11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 20 de febrero de 2011

Cinco años y un dìa.

Hoy día, 20 de Febrero de 2011, Cine 9009 cumple cinco años y un día. Lo que quiere decir que ayer fueron cinco años exactos y cabales. Ha sido un largo recorrido para llegar hasta acá, un recorrido que hasta la fecha abarca más de 700 pelis comentadas y reseñadas, de casi todos los géneros cinematográficos que existen. Después de seis meses de especiales, hemos rematado con una maratón de diecinueve pelis que más o menos se corresponden con el cine de época, que espero les haya gustado (se admiten comentarios a favor o en contra, por supuesto).

Hay ahora buenas y malas noticias. Las buenas noticias es que, con la ayuda y gracia de Bastet, éste no es el final, y seguiremos para un sexto año, y para los que sean necesarios en la interminable lucha por expandir los límites del cine entre los pobres paganos que, buenoooooo... no ven las pelis como las vemos acá en Cine 9009. Las malas, que ha llegado el momento de tomarse una pausa de vacaciones. Cine 9009 regresará con nuevos comentarios a partir del jueves 3 de marzo. En barbecho tenemos un par de estrenos que compartir con ustedes, a saber, "Más allá de la vida" de Clint Eastwood, y "Cisne negro" de Darren Arrofto... Aronok... Oftalm... er... como se escriba el apellido de ese tipo. La con Natalie Portman, en todo caso. De manera que nos separamos por algunos días, y nos reunimos de regreso en marzo. Saludos a todos los lectores de Cine 9009.

PD 1: He pasado unos días bastante complicados por acá, de manera que me ha costado una humanidad (o una gatunidad) el contestar comentarios. Trato de ser lo más diligente con eso, pero aún así no se ha podido. Mis disculpas del caso, y tengo muy presente los comentarios que se hacen a Cine 9009 y Siglos Curiosos, como siempre los he tenido.

PD 2: Siglos Curiosos seguirá funcionando normalmente el resto de febrero, gracias a la magia de los posteos programados.

sábado, 19 de febrero de 2011

"Escape a la victoria" (1981).


-- "Victory" (título en Estados Unidos), "Escape to Victory" (título internacional), "Evasión o victoria" (título en España), "Fuga a la victoria" (título en Perú). Estados Unidos. Año 1981.
-- Dirección: John Huston.
-- Actuación: Michael Caine, Sylvester Stallone, Max von Sydow, Anton Diffring, Carole Laure, Gary Waldhorn, Benoît Ferreux, Clive Merrison, Maurice Roëves, Michael Cochrane, Zoltán Gera, Tim Pigott-Smith, Daniel Massey, Jean-François Stévenin.
-- Guión: Evan Jones y Yabo Yablonsky, basados en una historia de este último y de Djordje Milicevic y de Jeff Maguire.
-- Banda Sonora: Bill Conti.

-- "Escape a la victoria" en IMDb.
-- "Escape a la victoria" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Deutschland, III Reich. Die alemanischen están recluyendo a prisioneros de guerra en campos de concentración, en donde no la pasan tan mal porque aún no se rodaba la de Schindler y los alemanes no tenían de donde sacar ideas para ser... ¡¡¡EVIL!!! En fin, resulta que en una visita de la Cruz Roja, para mostrar que son POW, pero son POW bajo la Convención de Ginebra y toda la furutatalla, un nazito reconoce a uno de los tipos: ¡joer, si este british es un futbolista! Yo también fui futbolista, Alemania, 1938. ¡Ah, sí, claro, qué tiempos! Y no, no se fuman un cigarrito juntos, pero casi. El caso es que la guerra divide a las naciones y el fútbol las une, así es que entre conversa y conversa, el nazito se saca una idea del magín: ¿y por qué ustedes los POW no se arman su equipito de fútbol, y se enfrentan a nuestros Deutschenpanzermenschen en el enfrentamiento definitivo definitivoso que lo resuelva todo... o casi? Bueno, mire, no sé, en este campo de concentración no estamos tan famélicos, verán, pero igual si nos dan doble ración de todo, y de lo bueno, con carne y vegetales y huevos, o sea, para dar espectáculo y no dar lástima cuando estemos en lo del balompié... ¡Hecho, pues! Ahí tienen entonces a los nazitos de un lado, y por el otro a los POW que, como de costumbre, no sólo lucharán por ganarle a los nazis (en un match de fútbol en este caso), sino que además lucharán para obtener la libertad, o si no para qué tanto esfuerceo, y como si eso no fuera poco, también nos darán algunas lecciones de la grandeza del espíritu humano, etcétera.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Aunque ustedes no lo crean, las pelis de II Guerra Mundial no partieron con "Bastardos sin gloria". Ni siquiera con "La lista de Schindler". En verdad, pelis sobre la WWII venían rodándose desde la mismísima WWII, claro que en Estados Unidos e Inglaterra los Aliados eran los buenos, y los nazis los bellacos, que para eso contamos la historia nosotros, joer, para quedar bien nosotros. Bueno, el caso es que habiéndose explotado todos los filones habidos y por haber (¿desembarcos?: "El día más largo del siglo". ¿Operaciones militares frustradas?: "Un puente demasiado lejos". ¿Glamorosas operaciones comandos contra castillos de rancia arquitectura germánica?: "Donde las águilas se atreven". ¿Patrullajes en tierra enemiga?: "La batalla de Anzio". ¿La jungla?: "Guadacarnal"... y suma y sigue), quedaba aún cierta veta no explotada: ¡el deporte! Circulaba por ahí la anécdota de que un equipito de Europa Oriental fue puesto por los nazis a jugar fútbol, y cuando ganaron, los nazis como que se anduvieron mosqueando y les hicieron probar el amargo sabor de la victoria a punta de fusil. Así es que, ni cortos ni perezosos, tomaron la historia, la adaptaron a Europa Occidental para incluir estrellas de Inglaterra y Estados Unidos, que o si no la peli no se vende, pusieron al veterano John Huston a rodar, a ver qué podía hacer el vejete (y el vejete probó que todavía le quedaba sangre en sus jurásicas venas), contrataron un elenco tan bizarro como pudieron... y cruzaron los dedos para ver qué engendro salía del tubo de ensayo, o del laboratorio de montaje, usen la expresión que les acomode más. ¿El resultado? Una desquiciada peli sobre la II Guerra Mundial, como ustedes no la han visto hasta el minuto, y probablemente no volverán a verla jamás.

¿POR QUÉ VERLA?

