes sentimentales contra la audiencia, y por lo tanto, es poco probable que se lleve un Oscar, ya que si hay algo que tiene el cine de Eastwood, es que rueda por amor al cine y a contar buenas historias, no para asestarle puñaladas traperas al miocardio de la Academia y proferir como loco: "¡Ya, tráiganme mi Oscar, tráiganme mi Oscar!". Pero díganme que prefieren: ¿una peli con Oscar, o una buena peli? Yo me quedo con la buena peli, gracias.

¿POR QUÉ VERLA?

-- He recibido con desconcierto las críticas sobre esta peli. "Sí, se buena, pero no es para tanto". "Sí, es buena, pero le faltó esto o aquello". "Es buena, pero no me creo que...". Y yo les digo que por favor déjense de dar tabarra. Esta peli es el mismo Clint Eastwood de siempre. Es que uno es borrego de costumbres, y claro, si uno ha ido al cine religiosamente para ver dramones como "Río místico", "Million Dolar Baby", "La conquista del honor", "Cartas desde Iwo Jima", "El sustituto" o "Gran Torino", como que uno se siente movido a esperar que la siguiente de Eastwood sea también otra soberbia pieza de personajes atormentados buscando la redención en una situación que parece más allá de toda posible superación, y de repente se nos descarga con una piececilla livianita y brillantita, que parece más peli inspiracional que otra cosa, y más de alguno se queda preguntándose WTF. Es como si el sordo mugroso ése de Beethoven se manda piezas terriblemente complicadas y titánicas, y de pronto, para terminar su carrera autoral, en vez de brindarnos la más mayestática y wagneriana de sus composiciones, nos silba improcedentemente una mierdilla de Himnillo de la Alegría así a santo de nada. Pero pasado el choque, la verdad es que es el mismo Clint Eastwood de siempre, ni un punto más, ni un punto menos. Imagino que, después de dramón tras dramón tras dramón, Eastwood decidió que ya estaba bueno de eso y que quería descansar, y como no iba a rodar una comedia neurótica a lo Woody Allen porque no es lo suyo, pues bien, tomó una historia inspiracional y la hizo tan suya, que le salió buena igual. Supongamos que Eastwood nunca hubiera rodado alguna de sus otras joyas, e "Invictus" fuera su mejor peli. Quizás no lo recordaríamos entonces como el más grande director de todos los tiempos, pero sí como un tipo que en un determinado minuto fue capaz de ponerse frente a la cámara y sacar avante una buena peli. A como andan las audiencias hoy en día, eso ya es bastante.

-- Quizás no podamos decir que esta peli sea estrictamente sobre el apartheid, pero apunta hacia otra característica, debilidad podríamos decir, muy humana: el temor a lo diferente, el temor al cambio, el temor a reconciliarnos con nuestro enemigo. La clave aquí es que Clint Eastwood no recurre al expediente fácil de extorsionar a la audiencia con chantaje emocional, mostrándonos cuán crudamente parieron los sufridos negros bajo la opresión de la bota blanca, como un "Avatar" de toda la vida. Eastwood renuncia a mostrarnos el horror mismo del apartheid, sino que lo sugiere a través de las reacciones de los personajes: el apartheid ya pasó, es el pasado (por eso no aparece en la peli), pero el único que parece darse cuenta de ello es Nelson Mandela, porque todo el resto prefiere quedarse en el pasado (un poco a lo "Viaje a las estrellas VI", pero sin los bonitos efectos especiales). Que los blancos lo quieran así no es difícil de entender, después de todo ellos eran quienes mandaban el cotarro, y a nadie le gusta perder lo que antes se ha tenido, pero que los negros insistan en lo mismo es más complicado, porque ahora vienen con espíritu revanchista, a "ahora mandamos nosotros, joer", y no les gusta la idea de tener que compartir con esos asquerosos blancos, que pareciera les pasaron la piel por el cloro o algo así. Se puede ser un mal perdedor, pero también se puede ser un mal ganador, pareciera ser la moraleja de la peli. No tenemos grandes hilos argumentales que nos muestren el camino de la reconciliación, sino apenas pequeñas viñetas repartidas por aquí o por allá, o diálogos de personajes sueltos (algunas veces un tanto caricaturescos, todo hay que decirlo), pero entre todos esos puntos de colores conforman un cuadro sobre un mundo en cambio, en que ya no hay lugar para el tribalismo. Es una manera arriesgada de plantear la peli (de hecho, de la peli apenas puede decirse que tenga una trama o un argumento con progresión dramática en forma), pero gracias a la espartana dirección de Clint Eastwood, siempre dispuesto a ir al grano y no desviarse por las ramas, lo que podría haber sido un muermo de situaciones confusas se convierte en un vivo retrato acerca de las dificultades de la reconciliación. Acerca de cualquier reconciliación, no sólo de Sudáfrica después del apartheid (esto es lo que, a fin de cuentas, hace a las pelis universales).

