11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 28 de noviembre de 2010

"¿Y dónde está el policía? 33 1/3: El insulto final" (1994).


-- "Naked Gun 33 1/3: The Final Insult" (título original en inglés), "Agárralo como puedas 33 1/3: el insulto final" (título en España), "La pistola desnuda 33 1/3: El insulto final" (título en Argentina). Estados Unidos. Año 1994.
-- Dirección: Peter Segal.
-- Actuación: Leslie Nielsen, Priscilla Presley, George Kennedy, O.J. Simpson, Fred Ward, Kathleen Freeman, Anna Nicole Smith, Ellen Greene, Ed Williams, Raye Birk, Matt Roe, Wylie Small, Sharon Cornell, Earl Boen, Jeff Wright.
-- Guión: Pat Proft, David Zucker y Robert LoCash, basados en la serie de televisión creada por el segundo, y por Jim Abrahams y Jerry Zucker.
-- Banda Sonora: Ira Newborn.

-- "¿Y dónde está el policía? 33 1/3: El insulto final" en IMDb.
-- "¿Y dónde está el policía? 33 1/3: El insulto final" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Papshmir is back! ¿Que quién es Papshmir? Bueno, es el árabe que en la primera entrega le encargaba a Ricardo Montalbán que planeara un atentad... er... bueno, no importa, el caso es que el malvado Papshmir ahora aparece en una prisión, para encargarle a un prisionero un atentado terrorista. La lógica de pedirle a un tipo que todavía no se ha fugado, que haga un atentado terrorista que otro tipo allá afuera podría hacer lo mismo y quizás mejor (beneficios de estar en libertad vigilada o en plan de protección a testigos), la verdad se me escapa, pero el caso es que Papshmir reaparece, y ojalá que ahora sí que se muera el **jodep***. ¿En qué estaba? Ah, sí. Papshmir haciendo un encargo terrorista. ¿Quién será el encargado de detener los malvados planes de los villanos? Si ustedes pensaban "¡Oh, debemos llamar a Frank Drebin!", piénsenlo otra vez, y no porque sea el policía más patoso de todo Los Angeles, sino también porque ya se ha retirado, y está dedicado a las labores del hogar, etcétera. Pero ahí va su antiguo par de compañeros a pedirle que haga un último trabajito: perseguir el rastro de una chica pizpireta con unas siliconas de tirar patrás a un petrolero tejano (literalmente: es Anna Nicole Smith, años antes de terminar asfixiada en su propio vómito... o así me dijeron que acabó). La chica, por supuesto, tiene conexión con el atentado terrorista que está por realizarse. Frank Drebin está a punto de iniciar su último trabajo, al menos hasta que algún iluminado decida darle luz verde a una cuarta entrega. Un último trabajo que lo llevará a hundirse en la cárcel primero, y luego a la ceremonia de los Premios Oscar, en un desesperado intento por detener un atentado terrorista que de todas maneras no significa nada después de lo de las Torres Gemelas, que eso sí fue hacer desayunar a América con Kelloggs...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Aunque ustedes no lo crean, había una época en que cuando la primera parte era buena buenísima ("¿Y dónde está el policía?", en este caso), se sacaba una segunda parte ("¿Y dónde está el policía? 2 1/2: El aroma del miedo" en este caso) que no calentaba a nadie, pero que los exec de los estudios creían que era la manera más segura de seguir explotando una franquicia. Los últimos '80s vieron así engendros tales como "Cocoon 2: El regreso", "Los cazafantasmas 2" o "Mannequin 2", que no llegaron a nada porque las primeras no sólo eran buenas en sí mismas, sino que también eran redondas y no daban mucho espacio para una secuela que no fuera un burdo remake disfrazado de "eventos posteriores" (bueno, supongo que "buena" con "Mannequin" es pasarse un poco, pero ya me entienden). En estricto rigor, pasaba algo similar con "¿Y dónde está el policía?", una peli en la cual el argumento en realidad era un pretexto para poner gag tras gag tras gag, y por lo tanto, no daba espacio para una secuela que pudiera llamarse tal. De hecho, "¿Y dónde está el policía? 2 1/2" probablemente sea la más débil de la saga, y si se sostiene, en el fondo es por una serie de situaciones y personajes recurrentes de la primera y poco más. Pero, créanlo o no, se atrevieron a perpetrar una tercera. Los productores ZAZ tenían la cosa clara acá: la cosa ya no había cómo explotarla, de manera que la tercera entrega sería el adiós y despedida. Con esto en mente, crearon una secuela digna, que consigue el milagro de independizarse en parte de la primera, y si bien está lejos de ser perfecta, al menos tiene elementos propios que la hacen interesante y divertida para un visionado. Bueno, a diferencia de la primera entrega de la franquicia, quizás para sólo UN visionado, y puede que no aguante un segundo o un tercer visionado. Pero un visionado al menos. (Por cierto, corre el rumor de que quieren hacer una "¿Y dónde está el policía? 4". Me atrevo a sugerir el tagline: "Dios nos pille confesados"). (UPGRADE SEPT-2011: Más aún desde que falleció el único y original Frank Drebin que es Leslie Nielsen, porque más de algún lumbreras pensará en un remake con Steve Martin en el rol...).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es la despedida de la franquicia, al menos hasta que algún jackass de Hollywood decida financiar una completamente extemporánea y anacrónica cuarta parte (¡o peor aún, un reboot con Taylor Lautner como Frank Drebin!). Y una digna despedida. A diferencia de la segunda entrega, que trataba de meter con calzador los elementos que hicieron buena a la primera (incluyendo el reemplazo de la alcaldesa por una comisionada de policía que es más o menos el mismo papel con diferente personaje y actriz), acá la tercera se desmarca por completo de esos referentes y deja evolucionar a los personajes y la franquicia. Frank Drebin ahora está retirado de la policía, y enfrenta problemas con adaptarse a la vida de jubilado, y el guión consigue que todo esto no caiga en el dramón ni en el intento de profundizar en el personaje que hubiera arruinado a la peli (y que tanto hizo por hundir, por ejemplo, a "Los ángeles de Charlie 2: Al límite", matando todo lo que de divertido tenía la primera). Además, conscientes de que la fórmula de parodiar el policial ya estaba agotada, se dirigieron hacia el género carcelario, y si bien no están tan geniales acá como en lo otro, tampoco insisten demasiado y con eso consiguen que las mejores secuencias sean buenas, y las peores, a lo menos soportables. Un airecillo fresco que se agradece. Quizás el único bajón de la peli sea la subtrama de Priscilla Presley parodiando a "Thelma y Louise", básicamente porque esa peli está pasada de moda y por lo tanto tomarla para el cachondeo se ve y huele a outdated. Además, el humor ahora ya no se refiere tanto a códigos de género (salvo la secuencia carcelaria), sino a pelis más específicas, y en esto, como que marca el camino hacia el futuro ("Una película de miedo", "Epic Movie", "Spanish Movie", etcétera), a la vez que hace a sus chistes más perecederos en el tiempo (si no has visto los dibus de Beavis and Butthead, no entenderás porque Rocco en un momento se ríe como tonto, por ejemplo). Por cierto, este fue el debut directorial de Peter Segal, tipo que desde ese entonces se ha vuelto a descargar con alguna otra comedia discreta ("El superagente 86"), además de aterrorizar a las audiencias con infraproductos como "El profesor chiflado 2", "Locos de ira" o "Como si fuera la primera vez".

-- Es una peli que no puede dejar de emocionar a los amantes del cine, en su tramo final, en que agarran para el reverendo cachondeo la ceremonia de los Premios Oscar. Las pelis que se rían de las grandezas y miserias del cine (no que parodien pelis en tanto pelis, que eso sí se acepta porque es publicidad gratis, sino tomarle el pelo a la infragente de Hollywood en tanto infragente) son escasas porque rodar una peli así implica básicamente morder la mano que te alimenta. Es cierto que tenemos "El pez gordo" o "Tropic Thunder", por ejemplo, pero pelis así son excepcionales, porque debes ser un tipo con agallas como Robert Altman o un payaso como Ben Stiller para que te dejen pasar la jugada. No en balde, cuando se trata de hacer, muchas veces lo hacen desde el drama decadente para que a la gente no le guste ("El ocaso de una estrella", "El maullido del gato", "El camino de los sueños", "Imperio"...), y así la crítica antiHollywood pase soplada entre los pliegues. Acá, los ZAZ despiden su franquicia estrella y más exitosa, agarrando para el reverendo hueveo (perdóneseme el chilenismo, pero así es como es) a toda esa feria de las vanidades que es la ceremonia de los Premios Oscar. La receta es simple: pongamos al patoso Frank Drebin a arruinar la ceremonia, y con las caras de escándalo de las estrellas, luminarias, productores y personal técnico, mostramos como todo eso no es más que oropel y chimuchinas. O como hacer media peli con lo que en "La fiesta inolvidable" con Peter Sellers eran apenas unos minutillos de precréditos. Además, por una cuestión de presupuesto, seguramente no pudieron contar con ninguno de los grandes, así es que con tener estrellas venidas a menos o viejas glorias cobrando el cheque por interpretarse a sí mismos, la atmósfera general de esa secuencia es de aún más decadencia si es que cabe. O sea, tienes en una misma peli a la decadencia misma que es Anna Nicole Smith, y a Rachel Welch ya viejona e interpretándose a sí misma como una estrella pagada que todavía estuviera en su cuarto de hora. Y cuando Frank Drebin trata de meterse, no imposta a ningún respetado, sino a Weird Al Yankovic (muy respetado en Cine 9009 por haber rodado la visionaria "Los telelocos", que conste para el registro), que así aprovecha de hacer su tercer cameo en la franquicia (en la segunda salía, pero no interpretándose a sí mismo). Los pequeños segmentos en que, so pretexto de los cortos para promocionar las pelis candidatas, se ríen de las pelis engoladas (ese musical sobre Teresa de Calcuta, ese "Parque Geriátrico"...), son joyitas en sí mismas. Casi hasta dan ganas de que el puñetero terrorista los vuele a todos al infierno de Alá o algo peor. El momento sangrante: cuando Priscilla Presley (que en los '80s actuó en el afamado culebrón "Dallas", conste) se manda un muy sentido discurso como palabras finales, y el productor comenta que "y decían que no sabía hacer drama"... Si eres un cultureta de mierda, claro que todo esto no te hará gracia, porque no es SERIO, o no es comedia SERIA, pero si amas el cine por lo que es, así como lo amamos desde acá en Cine 9009, y lo tomas como a una chica, o sea, como lo que es y a sabiendas de que no podrá ni querrá nunca ser algo mejor la pobrecita, entonces no podrás dejar de emocionarte hasta las lágrimas con toda esta secuencia, uno de los más demoledores ataques contra la vanidad hollywoodense jamás perpetrados, amén.