-- ¿El muy british y actorazo Michael Caine, haciendo equipo en una misma peli con el musculín Sylvester Stallone, y además con el futbolista brasileiro Pelé, todos ellos coaligados en contra del sueco Max Von Sidow haciendo de malo maloso alemán...? Sí, sí sucedió... ¡Y bajo la dirección de John Huston, el hombre que incluye en su currículum pelis como "El halcón maltés", "El tesoro de la Sierra Madre", "Mientras la ciudad duerme", "La Reina Africana", "Moby Dick", "El hombre que quiso ser rey"...! En el reino de las decisiones estrambóticas, esta junta de individuos tenía todos los papeles para un alto cardenalato o algo así. Y milagrosamente, por alguna razón, funciona. No descartemos el gran talento del director Huston, que aunque en lo personal siempre lo he encontrado un tanto frío y cerebral para rodar (no en balde sus mejores filmes son los policiales), en este caso se aplica a una peli sin lugar a dudas irregular y a ratos un tantín ridícula, pero que es casi como el partido de fútbol que relata: corre, corre, corre, se esfuerza, moja la camiseta, y anota tanto a tanto hasta alzarse con la victoria. La pericia de John Huston es transformar una historia más o menos tontorrona y muy hecha para los estándares hollywoodenses (ya saben: los buenos son todos buenos, los malos son todos de cartón, se las arreglan para meter una chica que sea interés romántico del prota aunque sea con calzador... lo de siempre, vamos), y sin demasiada épica (¿un partido de fútbol? ¡Estamos en la WWII, como mínimo pongan algo de ametralladoras o algo!), en una emocionante historia de ésas que llamaríamos de "triunfo del espíritu humano" o similar. ¡Y sin que se vea ñoña! Claro, la peli no tiene demasiado espesor dramático, y nunca sentimos que los protas verdaderamente se estén jugando la vida o la muerte, a manos de unos nazis bastante condescendientes con ellos, pero John Huston se aplica a contar su historia, lo hace con los métodos espartanos que son su marca de fábrica (escenas rápidas y contadas, poner de relieve a los actores y sus personajes, etcétera), y le saca todo el jugo posible. Que el gran final de una peli ambientada en la II Guerra Mundial sea un partido de fútbol, y que aún así emocione, tiene su qué. ¿Es la enésima versión de los underdogs luchando por salir adelante? Sí, lo es, y qué. El viejo zorro de Huston nos cuenta la historia sin ningún sentimentalismo, no busca chantajear al espectador, y con esto, logra lo que muchas otras pelis que buscan conmovernos con músicas de violines, cámaras lentas, y rostros transfigurados por el dolor, no consiguen precisamente por ese derroche de melaza.

-- El elenco. O sea, tenemos a un joven Sylvester Stallone de protagonista (ya interpretado "Rocky", y a un año todavía de "Rambo"), haciendo su rol de buen chato de toda la vida, y si bien su protagonismo mosquea un poco (ya sabemos, es el típico American Man que viene a enseñarnos cómo ser mejores y salvar el mundo, etcétera), al final como que le cobramos cariño, joer, aunque sea porque tiene que sacrificarse por la causa y lo hace con su mejor cara del mundo. A su lado tenemos a Michael Caine ganándose los porotos a punta de puro carisma personal, y quizás un poco desaprovechado. La participación de Pelé es casi testimonial, si está ahí para recitar un par de líneas de diálogo y hacer lo suyo, o sea, jugar a la pelota. Claro que, admitámoslo, no por "estar en una peli" o algo así, Pelé nos escatima lo suyo: las escasas secuencias en que lo vemos jugar a la pelota y patear traseros germanos (figuradamente, claro está), esas secuencias son más que deporte: son arte. Y como decíamos, el malo es Max Von Sidow, que le inyecta un montón de bonhomía a un personaje que en principio es... bueno, es el malo. Sí, el Cristo de "La historia más grande jamás contada", el Padre Merrin de "El exorcista" y Ming el Despiadado de "Flash Gordon" es aquí el villano, y lo interpreta de una manera magistral. El resto de los actores, en realidad no son actores sino jugadores de fútbol, y hace lo que se espera de ellos, pero lo hacen notablemente bien.

-- El partido de fútbol mismo, por supuesto. Después de idas y venidas, toda esta secuencia está muy bellamente filmada. La maestría de Huston le hace simplemente poner la cámara dos o tres veces, a la pasada, a un guardia nazi con unos perritos con muy mala leche, más la banda sonora de Bill Conti, y ya con eso crea un clima amenazante en torno a los jugadores. A medida que el partido avanza y el asunto se vuelve cada vez más espinoso para nuestros héroes, la tensión aumenta, y aumenta, y aumenta... y sentimos cómo en esa cancha se está jugando algo más que un partidito amistoso... y suma y sigue, hasta llegar a ESE final... Un final simple, casi imposible desde el punto de vista histórico, pero que dado el tono y desarrollo de la peli, en realidad era el mejor de todos, y que muestra algo más que la resolución del conflicto: muestra lo que es en verdad el amor a la vida y a la libertad, de una manera que me atrevería incluso (por mucho que deteste esa palabra a la hora de escribir comentarios de pelis), me atrevería incluso a calificar de "poética".

IDEAL PARA: Ver una bizarra y muy inusual peli que mezcla fútbol y Segunda Guerra Mundial (¡y funciona!).

OTRAS PÁGINAS SOBRE "ESCAPE A LA VICTORIA":

viernes, 18 de febrero de 2011

"Operación Valkiria" (2004).


-- "Stauffenberg" (título original en alemán), "Operation Valkyrie" (título para distribución internacional en inglés), "Valkiria" (título en España). Alemania. Año 2004.
-- Dirección: Jo Baier.
-- Actuación: Sebastian Koch, Ulrich Tukur, Hardy Krüger Jr., Christopher Buchholz, Nina Kunzendorf, Stefania Rocca, Axel Milberg, Olli Dittrich, Katharina Rivilis, Karl-Heinz von Liebezeit, Michaela Wiebusch, Michael Lott, Christine Sommer, Thorsten Merten, Joachim Bissmeier.
-- Guión: Jo Baier.
-- Banda Sonora: Enjott Schneider.