-- Hagamos un interludio para hablar de Morgan Freeman, el único negro que ha sido Presidente DOS veces (de Estados Unidos en "Impacto profundo", y de Sudáfrica acá en "Invictus"). Hubo una época en que Morgan Freeman hacía grandes papeles y era un actorazo de tomo y lomo. Pero en los 2000s, como que se puso cobracheques y flojito para trabajar, hasta que si veíamos a Morgan Freeman en el cartel, ya sabíamos que iba de viejecito sabio y con filosofía de vida (véase "Antes de partir", epítome de las pelis buenrollofrimanescas, y me entenderán). Pero acá en "Invictus", se reivindica. No diré que se come al resto del elenco con patatas en parte porque está bien comedido en su papel, y además el guión tiene la habilidad de equilibrarlo con el resto de las situaciones alrededor, pero sí en su lugar se esfuerza, y se esfuerza bien, en recrear a un personaje histórico bastante complejo que, para más inri, todavía está vivo (y además incluso hasta tienen un soplillo de familia los condenaos...). Debido a la estructura de la peli, bastante fragmentaria, Freeman es prácticamente el único personaje importante dentro de un reparto coral, y por lo tanto es un poco superfluo hablar del resto. Y ya sé, actúa Matt Damon, pero bueno, el hombre a veces se ha mandado buenos roles, pero acá estamos ante una excepción, quizás más cerca del muñequito ése que sólo decía "Matt Damon" en "Team America: Policía mundial" que ante un actorazo de carácter. Es que no sé ustedes, pero yo no me lo creo como peazo rugbista, ni tampoco se lo ve demasiado inspiracional que digamos (al comienzo, cuando mascan derrota tras derrota y va de desmoralizado por la vida, le sale de lo más bien el papel, pero después, cuando se supone que Mandela tiene que inspirarlo más que su noviecita inclusive, como que no le sale)...

-- Hay un punto interesante, que parece habérsele escapado incluso al por lo general perspicaz Clint Eastwood. Veamos. Capitán Mandela tiene el problema de unificar a los negros y blancos de su república. La ecuación acá es "tolerancia y reconciliación = bueno; racismo y tribalismo = malo". Muy bien hasta acá. ¿Y qué receta encuentra Nelson Mandela para ello? ¡Pues busca un nuevo enemigo! Aunque sea en un ámbito tan civilizado como el deporte. Pero es un nuevo enemigo. El gran final (SÍ, SPOILER, LEÑE, PERO VAMOS, ACASO NO SABÍAN CÓMO IBA A TERMINAR) es que el equipo de rugby de Sudáfrica debe batir a Nueva Zelanda. Y el nuevo malo ya no son los blancos ni negros, sino los de Nueva Zelanda, y para dejar bien marcado el punto, mientras los civilizados sudafricanos cantan un himno como toda la gente, los neozelandeses se mandan una danza guerrera tribal muy ungabunga. Simbólico esto, ¿no? Así es que blancos y negros terminarán uniéndose, fusionándose y cohabitando en una sola nación, pero claro, gracias a la filosofía del enemigo externo. O como a punta de buenrollismo, llegamos al polo opuesto de que el maloh de "Watchmen" desde el principio tenía la razón. Y si la ironía no estuviera suficientemente marcada, resulta que son los negros quienes se integran al deporte de la minoría blanca, cuando hubiera sido mucho más civilizado hacerlo al revés, no porque el rugby haya sido deporte de aristócratas y el fútbol el deporte proleta y por lo tanto llevar a los negros al rugby sea el anticulturetismo total, sino simplemente porque para acabar con el fraticidio latente de Sudáfrica, puestos a elegir deporte, Nelson Mandela elige el más violento de los dos (y la cámara no escatima en mostrarnos toda la violencia criptogay del rugby). Vaya hombre de paz que está usted hecho, señor Mandela. Aunque al final del día no me quejo demasiado por eso, más allá de que me sirve para marcar la ironía. En primer lugar, los discursos bonitos a mí me la sudan, que yo soy más de la escuela de Maquiavelo y Hobbes, que la de Rousseau y Locke (la pareja de filosófos ilustrados o la de personajes de "Lost", tanto más me da), si me preguntan. Y en segunda, porque no pocas pelis inspiracionales recurren al expediente del enemigo externo para mostrar la superación personal, y como todos están felices con "er buenoh", nadie se acuerda del pobre maloh que no se pudo superar a sí mismo, etcétera. Sylvester Stallone lo tenía claro con el ambiguo final de "Rocky IV", en que al final los maloh no eran los rusos (mujiks ignorantes en el 90% de los casos), sino única y exclusivamente el Politburó. Así es que no lo considero un defecto de la peli. Es simplemente un punto para análisis y reflexión, y eso también hace más valiosa la peli, a fin de cuentas.

IDEAL PARA: Ver una peli inspiracional de dirección inspirada dentro de lo suyo.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "INVICTUS":

-- "Crítica de Invictus" en Cinoscar & Rarities.
-- "Invictus (2009)" en Quesito Rosa.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

jueves, 11 de marzo de 2010

ENCUESTAS CINE 9009: Año 2009 y década de 2000.

No demasiada convocatoria, por no decir casi ninguna, tuvieron las encuestas anunciadas a comienzo de este año. Ya saben:

1.- La Mejor Película del 2009.
2.- La Mejor Película de la década 2000-2009.