-- Hablemos del grupo. Leslie Nielsen como de costumbre se desayuna, merienda y cena la peli con su caracterización de Frank Drebin. Por su parte, y a diferencia de las entregas anteriores, en que Priscilla Presley es un eslabón fundamental de la trama, agarrando para el divino cachondeo las subtramas románticas de las pelis policiales, acá es una viejorra histérica incluida con calzador en la trama, y más que nada porque era impensable no tenerla en la peli. La participación de George Kennedy y O.J. Simpson es también casi testimonial, porque en una subtrama carcelaria no tienen mucho quehacer, y en la secuencia de los Oscar tampoco, aparte de ser el apoyo del héroe, pero su presencia es siempre bienvenida (además es probablemente la última para O.J. aunque hagan una cuarta, porque al año siguiente vino lo de su esposa que apareció muriciada en su casa y el juicio y todo eso, y tan niñito bueno que se veía...). Fred Ward es una interesante opción como villano, y ya dijimos que reaparece Papshmir, interpretado nuevamente por Raye Birk. Pero el gran hallazgo de esta peli es Anna Nicole Smith, que es y se sabe una estrella decadente y de mal gusto, y en esta peli se parodia sangrantemente y sin compasión a sí misma (a diferencia de las siempre más relamidas y poseras Pamela Anderson, Carmen Electra y otras contemporáneas siliconizadas varias), estando sus secuencias con mucho entre lo más divertido de la peli (además, visto en retrospectiva, como murió la pobre... no, acabo de chequear, no se ahogó en su propio vómito).

IDEAL PARA: Ver una comedia ligera y relajada en una de esas tardes o noches.

VIDEOS.

-- Trailer de la peil [en inglés, sin subtítulos].



-- Secuencia de precréditos de la peli [en inglés, sin subtítulos].



-- Madre Teresa: The Musical [en inglés, sin subtítulos].

viernes, 26 de noviembre de 2010

"¿Y dónde está el policía? 2 1/2: El aroma del miedo" (1991).


-- "The Naked Gun 2½: The Smell of Fear" (título original en inglés), "Agárralo como puedas 2 1/2: el aroma del miedo" (título en España), "La pistola desnuda 2 1/2: El aroma del miedo" (título en Argentina). Estados Unidos. Año 1991.
-- Dirección: David Zucker.
-- Actuación: Leslie Nielsen, Priscilla Presley, George Kennedy, O.J. Simpson, Robert Goulet, Richard Griffiths, Jacqueline Brookes, Anthony James, Lloyd Bochner, Tim O'Connor, Peter Mark Richman, Ed Williams, John Roarke, Margery Ross, Peter Van Norden.
-- Guión: David Zucker y Pat Proft, basados en la serie televisiva creada por el primero y por Jim Abrahams y Jerry Zucker.
-- Banda Sonora: Ira Newborn.

-- "¿Y dónde está el policía? 2 1/2: El aroma del miedo" en IMDb.
-- "¿Y dónde está el policía? 2 1/2: El aroma del miedo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La Casa Blanca, Washington D.C., en el Planeta Tierra. El Presidente George Bush (el mediocre, o sea el padre, no el fatal que fue el hijo) ha convocado a una reunión para discutir políticas energéticas, etcétera. Pero ahí está presente... ¡Frank Drebin! ¡El policía más torpe y patoso que ha producido el cine desde el Inspector Clouseau! Bien, dejémoslos un rato y vayamos a una oficina en donde un paralítico gordo y genio de la energética ha contratado a la antigua chica de Drebin, que han roto, pero que sigue enamorada de él, etcétera (así son, pues, vayan tomando molde). De pronto, ¡¡¡KABOOOOOOMMMMMM!!!, explosión y todo salta por los aires. La chica sigue viva y el científico también, vale, pero ahora la investigación queda en manos de Frank Drebin. La chica y Drebin vuelven a cruzar así sus caminos. Mientras tanto, una coalición de malvados villanos salidos de la Escuela de Contaminadores Energéticos Montgomery Burns, busca un plan maestro para impedir que el paralítico ya mencionado dé un discurso a favor de las energías renovables. Y el villano supremo desarrolla entonces su plan: secuestrar al paralítico y reemplazarlo por un doble que abogue a favor de las políticas energéticas de toda la vida (carbón, petróleo, a darle átomos). ¿Conseguirá Frank Drebin detener los malvados planes de los villanos? ¿Estará la seguridad energética americana segura? ¿Conseguirá George Bush padre ganar la reelección? (¡JA! Esa última de mi parte fue cruel).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

El trío ZAZ (Zucker, Abrahams, Zucker, ya pueden ir haciendo los chistes que quieran con esos apellidos) se transformó en emblemático de la comedia ochentera. La clave fue un sentido del humor altamente desarrollado, que aprovechaba todos los recursos de la parodia para crear situaciones surrealistas que cuestionaban altamente a la sociedad actual. En muchos sentidos, las pelis de ZAZ fueron precursoras de la corrosiva crítica social de "Los Simpsons". Pero después de exitazos como "¿Y dónde está el piloto?", "Top Secret" e "¿Y dónde está el policía?", tendieron a separar aguas. Jerry Zucker trató de reconvertirse en director serio, y parió cosas como "Ghost", "Primer caballero" (sí, ese esperpento pseudoarturiano con Sean Connery y Richard Gere) y "Ratas a la carrera". Jim Abrahams por su parte parió otra de sátiras ("Loca Academia de Pilotos" y "Loca Academia de Pilotos 2: En la selva"), antes de regresar con su viejo compañero David Zucker en "Una película de miedo 4". Y éste, por su parte, siguió explotando el tema de las parodias a destajo con las dos secuelas de "¿Y dónde está el policía?" (la que nos ocupa, e "¿Y dónde está el policía 33 1/3: El insulto final"), "Aprende como puedas" y "Una película de miedo 3" y "Una película de miedo 4" (y omitamos algunas otras cosas). Volviendo a los que nos ocupa, la franquicia del inefable Frank Drebin se resintió lo suyo con esta repartición de funciones. Porque aunque los tres ZAZ aparecen como productores ejecutivos, el trabajo recayó casi todo en David Zucker y el guionista mercenario contratado en "¿Y dónde está el policía?", y el resultado final se resiente. Otro caso de querer morder más de lo que se puede masticar. En fin.

¿POR QUÉ VERLA?

-- A las claras de que "¿Y dónde está el policía?" es una obra maestra que debe ser defendida de las sarmentosas garras de la crítica cultureta con samurais y yihadistas si fuere preciso, en el nombre de la Civilización Occidental, el debate entre quienes sabemos de cine acerca de cuál es la peor de la saga se centra en la segunda o en la tercera entregas. Servidor quien esto escribe, en su humild... (er... no, ese no soy yo, tachemos el "humilde"), quien esto escribe, en su muy informada y erudita opinión, sostiene la tesis de que la segunda es la peor de la saga. Bueno, no es que "¿Y dónde está el policía? 33 1/3: El insulto final" sea la Capilla Sixtina de las comedias fílmicas, pero al menos trata de ser una peli por derecho propio, con sus aciertos y errores, y no meramente una secuela como ésta. Porque acá todo respira a repetición de fórmula. Tenemos el plan del villano sacado de una peli antigua (en "¿Y dónde está el policía?" el plan venía de "Teléfono", y acá viene de "El premio", a mi gusto), el villano mismo es un calco del interpretado por Ricardo Montalbán en la primera (y no es que Robert Goulet no se esfuerce, pero es que Montalbán era mucho Montalbán, pues hombre), y los chistes en general están menos inspirados. No quiero decir que esta peli sea mala. De hecho no lo es, y como comedia aporta sus buenas risas y es cumplidora. El problema es que la primera era, lo repetiré aquí (y quienes son asiduos lectores de Cine 9009 saben que no uso esa expresión con demasiada frecuencia), una obra maestra. Y ésta trata desesperadamente de aferrarse a la misma, y en la comparación sale inevitablemente perdiendo. Lo dicho: el guión de la otra era a cuatro cabezas que se desmadraron de lo lindo, mientras que aquí sólo trabajaron dos, así es que sólo hay la mitad de chistes, o son la mitad de graciosos, tárjese lo que no proceda.

-- Si la peli anterior tenía un feeling muy '80s, esta peli ya se adentra decididamente en los '90s. Después de todo, vemos a George Bush, y es imposible no asociarle con los '90s, aunque sea porque George Bush es uno de los enemigos mortales de la lista negra del noventero Homero J. Simpson. También ayuda que la peli no parodia códigos narrativos propios de pelis ochenteras, como "¿Y dónde está el policía?" (¿recuerdan esa happy secuencia videoclipera para enhebrar el romance de los protas, en la otra?), sino que se ubica a sí misma en una dimensión atemporal de humor surrealista y absurdo. Esto es lo que ayuda a mantenerla a flote, a pesar de sus obvias falencias desde el sentido del humor.

-- A diferencia de la peli anterior, en que era difícil elegir sólo algunas secuencias buenas, el que acá sea tan irregular permite hacer selección. Veamos. Tenemos la gran secuencia en el que el sufrido Nordberg vuelve a palmarla, ahora tratando de instalar un dispositivo de espionaje (no diré más, véanlo), o la delirantemente rebuscada muerte del villano y toda esa secuencia final en general. Y el golpe bajo que es cuando Frank Drebin clama porque ojalá que en un futuro, los demócratas presenten por fin a un candidato por el que valga la pena votar (los demos venían saliendo del papelón con Michael Dukakis, y estaban todavía a un año de ganar la Presidencia con Bill "Pene Travieso" Clinton, y con Barack Obama todavía no porque estaba yendo al jardín de infantes en ese tiempo).

IDEAL PARA: Quienes quedaron rayando con la primera y quieran un nuevo chute de Frank Drebin.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

martes, 23 de noviembre de 2010

"¿Y dónde está el policía?" (1988).


-- "The Naked Gun: From the Files of Police Squad!" (título original en inglés), "Agárralo como puedas" (título en España), "La pistola desnuda" (título en Argentina). Estados Unidos. Año 1988.
-- Dirección: David Zucker.
-- Actuación: Leslie Nielsen, Priscilla Presley, Ricardo Montalban, George Kennedy, O.J. Simpson, Susan Beaubian, Nancy Marchand, Raye Birk, Jeannette Charles, Ed Williams, Tiny Ron, 'Weird Al' Yankovic, Leslie Maier, Winifred Freedman, Joe Grifasi.
-- Guión: Jerry Zucker, Jim Abrahams, David Zucker y Pat Proft, basados en la serie de televisión creada por los tres primeros.
-- Banda Sonora: Ira Newborn.