-- "Operación Valkiria" en IMDb.
-- "Operación Valkiria" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Tercer Reich. En medio de la noche, un hombre con cara de maloh porque tiene parchenelojo lanza un grito de esos que quedan bien épicos en las pelis, y a continuación cae muerto bajo las balas de un pelotón de fusilamiento. En la siguiente escena vemos como un tipo que parece que es el mismo, pero sin parchenelojo, entra a la Opera y ve en un palco a... ¡¡¡HITLER!!! ¡¡¡BUAAAAAÁ, TEN MIEDO, TEN MUCHO MIEDO!!! Y allí mismito, quizás excitado sexualmente por estar en el mismo teatro que Die ursprünglich Ubermensch, le suelta petición de matrimonio a la chica. Salto a... la Segunda Guerra Mundial. El tipo se ha transformado en un quejica incapaz de apreciar lo que Unsere Führer ha hecho por... ¡¡¡ALEMANIA!!! ...y piensa que con Hitler las cosas están... ¡¡¡MAL!!! Y cuando algo después, estando en el norte de Africa, unos avioncitos aliados lo dejan para el fregado y el trapeado (una mano que se fue a correr mundo, un ojo saltado, ¡sí, sabía que el parchenelojo era él!), en vez de renovar las energías contra los malvados Aliados dejándose poseer por el Wagnerianischengeist, decide que el Führer no es lo suficientemente bueno para él, y se apresta a... ¡¡¡TRAICIONARLO!!! ¿Conseguirá nuestro héroe llevar a cabo su atentado y derribar a Hitler...? Una pista: el atentado fue en 1944, y la muerte de Hitler fue en 1945... ¡Qué! ¿Se están quejando porque les arruiné el final? ¡Merecido se lo tienen, por ser ignorantes en Historia!

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En 1944, una dura guerra condenó a la minusvalía a un militar por una guerra que no quería librar. Este hombre escapó del frente de batalla y se instaló en Berlín. Hoy, aunque los Aliados lo buscan, si alguien tiene un problema, necesita ayuda, y puede localizarlo, tal vez pueda contar con... ¡¡¡STAUFFENBERG!!! TAN-TAN-TAN-TARANTAAAAAÁN... Al igual que muchos otros gobiernos autoritarios, el Tercer Reich estaba lejos de ser monolítico. Estaban los sinceramente convencidos de la causa, los acomodaticios de toda la vida, los trepas, los no quiero mirar... todos bien calladitos y alineaditos, eso sí, porque Hitler había tenido el buen ojo y la sangre fría de deshacerse de cuanto tipejo que antes le hubiera ayudado ahora fuera un estorbo en el poder, léase la noche de los cuchillos y similares, y nadie estaba por la labor de sublevarse y salvar a Alemania. Además, ¿para qué? Habían suministros y una vida más o menos decente para todos, obras públicas financiadas con las, ehm, expropiaciones a los judíos, y un gobierno que, bueno, podrá ser autoritario, duro, y desaparecían personas, pero que a cambio mantenían a raya a esos asquerosos comunistas que tanto hicieron por destruir lo bueno y bello de la República de Weimar, espartaquistas del carajo. Pero claro, cuando en 1942-43 las cosas empezaron a darse vuelta y el Tercer Reich empezó a tener algunos pequeños problemitas, muchos empezaron a hacerse a la idea de que nada bueno iba a salir si Hitler seguía a cargo del cotarro, que se recordaba como el Kaiser Guillermo era mucho Kaiser hasta que en 1918 tuvo que salir por pies y esconderse en la neutral Holanda para evitar la destrucción de Alemania. Pero claro, estos complotadores estaban empujados al complot no porque se creyeran más capacitados que Hitler, salvadores mesiánicos, o enfermizos ambiciosos de poder que querían ser Führer en lugar del Führer, sino por hondo y sincero afecto y devoción por Deutschland, cómo se iba a pensar lo contrario de tan magníficos prohombres, vamos... El complot más famoso de todos es el de 1944, el que protagonizó Claus Schenk Graf von Stauffenberg (anoté el nombre completo para lucirme, ¿eh?), en que un bombazo estuvo a punto de barrerle los bigotes a Adolf. Es el más famoso porque fue el mejor organizado. O al que siguió la mayor represión posterior. O simplemente porque el tipo que dejó la bomba... ¡¡¡TENÍA UN PARCHE EN EL OJO, MWAHAHAHAHAHÁ!!! Claro, si vas a rodar una peli para el cine, prefieres un complot con un tipo con un parche en el ojo, por encima de uno en que el hombre sea físicamente normalito, por aquello de que se vea más Snake Plissken, ¿no?

¿POR QUÉ VERLA?

-- Todas las pelis sobre el complot de 1944 se han visto ensombrecidas por "Operación Valkiria" de Brian Singer, destinada a ser la versión definitiva por muchos años sobre el asunto, básicamente porque es la producción de Jolivú de alto presupuesto con la estrellita de rigor, y por ende la más fácil de recordar. Y sin embargo, no es la única peli rodada sobre el particular. Algunos añitos antes, con bastante menos presupuesto, y en calidad de made-for-TV, se hizo esta peli. Por esos entresijos del mercado cinematográfico, la peli se centra en Stauffenberg, ensalzado como el héroe del complot, y se titula apropiadamente con el apellido del prota, pero para el mercado internacional se la llamó "Operación Valkiria", quien sabe si para capitalizar el éxito de la peli de Brian Singer (desconozco la fecha de lanzamiento internacional del DVD), que se llamaba "Valkiria"... y fue criticada por darle tanto peso a Stauffenberg, que era Tom Cruise. En fin. El caso es que la peli recorre de manera rápida, sumaria y con un ritmo endiablado, la historia de Stauffenberg desde su cabreamiento con Hitler, hasta su intento de atentar contra éste y el golpe de estado abortado subsiguiente. Si has visto la peli del tándem Singer/Cruise, ya sabes de qué hablo. El argumento es básicamente el mismo, de hecho (y las carátulas de los DVD han sido hechas con la mala leche necesaria para hacer picar a la audiencia que va a buscar la peli en que Tom Cruise es un nazi con parchenelojo). En esta producción, que es austríaca, no pierden tiempo en saludos a la platea ni mucho menos: despachan la historia con rapidez y precisión germánica, y listo. La peli resulta a ratos tremendamente gélida, pero por otra parte es claro que la intención aquí no es conmoverte hasta las lágrimas como el producto de Hollywood al uso, sino reproducir la atmósfera enrarecida y casi paranoica en la que vivía Alemania bajo Hitler, y eso lo consigue muy bien. Tampoco la peli se engolosina con Stauffenberg el héroe, sino que lo retrata como un ser humano con sus virtudes y sus defectos, más persona que estatua, y aún llega a apuntar que su cruzada tiene su puntillo sicopático, el complejo de creerse mejor o más indispensable que el mismísimo Führer. Las actuaciones acá deslumbran, todas ellas muy duras y prietas, y la puesta en escena, a pesar de su presupuesto más bien modesto, se beneficia del trabajo en locaciones (probablemente no en las locaciones mismas, pero sí en el mismo país, lo que permite mayor variedad de elección).

IDEAL PARA: Ver una recreación ajustadita sobre el atentado contra Hitler de 1944, que privilegia el realismo y la historia por sobre el glamour hollywoodense.

jueves, 17 de febrero de 2011

"Amelia" (2009).