En realidad no debería ni siquiera dar resultados, pero los compromisos son los compromisos. Además, eso me da tiempo para terminar de preparar el posteo sobre "Invictus", otro de los pendientes acumulados durante el Febrero en que estábamos en celebrar el Cuarto Aniversario de Cine 9009 con cine de Ciencia Ficción, y de las pequeñas vacaciones posteriores (terremoto incluido). Así es que, allá van los resultados.

ELIGE LAS MEJORES PELÍCULAS DEL 2009:

Hubo dos listas, la de Cabarrera y la de Gocuzero. Entre ambas, los resultados son los siguientes:

● 16 puntos para "Up". Según Cabarrera: "Up! They did it again!". Gocuzero también la pone up (perdón por el juego de palabras, es que a veces no tengo remedio): "gran Película de animación".
● 11 puntos para "Watchmen", con Cabarrera llevándole la contraria a varios otros fanáticos que conozco por ahí: "Mantiene el espíritu de la novela gráfica". Y Gocuzero añade: "pudo ser mejor pero no por es mala por que es buena y mucho".
● 10 puntos para "Bastardos sin gloria". Cabarrera dijo: "Trepidante y emocionante".
● 10 puntos para "Avatar", con Gocuzero escribiendo: "no solo La mejor sino MEJOR DE LO QUE ESPERABA".
● 9 puntos para "Gran Torino". Cabarrera dijo: "Eastwood melancólico y reflexico".
● 7 puntos para "¿Qué pasó ayer?" ("El resacón" en España). La opinión de Cabarrera: "Cesar's palace, ¿hace falta añadir algo más?".
● 7 puntos para "Disaster Movie", con uno de los argumentos más raros que he leído para postularla en esta lista, por Gocuzero: "como su propio nombre indica, sabía a qué truñaco magno me enfrentaba por eso me gusto".
● 7 puntos para "Star Trek". Cabarrera otra vez al micrófono: "'Reboot' con pie derecho". Y Gocuzero también la votó: "nunca me gusto la saga pero soy fan de lost".
● 6 puntos para "Invictus", con Cabarrera apuntando: "Morgan Freeman en el papel de su vida".
● 6 puntos para "Spanish Movie", con Gocuzero dando otro argumento que, bien pensado, es bastante razonable: "ya sabia lo que hiba a ver una comedia abusurda y chusca por eso no me decepciono".
● 5 puntos para "El luchador", con argumentos de Cabarrera: "En este caso es Mickey Rourke en el papel de su vida".
● 5 puntos para "G.I.Joe", con Gocuzero a cargo: "solo me gusto por los nijas y la baronesa".
● 4 puntos para "An education". Al respecto, Cabarrera apunta: "Sencilla empero significativa".
● 1 punto para "Zombieland", con el siguiente comentario de Cabarrera: "Simplemente divertida, pero en estos tiempos eso ya es decir mucho".

¿Sorprendidos? Ya lo creo que sí. Pero los números no mienten. (Bueno, en el listado de Gocuzero no había n° 6, así es que tuve que correr el 7 al 6 y el 8 al 7... para que les cuadren las cuentas, si a tanto llega su amor por Cine 9009 que se dan el trabajo). En fin, resulta que por la votación, la mejor peli del 2009 es...

¡¡¡"Up"!!!

Para que vean, estamos más avanzados que la mismísima Academia de los Premios Oscar, ya que le damos el Cine 9009 a la Mejor Película a una de animación, algo que en Hollywood van a hacer más o menos cuando los nísperos estén de día o cuando las ranas críen pelo, lo que pase primero.

ELIGE LA MEJOR PELÍCULA DE LA DÉCADA:

Acá hubo un solo voto por dos películas, y ni siquiera era una lista. Así es que lo declaramos desierto. Y como éste es un blog con pretensiones, para que no digan que no, el hecho de que no hay votos no lo interpretaremos como que nadie se interesó por votar o que Cine 9009 tiene pocos lectores, sino que EN ESTA DÉCADA NO HUBO PELÍCULAS BUENAS POR LAS CUALES VOTAR. Así de simple. Para que no digan después que no soy megalómano.

CONCLUSIONES:

Las gracias sean dadas, por supuesto, a Cabarrera y Gocuzero, quienes cumplieron con la vida, la patria, la propiedad privada y el cinephilian way of life, y rompiendo la tendencia general, sí se atrevieron a dar su opinión. Chicos, sepan que valientes como ustedes son los que han forjado naciones, erigido imperios y posibilitado que Cine 9009 siga siendo un aporte a la Humanidad. Después de todo, tampoco creyeron en Colón ni en los rayos X, y ya ven...

Y aprovecharé de dejar una encuestita en la columna lateral, sólo para opinar qué opinan ustedes de las encuestas. Aunque sea para evitar otro resultado bochornosamente poco representativo como éste...

Y como de costumbre, Cine 9009 sigue adelante. El próximo domingo, comentario de "Invictus" de Clint Eastwood.

domingo, 7 de marzo de 2010

"Astroboy" (2009).