-- "¿Y dónde está el policía?" en IMDb.
-- "¿Y dónde está el policía?" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Beirut, Medio Oriente. En medio de los infaltables wassa-allah-ahaliyah-illah-allah que plagan toda peli ochentera con escena en el Medio Oriente, asistimos a una reunión de la Liga de Supervillanos Ochenteros Islámicos en pleno: Idi Amin, Muamar Gadafi (sorry, sé que no se escribe así, pero ando flojo para buscar la grafía correcta en la Wikip-), Yaser Arafat, y el malvado más malvado de todos, que es el Ayatolah Jomeini, que según todas las pelis y noticiarios del mundo, era un cabrón de cuidado al que SuperRR el Vaquero de Teflón mantenía a raya. ¡Ah! Y con Mijail Gorbachev de invitado sorpresa. De pronto, después de discutir planes y planes, se levanta el Ayatolah Jomeini para hablar, con música ominosa para que veamos que es maloh bien maloh, acerca de un atentado contra Estados Unidos... (así, con puntos suspensivos) El Gran Satán... caiga de rodillas... etcétera. Y entonces viene un ataque demoledor y decisivo de parte del superagente... ¿007? ¡No, señores! ¡Es Enrico Palazzo! Er... No, me equivoqué de peli. ¡No, no me equivoqué de peli! ¡Es Frank Drebin! ¡Y les da una paliza! ¡Y los amenaza con que no vuelvan a América! Pero cuando Frank Drebin regresa a América, a Los Angeles, las cosas no andan bien. Su señora lo ha dejado, y su mejor amigo, un negrito con cara de muy simpático (O.J. Simpson, varios años antes de que le hicieran el famoso Juicio Simpson ése y se transformara en el malvado negro ése al que sacaron con abogados de las fauces de la pena capital) le hacen un atentado que lo manda al hospital. Frank Drebin se pone a investigar, y descubre lo impensado: mientras la Reina de Inglaterra visita Los Angeles, el villano hipervillano ha planificado un atentado terrorista que convertirá a Carlos y Diana automáticamente en reyes de Inglaterra... (bueno, no se los menciona, pero en esa época no se habían divorciado, y aún Elton John no le cantaba eso de la vela en el viento y etcétera. Qué años locos aquéllos). ¿Podrá el patosísimo Frank Drebin detener los malvados planes de...? Bueno, a quién le importa, si el asunto aquí es reirse a carcajadas.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

ZAZ podría ser la sigla de una bofetada en ésa del Batman setentero, pero para los que de verdad sabemos de cine (o sea, los que nos hemos librado de la intoxicación cinemarxista de Cahiers du Cinema), es también las iniciales de Zucker, Abrahams y Zucker, tres judíos muy simpáticos que unieron fuerzas (bueno, los Zucker son hermanos, y por favor, no hagan un chiste cachondo reemplazando la Z con la S, que éstos tipos nos han legado algunas magníficas pelis a la posteridad... resérvense eso para el prota de "Red social") para renovar de golpe la alicaída comedia ochentera. Bueno, la comedia es un género siempre alicaído, porque es uno de los más difíciles ever, pero ya me entienden el punto. El caso es que los ZAZ se marcaron un primer tanto con la duología "¿Y dónde está el piloto?" e "¿Y dónde está el piloto? II", en la que aporreaban a mansalva las pelis de catástrofes setenteras, antes de lanzarse con la que es su obra maestra, la joya de la corona, que es la trilogía de "¿Y dónde está el policía?" y secuelas. Bueno, admitámoslo, la realmente buena es la primera, y las otras dos se suben un poco al carro tirado por la locotomora principal, pero sigue siendo la joya de la corona. El caso es que "¿Y dónde está el policía?" se convirtió en un clásico instantáneo, transformándose en una de las mejores comedias de la Historia del Cine, consagrando a Leslie Nielsen, y haciendo ingresar a Frank Drebin al panteón de personajes inmortales del cine. Y que los fanáticos del cine continental europeo se queden con sus camellos de ojos llorosos y su maiqueljanequismo, que nosotros preferimos cine del bueno, del que como dice el cliché, "nos hace reir y llorar", del que en definitiva más se parece a la vida tal y como es (o sea, al absurdo existencialista a lo Sartre/Camus... ¡Por Bastet: Drebin y Camus! ¡Es verdad, los extremos se tocan).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Ya lo dije, y lo repito. Puede que a los culturetas de toda la vida no les guste lo que voy a decir, pero "¿Y dónde está el policía?" no tiene nada que desmerecerle a las comedias de Charles Chaplin o a las de Billy Wilder o a las de Peter Sellers. Por el contrario, puede lidiar de tú a tú con ellas, y no hay Top Ten de comedias fílmicas que tenga algún sentido si no la incluye dentro del ranking. La clave para haber creado esta obra maestra del descacharre, cuya magia es la envidia y la desesperación de tantos wannabies posteriores ("Una película de miedo", "No es otra tonta película americana", y un largo etcétera, muchos de ellos perpetrados por Leslie Nielsen ganando sus cheques repitiéndose hasta la autoparodia), es que tuvieron la inteligencia de tomar para el reverendo cachondeo no a pelis específicas (aunque varias de ellas circulan por ahí en el subtexto: "Teléfono" con Charles Bronson, "Pelotón"...), sino a un género entero, cual es el policial de toda la vida, desde el Cine Noir a lo Humphrey Bogart (si has visto "El Halcón Maltés" o "Casablanca" y después ves a Leslie Nielsen imitando sus modales y entonación de voz, sabrás de lo que hablo) hasta la acción setentera por entonces aún de cierta actualidad (la ochentera a lo "Comando" o "Arma mortal" ya se escapa de sus coordenadas, por una cuestión de cronología). En esto, gana con gol de arco a arco sobre otras pelis que se limitan a tomar las escenas más chulas de pelis recientes e hilvanarlas para sacar una carcajada forzada del respetable por identificación ("Epic Movie", "Disaster Movie"...). Y lo hace con un ingenio desternillante. ¿Alguna vez habías visto una persecusión policial en el vehículo de una escuela de conducir, acaso...? ¿O esa conferencia de prensa en la que Leslie Nielsen se escabulle para...? En el fondo, la intriga completa de la peli no tiene mucho sentido, y el plan malvado del villano tiene una cantidad de agujeros lógicos del tamaño de una catedral (¿cómo se las apaña el villano para instruir a su asesino sobre cuál es la víctima a la que debe eliminar?), pero eso realmente no tiene ninguna importancia, porque la trama no es más que la excusa para enhebrar una hilera de chistes sangrantes a velocidad de ametralladora. Si nunca has visto esta peli, entonces te puedo decir a las claras que te sorprenderás, porque la peli tiene el ingenio necesario para siempre tomarte por sorpresa, dar vuelta los códigos, tener alguna salida inesperada. E incluso viéndola varias veces, tiene el enorme mérito de que descubres nuevos chistes y gags que se te habían pasado inadvertidos en una primera pasada. Si esta capacidad de sorprender, agradar, divertir y mantener al público en vilo no es el sello o marca de lo que deba ser una obra maestra del cine, entonces no sé qué pueda serlo.

-- Leslie Nielsen. Digamos algunas palabras sobre este actorazo, también uno de los grandes de Hollywood, nunca suficientemente reconocido, que en los '50s iba de galán guaperas (¡!)... ¡Si hasta fue una especie de chulo Capitán Kirk en borrador, en la peli SciFi "Planeta prohibido" de 1956!, y más adelante puso tanto su físico como su presencia actoral al servicio de roles de carácter (también fue el malogrado capitán del barco tumbado por la ola, en "La aventura del Poseidón"). Pero hasta ese entonces nadie lo reconocía demasiado. Si no me creen, háganse el favor de repasar esos roles, que sirve de manera encomiable a pesar de lo estereotipados o secundarios que sean. Increíblemente, considerando su talento actoral, nadie apostó por él para convertirlo en una megaestrella, y ya bien pasada la cincuentena, comenzó a cimentarse un nombre interpretando al médico surrealista de "¿Y dónde está el piloto?", aunque ahí era una especie de secundario de lujo (el prota era Robert Hays, a quién después el celuloide se lo tragó). "¿Y dónde está el policía?" no es en puridad el primer protagónico de Nielsen, pero sí el que lo consagró e hizo saltar a la palestra, a sus tardíos (entonces) 62 años. El resto es historia: se convirtió en el clown de las parodias en Hollywood, perdiéndose en pelis cada vez más lastimosas como "Duro de espiar", "Míster Magoo", "Injustamente acusado", "Una película de miedo 3", ¡"Spanish Movie"!... Pero el papel de Leslie Nielsen es y siempre será el inolvidablemente patoso Frank Drebin, un policía torpe y metepatas, incapaz de darse cuenta de su propia estupidez, siempre metido en catástrofes que bordean lo surrealista (muy en la vena de ese otro grande que es Peter Sellers interpretando al Inspector Clouseau), pero al que Nielsen infunde un enorme espíritu y dignidad, que lo redimen de todos sus pecados. En definitiva, ésa es la madera de la que están hechos los héroes.

-- El resto del elenco está superlativo. Priscilla Presley está magnífica en el que probablemente sea el único rol que la posteridad recordará de ella (y acá está en su punto, mientras que en las secuelas, algo pasa que no termina de cuajar). Ricardo Montalban, que ya había interpretado al celebrado villano Khan en "Viaje a las Estrellas II: La ira de Khan", se manda otro malvado memorable, aprovechando que está en una comedia para darle rienda suelta a toda su truculencia. George Kennedy, el entrañable e inevitable operario de aeropuerto Patroni de las sagas aeropuertoriles ("Aeropuerto" y secuelas), se complementa a la perfección con Nielsen como el capitán de policía que le da apoyo en parte porque él mismo también es un tanto patoso, de manera inadvertida, claro. O.J. Simpson, que hoy en día es conocido por la más que turbia muerte de su señora y el juicio subsiguiente, pero que en esos años tenía un cierto currículum cinematográfico como "chico bueno", (fue el jefe de seguridad del edificio que se va al carajo en "Infierno en la torre", y es que en una de catástrofes setentera, al negro tenía que pasarle), interpreta de manera genial a Nordberg en sus poquitas escenas (se la pasa casi toda la peli en el hospital, el pobre), y la secuencia inicial en que trata de hacer una redada contra un barco es una explosión de risas aseguradas. Mencionemos también el cameo de Weird Al Yankovic, que de alguna manera u otra se las arregló para estar metido también en las secuelas (bueno, en "¿Y dónde está el policía? 33 1/3" aparece como él, porque en "¿Y dónde está el policía? 2 1/2" interpreta a otro personaje). Nancy Marchand, por su parte, como la alcaldesa de Los Angeles teniendo que aguantar constantemente los desmadres de Frank Drebin, está lisa y llanamente genial. Mención especial para Jeannette Charles, una mujer que debido a su parecido físico se especializó en personificar a la Reina Isabel II de Inglaterra con una eficacia rayana en la que mostró Helen Mirren en "La Reina" (aparece también en "Vacaciones en Europa" y "Austin Powers en Goldmember"), y que realmente da hasta cuco de que haya alguien así allá afuera imitándote a tí, a ver a cuánta gente podría engañar. Y para Raye Birk como Papshmir, el malvado árabe jefe de la conspiración que, me mandaré un spoiler no demasiado importante aquí, reaparecerá después preparando otro complot en "¿Y dónde está el policía? 33 1/3: El insulto final".