-- "Amelia". Estados Unidos / Canadá. Año 2009.
-- Dirección: Mira Nair.
-- Actuación: Hilary Swank, Richard Gere, Ewan McGregor, Christopher Eccleston, Joe Anderson, Cherry Jones, Mia Wasikowska, Aaron Abrams, Dylan Roberts, Scott Yaphe, Tom Fairfoot, Ryann Shane, William Cuddy, Elizabeth Shepherd, Richard Donat.
-- Guión: Ronald Bass y Anna Hamilton Phelan, basados en los libros de Susan Butler y Mary S. Lovell.
-- Banda Sonora: Gabriel Yared.

-- "Amelia" en IMDb.
-- "Amelia" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

¡¡¡SEÑORAS Y SEÑORES, NOTICIA MUNDIAL!!! ¡¡¡AMELIA EARHART, LA MARIMACHO A LA QUE TODOS APRENDIMOS A AMAR, ESTÁ A PUNTO DE DAR LA PRIMERA VUELTA ALREDEDOR DEL GLOBO TERRÁQUEO!!! Es 1937, y el espíritu libre de esta indómita aviadora está en el aire, y todos cruzamos los dedos para que llegue a destino. ¿Cómo empezó todo? Flashback a... últimos veintes, la época en que Amelia Earhart es llamada al bufete de un tipejo llamado George Putnam, que trabaja como relacionador público (exacto, la clase de parásito que no tiene luz propia y chupa la ajena haciéndola pasar como trabajo personal, y cobra por eso), y que está interesado en promover... ¡¡¡EL PRIMER VUELO SOBRE EL ATLÁNTICO DE UNA MUJER!!! Claro, como buen relacionador púbico, perdón, quise decir público, todo es una farsa. Para que nos entendamos, los pilotos son dos hombres velludos, y la chica tiene un puesto honorario como capitana de la expedición, pero ni toca los mandos, ni tiene tampoco demasiada autoridad, a la hora de la partición de quesos, porque los pilotos hacen básicamente lo que se les arranca del escroto, y es que éste es un mundo de hombres, que no le da espacio a las mujeres para desarrollarse, blah-blah-blah. ¿En qué estaba? Ah, sí. El vuelo ése. El caso es que Amelia Earhart, porque ella es la heroína al final del asunto, descubre lo que los pilotos hombres no pueden con su virilidad y todo, a saber, cómo despegar y llegar con sobrepeso desde Estados Unidos hasta Europa. Y es que Amelia es mucha... ¡¡¡AMELIA!!! ¡¡¡MUJERES DEL MUNDO, AHÍ TIENEN SU MODELO A SEGUIR, DE CHICA DURA QUE NO SE DEJA AMILANAR POR UN MUNDO DE HOMBRES!!! ¿Y creen que se detendrá ahí? ¡Oh, no, porque Amelia es MUJER, y una MUJER no se detiene en un mundo de hombres! Así es que sobrevolará el Atlántico otra vez, ahora solita y sin pilotos hombres. Y luego... ¡¡¡CIRCUNNAVEGARÁ EL MUNDO!!! ¡¡¡SOLA!!! (Bueno, casi, llevará un copiloto hombre, pero ella es la que manda, con un par de los que no tiene por ser mujer). Y después, bueno... si no saben historia universal ni tienen cultura general entonces no son dignos de este blog Cine 9009, así es que les reventaré el final: en su intento acaba palmándola, desaparece, se convierte en leyenda, se hacen pelis sobre ella, fin.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Amelia Earhart. Una figura icónica de la larga galería de celebridades que nos ha entregado el siglo XX. ¿Qué tiene esta simpática marimacho que la ha hecho ganarse un lugar tan prominente en la historia de la aviación? Porque ella tiene un solo récord, que es ser la primera mujer en emprender el vuelo en solitario sobre el Atlántico. Vale, OK, pero no es la primera PERSONA en hacerlo, así es que eso no tiene mérito. ¡Pero es que es la primera MUJER, joer!, ya veo que salta por allá en la última fila algún incómodo progre políticamente correcto. Bueno, vale, es la primera mujer, pero y qué con eso. Vale que debamos destacar el rol de la mujer para combatir el falocentrismo y todo eso, pero el remedio contra la perspectiva androcéntrica de la Historia no es el polo opuesto del ovariocentrismo, precisamente, que es el mismo pecado pero en la dirección inversa. Porque si destacamos a la primera mujer en cruzar el Atlántico sola, entonces acto seguido deberemos destacar al primer homosexual, y luego al primer mono amarillo, y al primer burkinés, y al primer perro y al primer gato (¡bueno, eso sí, leñe, y MIAU por la raza!), y al primer inspector de impuestos, y a la primera inerte barra de carbono, para que así todas las minorías y grupos aplastados/rezagados en la Historia tengan su cupo. Si todos los seres humanos son iguales, entonces cuenta la primera persona, y sanseacabó, y si es hombre, blanco, católico y heterosexual, entonces, bueno... mala suerte por las mujeres, los negros, los musulmanes y los gays, siento decirlo, pero alguien tenía que serlo, y no iba a cambiarse de sexo, raza, religión u orientación sexual únicamente porque la corrección política lo mandan. Y bueno, Amelia Earhart cayó heroicamente en la brecha tratando de circunnavegar la Tierra vía aérea... empresa que ya había sido lograda en 1924 en caravana, y en 1928 en solitario, así es que tampoco (y además ni siquiera lo logró, porque al menos Robert Falcon Scott, que la palmó tratando de ser el primero en el Polo Sur, venía en el camino de regreso desde su objetivo). ¿Saben ustedes quien fue Jerrie Mock? Si les gusta el reivindicacionismo histórico, entonces deberían. Ella fue la primera mujer que SÍ tuvo éxito en darle la vuelta a la Tierra en un vuelo solitario, en 1964. Pero no ha tenido ni de lejos tanta prensa como la Earhart, claro está, así es que nadie la conoce. Así es que el encanto de Amelia Earhart vino de algo muy propio del siglo XX: una intensiva campaña publicitaria que, en los tiempos de la Gran Depresión, la convirtió en un símbolo de esperanza para muchas personas que estaban cagadas por el desempleo, pero bueno, siempre estaba Amelia para recordarles que follow your dreams and etcétera. Si es que estos yankis se la saben por libro. Pero probablemente haya algo más, algo que hizo a Amelia Earhart mucho más popular que muchas otras mujeres pilotos sobre las cuales ha caído la bruma del olvido. Quizás sea porque las mujeres pueden ver en ella un modelo de superación personal, a una aguerrida luchadora que se abre paso a codazos en un mundo de hombres siendo incluso más amachotada que los mismísimos hombres (¡volar un avión, una mujer, cielos, que vendrá después! ¿Una mujer Presidenta?). Y los hombres, por su parte, pueden sentirse consolados porque esta criatura medio andrógina al final encontró el justo castigo de sus pecados siendo canibalizada por su propio sueño y obteniendo su merecida tumba en medio del Océano Pacífico, que es a donde deberían ir a parar todas esas mujeres que tratan de asaltar el castillo medieval (nunca mejor usado ese adjetivo) de los privilegios y prerrogativas masculinas que los machorros no han sabido defender. O sea, se cumple con la primera y más sagrada ley de la publicidad, que es gustarle a la mayor cantidad de público posible. Amelia Earhart es literalmente material con el cual se hacen las leyendas.