-- "Astro Boy". Hong Kong / Estados Unidos / Japón. Año 2009.
-- Dirección: David Bowers.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Kristen Bell, Nicolas Cage, Donald Sutherland, Samuel L. Jackson, Charlize Theron, Bill Nighy, Freddie Highmore, Matt Lucas, Eugene Levy, Nathan Lane, Madeline Carroll, Moises Arias, Ryan Stiles, Sterling Beaumon, Victor Bonavida, Tony Matthews.
-- Guión: Timothy Harris y David Bowers, basados en el manga de Osamu Tezuka.
-- Banda Sonora: John Ottman.

-- "Astroboy" en IMDb.
-- "Astroboy" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Muchos años atrás, la Humanidad la lió parda en eso del medio ambiente, y como las cosas no están para ponerle hombro al trabajo, que para eso somos seres humanos y consecuentemente somos algo flojitos, entonces nada de limpiar, que eso cansa mucho, y mejor tomamos a Ciudad Metro y la hacemos levitar en el aire, y sanseacabó. Resulta que el Jefe Jefazo Jerifalte de la División UltraMegaTecnológica de Ciudad Metro tiene un crío que es un genio, etcétera. Y el crío, metete como él solo, acaba yendo al trabajo de su papi a ver el último robot chachipiruli que están fabricando, en vez de ser obediente y aplicadito al estudio como los manuales de educación cívica mandan. Mala idea, porque algo sale catastróficamente mal, y el crío en cuestión tiene una muerte horripilante, con su padre el científico mirándolo todo para que sea más trágico (sí, señores, no es joda, han pasado quince minutos dentro de una peli infantil, y ya tenemos a un personaje infante cuya edad está dentro del target objetivo de esta peli, rosquisado como pollo al vapor, y los críos dentro del cine llorando... bueno, como críos. No es broma). El padre queda comprensiblemente traumado de que su hijo el genio haya tenido una muerte tan brutal, y decide construir un robot que sea la viva imagen de su hijo. El problema es que, como hubiera recordado el científico de marras si no hubiera estado tan sobrecogido por esas cosas que ustedes los humanos llaman "sentimientos", no se puede fabricar un duplicado perfecto de nadie, y el nuevo robot no lo es. Y el muy cabrón se olvida de que el chico está programado con exactamente todos los sentimientos de su hijo, y lo rechaza porque le recuerda a su hijo muerto (¿habráse visto cabrón más grande? ¿Y para qué lo creó, en primer lugar? Es que estos científicos son todos unos desalmados, si ya lo decía mi bisabuelita, que para qué tanta ciencia si tenemos la Biblia). El chico robot, al darse cuenta de que su padre putativo (bueno, su padre a secas, que para eso lo creó) pasa olímpicamente de él, hace lo que todo crío de pro emancipado de estos días, y se larga, con la ventaja de que él está armado con una tonelada de armas que le permitirán afrontar la supervivencia darwiniana allá afuera. Y que harta falta le harán, porque el político malo maloso que causó el fracaso del experimento anterior en primer lugar, ahora está a la caza del chico por uno de sus componentes en particular. La pelea está servida.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Los más mayorcitos seguramente recordarán una empalagosa canción que iba de "Marte es podero-so... y sabe lu-char... eeel enemigo más feroz se vuelve atrás...". Tetsuwan Atomu, conocido en Latinoamérica como Jet Marte primero, y en la cool ola anglisizante actual como Astroboy, es un icono del manga japonés, el equivalente para las historias de robots japonesas de lo que es Superman para las historietas de superhéroes. La comparación no es ociosa: en ambos casos es el primero de su clase, pero mientras que Superman es un adulto viviendo aventuras en un mundo de adultos, Astroboy es un niño buscando su lugar en... bueno, un mundo de adultos. Y en ambos casos, su carácter icónico les juega en contra. Al igual que Superman no es realmente un personaje con fuerzas y flaquezas, sino un símbolo de muchas cosas (la libertad, la justicia, el bien, etcétera), Astroboy es más o menos lo mismo, un perchero en el que le podemos colgar todo lo que consideremos que es "el bien". De ahí el carácter un tanto campy que tenían las series televisivas sobre el personaje (la original no la he visto, pero sí la segunda de los '80s, así como algunos capítulos de la más moderna, la del 2003, convenientemente upgradeada para calzar con el angst adolescente tempranoXXI). Ahora que la oleada de los superhéroes ha comenzado a amainar, que los planes para una nueva de Superman se alargan, que Christopher Nolan dice que quizás sí y quizás no haga la secuela de "The Dark Knight", que los spin-off de los "X-Men" y que "Spiderman 4" no despiertan el mismo interés que hace una década, y que la década del 2010 promete reemplazar a los superhéroes yanketas por el manga/anime japonés como fuente de inspiración/saqueo para los futuros blockbusters, era lógico que se volvieran hacia un personaje tan emblemático como Astroboy. Después de todo, ya el camino está siendo abierto por "Meteoro" y "Dragonball: Evolution" (bueno, quizás la expresión "camino abierto" sea una exageración en el último caso), y se habla de versiones hollywoodenses de "Robotech", de "Akira" y de "Fuerza G". Ahora lo que les falta es un exitazo de taquilla que los convenza de las bondades del negocio, y ahí se arrojarán como langostas sobre todas las franquicias habidas y por haber. Por lo pronto, "Astroboy" no va a ser la que se lleve la piedra al canto porque fue un fracaso de taquilla. Inmerecido, probablemente (entre "Astroboy" y "Transformers" me quedo claramente con la primera, pero bueno, la exquisitez siempre ha sido privilegio de minorías...). Pero que una peli cueste 65 millones y recaude menos de 30, es lo que se llama darse la hostia padre, ¿no?