-- Una nota sobre lo subido del humor. Fiel al ochenterismo de la época, la peli tiene chistes bastante subidos de tono, con una fuerte carga erótica y sexual. Y sin embargo, esta peli consigue la alquimia de ser picaresca, sin caer nunca en la grosería ni el mal gusto. Los chistes son directos, sin medias tintas, pero siempre elegantes, y eso es algo que se agradece si se lo compara con el cine de hoy, que cuando trata de ponerse sexual, cae irremisiblemente en lo chabacano ("Una película de miedo", "No es otra película de amor").

-- Secuencias memorables. Lo siento, no puedo mencionar una en particular, todas están demasiado bien, y no quiero mandarme ningún spoiler que impida a mis atentos lectores el disfrutar de manera prístina y virgen de esta peli.

IDEAL PARA: Desternillarte de risa.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



-- Secuencia inicial [en inglés, sin subtítulos].



-- Persecusión policial [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 21 de noviembre de 2010

"Indiana Jones y la última Cruzada" (1989).


-- "Indiana Jones and the Last Crusade". Estados Unidos. Año 1989.
-- Dirección: Steven Spielberg.
-- Actuación: Harrison Ford, Sean Connery, Denholm Elliott, Alison Doody, John Rhys-Davies, Julian Glover, River Phoenix, Michael Byrne, Kevork Malikyan, Robert Eddison, Richard Young, Alexei Sayle, Alex Hyde-White, Paul Maxwell, Isla Blair.
-- Guión: Jeffrey Boam, basado en una historia de Menno Meyjes y George Lucas, sobre los personajes de este último y de Philip Kaufman.
-- Banda Sonora: John Williams.

-- "Indiana Jones y la última Cruzada" en IMDb.
-- "Indiana Jones y la última Cruzada" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

1912. Un chico boy scout de pronto hace un descubrimiento: ¡malvados ladrones de tumbas como él mismo lo será años después, están tratando de hacerse con la Cruz de Coronado! Pero por supuesto que no les dejará salirse con la suya. Aunque tenga que hacer buenas todas las proezas que tanto harán por magullarlo en su vida adulta. Y una vez que lo ha logrado, va hacia papi para que lo auxilie, y el desgraciao lo único que hace es ponerlo a contar de 1 a 20... en griego. Y cuando el otro empieza "ένα, δύο, τρία...", es interrumpido por el sheriff, que trabaja para el ladrón de tumbas en primer lugar. Damn it. Pero no importa: aunque le arrebatan la Cruz de Coronado, el ladrón de tumbas le da algo más importante, que es la confianza en sí mismo, etcétera, algo que le servirá mucho para arrostrar caídas, golpes, torceduras, magulladuras, ETSs, etcétera, en lo sucesivo, a... ¡Indiana Jones! Que años después todavía sigue obsesionado con tratar de hacerse con la Cruz de Coronado. Para cuando termina la dichosa batalla por la condenada Cruz (perdóname por la blasfemia, si existes, Oh, Señor de los Cristianos, utilizo el adjetivo "condenada" para describir a la reliquia y no a la Cruz en sí, claro está), ya hay un nuevo assignment. Un importante donante de la Universidad le pide su ayuda para desentrañar ciertas pistas alrededor del misterio del Santo Grial, cuyo rastro se pierde en Venecia después de que un experto enviado allá desapareciera sin dejar rastro. Indiana Jones, que a estas alturas del partido está harto del papi que no le sacaba las castañas del fuego cuando crío, le dice que se dirigió al Jones equivocado, que el Jones del Grial es su padre. Sí, le dice el donante, resulta que ese es el experto que desapareció sin dejar rastro. Ahora, Indiana Jones está a la búsqueda de la reliquia más importante de todos los tiempos. ¿El Santo Grial, el cáliz de la Ultima Cena, la copa en que Jesucristo bebió la sangre que será derramada por todos vosotros, el más importante legado arqueológico de la Cristiandad a la posteridad...? ¡Por supuesto que no! ¡Me refiero a Sean Connery!

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Cada una de las Indiana Jones anteriores ("Los cazadores del Arca perdida" e "Indiana Jones y el Templo de la Perdición") había nada menos que decuplicado su valor. Claro, eran las cosas que se conseguían cuando rodabas blockbusters con 20-50 millones de presupuesto, por mucho ajuste de inflación que le metan, en vez de engolfarte con 200-250, que los ingresos se mantienen más o menos lo mismo, pero el margen de utilidades es cada vez menor. Pensar en una tercera no era cuestión de si sí o no, sino de cuándo. Pero Steven Spielberg se resistía a regresar, en particular después de lo disconforme que quedó con esa especie de terapia psicológica antidivorcios que fue poner a Kate Capshaw de fémina histérica en "Indiana Jones y el Templo de la Perdición" (y después se casó con ella, cabrón...), y fue después de mucho convencimiento de que consiguió regresar. George Lucas, para variar, trataba de meter idea tras idea chorra. Concretamente, el Santo Grial en una casa embrujada de Escocia como prólogo para la peli principal. Steven Spielberg tuvo el buen olfato de darse cuenta (lo que cualquier persona con dos dedos de frente ve, en todo caso) que el Santo Grial era lo suficientemente potente para que fuera el plato de fondo, que si pones al Santo Grial de prólogo y después al pergamino en que se firmó la independencia de Liberia después, es como poner a los Rolling Stones como teloneros de David Hasselhoff. Además, la saga de Indiana Jones se beneficia con la acción a todo trapo en espacios abiertos, justamente lo que una trama de casas embrujadas se cargaría en dos tiempos (ahí tienen "Indiana Jones y el Templo de la Perdición", con su imposible palacio-catacumba-templo-mina-desfiladero todo por el precio de uno). Finalmente, Steven Spielberg decidió que ya estaba bueno de homenajear al cine clásico de aventuras norteafricanas ("Los cazadores del Arca perdida") ni al subgénero del imperialismo británico en la India ("Indiana Jones y el Templo de la Perdición"), y ahora tomarían todos los elementos de la mitología Indiana Jones y harían una peli que se sostuviera por sí misma más allá del homenaje, sin referentes externos. Así es que, sin rubor alguno, le metieron Jones por dos: Indiana Jones y su padre. Y como Steven Spielberg había rodado Indiana Jones para tener su propio James Bond, resulta que llamó al James Bond único y original, a Sean Connery himself, como papi de Harrison Ford (a pesar de que Connery es apenas 12 años más viejo que Ford... ¡misterios de Hollywood!). El resultado fue un peliculón que dejó la vara tan alta para Indiana Jones, que a pesar de reventar la taquilla en el mismo año que atacó "Batman", ahí es nada, se tardaron otros 19 años en rodar una cuarta parte, y cuando llegó ésta, fue la más normalita "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal".

¿POR QUÉ VERLA?

-- Mientras que "Indiana Jones y el Templo de la Perdición" e "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal" son pelis de aventuras y punto, y "Los cazadores del Arca perdida" es una grandiosa peli de aventuras, "Indiana Jones y la última Cruzada" es una grandiosa peli a secas, de lo mejor que ha salido de Hollywood y de la entera industria del cine desde 1895 a la fecha. Sigue siendo una peli de aventuras y un folletín en toda regla, eso de acuerdo, pero ahora la tripleta Spielberg/Lucas/Ford (bueno, ellos y John Williams en el soundtrack, y Douglas Slocombe en la magnífica fotografía, y Pat Roach en los cameos, y vaya uno a saber qué otro esforzado y anónimo héroe más, que ésos no suelen salir en las noticias...) está tan a caballo con el personaje y su universo narrativo, que lo aprovechan para verter ideas mucho más profundas. El Santo Grial sigue siendo un mcguffin, algo puesto para que los buenos y los malos se den tanda mutuamente hasta el shootdown final, pero a diferencia de "Los cazadores del Arca perdida" e "Indiana Jones y el Templo de la Perdición", en donde el Arca o las piedras Sankara eran poco más que eso, acá se transfigura, nunca mejor dicho, un poco en plan "Excalibur", en la metáfora de la búsqueda misma. Mientras que el Arca de la Alianza representa la Furia de Dios, y las piedras Sankara son ambivalentes (sirven para el bien en buenas manos, para el mal en malas), el Grial es una especie de espejo de lo mejor del alma humana. Como bien apuntan cada uno en su momento, Marcus Brody y Sean Connery: la búsqueda del Grial representa en realidad la prosecusión de lo mejor que posee el ser humano, su más elevado y sublime instinto. No por nada, Richard Wagner se despidió con el "Parsifal", que iba de lo mismo, y la leyenda artúrica no sería más que una aburrida crónica de espadachines dándose de mandobles si no estuviera el jodido Grial de por medio (y por Robert Langdon y "El Código Da Vinci" ya no hablemos, que por algo rodaron ésta antes que "Angeles y demonios" a pesar de que cronológicamente iba la otra primero). Interesantemente, el propio Indiana Jones no está interesado en el Santo Grial, y lo rechaza por comprensibles razones: es la obsesión de su padre, y él quiere distanciarse de éste todo lo que puede. Eso, mientras que el resto de los personajes lo quiere por motivos distintos: Henry Jones porque lo considera un símbolo de iluminación, la científica porque es un tesoro o un trofeo, el villano principal porque es el pasaporte a la vida eterna, los nazis porque es un emblema de poder. El Santo Grial se eleva entonces de su condición de mcguffin y pasa a ser un reflejo de lo mejor y de lo peor del alma humana, una bellísima metáfora acerca de los sueños, del desarrollo personal, y qué cosas nos hacen falta para llegar a ser seres humanos completos. ¡Y todo esto, en una peli palomitera de las que se supone echan a las cinco de la tarde como programa de matiné para los niños en la tele abierta! Ojalá el grueso de las pelis consideradas como "buenas" fueran tan nobles, reflexivas, profundas y espirituales como lo es este simple "entretenimiento palomitero", probablemente la mejor peli que Steven Spielberg va a rodar jamás, muy superior a lo que el 99% del resto de los directores filmará nunca, y a la altura de los grandes clásicos de Hollywood de toda la vida. Después de esto, es comprensible el castañazo de "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal": es que después de esta peli ya nada quedaba por contar del universo de Indiana Jones, salvo nuevas aventuras, ahora sí palomiteras y punto, y por lo tanto era imposible contentar a una audiencia insaciable por mucho Spielberg y Ford y Lucas que le echaran de nuevo a la parrilla.

