11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 8 de abril de 2010

"Contacto en Francia II" (1975).


-- "French Connection II". Estados Unidos. Año 1975.
-- Dirección: John Frankenheimer.
-- Actuación: Gene Hackman, Fernando Rey, Bernard Fresson, Philippe Léotard, Ed Lauter, Charles Millot, Jean-Pierre Castaldi, Cathleen Nesbitt, Samantha Llorens, André Penvern, Reine Prat, Raoul Delfosse, Ham-Chau Luong, Jacques Dynam, Malek Kateb.
-- Guión: Alexander Jacobs, Robert Dillon y Laurie Dillon, basados en una historia de los dos últimos.
-- Banda Sonora: Don Ellis.

-- "Contacto en Francia II" en IMDb.
-- "Contacto en Francia II" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Popeye Doyle is back! Todos se están preguntando: ¿arde París? O mejor dicho, si arde Marsella. Resulta que Popeye es el único ser vivo sobre la Tierra (en realidad no tanto, pero es el único policía neoyorkino de guardia, eso seguro) que le ha visto la cara a... ¡¡¡CHARNIER!!! ¡¡¡UAAAAAÁ!!! ¡¡¡TENGAN MIEDO!!! Por lo tanto, lo envían a Francia para ayudar en las investigaciones. A los franchutes, maldita la gracia que les hace tener a un afuerino entrometido metido en sus narices croadoras, pero si hay algo que nos han enseñado las pelis de Hollywood a lo largo de los años, es que las policías extranjeras son burocráticas e ineficientes, y siempre necesitan al yanki de turno que vaya a arreglarles la papeleta contra la propia voluntad de los ayudados, que no se los puede dejar librados a la suerte de Dios, ¡faltaba más! El caso es que chulean y ningunean a Popeye Doyle, mientras hacen más o menos rascarse huevo sí y rascarse huevo también, en lo de la investigación de Charnier. Y como Popeye Doyle es blanco seguro, le ponen escolta. A éste, maldita la gracia que le hace, a su vez, ir escoltado puaquí pallá, así es que se deshace de la escolta. En mala hora, claro está, porque eso era justamente lo que estaba esperando Charnier. Después de todo, en la entrega anterior Popeye Doyle le liquidó un enorme negocio de drogas y si Charnier se libró, fue por los pelos (bueno, espoiler del final de la primera peli, OK, pero no se preocupen, la segunda en este caso es mejor que la primera, así es que... además ya sabían, si después de todo en la caja del DVD aparece acreditado el actor Fernando Rey como "el maloh"...). Así es que Charnier se va a vengar. A lo bruto. Metiéndole inyecciones de heroína a Popeye Doyle hasta convertirlo en un patito amarillo de tina para niñitos. ¡Y lo logra! Ahora, Popeye Doyle está absolutamente fuera de combate, inútil para todo lo que no sea meterse jeringuillas y eso, y... ¿ha ganado acaso Charnier la guerra contra las drogas? Si piensan eso, es que no conocen a Popeye Doyle. Ni a Hollywood tampoco.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Aunque ustedes no lo crean, había una época en que la gente no hablaba de hacer segundas partes para el cine. Si una estaba buena, pues bien, ahí quedaba la cosa. Piénsenlo. Hoy en día, las mentes calenturientas de los grandes estudios, después de ver a Clarke Gable enviando a Scarlett O'Hara a freir monos en "Lo que el viento se llevó", serían capaces de rodar una segunda parte que... ¡Pero, un momento! ¡SÍ LA RODARON! Fue una miniserie para televisión, vale, pero... ¡la perpetraron! Bueno, mal ejemplo. Digamos que después del final entre Humphrey Bogart e Ingrid Bergman en "Casablanca", serían capaces de sacar un trailer diciendo: "¡¡¡Sufriste y lloraste con el romance de 'Casablanca'!!! ¡¡¡Ahora sufrirás y llorarás el doble con 'Casablanca II: La aventura de la revancha strikes back'!!!". No es que no se hayan rodado segundas partes antes, pero nadie las consideraba algo respetable hasta que Francis Ford Coppola se atrevió con "El padrino II". Y es que claro, como le había quedado casi la mitad de la novela de Mario Puzo afuera, y se había forrado a premios con la primera de "El padrino", pues bien, el equipo Coppola/Puzo/Pacino repitió el golpe y volvió a forrarse. Los grandes estudios pararon la oreja. ¡Así es que la crítica, y mejor aún, el público, respondían a las segundas partes! ¡Bueno, segundas partes hasta que se cansen! Ya vendrían "Rocky II" y "El imperio contraataca", ya puestos (y con esta última, lo de "segundas partes" pasó a "trilogías", y así ha quedado hasta que algún iluminado empiece con eso de "desde siempre queríamos hacerla como una tetralogía"...). Pero la primera peli de alto presupuesto que se atrevió a generar secuela que se llame auténticamente "II" ("2", para los