¿POR QUÉ VERLA?

-- A pesar de sus altas y sus bajas, la verdad de las cosas es que esta peli se sostiene bastante bien. Resulta entretenida y llevadera, y si nos saltamos algunas inevitables manipulaciones por aquí y por allá (después de todo estamos tratando con una leyenda), no resulta en ningún minuto panfletaria. Es una típica peli de autosuperación personal, basada en eventos históricos, pero no resulta nunca demasiado pasada de roscas en eso de que ¡¡¡MIRA, AQUÍ ESTÁ TU NUEVA HEROÍNA A LA QUE APRENDERÁS A AMAR!!!, la plaga cotidiana de las pelis de underdogs tratando de buscar su lugar en el mundo. En ese sentido, resulta encomiable que la directora Mira Nair ("Salaam Bombay", "Kamasutra", "Ceguera histérica"), que podría haberse desbarrancado en el recurso fácil y siempre agradecido por las recuas de bueyes del feminismo destemplado para ganarse premios y etcétera, opte en cambio simplemente por contar la historia y se acabó. De una manera a veces fría e impersonal, vale, muy de postín para que se vea bonito en la ceremonia de los Oscar (producen los estudios Fox Searchlight, especializados en "pelis comerciales con acabado cultureta para dorarles la píldora a la alta crítica y pelarnos unos cuantos Oscares"), pero si me leyeron bien hace un rato atrás, dije que la peli se sostiene bastante bien y es entretenida, no que sea una obra de arte (y no tiene por qué serlo tampoco). Creo que el batacazo que se pegó esta peli, tiene más que ver con un tema de expectativas demasiado altas y frustradas, más que con una peli intrínsecamente mala (que no lo es, como decía). Y si me preguntan, prefiero una peli cultureta discreta-pero-entretenida, a un gran mamotreto que confunda pretenciosidad con arte. O la filosofía de mejor dar un salto chiquito y seguro, que uno grande en que te quiebres ambas piernas.

-- Las actuaciones son en general de buen nivel, aunque quizás algo discretas tratándose del elencazo que tienen a disposición. Hilary Swank cumple bien con lo suyo, y probablemente por físico y talento actoral era la única que podía sacar adelante el rol (porque por Bastet que era fea la diabla ésa de la Amelia Earhart original). Richard Gere hace, bueno... hace de Richard Gere haciendo de George Putnam, pero encaja más o menos bien en el papel, y no tenemos problemas por ese lado. Ewan McGregor hace lo que mejor puede con un rol un tanto plano (con todo, está mejor que su estrambótico papel en "Angeles y demonios"). Christopher Eccleston por su parte hace un aceptable secundario. Y para los amantes de la trivia, digamos que tenemos a Mia Wasikowska antes de su rol en "Alicia en el País de las Maravillas", interpretando a una pionera de la aviación que bien podría ser Alicia en la Atmósfera de las Maravillas o algo así (¿esta chica no tiene otra manera de interpretar sus papeles?), y a Cherry Jones, la Presidenta de Estados Unidos de "24" himself, haciendo de... Primera Dama (Eleanor Roosevelt), para que no se estrese tanto la pobre señora, miren ustedes que tener que salirse de un set para ir a ensayar otro papel completamente diferente que le exija armarlo de principio a fin.

IDEAL PARA: Ver un aecptable biopic sobre una controvertida personalidad histórica.

miércoles, 16 de febrero de 2011

"Antes de las lluvias" (2007).


-- "Before the Rains". Estados Unidos / India / Inglaterra. Año 2007.
-- Dirección: Santosh Sivan.
-- Actuación: Linus Roache, Rahul Bose, Nandita Das, Jennifer Ehle, Leopold Benedict, Dr. Ambikathmajan, Indrajith, Lakshmi Krishnamurthy, Lal, John Standing, Thilakan, Ejji K. Umamahesh.
-- Guión: Cathy Rabin, basada en el guión de Dan Verete.
-- Banda Sonora: Mark Kilian.