-- Este es uno de los mejores elencos que se ha visto en Hollywood jamás. Muchas pelis se resuelven porque el prota está brillante, y algunas menos porque el prota y el antagonista lo están. Pero muy pocas pelis presentan un elenco en donde TODOS están ajustados y brillantes en sus roles. Harrison Ford es el prota indiscutible, pero a estas alturas ha asimilado a Indiana Jones hasta convertirlo en una segunda piel, y lo ha hecho evolucionar desde el cínico arqueólogo de las primeras, hasta un tipo debatiéndose con sus propias dudas y demonios internos, sin caer en la exageración lastimeramente existencialista de tipo "¡miserable de mí y de mi existencia!", sin abandonar la socarronería propia de su personaje. Ponerle a su lado un titán como Sean Connery como su padre era todo un reto, pero ambos se complementan la mar de bien. La verdad es que los momentos en que Sean Connery hace el tonto son de lo peor de la peli y le hacen más daño que bien al resultado final, pero cuando el guión deja de ponerlo como abuelete torpe y lo deja respirar, Sean Connery interpreta su personaje con una majestad y dignidad que resultan arrolladoras (dicen mucho de Harrison Ford que consiga mantenerse en pie frente a esa tempestad). La escena en la que Connery cree muerto a su hijo es, en menos de cinco minutos de peli, más cine de lo que se pueden encontrar en filmografías completas. Denholm Elliot, por su parte, como Marcus Brody (uno de sus últimos roles, porque era bisex, y serlo en los '80s implicaba muerte casi segura por SIDA, como fue su triste caso), ve ampliado su papel de simple amiguete universitario de Indiana Jones, y ahora está de lleno en la acción, aportando humor fino por un lado, y sentido común por el otro, frente a la pasión desbordante y antagónica de los dos Jones. Alison Doody por su parte hace el rol de su vida, recorriendo de manera convincente todo el espectro entre chica sensual, mujer de hielo, científica preocupada, y mujer ambiciosa, convenciendo en todo momento y sin despintarse nunca, y uno puede buenamente preguntarse cómo es que su carrera actoral no remontó después. John-Rhys Davies, por su parte, compone un Sallah (el amiguete árabe) tan entrañable como en "Los cazadores del Arca perdida", e incluso más, y rompe por completo el estereotipo racista que suelen acompañar a estas producciones de "yanki arreglando papeletas en país extranjero". Julian Glover, por su parte, como el sinuoso Walter Donovan, es probablemente el mejor villano de toda la saga de Indiana Jones, y vaya que esta saga los tiene (Belloq, Mola Ram, Irina Spalko...), un tipo que actúa su maldad con tanta naturalidad que sólo consigue hacerse aún más despreciable si es que cabe. El joven Indiana Jones fue obra de River Phoenix, fallecido de manera trágicamente prematura algunos años después, y que es el único Indy que ha conseguido ponerse a la altura de Harrison Ford (a diferencia de los de "Las crónicas del joven Indiana Jones", que pugnaban muchas veces en vano por mantenerse a flote con un personaje tan harrisonfordesco como éste). Michael Byrne compone al clásico nazi malo y sádico, y se nota cómo gozó Spielberg matándolo (uno de los placeres de ser judío es disfrutar cargándose nazis, que en "Los cazadores del Arca perdida" había atropellado a algunos con un jeep, y en ésta los atropella con un tanque, para que queden bien apisonados contra el suelo). Y los secundarios, TODOS ELLOS, están ideales para darle la réplica a cualquiera de los principales. Interesantemente, ninguno de estos actores (salvo Ford y Connery, que ya eran estrellas antes de) ha tenido más que carrera actoral de medio pelaje: injusticias de Hollywood.

-- El guión. Si no es un guión perfecto, está cerca de estarlo. Tiene algunas pifias lógicas garrafales (no se terminan de entender del todo los motivos de meter a Indiana Jones en el lío si es que los villanos ya podían hacerse del padre, aunque a esas alturas del tinglado ya hemos tenido tanta acción que se nos pasa colado ese giro absurdo de la trama). Pero los diálogos son simples, esquemáticos, incisivos y precisos, y con pocas palabras ayudan a delinear un personaje de cuerpo entero. Las situaciones se encadenan de manera lógica y al mismo impredecible. Y ya hemos destacado el magnífico tratamiento de personajes respecto de su relación con el Santo Grial. La secuencia de las pruebas finales es simplemente escalofriante, y uno no adivina primero cómo van a ser, y cuando uno está en el tinglado, no acierta a adivinar cómo se van a resolver (sí, en la tercera prueba hay trampa, pero bueno, es una de aventuras y en éstas siempre cuenta el "más imposible" a fin de cuentas).

-- John Williams. El hombre podrá ser popular por sus magníficos soundtracks para "La guerra de las galaxias" o "Superman", cada uno de los cuales le tiene garantizada la posteridad por derecho propio, pero es probablemente aquí donde se supera a sí mismo. En realidad, en todas las pelis de Indiana Jones ha sido un tanto flojito para componer (apenas un par de temas reconocibles en cada peli, sobre los cuales va haciendo variaciones, y uno de éstos es la omnipresente "Raiders March"), pero acá... El tema del Arca de la Alianza en "Los cazadores del Arca perdida" era ominoso y decía mucho sobre la furia de Dios, y la marcha pseudohindú de "El Templo de la Perdición" cumple con ser aventurera, pero aquí, el tema del Santo Grial, que utiliza los instrumentos de cuerdas casi como si quisiera imitar un coro gregoriano (apropiado: estamos en una peli que va de cruzados guardianes del Grial), alcanza una calidez y una tranquilidad mística insuperables. Escuchamos esas notas de Williams, y sentimos que el Grial es en verdad algo que nos hace trascender de nuestra propia condición humana, participar de algo divino y más grande que nosotros mismos. En pocas palabras: el tema de John Williams para el Arca de la Alianza te infunde lo divino por el temor, mientras que el tema de John Williams para el Santo Grial te infunde lo divino por la ensoñación. ¿Se puede ir más lejos en la búsqueda de la belleza en cuanto tal, a la hora de componer una banda sonora para una peli...?

-- Grandes secuencias. Bueno, casi toda la peli. La secuencia inicial con River Phoenix, claro está, un estupendo chiste para los fanáticos de las dos anteriores al revelarnos como Indiana Jones consigue todos sus atributos clásicos (el látigo, el sombrero, etcétera). Toda la persecusión en Venecia (sí, Steven Spielberg otra vez sacándose el gustito de hacer una de James Bond, y no sé por qué tengo la idea de que quiso hacerla en Venecia para imitar una persecusión en idéntica ciudad en "Moonraker", que era la última entrega de 007 a la fecha de rodar la primera de Indiana Jones; recordemos que el sueño frustrado de Spielberg por el que se metió en Indiana Jones era rodar una Bond)... La secuencia del tanque en pleno desierto, que hace el imposible de alcanzar el nivel de la persecusión en el desierto de "Los cazadores del Arca perdida". Y las pruebas finales antes de llegar al Grial, claro está.

IDEAL PARA: Ver la mejor peli de Indiana Jones, una de las mejores pelis de aventuras, y una de las mejores pelis sobre la eterna ansia del ser humano por saber qué hay al otro lado de nuestra existencia.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "INDIANA JONES Y LA ÚLTIMA CRUZADA":

-- "Steven Spielberg: 'Indiana Jones y la última cruzada', la humanidad del héroe" en Blog de Cine.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

viernes, 19 de noviembre de 2010

"Indiana Jones y el Templo de la Perdición" (1984).


-- "Indiana Jones and the Temple of Doom" (título original en inglés), "Indiana Jones y el Templo Maldito" (título en España). Estados Unidos. Año 1984.
-- Dirección: Steven Spielberg.
-- Actuación: Harrison Ford, Kate Capshaw, Jonathan Ke Quan, Amrish Puri, Roshan Seth, Philip Stone, Roy Chiao, David Yip, Ric Young, Chua Kah Joo, Rex Ngui, Philip Tan, Dan Aykroyd, Akio Mitamura, Michael Yama.
-- Guión: Willard Huyck y Gloria Katz, basados en una historia de George Lucas.
-- Banda Sonora: John Williams.

-- "Indiana Jones y el Templo de la Perdición" en IMDb.
-- "Indiana Jones y el Templo de la Perdición" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Entre unos aires medio espirituosos, nos preparamos para entrar en... ¿un museo? ¿un templo perdido y maldecido por la memoria de los hombres? Bueno, ahí viene una chica, seguro que es la reina ancestral de una civilización maldita que... er... no. Es un número de cabaret. La chica es una cabaretera. Vestida a la poco sexy usanza de 1935, para colmo. Y después de deprimir convenientemente la sed de adrenalina que nos ha llevado a enchufarnos una de Indiana Jones en primer lugar con un numerito musical de ésos, vemos a un grupo de chinos malotes, y ya sabemos que ¡¡¡POR FIN!!! algo se cocina. En particular cuando vemos entrar a un hombre de terno blanco que, adivinamos... ¡Es Indy! ¡Yeah, Indy, vamos, enséñales a los chinos cómo lo hace un buen yanki de pro, y de paso dáles una por mí! El caso es que Indy y los chinos tienen lo que en buen espíritu empresarial se llama una negociación agresiva, que termina con Indiana Jones montado arriba de un avión y escapándose con todo su señor trasero a bordo de un avión a través de China (y con la chica cabaretera, dicho sea de paso, bienvenidos al reino de las buddy movies, pal...). Las cosas se pondrán más interesantes cuando los chinos, que son mucho chino después de todo, se les ocurran hacerle la puñetera, y los dejen varados a bordo del avión, sin combustible y a punto de enrollarse como panqueques contra alguna estribación de los Himalayas. Bueno, Indiana Jones y los pesadotes de sus acompañantes (un crío chino que está destinado a convertirse en el nuevo amiguito de los under-7, además de la cabaretera con el útero hipertrofiado a punta de arranques histéricos) consiguen sobrevivir, sólo para terminar varados en una aldea de la India. Y los atienden con respeto reverente y todo eso, pero... la cosa viene con trampa. Porque ahora Indiana Jones es reclutado para ir a la búsqueda de las míticas piedras Sankara, que garantizarán en buenas manos que la aldea crezca y prospere y ayude a incrementar la superpoblación de la India, mientras que en malas manos podría significar... ¡un nuevo imperio indostánico, la conquista mundial, el exterminio de los hebreos y los cristianos, MUAHAHAHAHÁ...!