ignaros en números romanos que pupulan en las nuevas generaciones), fue "Contacto en Francia". Un año anterior a "El padrino", pero a diferencia de ésta, en que la secuela tardó un año, en lo otro tardó cuatro (Gene Hackman incluso no quería protagonizarla porque decía que en cuatro años, el público ya se había olvidado de los personajes y situaciones, y sería un fracaso). Bueno, eso de los números en castellano es algo complejo. Porque "El Padrino II" tenía por título original "The Godfather: Part II", así es que no cuenta como un "2" a secas. No en inglés, al menos. O sea, por una vez en la vida, al eliminar aquello de "parte 2" y convertirlo en "2" a secas, por una vez les dimos cátedra nosotros los hispanohablantes al mercado anglo sobre cómo se hacen las cosas. A cambio, ellos nos hacen consumir Coca-Cola. Por una vez que lleváramos el paso adelante.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta es una de esas segundas partes que superan a la primera. Ya en "Contacto en Francia" vimos cómo Popeye Doyle se acerca a la conexión francesa y empieza a acosarla, y nos presentaron al villano Charnier, de manera que acá se ahorran las siempre prolijas presentaciones, y la peli va derecho al grano. Con la mayor libertad que entraña no basarse ahora en material previo, sino en sacarse un guión completo de la manga ("Contacto en Francia", recordemos, se basaba en un libro), pudieron ahondar mucho más en los elementos hollywoodenses de la trama, dicho esto por una vez en la vida sin el sentido peyorativo que suele tener la calificación de "hollywoodense" en el cine. Además, tomaron la siempre socorrida idea del poli nuevo en una ciudad extraña (a Ridley Scott le seguirá pareciendo buena idea cuando manda a su poli yanki a Japón, en "Lluvia negra") para crear un montón de situaciones. La peli es por tanto más desasosegante porque el poli bueno está fuera de su elemento, y las pasa mucho más canutas. Las escenas en que Gene Hackman debe luchar contra su adicción, son de un cine recio y sólido como una casa, con un Gene Hackman inmenso como la vida. Charnier, claro, ahora es mucho más cabrón que en la primera, y por lo tanto, lo odias más y deseas aún más que, esta vez sí que sí, Doyle le ponga las manos encima de una buena vez. El resultado es que el compromiso emocional del espectador es más fácil, porque lo que en "Contacto en Francia" no era personal, eran sólo negocios, acá en la secuela sí es personal, el odio entre el poli y el narcotraficante, con todo lo que eso significa en términos de pathos. El final, claro está, es la venganza de Popeye Doyle, que ha venido larvándose nada menos que por una peli entera ("Contacto en Francia"), y la mitad de la presente, así es que es una vorágine de violencia desatada que se disfruta de principio a fin (a los disneycitos que no les guste esto, que se vuelvan a sus fantasías edulcoradas de princesas soñadoras y príncipes encantados). Además, reemplazaron al un tanto errático William Friedkin, tan capaz de genialidades como "El exorcista" como de abismos infernales como "Jade: La piel del deseo", por el siempre al pie del cañón John Frankenheimer, probablemente el mejor director de pelis de acción de todos los tiempos (con perdón de John McTiernan), y que aquí muestra todo lo que se puede hacer en materia de cine de acción bien llevado. En resumen, una peli de acción, redonda por los cuatro costados.

-- Gene Hackman. Por alguna razón que se me escapa (están majaretas, estos yankis), le dieron el Premio Oscar por su rol en "Contacto en Francia", mientras que por interpretar al mismo personaje en la secuela, de una manera mucho más rica y profunda, con muchos más matices, lo dejaron sentado en la mesa de perro. Como sea, acá Gene Hackman se manda la mejor interpretación de su poli malhablado, malespulgado y malfollado, llevándolo hasta el extremo. A su alrededor vemos a un Fernando Rey más maquiavélico y malvado que en la anterior, apareciendo lo justo y preciso, pero con eso basta para retratarlo como el cabrón bastardo que es.

-- La secuencia de acción final. Corta el aliento. Verdaderamente lo corta. Pocas veces en el cine de acción hemos visto una secuencia tan limpia y brillante, que te tenga tan al borde de la butaca como ésta. Ni siquiera en la "Contacto en Francia" original.

-- "Trae agua. Un montón" ("Bring water. A lot of it").

IDEAL PARA: Ver una de las mejores pelis de acción de todos los tiempos. Así, a secas.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

No hay comentarios.:

Seguidores