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos desde el comienzo por despejar algunas expectativas, para valorar esta peli como lo que es, y no como lo que nos gustaría que fuera. Como apuntaba más arriba, el personaje mismo de Astroboy es un tanto ñoño porque es "el bueno" a secas, y aunque la vida lo trata a las patadas (reemplácese la primera "a" por una "u", ejercicio que no hice porque estamos en horario para menores). En ese sentido, sacar una buena peli de Astroboy es tarea casi tan ímproba como sacar una peli profunda sobre Superman. Si nos merece alguna valoración "Superman" y "Superman II", es porque supieron hacer una dupleta de pelis épicas sobre el superhéroe, no porque sean acabados estudios de carácter. Y cuando se les ocurrió profundizar un poco más en la psicología del personaje y darle un poco más de dramón, se sacaron el churro de "Superman regresa", que no le gustó ni a Cristo ni al Diablo. Con Astroboy pasa algo parecido. No es más que la fantasía del niño con superpoderes que lucha contra el Mal y es reconocido por eso. Todo niño ha tenido fantasías en esa línea, y Astroboy (él, y Harry Potter, y Luke Skywalker, y muchos otros) subliman esa fantasía. Una peli sobre Astroboy exigía por tanto un tratamiento bigger than life, y en esto se ha visto muy perjudicada (¿quién diablos fue el genio que le dio la gorra de director al tipo que dirigió "Lo que el agua se llevó"?). En primer lugar, el trabajo de animación es currado, vale por eso, pero los resultados son discretos; con decir que una peli como "Final Fantasy: El espíritu en nosotros", que la antecede casi una década, tiene una animación mejor trabajada, está dicho todo. Además, la trama nunca termina por decantarse entre el drama a la japonesa (ya saben, si el héroe no es enfermizo de bueno, o al menos "justiciero", con estoicismo de samurai, a pesar de que la vida lo put... er... patee horripilantemente, entonces no es una peli japonesa), y algunas peripecias propias de peli infantil yanki, en particular en su segunda mitad, y esta indefinición, como que le hace mal. Pero si bien esta peli mantiene algunos defectos que, todo sea dicho, también lastraban al material de base original, también tiene algunas virtudes. Cuando quiere ponerse seria y cruda, lo es sin concesiones: vemos la muerte del hijo del científico protagonista en circunstancias bastante crueles (off camera, claro está, si es para niños la cosa, pero aún así), en más de algún minuto Astroboy está a punto de ser destruido (no tan gore como "Ghost in the Shell", por supuesto, pero para un niño pequeño...), y la lucha final contra un enemigo tan demoledor le debe poner la carne de gallina a más de algún chiquiturrín a quien su madre lo llevó al cine para que viera "una de monitos". Y a pesar de la yankización del argumento, el tratamiento del Doctor Tenma como un personaje en principio bondadoso, pero enloquecido por la muerte de su hijo, es interesante y le aporta profundidad a la trama, más allá del escenario "buenos contra villanos". El guión también se permite algunos cambios de escenario, algunos afortunados (la idea de reemplazar el retrofuturismo tecnooptimista original por un escenario más parecido a "WALL-E", discutible en resultados, pero al menos más creíble para nuestros tiempos), y otros no tanto (eso de poner en el cine al villano como un trasunto maligno de George W. Bush, como que empieza a cansar un poco). Las secuencias de acción son creativas, más allá de las limitaciones del CGI, y el siempre eficiente y discreto John Ottman compone una buena banda sonora de fondo. En ese sentido, si bien Astroboy nació como una peli limitada, y le cuesta defenderse contra sus evidentes handicaps, cumple sobradamente con lo que se espera de un entretenimiento palomitero. A riesgo de ser majadero: esta peli costó la tercera parte de lo que "Transformers" del 2007, y no sólo "Transformers" no es tres veces mejor peli que "Astroboy", sino que ésta desde su humilde esquina le gana por cancha, tiro y lado.

IDEAL PARA: Ver una buena adaptación de un personaje japonés en principio un tanto complicado de adaptar.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

jueves, 4 de marzo de 2010

"El imaginario mundo del Doctor Parnassus" (2009).