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

¿Una peli en donde un trío de aventureros en la India regida por el Imperio Británico decide introducirse en el templo de una secta de estranguladores que adoran a la diosa Kali, que se suponía exterminada desde el motín cipayo de 1857? Me suena, me suena, me suena, como que me suena, dónde he visto eso... ¡Ah, sí! Se llama "Gunga Din", y no dudo que para los '30s fue un peliculón, pero ahora es la mar de aburrida. Pero parece que a papi Spielberg y a tiíto Lucas esa peli les traía recuerdos de infancia y efluvios sudorosos de las matinés de antaño, así es que se decidieron a rodar su propio "Gunga Din". Total, "Los cazadores del Arca perdida" había sido un taquillazo de órdago, y si con ésa se forraron, ¿por qué no iban a hacer lo mismo con la otra? Bueno, tenían razón. Costó 28 millones, y recaudó más de 300, o sea, decuplicaron la inversión. (Sí, señores, hubo una época no demasiado lejana en que no necesitabas 200 millones de dólares para rodar un blockbuster con músculo). George Lucas no quería a los nazis de malvados otra vez, así es que la rodaron como precuela, mandándose de paso la feroz metida de pata de que en "Los cazadores del Arca perdida" habían presentado a un Indiana Jones ferozmente racionalista y enemigo de lo místico (al principio claro, porque después de ver al Arca del Pueblo Elegido matando filisteos nazis a gusto, cualquiera cambia de opinión y se rinde ante el Unico Y Verdadero Dios), mientras que aquí al terminar la peli (anterior a la otra, recordemos) Indiana Jones ya está convertido a la idea de que hay magia en el mundo, cosas que el hombre no debería saber, poderes con los que no debería jugar, etcétera. El caso es que por ese tiempo Steven Spielberg estaba divorciándose de la buenorra de Amy Irving, mientras que George Lucas estaba más o menos en lo mismo, de manera que estaban muy malhumorados haciendo la peli. Y se nota. Es con lejos, la peli más oscura y siniestra de todas las cuatro rodadas a la fecha de escribir esto. Y además, la chica que aparece, a diferencia de la valerosa y decidida Marion Ravenwood (la gran Karen Allen) de la primera, es una histérica de cuidado que sólo sirve de estorbo y damisela en peligro para el machorro Indiana Jones (bonita manera de sublimar sus rencores divorcísticos, Spielberg y Lucas...). A pesar de todo, la peli tuvo el éxito brutal que detallábamos allí donde importa, o sea, en la boletería del cine, lo que propició que después llegara "Indiana Jones y la última Cruzada". Y después viniera como apéndice "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal". Sintomáticamente, mientras que ambas repiten elementos de "Los cazadores del Arca perdida" (los villanos nazis en la tercera, villanos rusos que están ahí para llenar el cupo nazi en la cuarta, además de menciones entre personajes), ninguna de las dos hace la menor alusión a "Indiana Jones y el Templo de la Perdición". Por algo será.

¿POR QUÉ VERLA?

-- La mayor parte de los fanáticos tiende a considerar que de la tetralogía de Indiana Jones, y tetralogía por ahora porque vaya uno a saber si después de escribir estas líneas se dejan caer así a santo de nada con una Indiana Jones 5, la peor es "El Reino de la Calavera de Cristal". Pero servidor quien esto escribe tiene una opinión diferente: en su para nada humilde opinión, probablemente "Indiana Jones y el Templo de la Perdición" lo sea. Es una buena peli de aventuras, sí, pero hay cosas que son difíciles de tragar. Por ejemplo, a diferencia de "Los cazadores del Arca perdida", ahora Indiana Jones es ayudado por un niñito, clásica decisión estratégica que busca apelar al público infantil por la vía fácil, poniendo un poochie molón que le salve la papeleta al héroe y recibiendo los rendidos agradecimientos de éste, cumpliendo la fantasía infantil de los niños de mandar sobre el mundo adulto completo, y fastidiando a la audiencia por encima de los siete años de paso. La chica no constituye ninguna adición interesante a la trama, y si consideramos que "Los cazadores del Arca perdida" acontece después, en términos de la cronología interna de la serie (1936, contra 1935 de la en comento), es comprensible por qué ni se menciona a esta condenada histérica que no sabe ser una compañera de héroe como Dios y América mandan (bueno, por algo Kate Kapshaw tuvo una borrosa carrera actoral posterior, repuntando algo sólo en "Lluvia negra"). Por otra parte, y esto es bastante considerando que estamos en una peli de poderes místicos, magia negra y todo eso, hay cosas difíciles de tragar por mucha suspensión de la incredulidad que le echen. Veamos. Se supone que los villanos están en un palacio en mitad de la jungla. Después, Indiana Jones descubre que el verdadero guisado se cuece en las catacumbas, y desciende y desarticula todo el culto. OK con eso. Pero resulta que allá abajo también hay unas excavaciones mineras con rieles y todo (¿minas? ¿debajo de un palacio? ¿y cómo no se siente nada arriba, ni ruidos ni malos olores, nada...?). Y se pone mejor: después, cuando salen, lo hacen en sentido horizontal (no vertical), y acaban en el borde de un desfiladero, sobre cuya existencia previa no nos habían dado ninguna pista (¡en ningún minuto nos hemos movido demasiado lejos del palacio de marras!). ¿Qué tan alto, geográficamente hablando, debe estar montado un palacio para todo eso? No es imposible, claro, pero la probabilidad estadística es menor a la que existan en la realidad las dichosas piedras Sankara. Lo que nos lleva de regreso al otro lastre de esta peli. En "Los cazadores del Arca perdida" e "Indiana Jones y la última Cruzada" se trata de que los malvados nazis no se apoderen de un preciadísimo tesoro de la civilización judeocristiana para conquistar el mundo, mientras que en "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal" se trata de que unas calaveras de cristal alienígena no caígan en manos soviéticas para conquistar el mundo, mientras que acá... se trata de rescatar unas mugrosas piedras de un mugroso culto hindú para salvar a una mugrosa aldea hindú. Who cares? Vale, la India es una civilización milenaria y todo, pero fuera de sus (imponentes) fronteras, ¿a quién le va o le viene? Claro, el villano en un minuto dice que con las piedras va a conquistar el mundo, pero es que si no decía eso, era para terminar de perderle todo el respeto, por mucha carcajada diabólica que le ponga. Es como "Quantum of Solace" de James Bond, que el malo no crea una plataforma orbital láser para bombardear Londres, ni tienta un pulso electromagnético mundial que nos lleve a la Edad de Piedra, ni engañar a las potencias para desatar una Tercera Guerra Mundial, y en medio de cualquiera de esas y el caos subsiguiente salir de la oscuridad y tomar el mundo, sino hacerse con el suministro de aguas de un paisillo llamado Bolivia (nada personal contra los bolivianos, pero... no es lo mismo Bolivia que Inglaterra, lo siento). Y del racismo inherente a la trama, ya presente por cierto en todas esas pelis del subgénero Imperio Británico en la India de las cuales tanto depreda (en particular "Gunga Din", como dijimos), ya no hablemos: todos los chinos salvo el niño y un secundario que muere a los dos segundos son malvados, y la religión hindú es tenebrosa y malvada, y además los malos... ¡tienen la indecencia de querer independencia y autodeterminación, mientras que los imperialistas británicos que se pasean por la India como Pedro por su casa son bondadosos y civilizados! No me extraña que la India les haya negado permiso de rodar y se hayan tenido que ir con líos y bártulos a Sri Lanka, país que tampoco debe haberse sentido tan confortable con el racismo de la movie, pero que debe estar mucho más necesitado de divisas, que la India a lo menos tiene el ciclo completo del uranio en su propio territorio para financiarse.

-- Curiosamente, una de las cosas que más se ha criticado de la peli, es probable que sea lo que salve la papeleta al final del día. Me refiero al tono oscuro de la misma. Porque en "Los cazadores del Arca perdida" teníamos un batallón de malvados nazis que amenazaban un gusto, pero que al final no eran sino la clásica panda de ineptos que con un ejército entero eran incapaces de sobreponerse a un héroe armado de pistolita y a pata. Mientras que acá, los villanos son de verdad siniestros. O sea, los joputas hacen sacrificios humanos, descorazonan a sus víctimas (no en el sentido ñoñogirl del término, sino que de verdad le arrancan el corazón y la dejan viva, los desgraciaos), te hacen beber una sangrita que te convierte en zombie, y además promueven la esclavitud infantil, horda de degenerados. Estos son villanos de verdá, joer, de los que nos gusta ver al final de la peli castigados y muertos de maneras bien gore, por eso, por malos. Una de las peores cosas que le han acontecido al mundo del cine, es la tendencia post-'80s de higienizarlo todo, so pretexto de dirigir las pelis a un público adolescente que no se vayan a pervertir los desgraciados, y con eso los villanos han perdido mucha categoría, porque si el villano no es un jopú integral, entonces no hay demasiados motivos para odiarlo (el gran daño que nos ha hecho el Guasón de Jack Nicholson en el "Batman" de Tim Burton, que nos enseñó que el villano era un pobre ser lastimoso con el que empatizar, o peor aún, el único tipo "auténtico", y no lo que verdaderamente es, o sea, una amenaza a la sociedad, la decencia, la moral, las buenas costumbres y la familia judeocristiana como Yahveh manda).

-- Lo que nadie en su sano juicio discute, es el nervio que tienen dos secuencias específicas de acción. Esta debe ser con mucho la peli menos aventurera de Indiana Jones, lo que tampoco le arroja enteros a favor, pero a cambio tenemos (después de ese improcedente numerito musical que se ve muy chulo y molón y muestra que Spielberg tiene talento tras la cámara, pero que en cuanto a pelis de acción, debe ser el peor comienzo ever) una secuencia con los chinos malosos que corta el aliento, y de la cual se puede decir cualquier cosa, menos que sea predecible lo que va a pasar al minuto siguiente. Y después está la celebérrima secuencia en los carritos mineros al final de la peli, imitada y parodiada después hasta la saciedad (se me ocurre "Viaje al centro de la Tierra" con Brendan Fraser ahora mismito), pero jamás igualada, y ya ni digamos superada. Su continuación en el desfiladero destiñe un poco, pero claro, es que la otra te deja por allá arriba, entonces era difícil mantener el nivel (además, cada vez que hay desfiladero o terraza de edificio, sabes cómo va a acabar el villano). Pero por estas puras dos secuencias, ya vale la pena darse una vueltecita por esta peli.

IDEAL PARA: Ver una de Indiana Jones que a ratos no parecerá mucho Indiana Jones, pero sigue siendo una apreciable peli de acción.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

martes, 16 de noviembre de 2010

"Los cazadores del Arca perdida" (1981).


-- "Raiders of the Lost Ark" (título original), "Indiana Jones and the Raiders of the Lost Ark" (título en inglés para distribución en DVD), "En busca del Arca perdida" (título en España). Estados Unidos. Año 1981.
-- Dirección: Steven Spielberg.
-- Actuación: Harrison Ford, Karen Allen, Paul Freeman, Ronald Lacey, John Rhys-Davies, Denholm Elliott, Alfred Molina, Wolf Kahler, Anthony Higgins, Vic Tablian, Don Fellows, William Hootkins, Bill Reimbold, Fred Sorenson, Patrick Durkin.
-- Guión: Lawrence Kasdan, basado en una historia de George Lucas y Philip Kaufman.
-- Banda Sonora: John Williams.

