11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 30 de diciembre de 2010

"La dama y el vagabundo" (1955).


-- "Lady and the Tramp". Estados Unidos. Año 1955.
-- Dirección: Clyde Geronimi, Wilfred Jackson y Hamilton Luske.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Peggy Lee, Barbara Luddy, Larry Roberts, Bill Thompson, Bill Baucom, Stan Freberg, Verna Felton, Alan Reed, George Givot, Dal McKennon, Lee Millar, The Mellomen.
-- Guión: Primera idea de Ward Greene, con desarrollo de Erdman Penner, Joe Rinaldi, Ralph Wright y Don DaGradi, sobre un concepto de Joe Grant y Louis Pollock, ambos sin acreditar.
-- Banda Sonora: Oliver Wallace.

-- "La dama y el vagabundo" en IMDb.
-- "La dama y el vagabundo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En el ya lejano (en ese entonces medio lejano) comienzo del siglo XX, en un tranquilo y conservador poblacho del mid-USA, es Navidad, y el regalo correspondiente viene en una caja. ¿Qué tiene esto de particular? Bueno, simplemente que el regalo tiene unos pulmones de acero templado, porque es una cachorrita nada más mona, que de alguna manera se las ha arreglado para no agotar la provisión de aire adentro. El caso es que la cachorra sobrevive y la llaman Lady porque, en efecto, es una Lady. Así las malcrían, y así salen después. El caso es que pasa el tiempo, y Lady, que es la mimada #1 del mapa, pasa de pronto a estar un poco de lado, y es que sus amos humanos son unos cabronazos, que apenas ella queda preñá (la ama humana, no la Lady, claro), vamos pateando la perra. En medio de este desolador panorama aparece un galancete del tres al cuatro, porque verán, ella es una perra fina, mientras que él es uno de esos golfos salidos de alguna alcantarilla, buscavidas por más. Ya sabemos que las chicas firulís no se fijan en pelafustanes, salvo que tengan graves conflictos familiares que las lleven a perder su autoestima y demases, y la regla se cumple a rajatabla aquí: resulta que los cabrones de los amos dejan botada a la perra en manos de una tía que, a).- le importan un rábano los perros, y b).- tiene un par de gatas siamesas que, muy gatas serán y muy General Gato seré yo, pero es que son para agarrarlas a patadas por desprestigiar el buen nombre de la Gatunidad, las mosquitas muertas ésas. De manera que Lady acaba tomando el fresco de la tarde, y qué creen... Vagabundo el otro, pero no tonto, ahí está para recogerla.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Cenicientos. Quién crea que el molde se agota en la chica pobre enamorada del chico rico, more mexicanae culebronis, que mire otra vez, que el cambio de sexo es también posible. En realidad, la historia de hacer una historia de perritos rondaba a los Estudios Disney casi desde los tiempos de "Blancanieves y los siete enanitos", pero papi Walt nunca había dado el paso. Pero después de una breve racha de adaptaciones literarias ("La cenicienta", ya que estábamos, y después "Alicia en el País de las Maravillas" y "Peter Pan"), Walt Disney debió pensar que ya estaba bueno de tanta Inglaterra y tanta Europa, y era tiempo de regresar a los buenos y viejos Estados Unidos. Y así, entre pitos y flautas, "La dama y el vagabundo" acabó por transformarse en un clásico entre clásicos. Aunque sea por la dichosa escena de los tallarines con albóndigas, parodiada tantas veces que ya no tiene gracia repetir el chiste.

¿POR QUÉ VERLA?