-- "Antes de las lluvias" en IMDb.
-- "Antes de las lluvias" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La India, 1937. Mientras flotan vientos de libertad sobre la colonia más grande del planeta, un hacendado británico decide que es buena idea construir un camino privado para... ¡explotar la jungla! ¡depredar el medio ambiente! ¡generar capitales para el colonialismo británico! Nuestro simpático emprendedor, por su parte, se ha avenido lo más bien con una nativa que está buena y es simpática, a escondidas por supuesto porque ella es casada y ya sabemos cómo son las cosas con esos nativos salvajes y sus costumbres supersticiosas, que por un nada arman una rebelión y rechazan a Occidente y etcétera. Se supone que el asunto no tendría consecuencias de ningún tipo, pero las cosas siempre pueden enredarse un poco más. Por ejemplo, puede ser que el técnico ingeniero del asunto, que es un indostánico, también esté verde por la chica aunque por respeto a la raza, el clan y todo eso, tenga que quedarse en dique seco y mirando con ojitos de cordero degollado. Puede ser también que el marido sea un zurrador de los buenos, de como tienen que ser los maridos, que hay que pegarles porque si ellos no saben la razón, seguro que ellas sí. Puede ser también que llegue la esposa desde el extranjero con el hijo y entonces la relación no tiene más remedio que acabarse. Y puede ser que la nativa, dentro de la simplicidad mental propias de las razas inferiores, decida encapricharse porque ella está enamorada del príncipe azul en su palacio, y se niegue a entender razones, y entonces...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Por allá por 2002 hubo una peli llamada "Yellow Asphalt", que servidor General Gato quien esto escribe no ha tenido ocasión de ver, y que según se ha informado por aquí o allá, trataba sobre incidentes entre israelíes y palestinos. Uno de los tres segmentos que la componían pareció lo suficientemente bueno como para merecer un remake, ahora por todo lo alto como una peli entera. Y como la historia es universal, atemporal, etcétera (el clásico Romeo y Julieta, sólo que en este caso Romeo es un niñato caprichoso de mierda), lo trasladaron a la India de los '30s. Con toda la suntuosidad de Merchant Ivory Productions, todo sea dicho. Quien manda aquí es claro: aunque su director es Santosh Sivan, se la promociona estridentemente como una "Merchant Ivory", lo que significa que encontraremos una suntuosa recreación de época, un guión cuidado, y esa cosa muy british y flema de mantenerse siempre dentro de la orilla (además de un mensaje intrínsecamente conservador, que James Ivory no es precisamente un rojo). El resultado fue una peli que tuvo un cierto éxito con la crítica, pero como de costumbre, no arrasó en público, y tuvo una explotación más bien fugaz en los circuitos de cine arte. Como de costumbre, repito.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Digamos de entrada que es el típico producto Merchant Ivory Productions. Lo que por supuesto es una buena noticia. Vale que el estilo de cine promocionado por James Ivory se siente a ratos un poco trasnochado, como si el hombre se hubiera quedado pegado en el cine histórico de los '60s, pero el hombre al menos es respetuoso con la historia y los entornos que narra, y pulsa los resortes narrativos del melodrama a través de los personajes, no mediante el lacrimógeno chantaje sentimental. Ante la poderosa voluntad del capital británico, la India se doblega una vez más, y la voz de Santosh Sivan (que había rodado cosas como "Asoka", "Novia y prejuicio" y "Un toque de especias") se pierde por completo aquí, subsumida ante la voluntad mayestática, sublime e imperial de Merchant Ivory Productions (James Ivory no tuvo nada que ver, pero suponemos que la gente que lo ha sucedido viene cooptada, así es que hay un sello que se mantiene en el tiempo). Desde ese punto de vista, aunque la peli huela un poco a trasnochada, como a algo que podía haberse rodado diez o veinte años antes (más o menos en la época de "Gandhi" o "Pasaje a la India"), aún así se mantiene sólidamente en pie. Ayuda por supuesto un guión endemoniadamente bien construído, la clase de historia en que las circunstancias se van enredando bien enmarañadas las jodías para que todo, cuando parezca estarse resolviendo, vaya un punto más con rumbo hacia el desastre. Y bueno, aunque no lo crean, el final no es tan predecible como pareciera (aunque muchos aspectos del mismo quedan más entregados a la intuición del espectador, que literalmente mostrados en escena, lo que por otra parte tampoco está mal, en una época en donde el grueso de las pelis te dan todo insultantemente cocido y masticado para que no pienses). Y todo esto, abordado con sencillez y recato intelectual, sin tratar en ningún minuto de forzar las cosas para mandar mensajes o cosas así. O sea, una pequeña joyita de peli.

-- La peli presenta un punto de humor involuntario, cuando trata de ser ecuánime con británicos e indostánicos (después de todo, hubo capitales de ambos involucrados, y el asunto se rodó in situ, en la India), y al final termina quedando mal con todos. Porque trata de ser respetuoso con los nativos, pero no puede evitar mostrar su primitivismo con una mirada de "mira cómo son estos salvajes, qué bueno hemos venido para traerles la civilización" (parte importante de la trama es que como telón de fondo están estallando los primeros fuegos de la emancipación de la India, que vendrá a la vuelta de diez años, pero las consecuencias más filosas de ese tema son pasadas un poco en sordina). Con decir que el único indostánico "bueno" y civilizado en toda la historia es el ingeniero que fue a una escuela occidental, y aún así, el pobre hace el ridículo siendo el tapete del británico para todo (incluso para taparle sus cochinadas Triple X), y de la chica, que es tonta como una esponja, mejor ni hablemos. A la vez, tratan de no ser demasiado heroicos mostrando a los británicos, pero a la larga igual acaban justificándolos (la esposa es buena y noble, el esposo es un fresco-'e-raja pero "igual la quería", y sólo el banquero aparece con rasgos que podríamos llamar derechamente imperialistas). O sea, el mensaje subliminal de la peli (Ivory Merchant Productions, recordemos) es que el imperialismo británico tenía sus cositas malas, sí, a veces a los latifundistas ariosajones se les iba la mano con las nativas, pero es que vamos, con gente tan bruta que recurría a ordalías y cosas así para juzgar en tribunal a las personas, es una suerte que llegaran los europeos a traerles... ¡Progreso! (y miren los malagradecíos como agradecen, queriendo independizarse, habráse visto). Quizás el asunto no sería tan chocante si fuera un poco más abierto, pero lo divertido del caso es que tratan de limar todos los aspectos más sensibles del tema para que nadie se sienta ofendido, y el resultado es una peli tan políticamente correcta, que resulta hasta cómica en algunos pasajes. Al menos, el cine clásico de "británicos en la India" tenía la desvergüenza de mostrar su racismo abiertamente, en vez de camuflarlo, lo que podrá no ser mucho más edificante, pero al menos es más honesto ("Gunga Din", sin ir demasiado lejos).

-- Un punto importantísimo de esta peli son las actuaciones. Los actores en general están muy bien dentro de sus roles, y consiguen evitar que la peli naufrague en un mar de estereotipos. Linus Roache, eterno secundario de pelis como "Las crónicas de Riddick" o "Batman inicia", compone de manera extraordinaria a un hacendado que en el fondo es un niñito mimado de la fortuna que presiona su buena suerte más allá de lo que debiera, y que a pesar de lo repelente que es su personaje, hasta da lástima y todo por cómo las cosas se le van torciendo a medida que va pasando la peli. Nandita Das es su contrapunto perfecto, la chica indostánica que se enamora de su amo y señor con algo más parecido a la obnubilación que otra cosa (y lógico, si su marido es un pobre pelafustán de la aldea que para colmo es tirano y maltratador, mientras que el otro es un millonario en su búngalou, y además rubiecito de ojos azules, ahí no hay donde perderse), y que se aferra al British Dream hasta las últimas consecuencias. Rahul Bose es el ingeniero con ojos de cordero degollado, también en un estupendo papel, atrapado entre sus raíces indostánicas por un lado, y su aprecio por la labor civilizadora del hombre blanco, sin saber mucho qué hacer y sin tener claro de a qué mundo pertenece, y si bien su personaje puede parecer un tanto ridículo a ratos, su escena final en la que habla sobre el camino y los monzones explica de lleno las motivaciones que han llevado a su personaje a comportarse de la manera en que se ha comportado (y que el señor Bose saca adelante con enormidad, todo sea dicho). Jennifer Ehle por su parte es la siempre perfecta esposa británica, que se ha casado con el perfecto esposo británico, y que como el común de las hembras del mundo occidental, acabará por ser incapaz de entender que las cosas en su mundo perfecto no siempre encajan como ella querría que encajaran.