-- "Los cazadores del Arca perdida" en IMDb.
-- "Los cazadores del Arca perdida" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

1936, en la jungla del Perú (en realidad Hawaii, pero es que estos yankis son unos peseteros, además con los senderistas dando vueltas allá afuera en 1981...). En una expedición selvática, su líder está a punto de ser abaleado por la espalda, pero... ¡sorpresa! Con su látigo hace saltar la pistola. El traidor tiene que mandarse a cambiar (en plena jungla, o sea, muerte asegurada), mientras el jefe, que se hace llamar Indiana Jones, avanza con un fiel tipo que habla en inglés chapurreado y suelta algunos "señoh" por aquí y "señoh" por allá (sí, señores... ¡éste es el primer papel de Alfred Molina en el cine! ¡El Doctor Octopus himself estuvo en una de Indy!). Se meten a una tumba, Indiana pasa una de apuros tan grande que hasta los Simpsons le hicieron un homenaje, y al último, viene un cabrón de apellido Belloq, que le quita la dichosa reliquia que han conseguido rescatar. Indiana se tiene que volver con las manos vacías a hacer clases, pero no hay tiempo para lamentaciones: hombres del Gobierno han decidido hacerle algunas preguntas a Indiana Jones sobre un antiguo colega. La cuestión es que el antiguo colega andaba a la búsqueda de una oscura y terrible reliquia hebrea... el Arca del Convenio. Tras un poco de esto y un poco de aquello, he aquí a Indiana Jones embarcado a Nepal, haciendo escala para viajar después a Egipto, para desenterrar el Arca de la Alianza. Y sin embargo... ¿habrá algún motivo por el cual el Arca del Pacto ha permanecido fuera de las miradas de los hombres por dos milenios? ¿Acaso será sólo una reliquia, o será un radiotransmisor para hablar con Dios? ¿Será bueno excitar de esa manera la furia divina? ¿Y conseguirá Indiana, en medio de todo eso, hacerse con la chica y ganarle la mano a una partida de caricaturescos nazis que quieren hacerle la vida a cuadritos...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Dice la leyenda que nació así. George Lucas tenía un sueño sobre hacer seriales de los '30s (de su ahora lejanísima niñez, vamos), y creó un personaje llamado Indiana Smith, vaya mierda de nombre, que mejor lo llamaba Indiana Skywalker y colaba más. Lo comentó con un tal Philip Kaufman, y lo primero que le dijo el hombre fue (después de arriscar la nariz), que ¿Smith? ¿Pero es que estás de coña, hombre? Así es que como el Granjero Jones, pasó a ser Indiana Jones. Pero George Lucas tenía que optar entre su plagio de los seriales de matinée antigua de aventuras en países exóticos, y su plagio de los seriales de matinée antigua de aventuras en otros planetas. Ganó el segundo, y así nació "La guerra de las galaxias". Pero el bicho le quedó picando. Así es que se mandó cambiar a Hawaii y se juntó con su coleguete Steven Spielberg. Ambos en esa época iban de jovencitos rebeldes, los que golpeaban la mesa duro y cantado arrinconando ese feo cine setentero urbano (ya saben: "El Padrino", "Harry el Sucio", "Serpico", "Tarde de perros") e imponiendo su cine aventurero y escapista allí donde duele: con taquillazo padre tras taquillazo padre ("La guerra de las galaxias" en un caso, y "Tiburón" y "Encuentros cercanos del tercer tipo" en el otro). Spielberg le dijo a George Lucas, reza la leyenda, que le gustaría rodar una Bond, y Lucas le dijo que oye, no seas tonto, acá tengo algo taintitas veces mejor que James Bond, y puede que sea cierto, pero si no lo era, lo iba a decir igual, si la cosa era picarle la guita a Steven. Ambos unieron fuerzas, Steven Spielberg se encargó de enmendarle la plana a George Lucas en todo lo que no funcionaba (a saber, la mitad o más, porque como quedó de manifiesto con "La amenaza fantasma" y siguientes starwarsíadas, George Lucas no sabe mucho de contar historias si le dejan con las manos demasiado libres). De hecho, a pesar de que el héroe es el starwasero Harrison Ford (y eso de chanfle, porque se supone que Indiana Jones iba a ser... ¡¡¡Tom Selleck!!!), el resto en realidad es tan spielberguiano que cuesta reconocer la mano de George Lucas por detrás. ¿Y a quién se le ocurrió la psicodelia ésa de las calaveras de cristal en el interminable título "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal"? Pues a George Lucas, qué creían. Con lo molón que hubiera sido poner a Indiana Jones a buscar la Atlántida, como se suponía iban a hacerlo en la proyectada secuela de los tempranos '90s que nunca llegó a ser. En fin, el caso es que George Lucas y Steven Spielberg, fieles a su idea de hacer algo casi de serie B, se lanzaron con un presupuesto limitado, el que por esas magias de la creatividad artística se triplicó. Incluso le tenían tan poca fe al personaje, que a diferencia de las secuelas, que todas parten con "Indiana Jones y ... - " el porro esto o el porro aquello, ésta simplemente se llama "Los cazadores del Arca perdida", sin el reclamo del personaje protagónico en el título (algo que arreglaron después para la edición en DVD, con un sonoro "INDIANA JONES y los cazadores del Arca perdida", como si él no fuera un cazador más). Al final salió tan bien, que con modestos 20 millones de dólares, la cosa recaudó 350-400 millones de nada, o sea, hizo 18-20 veces su presupuesto inicial en taquilla. Así cualquiera hace secuelas (o precuelas, que "Indiana Jones y el Templo de la Perdición" lo es).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Los indianayonófilos se dividen en dos aguas: los que consideran a "Los cazadores del Arca perdida" como la más mejol de la saga, y los que opinan lo mismo, pero de la tercera, o sea, de "Indiana Jones y la última Cruzada". ¿La respuesta? Eso, a según el criterio. La primera, por ser la primera, es más creativa y más espontánea, menos apegada a fórmulas, mientras que la tercera, por ser un refinamiento de una fórmula ya probada, es más adocenada y calculada, pero también hay que reconocer que rizaron el rizo bien. En cualquier caso, he aquí una razón para verla: no es "Indiana Jones y el Templo de la Perdición" ni "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal". Pelis no malas ni desdeñables, desde luego (a pesar de que se ven seriamente lastradas por ese pegostín que es el crío de la segunda, y el crío con pelos en los sobacos que aparece en la cuarta), pero que no llegan a los niveles de "Los cazadores del Arca perdida". Se suponía que era un desvergonzado rip-off de las seriales de matinée de los '30s en que algún esforzado jovencito yanki vestido con esos ridículos pantaloncillos selváticos buscaba alguna clase de tesoro antiguo y se liaba a mamporros con los malvados nazis de turno (o con tribus africanas, y esa costumbre no se les quitó ni en los '50s, cuando adaptaron la más reconocida de las versiones de "Las minas del rey Salomón"). Pero a la larga, cual plantas chupívoras simbiontes que se pegan a sus parasitados para sorbetearles todos sus jugos vegetales, Steven Spielberg y George Lucas probaron sobradamente que habían asimilado bien la lección, y nos ofrecieron una peli trepidante de principio a fin, con un guión calculado casi a la perfección, en donde nada sobra y nada falta. Claro, si uno escarba se da cuenta de que en el fondo la dichosa Arca no es sino el enésimo macguffin que nos ha dado el cine, un artefacto puesto ahí para que los buenos y los malos se den de tortazos, y si sigue la peli hasta el final descubrirá que (((SPOILER, LEÑE, SPOILER-SPOILER-SPOILER, AUNQUE ME PREGUNTO SI QUEDARÁ ALGUIEN EN ESTE PLANETA QUE NO HAYA VISTO LA PELI, CARAMBA))) en realidad todos los esfuerzos que hace Indiana Jones para hacerse con el Arca no sirven para absolutamente nada, e Indiana Jones no tiene arte ni parte en la destrucción de los villanos (((FIN DEL SPOILER, SÍ, FIN DEL SPOILER, JOER, FIN DEL SPOILER, FIN-FIN-FIN))). En el intertanto nos han brindado dos horas de escenas de acción el cada vez más imposible, en la época en que nada se resolvía con CGI, y si querías mostrar piruetas acrobáticas, tenías que poner a un cristiano hambriento a ser pasto de leones, con la esperanza de que el pobre desgraciao zafara con vida y quedara bonito en el film (y el cabrón perfeccionista del director no se le ocurriera repetir la toma porque esto o aquello con la iluminación). Sí, todo lo que ves en esta peli está hecho con el sudor y esfuerzo de un puñado de valientes stunts dispuestos a todo con tal de ganarse el pan, y esa sensación de realismo le da muchos enteros a la peli. La muestra de que la fórmula funcionó, es que a pesar de ser mil veces imitada (¡incluso por una de Tom Selleck, la primera opción para el Indiana Jones original, en "La gran ruta hacia China"!), jamás fue igualada, a veces con los resultados ponzoñosos de "En busca del tesoro perdido", y sólo pelis que trataron de cambiar alguna que otra cosa ("En busca de la esmeralda perdida", que pone a dos coprotas de igual protagonismo, o "Lara Croft: Tomb Raider", que de una prescinde del prota masculino y le mete tetas al asunto) pudieron siquiera intentar medirse. Y eso, de lejitos.

-- Harrison Ford. Uno lo ve como superestrella y todo, y cuesta pensar en aquellos tiempos en que debía ganarse las judías haciendo opacados secundarios en cosas como "La conversación" o "American Graffiti". Claro, con su Han Solo de "La guerra de las galaxias" saltó a un estrellato tal, que de secundario de lujo pasó a ser el único actor de toda la saga que tuvo vida después de Star Wars (bueno, también James Earl Jones, pero ése sólo le ponía la voz a Darth Vader). Pero fue Indiana Jones el rol que lo desclavó de Han Solo y lo convirtió en actor ante los ojos de la gente. Aunque si uno mira bien, resulta que Indiana Jones es muy similar a Han Solo, y el esfuerzo actoral tanto no debió ser (la misma actitud cínica y macarra, el mismo estilo "así les doy y así me dan de vuelta", etcétera). Pero Harrison Ford hizo tan suyo el personaje, que nadie en la actualidad podría concebirlo en el pellejo de otras opciones que se barajaron, como Nick Nolte, Chevy Chase, Jack Nicholson (¿?), Steve Martin (¡!), o Bill Murray (¡¡¡!!!). Claro, después lo interpretaron un mequetrefe adolescente, y otro mequetrefe aún más mequetrefe todavía, en "Las crónicas del joven Indiana Jones", pero eso sólo deja de relieve que Indiana Jones sólo hay uno (e incluso dentro de la denostada "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal", Ford se dio maña de probar lo ya probado, que él es el Doctor Jones). Bueno, también le ayudó que el resto de los actores no hizo demasiada carrera actoral después. La carismática Karen Allen se perdió después, el estupendo villano Belloq de Paul Freeman le hacía merecedor de un mejor destino actoral del que tuvo, y sólo John Rhys-Davies como Sallah consiguió hacerse un lugarcito, interpretando casi veinte años después al enano ése de "El Señor de los Anillos", por no hablar del casi cameo de Alfred Molina, el Doctor Octopus de "Spiderman 2". Avatares de Hollywood, que les llaman.