-- "The Imaginarium of Doctor Parnassus". Inglaterra / Canadá / Francia. Año 2009.
-- Dirección: Terry Gilliam.
-- Actuación: Heath Ledger, Johnny Depp, Colin Farrell, Jude Law, Christopher Plummer, Andrew Garfield, Verne Troyer, Lily Cole, Tom Waits, Peter Stormare, Maggie Steed, Mark Benton, Simon Day, Paloma Faith, Richard Riddell, Montserrat Lombard.
-- Guión: Terry Gilliam y Charles McKeown.
-- Banda Sonora: Jeff Danna y Mychael Danna.

-- "El imaginario mundo del Doctor Parnassus" en IMDb.
-- "El imaginario mundo del Doctor Parnassus" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

¡Ha llegado el circo a la ciudad! Y no lo digo porque ésta sea la nueva peli de Terry Gilliam, sino porque de verdad llega un espectáculo freak (freak de "freak", no de "friki"), en que un santón de los tiempos antiguos te hace vivir experiencias alucinantes y todo eso. La llegada se salda con la desaparición de un pobre diablo que, bueno, desaparece de muy mala manera. A la Hollywood, si me preguntan. La policía llega e investiga un poco, pero aquí no ha pasao nada, macho, y seguimos camino. La troupe se compone del santón, de su tierna y apetecible hija (bueno, un poco huesudita, pero de muy buen ver, esta Lily Cole), de un chico que está verde por comerse a la chica (y al que, por supuesto, buena como está, y por tanto con posibilidades de mejorar el prospecto, la chica no hace el menor caso), y de un enanito que viene a ser como la voz de la conciencia y el pateadero de los demás. Hasta que de pronto, paseándose por un puente de Londres, se encuentran con un tipo colgando. ¿Es un banquero de la mafia italiana, ajusticiado por sus nexos con el Vaticano? ¡No, señores, es Heath Ledger, anticipando el hecho de que éste será su último papel! La troupe va y lo saca, y el tipo dice, quién sabe si sí o si no, que ha perdido la memoria. Pero como una cosa es ser desmemoriado y otra cosa es no tenerla enhiesta, pues bien, el new kid in the town ve lo evidente, que la chica Cole está para mojar pan, y la chica al mismo tiempo encuentra que Heath tiene el atractivo suficiente como para dejarse pasar por la piedra y proveerle de hijos a futuro. Para gran desazón del otro candidato, que es el pagafantas de toda la vida. Y para preocupación del papi de la chica, futuro suegro, porque éste esconde un secreto inquietante. Resulta que el santón es, en efecto, un santón de tiempos pretéritos tenebristas ya idos, que ha adquirido la inmortalidad gracias a un pacto con ya-saben-quién. Naturalmente que el otro juega con cartas marcadas, y ahí tenemos al santón dando espectáculo en pleno siglo XX. Y peor aún: ha hecho un nuevo pacto, en el cual está comprometida la chica. Recién llegado y secreto por develarse, combinación explosiva donde las haya. Porque a partir de ahora, las cosas se pondrán muy feas para la troupe... (¿cuántas veces no habré escrito eso de que "las cosas se pondrán muy feas" yo, reseñando pelis acá en Cine 9009?).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Mientras todo el cine corre velozmente hacia la estandarización más absoluta, todavía quedan rebeldes que se mueven por los márgenes. Como por ejemplo el ya veterano (69 años y contando, edad interesante donde las haya...) Terry Gilliam. Tipo que es capaz de llevarte hasta las alturas con grandes pelis como "Brasil" o "12 monos", o hundirte con ladrillazos a la jeta como "Pescador de ilusiones" o "Pánico y locura en Las Vegas". Es lo que tiene tratar de plasmar una imaginación desbocada en el cine, que no siempre te controlas y a veces las cosas se te salen un poquito de madre. En los 2000s, Terry Gilliam había estado un poco de capa caída. Y eso que el cine de Terry Gilliam, con sus constantes cintas de Moebius y tramas escherianas, de realidades paralelas entrecomiéndose mutuamente, está más de actualidad que nunca, con el auge de la virtualidad y el tema "la realidad que vemos no es la realidad que de verdad es", de moda después de "Matrix" y un sinnúmero de otros filmes. Se suponía que Gilliam iba a dirigir "Watchmen", pero sabiamente se hizo a un lado. Se rumoreaba también que iba a dirigir "Harry Potter y la Piedra Filosofal", pero al final el palo al agua se lo llevó el muy inferior Chris Columbus (bueno, quizás sea mejor, o el bueno de Gilliam hubiera chocado de frente con los jerifaltes de la Warner, obtusos como lo son aquellos de su calaña y condición). Y de su fallido proyecto sobre Don Quijote con Johnny Depp ya ni hablemos; quizás hubiera sido algo grande o un soberano fastidio, pero al menos hubiera sido algo diferente a cualquiera otra versión del Quijote, y ya puestos, a casi cualquiera otra peli que anduviera afuera, y al menos por lo diferente hubiera valido la pena verla (aunque ahora, con el más o menos interesante éxito de "El imaginario mundo del Doctor Parnassus", ¿quién sabe?). Como de costumbre, por temática y director, "El imaginario mundo del Doctor Parnassus" probablemente hubiera llegado tan lejos como "Las aventuras de los Hermanos Grimm", lo que en pocas palabras quiere decir que no hubiera llegado a ninguna parte, en lo que realmente importa, que es la taquilla. Además de que le cayó otra de esas maldiciones tan, por decirlo así, gilliamianas, si a veces el pobre Terry Gilliam parece un personaje de sus propias pelis. En este caso, se le murió el actor protagónico (Heath Ledger, ya saben, el tipo que iba a ser famoso gracias a su rol del Guasón en "El caballero de la noche"), y si no es porque sus amigotes Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell no se comiden a prestar su colaboración, el asunto no hubiera llegado a ningún puerto. Pero llegó a buen puerto. La gente respondió, y fue al cine. Aunque vuestro seguro servidor el General Gato quien esto escribe, tiene el oscuro presentimiento de que el principal resorte para ello es el morbo de ver a Heath-Zombie haciendo su última aparición en una peli que ni siquiera alcanzó a completar, como Brandon Lee en "El cuervo", y vamos a ver si muchos de aquésos personajes que fueron al cine porque "es la última peli que hizo ése que hizo del Guasón en la de Batman" han visto siquiera otra peli de Terry Gilliam en su vida. ¿Conclusión provisional? Si algún día se rodara un biopic sobre los esforzados esfuerzos (valga la redundancia, aquí más que nunca) de Terry Gilliam por hacer cine, seguramente el único calificado para la empresa sería... el propio Terry Gilliam.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos por lo que todo el mundo está esperando, a saber, que es la última peli que hizo Heath Ledger antes de palmarla, o peor aún, la última peli que rodó "el que hizo de Guasón" antes de palmarla. Si es que sois unos morbosos, admitidlo, que sois los mismos que no fueron a ver la otra que hizo Heath Ledger dirigido por Terry Gilliam (¿qué?, me van a decir ustedes, ¿hizo otra? Pues, sí señor... Hizo "Las aventuras de los Hermanos Grimm", ¿no lo recuerdan? ¿No? Bueno, no me extraña). Bueno, volviendo a nuestra materia, ¿está el señor Ledger bien? La verdad, está extraordinario. Servidor quien esto escribe, hace años atrás, cuando fue a ver al cine cosas como "El patriota" o "Corazón de caballero", no le tenía demasiada fe al chico. Que iba a ser otro caribonito que iba a pasar sin pena ni gloria, vamos. Con la perspectiva que da el tiempo, y después de repasar buenos roles como "10 cosas que odio de ti", por no hablar de su archifamoso (allá vamos de nuevo) Guasón en "El caballero de la noche", es de rigueur no sólo hablar bien de los muertos, sino también admitir que el hombre fue una gran posibilidad truncada por una muerte demasiado prematura. Uno podría decir que, siendo esto una especie de cuento de hadas, o estando narrado un poco en ese tono (bastante enturbiado, OK, pero es el tono irrealista del asunto), el personaje que interpreta Heath Ledger sería "el jovencito" a secas. Pero no. Su personaje es un tipo que oscila entre ser el galán a secas, y ser por otro lado un tipo de un pasado bastante turbio. Un personaje tan ambiguo, y a ratos francamente negativo, exigía una interpretación maestra, y Heath Ledger pasa (bueno, pasó, dicho en pretérito) la prueba con honores. A través de él vemos lo que pocas veces en este tipo de cine: un PERSONAJE, no sólo un estereotipo.