-- Mención aparte para el soundtrack, bastante ajustado a la peli, siempre contenido y funcional al relato, sin superlativos ni desmadres de ninguna clase (ni menos pretendiendo chantajear emocionalmente al espectador con violines chillando en los momentos dramáticos más estratégicos y etcétera, como suele ser costumbre en muchas pelis históricas, y de las otras también). Cortesía de Mark Kilian, como un nombre a tener en cuenta en lo sucesivo.

IDEAL PARA: Ver un drama humano bien escrito y facturado.

martes, 15 de febrero de 2011

"Gunga Din" (1939).


-- "Gunga Din". Estados Unidos. Año 1939.
-- Dirección: George Stevens.
-- Actuación: Cary Grant, Victor McLaglen, Douglas Fairbanks Jr., Sam Jaffe, Eduardo Ciannelli, Joan Fontaine, Montagu Love, Robert Coote, Abner Biberman, Lumsden Hare.
-- Guión: Joel Sayre y Fred Guiol, con contribuciones sin acreditar de Lester Cohen, John Colton, William Faulkner, Vincent Lawrence, Dudley Nichols y Anthony Veiller, sobre una historia de Ben Hecht y Charles MacArthur, inspirados en el poema de Rudyard Kipling.
-- Banda Sonora: Alfred Newman.

-- "Gunda Din" en IMDb.
-- "Gunda Din" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La India, continente misterioso y exótico, en donde los fieles no se comen el cuerpo de su dios hecho pan, sino que... ¡le ofrecen sangre! (miren ustedes qué bárbaros). Es la época en que la India ha sido conquistada por los británicos, que llevan el ejército, el telégrafo... ¡la civilización! Y miren ustedes como ésos salvajes lo pagan, con insurrecciones y... ¡pretensiones de conquista mundial! ¡Esos patipelaos que a duras penas consiguen sujetarse el culo dentro del taparrabos! ¡Habráse visto tamaña insolencia! El caso es que esos insurrectos consiguen destruir un puesto de telégrafos y cortar las comunicaciones, con lo que los boys yank... perdón, me quedé pegado en lo de Irak, si es que como India también empieza con "I". El caso es que los boys british, ahora sí, se quedan turulatos con lo que ocurren, y con perfecto espíritu xXx de enviar serpientes a lidiar con serpientes, destacan a tres hombres para la misión de reconocimiento, que son seguidos por el aguatero del equipo, un cipayo que, adivinaron, es el tal Gunga Din, que para seguir los estereotipos propios del cine de la época (1939, todavía había británicos en la India, ¿vale?), es un pardillo hipnotizado por las charreteras militares y todo eso. Estos cuatro hacen un terrible descubrimiento: los terroristas en realidad están cimentando las bases para un Imperio Indio, para obtener la independencia... ¡¡¡PARA CONQUISTAR EL MUNDO, MUAHAHAHAHÁ!!! ¿Conseguirán nuestros aguerridos héroes del orden y la civilización, detener a esta panda de salvajes que están a punto de dejar caer la tempestad sobre la India?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Una de las gracias de ver cine de todas las épocas, es que a través de las pelis se puede tener un retrato, no diré fiel de la Historia del Siglo XX, pero sí de las percepciones sobre cómo funcionaba el mundo. En la primera mitad del XX, antes de que llegaran los anticolonialistas a arruinarnos la diversión, había un estilo de cine en que los imperios coloniales europeos le enseñaban a los salvajes de todas partes quién era el que mandaba. Y cuando era un salvaje el que era "el bueno", en realidad siempre existía la conexión europea (como Tarzán, que vivía en la jungla y defendía la jungla, pero en realidad no era un negrito de mierda, sino un buen y clásico aristócrata europeo que por malvado infortunio del destino acaba varado en el continente que no le corresponde... y va y se enseñorea del mismo, que para eso era europeo, faltaba más). Lo que hoy en día son las pelis de Jerry Bruckheimer exaltando el militarismo de Estados Unidos ("Top Gun", "Marea roja", "Halcón Negro derribado", "Pearl Harbor"...), en la década de los '30s y '40s eran las pelis de británicos en el más imperial de todos sus dominios imperiales, que era la India. Porque harto que se cagaban en los salvajes de la India, sin parar mientes (ni les convenía tampoco) en que su civilización tenía 3500 años, que poseían grandes imperios y filosofías cuando en Stonehenge todavía vivían en tribus y adoraban al fuego, y que además los de la India inventaron el cero. "Gunga Din" es otra de estas pelis de exaltación patriótica e imperialista, hecha un poco a la estela de "La carga de la Brigada Ligera" (cambiando el poema de Tennyson por el de Kypling, pero manteniendo a los buenos británicos versus los malvados insurrectos), y por lo mismo, consistentemente reconocida como una de las mejores pelis de aventuras hechas en Estados Unidos.

¿POR QUÉ VERLA?

-- "Gunda Din" es de esas pelis que hoy en día vale más la pena ver por su valor arqueológico, que por tener cosas interesantes que decir hoy en día. Vale que a papi Spielberg lo dejó alucinando, y se robó una enorme cantidad de detalles (la ambientación indostánica, los villanos, el leit motiv de la búsqueda del tesoro que tienen los villanos, el culto ritual, etcétera) para "Indiana Jones y el Templo de la Perdición", y que la dupleta de Blake Edwards y Peter Sellers le rindió un sentido homenaje bajo los ropajes de la sangrante parodia de la escena inicial de "La fiesta inolvidable", pero claro, esto vale sólo para los interesados en las genealogías. Dicho en plata, esta peli está seriamente necesitada de un remake. No es mala. De hecho es bastante buena... para los estándares de 1939, y ése es el principal problema. Otras pelis del mismo año están también bastante envejecidas, pero sobreviven por otros detalles: "El mago de Oz" por su carga de magia, "Lo que el viento se llevó" por ser una historia bigger than life... Pero en "Gunga Din" todo es aventura pura y dura. Rodada con el ritmo de caracol que era normal en 1939, pero que resulta soporífero siete décadas después. Existen escenas de acción, pero como que echamos de menos la sangre y el gore que se han puesto de moda post "Gladiador" y "El Señor de los Anillos". Existen momentos humorísticos, pero son de una ingenuidad desarmante para el público actual. Y por supuesto que tenemos sacrificio final, pero el personaje a sacrificar, en vez de ser un tipo noble y heroico (un Aragorn, vamos), es un mequetrefe que encarna a la perfección todos esos valores antiguallas de "sé un buen chico, sé respetuoso, sé obediente y respeta el sistema", que poco tiempo después, durante la explosión de los '50s, pasarían drásticamente de moda. Es cierto que para ver cine antiguo tienes las más de las veces que hacer abstracción de muchas cosas y sumergirte en la mentalidad de la época para disfrutar mejor lo que querían hacer, pero esta necesidad es particularmente dramática en el caso de "Gunga Din". No ayuda tampoco la desmayada dirección de George Stevens, tipo que se paseó con mayor o menor fortuna (generalmente menor, como le sucede a veces a los que abarcan mucho y aprietan poco) por la comedia ("La mujer del año"), el cine social ("Un lugar en el sol"), el drama ("Gigante") y el cine bíblico ("La historia más grande jamás contada"). En resumen, el gran valor que conserva esta peli, es como testimonio arqueológico de una época ya ida, tanto en el panorama político internacional, como de una forma de hacer cine, así como también de una mentalidad paternalista y occidentalizante que ya no cuela en ningún lugar.