-- Aunque el judío meapilas de Spielberg, que tanto gozó maltratando nazis en "Los cazadores del Arca perdida", le bajó el sentimentalismo y dijo que después de "La lista de Schindler" no se atrevía a ponerlos de malos otra vez, dejándole de paso abonado el terreno a "Bastardos sin gloria", en esta peli vemos a los nazis con toda la gloria y esplendor de unos villanos de raza. Recordemos: eran los '80s, la época en que no existía aún el mojón de lo políticamente correcto, y era aceptable poner a los malos bien malos, sólo para que los odiáramos y deseáramos un truculento final para todos y cada uno de ellos. Y parte del gozo de esta peli es ése: que al frente Indiana Jones tiene unos villanos de p*** m****, que no temen hacer cabronadas como agarrar un hierro al rojo vivo para quemar gente y arrancarles información, u otras cosiacas por el estilo, que para eso son los villanos del cuento. Los malos nazis de "Indiana Jones y la última Cruzada" están mejor porque ahí también hay una villana mala que está cortada con huincha de oro para hacer pelis nazipornos, pero aunque entre las de Indiana ésta se lleva el segundo lugar por eso, es un dignísimo segundo lugar. Ah, y por cierto, algo que se ha ido perdiendo con el tiempo y lo políticamente correcto: hay violencia de la buena. Muertes gore por todo lo alto. No gráficas ni explícitas, claro está (lo típico: al tipo lo van a hacer cecina, y la cámara muestra el rostro de su oponente siendo salpicado por la sangre), que es para niños, pero sí muere gente, y de maneras bastante gruesomas. Para tomar nota.

-- Un punto interesante de la peli es el viejo tema del conocimiento que está más allá del ser humano. Claro, visto en muchas pelis, pero acá planteado con excepcional talento (no diré claridad porque esto es de aventura pura y dura, y no hay mucho espacio para la metafísica). Ya desde el comienzo, en esa entrevista en la que Indiana Jones se entera de que su próxima asignación bien podría ser ir a zamparse el Arca de los judíos (y Spielberg babeándose, claro), sentimos a través de la conversación y la música ominosa de John Williams que estamos metiéndonos en lodazales en los que el ser humano no debería revolcarse. A medida que los eventos claves se suceden, una serie de fenómenos metereológicos e incluso radioactivos ayudan a crear esa sensación de que hay algo más rondando allá afuera. Y todo eso conduce, por supuesto, a un final revelador, del que nada diré por si ustedes forman parte del 5% de la Humanidad que jamás ha visto la peli, y en que se nos confirma todo lo que hemos visto. Bueno, imagino que Steven Spielberg estaba feliz escabechinándose nazis, o si no su apellido sería Herr Spiegelmann o algo así, pero para las audiencias yanketas, puede haber funcionado como metáfora de ese invisible otro poder totalitario, el de los soviéticos, que no tenía interés en lo paranormal, pero que era también una amenaza para el mundo libre, etcétera. Por suerte que Dios, hace tres mil años, les dio un Arca al Pueblo Elegido, o no sé a dónde iríamos a parar, joer...

IDEAL PARA: Ver la madre de las pelis de aventuras.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



-- Una de las mejores escenas de la peli... ¡y que salió de chiripa! [en inglés, sin subtítulos... y no son necesarios aquí].

domingo, 14 de noviembre de 2010

"Red" (2010).


-- "Red". Estados Unidos. Año 2010.
-- Dirección: Robert Schwentke.
-- Actuación: Bruce Willis, Mary-Louise Parker, Morgan Freeman, Helen Mirren, John Malkovich, Karl Urban, Julian McMahon, Ernest Borgnine, Richard Dreyfuss, Brian Cox, James Remar, Rebecca Pidgeon.
-- Guión: Jon Hoeber y Erich Hoeber, basados en la novela gráfica de Warren Ellis y Cully Hamner.
-- Banda Sonora: Christophe Beck.

-- "Red" en IMDb.
-- "Red" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un tipo que tiene una vida en su casa que es tan solitaria que ni para tener gato le alcanza (Bruce Willis, cachondo como siempre) desarrolla un vínculo con el mundo cuando empieza a contactarse por vía telefónica con una chica. Al contrario de lo que suele suceder, que al otro lado de estas relaciones sólo-voz suele haber una charchetuda arpía sin depilar, en este caso la chica está más que interesante y todo (Mary-Louise Parker, haciendo pausa en eso de cultivar la "yerba", siempre MILF ella). Así es que se ponen de acuerdo para conocerse en algún minuto u otro. Podría ser el comienzo de otra historia pastelosa de amor, pero las cosas tomarán un giro algo inesperado cuando a la casa del tipo ingresa un escuadrón paramilitar a dejársela hecha de a tiritas, además de cargarse a Bruce por supuesto, quizás porque odian las historias pastelosas de amor, vaya uno a saber. El caso es que Bruce Willis es mucho Bruce Willis, y por tanto se le sale el lado McClane, dejando atrás una rica sopita de matones genéricos para ser consumidos al dente. Y como sabe que lo están rastreando, porque es más listo que el hambre, viaja a buscar a la chica porque si han escuchado sus conversaciones, saben que ella es importante para él. Y hace lo que todo macho recio debe hacer en estas circunstancias, para proteger a la chica y ver de paso si consigue penetración: se infiltra en su casa, la maniata, le tapa la boca con cinta adhesiva y la secuestra. Old style is style, man...! Mientras tanto, los malos malosos envían a su propio agente, a un matón con cara de malo, y que sabemos es muy malo porque además usa un terno muy limpio, a liquidar a Bruce Willis. Bueno, el personaje de Bruce Willis tenía nombre, pero como en el fondo es el mismo querible y fondón Bruce Willis de toda la vida, pues me perdonarán que use el nombre del actor y no el del personaje, así ustedes se orientarán mejor, creo yo. El caso es que ahora Bruce Willis y su chica están correteando de acá para allá, perseguidos por este tipejo. ¿Qué hará entonces Bruce Willis? Pues ensamblar a su equipo de "Misión Imposible 83: Los vejestorios contraatacan" (Morgan Freeman, John Malkovich, HELEN MIRREN FOR THE FUCKING GOD' SAKE!) y sembrar el caos y causar eventuales bajas colaterales. Porque en estas pelis la vida de uno de los buenos es más valiosa que todo lo demás, eso ya se sabe, y que las agencias de seguro sufran depresión invernal firmando cheques. ¡Ah, lo olvidaba! También hay una conspiración, el Gobierno está metido, hay un secreto del pasado, una lista misteriosa circulando... cantando alegremente mientras redescubrimos la rueda, vamos.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Quo Vadis Cinematographia? Como parte de la vorágine del cambio de siglo y de milenio, y de configuración de una nueva sociedad conectada a través de internet, el concepto de simultaneidad online y cosiacas así, el cine está más hermanosiamesado que nunca a otras fuentes artísticas, manera elegante y no culposa de decir que el cine vampiriza ideas a lo loco desde dónde quiera puedan ser exprimidas. En los 2000s, una fuente tradicionalmente tan menospreciada por realizadores, crítica y audiencias como es el cómic, cobró una fuerte revalorización. Y no hablo sólo de pelis como "X-Men" o de "300", sino también de otras que nadie hubiera reconocido su fuente en un cómic ("Una historia de violencia", por ejemplo, y ésta con el fuste de David Cronenberg). Ahora fue el turno de "Red", un cómic que no he leído ni tengo intención de hacer (¿para qué, si hicieron la peli?). Un cómic ideal para ser adaptado porque: 1.- Es de acción, o sea, se ve vistoso y molón en pantalla, y 2.- Está protagonizado por un grupo de vejetes, así es que es la excusa ideal para poner a viejas celebridades a hacer lo suyo, incluso a cachondearse de lo suyo. ¿Cómo era posible que saliera algo bueno de toda esta mezcolanza? Buenoooooo... Sí salió. De alguna manera. No sé cómo.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Aunque a primera vista la peli no tuviera por donde agarrarse (la enésima comedia de acción que pretende parodiar los clichés y convenciones propios del cine de acción, o Bruce Willis cachondeándose de lo lindo de sus propios roles action-hero), lo curioso es que la fórmula funciona. Tengo entendido que el cómic es más serio, más autosuficiente, más autoral en definitiva, pero acá tuvieron el estupendo criterio (de cara al filme, no hablemos de adaptación aquí) de no tomárselo tan en serio, de meterle un poco de chicha al ponche, y la fórmula salió bien. No es una peli memorable ni un estreno indispensable del 2010, pero sí que entretiene. Al comienzo es un tanto morosa, y como justamente peca de convencional, aburre un poquito. Pero promediando la trama, cuando va quedando claro que todo no es más que un monumental cachondeo y aparecen más y más actores famosos ridiculizándose a sí mismos y a sus roles recurrentes, el asunto se vuelve más divertido: al final termina siendo de esas pelis que no te dejan K.O., pero igual se las arreglan para salir avante por puntos. La peli es bastante predecible en su desarrollo, y muchas cosas pasan un poco porque, bueno, hay que hacer avanzar la trama de algún modo, pero eso es justamente parte del juego. Bruce Willis está bien como siempre, Mary-Louise Parker hace más que bien su rol de chica enamorada que vive su propia fantasía de espías (el rol de Jamie Lee Curtis para "Mentiras peligrosas", pero en versión maruja, todo hay que decirlo), Morgan Freeman aburre hasta a las ovejas con su sempiterno rol de tío bueno (pareciera que al vejete acá se le quedó pegado el switch de "Antes de partir", aunque al menos no luce aburrido como en "Wanted"), Helen Mirren demuestra que no sólo es "La Reina" y la villana de "Excalibur" sino que además es hembra que puede ponerse una UZI entre dedo y pecho sin despeinarse ni pestañear (en serio, no pestañea, al contrario de los extras que contrataron como agentes genéricos del FBI, que se ve nunca han tenido un arma entre las manos en su extra vida), John Malkovich está tan fumado como cuando hace sus roles de fumado ("Quémese después de leerse" se me viene a la mente), y Karl Urban ("Doom", "Star Trek") le da la chulería precisa sin pasarse ni quedarse a su personaje de matón. Y quién mejor que el metrosexual Julian McMahon (el Doctor Doom de "Los Cuatro Fantásticos") para "villano de la pantalla final". Sumémosle además la presencia casi cameo del siempre entrañable Ernest Borgnine (sí, leñe, "De aquí a la eternidad", "Estación Polar Zebra", "La aventura del Poseidón", "Lobo del Aire"...), que no sólo no se ha muerto sino que además si éste fuera su último rol (tiene 93 años, oigan...), sería una muy querible despedida. Dirige Robert Schwentke, tipo que sin ser un artista con visión personal del mundo ni un director de peliculones, pareciera ser un storyteller que se la ha podido con cuanto género ha tenido a bien abordar, desde el thriller pseudohitchcockiano ("Plan de vuelo"), hasta la peli sentimental ("Te amaré por siempre"), y ahora ha ido a por la comedia de acción cachonda, también con éxito.

IDEAL PARA: Relajarse con tus queridos actores de siempre poniéndose cachondos.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

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