-- El affaire Ledger ha oscurecido un poco el hecho de que ésta es una peli del inefable Terry Gilliam, que como decíamos, a veces está en el cenit, y a veces en el nadir. ¿Y aquí? La verdad es que, sin ser lo mejor que ha rodado en su vida, es una de sus buenas pelis. En cierta medida, esta peli recuerda a "Las aventuras del Barón Munchhausen", y no debe ser casualidad que el coguionista de aquella ejerció labores similares acá, veinte años clavados después. Claro que, con las energías de la juventud... bueno, de ser más joven en esos años... "Las aventuras del Barón Munchhausen" era más alocada e irresponsable, y tenía mucho más juegos de metarrealidad que ésta, claramente más calmada y sosegada, y es que los años pesan, a fin de cuentas. Si no conoces el cine de Terry Gilliam, esta peli es un excelente punto de partida para internalizarse en él. Y si ya has tenido tu ración de gilliamíadas en el pasado, entonces ésta quizás no te va a dejar tan arriba, pero no es una decepción ni mucho menos. Aquí, el juego con la metarrealidad consiste en que existe un portal que conduce directamente al interior de la cabeza del mentado Doctor Parnassus (sí, un poco como en "¿Quieres ser John Malkovich?"), y que todo lo que sucede en el mundo imaginario, sucede en el interior de dicha cabeza. A medida que el peso del pasado de los personajes va, bueno, cayendo por su propio peso, las cosas se van enhebrando hasta un final que, por una vez en la vida, consigue ser bastante desconcertante, y que me ahorraré comentar para no espoilerear al respetable, aunque muy a mi pesar. O, bueno ya, lo haré, así es que... AQUÍ VIENE SPOILER DEL FINAL, DE MANERA QUE SI NO QUIERES ENTERARTE DE CÓMO TERMINA ESTA PELI, SÁLTATE DE INMEDIATO AL SIGUIENTE PÁRRAFO. Ya, ¿listo? Allá vamos. Al final, el prota debe meterse a la cabeza del Doctor Parnassus para salvar a la chica de las garras del Demonio. Sin embargo, por lo alambicado de la apuesta entre el Demonio y el Doctor Parnassus, sumado a que la chica ya no quiere ser una chica más, las cosas se salen de tiesto para todos los personajes. La chica se salva y se queda con el pagafantas, el Doctor Parnassus recibe su merecido, el Demonio pierde la apuesta, y el prota queda como al comienzo, colgando del pescuezo, sólo que ésta vez es real. En definitiva, todo lo que sucede, sucede porque los personajes de alguna manera o de otra se rebelan y se niegan a cumplir con su periplo vital. Así, el Doctor Parnassus debía morir, y trata de trampear a la muerte obteniendo la inmortalidad con un pacto fáustico que, como suele pasar, acaba muy mal. La chica, por su parte, en su proceso de crecer y madurar, debe dejar atrás tanto a su padre como a su primer galán, literalmente sacrificándolos. Y el prota debía expiar sus pecados, así como estaba colgando del puente, y la interrupción a cargo de la troupe del Doctor Parnassus es tan sólo eso, una interrupción, antes de que su propia personalidad, reflejada en el imaginario del Doctor Parnassus que se vuelve en su contra, termine por llevarlo de regreso hasta el punto de partida, hasta el ahorcamiento en donde debía terminar en primer lugar. Considerando la enorme cantidad de pelis que tratan el tema de qué hacer con tu vida, o desde el ángulo de la autosuperación a lo "Rocky", o desde el ángulo del conformismo neocon, una peli que no hable del tema desde una perspectiva moral, sino simplemente metafísica (la imposibilidad de rebelarse contra el destino, en este caso), es simplemente reconfortante. Bueno, puede que te guste el mensaje o no. Pero la peli no tratará de inyectártelo por las orejas, simplemente te lo ofrece como una tesis provocativa, sobre la que puedes discutir después a gusto o no. FIN DEL SPOILER, COMO DIJE, AHORA VIENEN OTROS TÓPICOS DISTINTOS.