-- No me atreveré a tanto como decir que es LA MEJOR peli Disney de todas, pero sí claramente es UNA DE LAS MEJORES DE TODAS. Aunque los Estudios Disney venían produciendo pelis de manera sistemática desde "Blancanieves y los siete enanitos", su década dorada y de mayores triunfos artísticos sin lugar a dudas que son los '50s. Esto no es raro: durante la Era Eisenhower, los Yueséi podían sentirse satisfechos de haber ganado una guerra contra los malvados nazis y transformarse en los defensores de la democracia y la libertad, mientras que las familias arrancaban de las sucias ciudades para refugiarse en los suburbios y poner a enfriar pastel de manzana en la ventana. Y Walt Disney, una de las máximas encarnaciones de ese espíritu Amerika über Alles, se mandó en aquellos años productos políticamente correctos, pero al mismo tiempo muy bien acabados, como son (repito algunas, claro) "La cenicienta", "Alicia en el País de las Maravillas", "Peter Pan", "La dama y el vagabundo", "La Bella Durmiente" y "La noche de las narices frías" (vale, ésa es de 1961, pero funciona como cierre de década, porque a la siguiente, "La espada en la piedra", Disney trataría de upgradearse un poco, aunque sin demasiado éxito, y empezaría un lento declive del que no se repondrían los Estudios hasta los '90s). Dentro de este ramillete, "La dama y el vagabundo" luce con colores propios. Siendo una historia original y no teniendo que deberse a un guión preestablecido (lo que tienen las adaptaciones de historias anteriores), hubo entera libertad para desarrollarlo a gusto. Y lo hicieron. La historia no resulta corta ni excesiva por ningún lado. Es simple, pero en ningún minuto simplona. Los personajes son carismáticos, y la evocación de época es nostálgica sin ser ñoña. Además, la historia se permite algunas crudezas no muy políticamente correctas, tratándose de una peli para niños: en algún minuto se deja caer que el Vagabundo es un mujeriego de lo peor, las escenas del niño amenazado por una rata deben haber infestado más de alguna pesadilla infantil de la época (hagan el ejercicio mental de volverse a sentir niños indefensos, y piensen ustedes en ser muertos y comidos por uno de esos bichos sucios salidos de una cloaca, a ver si no necesitan un buen Nervocalm para dormir después), la tía es más que un poco cruel con la Dama (no violencia física, pero sí acoso psicológico), y en las escenas en la perrera se hacen alusiones al destino que le esperan a los perros no recogidos. Para que después digan que las pelis de Disney son pura fantasía (ahora se venden como eso, por aquello de la publicidad y apelar a la nostalgia de los papis, pero en ese tiempo... en ESE tiempo...).

-- La historia romántica de la Dama y el Vagabundo debe ser una de las más icónicas en la Historia del Cine. Ambos personajes, a pesar de ser "una de monitos", no tienen nada que envidiarle a otros clásicos como Rhett Butler y Scarlett O'Hara, o Rick e Ilse, o Christine y el Fantasma (la versión del 2004 de "El Fantasma de la Opera", y si no me creen, véanla). ¡Y además, a diferencia de estas otras, acaba bien! (¡Vamos, qué tan grande puede ser ese spoiler, si es una Disney, no me digan que no sabían!). La insoportable cantidad de veces que se ha parodiado la dichosa escena de los perritos rodando la albóndiga con la nariz y sorbiendo el tallarín hasta besarse ha banalizado un poco este romance, pero mirando la peli entera, es una historia romántica de fuste, sin caer en ningún minuto en lo ñoño o lo sensiblero. Si no la han visto y piensan que "es para niñitos", dénle una oportunidad. Encontrarán acá mucho más romanticismo que en una de Sandra Bullock o una de... (¡¡¡AAAJ!!!) ...Jennifer López.

-- Un detalle interesante. Cuando se cuenta la historia de la Cenicienta (ceniciento, en este caso, porque no otra cosa es este vagabundo que pretende a una "de la alta"), por lo general se hace desde ese punto de vista precisamente, el de la cenicienta o ceniciento de turno. Esa es una opción lógica: la mayor parte de la gente que ve pelis son proletas, por la sencilla razón de que la mayor parte de la sociedad son proletas, y por lo tanto es más fácil que se identifiquen con el cenicient@ que con la princesa o príncipe de rigor (hay algunos ejemplos casi surrealistas de esto, como por ejemplo que en "La princesa y el sapo", que fue vendida como "la primera princesa Disney negra", en estricto rigor ella es una cenicienta y el príncipe es él... ¡y el título la llama princesa a ella!). Y sin embargo, ¿cómo sería contar esa misma historia de amor y alpinismo social, desde el punto de vista de las más altas cumbres, de la aristócrata que cae víctima del amor por alguien "menos que ella"...? Porque desde el otro lado se ve bonito, un sueño resplandeciente de apoteosis y redención social, pero, ¿y del otro lado? ¿Alguien ha contado alguna vez la historia de esa princesa que lo tenía todo y que no tiene nada que ganar con un trepa que pretende arrebatarle el corazón por un par de huesos para el desayuno? Bueno, esta peli lo hace. Es una interesante variante del cuento de la Cenicienta, y esa perspectiva nueva y fresca siempre se agradece.

IDEAL PARA: Ver una de las más grandes y sólidas historias románticas de todas.

VIDEOS.

-- Inicio de la peli [doblado al español].

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