-- El elenco está de lo más bien. El ya venerable Christopher Plummer la vuelve a hacer, casi irreconocible como el Doctor Parnassus, dotando a su personaje (que bajo su inconsciencia e incluso inocencia, es en realidad un cabrón de cuidado) de profundidad y matices. Los tres sosías de Heath Ledger (Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell), aunque se notan sus tics actorales, hacen un visible esfuerzo por actuar a la manera de Heath Ledger y no dárselas de estrellitas por banda propia, y la verdad es que les resulta, en particular a Johnny Depp, que debe hacerse un pequeño esfuerzo para reconocer cuándo se produce el cambiazo con él (una pista: las voces ayudan). Pero la verdadera sorpresa en esta peli es la desconocida Lily Cole, que con 21 añitos y con carrera previa más bien en el mundo del modelaje, dota a su personaje de una perversidad morbosa de "niña-mujer" que simplemente mata, haciendo tan suyo el rol que difícilmente podríamos ver en él a otras candidatas que se barajaron en su minuto (Jena Malone, Gemma Arterton, Romola Garai, Abbie Cornish, Mia Wasikowska...). Aún es pronto para hablar, porque cuántas estrellas en ciernes no se han echado a perder cuando se les suben los humos a la cabeza, pero viéndola actuar, a pesar de que está un tanto verde quizás, uno puede pensar en que esta chica tiene los pergaminos para engrosar la lista de modelos que consiguieron saltar a la actuación de manera tan exitosa, que hicieron olvidar sus comienzos sobre la pasarela (Kim Basinger, Jessica Lange...).

-- Si tuviera que buscar el tema de esta peli, probablemente sea "la imaginación". Tema éste muy de Terry Gilliam, cuyas pelis, sean buenas, mediocres o malas, son cualquier cosa menos faltas de ese ingrediente secreto. Lo interesante del caso es que Terry Gilliam podría haber optado por un discurso panfletario estilo "usa la fuerza, Luke", pero no. En Gilliam, la imaginación es algo terrible. Bien utilizada, bien llevada, bien controlada, es el vehículo a través del cual los personajes trascienden y se reencuentran a sí mismos, purificados de lo vulgar de la vida pedestre. Mal llevada, se transforma en pesadilla, en muerte y en destrucción, y en la peor destrucción de todas, que es ser aniquilado por tu propio enemigo interno. En esta dimensión ambigua de la imaginación, Terry Gilliam conecta muy bien con la imaginería de los cuentos de hadas. No con los cuentos de hadas a la Disney, por supuesto, en donde todo es bonito y ojalá nunca cambies, sino con los de verdad, con los de la Edad Media, cuando el mundo exterior estaba lleno de oportunidades, pero también lleno de monstruos en la sombra que acechan para matarte.

IDEAL PARA: Soñar, imaginar, soñar, imaginar, soñar, imaginar, soñar...

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [doblado al español].

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