-- Para no echarle tanta leña a la peli, dos joyitas en particular. Una, ver a Cary Grant hecho un crío, en un rol marcadamente diferente, más festivo y bullanguero, que sus papeles más "maduros". Y otra, Eduardo Cianelli como prototipo del malo maloso que desde un recóndito lugar de Asia está listo para conquistar el mundo, y que parece un borrador de lo que después será el Doctor No de "El satánico Doctor No", o la organización SPECTRE de otras tantas pelis Bond.

IDEAL PARA: Cinearqueólogos.

lunes, 14 de febrero de 2011

"Muerte en el Nilo" (1978).


-- "Death on the Nile". Inglaterra. Año 1978.
-- Dirección: John Guillermin.
-- Actuación: Peter Ustinov, Jane Birkin, Lois Chiles, Bette Davis, Mia Farrow, Jon Finch, Olivia Hussey, I.S. Johar, George Kennedy, Angela Lansbury, Simon MacCorkindale, David Niven, Maggie Smith, Jack Warden, Harry Andrews.
-- Guión: Anthony Shaffer, basado en la novela de Agatha Christie.
-- Banda Sonora: Nino Rota.

-- "Muerte en el Nilo" en IMDb.
-- "Muerte en el Nilo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

A un muy típico lugar campirano de Inglaterra (ya saben: campiñas, setos bien cuidados, casas de madera y piedra con gentes rústicas-pero-amables, y una gran casona señorial con cañón de servidores) llega una fulana que es rica de millonaria y rica de mijitasquisita también (Lois Chiles, futura Bond girl por más señas). Si a estos antecedentes le sumamos que es más pesada que un plomo, ya olemos a buitre alrededor suyo. Y es que en un puñadito de escenas, conocemos a varios personajes que, ya se saben uds. el protocolo, se beneficiarían grandemente si ella muriera, partiendo por la mejor y medio desquiciada amiga a la que le ha robado el novio, siguiendo por el tipo que le administra la fortuna, y así sucesivamente (algunos culpables tienen unos motivos más que rocambolescos, todo sea dicho, para que no nos olvidemos que es una de la Gata Christie). El caso es que la heredera millonaria que está para clavarle toda la fortuna, por decirlo así, se va de luna de miel con su noviecito. A Egipto, al río Nilo, claro, que la cosa no en balde se llama "Muerte en el Nilo". Y como si todos los augurios no fueran suficientes, para colmo, ¿qué país elige el incombustible Hércules Poirot para marcharse a vacacionar? Adivinaron: Egipto. El caso es que todos los personajes, incluyendo a la que huele a fiambre y a los otros, se les ocurre embarcarse en el mismo crucero. Y claro, las relaciones se van tensando cada vez más, hay de esos diálogos que parecen significar una cosa pero en realidad quizás significan otra diferente (ya se sabe, ese estilo entre insinuar y no decir nada significativo, pero que suene como macabro, y dicho con toda seriedad para que se vea... ¡¡¡AMENAZANTE!!!). Hasta que ocurre lo inevitable. Las balas vuelan, y en medio del caos, aparece alguien muerto. Ya sé que parte del misterio es en primer lugar a quien van a matar, pero es que ya lo sabíamos desde que vimos entrar al personaje. ¿No adivinan? Pues adivinaron: la méndiga millonaria ésa. Ahora, Hércules Poirot se pasea crucero arriba y crucero abajo (Nilo abajo y sólo abajo, eso sí) con una punta de sospechosos a bordo, y tiene las horas contadas para dar con el asesino, antes de que el crucero se acabe y todo se vaya al demonio.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Agatha Christie llevó a su máxima perfección una cierta manera de entender la novela policial: la novela puzzle o el "quién lo hizo". Los antecedentes estaban en Poe y en Conan Doyle, pero la Christie fue "quién lo hizo", en este caso. Quizás la novela policial hubiera muerto ahí, pero después se abrieron las vetas de la novela negra y la cosa evolucionó en otra dirección. Lo que no ha impedido que la Christie siga gozando de una respetable popularidad, siendo traducida y leída a millones de idiomas, al nivel de otros grandes como la Biblia, Shakespeare o Corín Tellado. En una década tan oscura como los '70s, con Inglaterra larvando la efervescencia social que produciría más tarde a los punkies, a Depeche Mode y a Mr. Bean, quizás era hora de que el cine intentara volver a cierta respetabilidad, y en particular a esa respetabilidad de entreguerras que a los ingleses conservadores tanto les gusta, porque en ese período aún no se despachurraba el Empire. Y Agatha Christie, con esa mezcla de racionalidad narrativa y sofisticación de ambientes, era la criatura justa para ser adaptada en pelis. El éxito de "Asesinato en el Expreso Oriente" de 1974, realizado con todo mimo incluyendo todos esos valores eternos del cine inglés (la cuidada ambientación de época, las actuaciones contenidas, los diálogos pulcros y finos) hizo buena la idea de realizar algo así como una secuela (tanto como se puede considerar que una historia de la Christie es secuela de la otra, autocontenida como son). Repitieron la doma del caballito de batalla con "Muerte en el Nilo" (cambiando al bueno de Albert Finney por otro grande como es Peter Ustinov para el rol de Hercules Poirot), y se apuntaron otro éxito. Y es que estos ingleses saben hacerla.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Al igual que "Asesinato en el Expreso Oriente", esta peli tiene todos esos valores que hacen grande al cine británico de época: buenas actuaciones dentro de una buena recreación de época. En este caso, "recreación de época" incluye los fastuosos escenarios de Egipto (no son estudio, ojo, sino el Egipto de a veritas en donde se rodó la cosa), así como un vestuario cuidado hasta los menores detalles (Oscar al Mejor Vestuario en su año). Todo eso, con esa fotografía con filtros que era tan propia del cine de los '70s y que le confiere un cierto aire de irrealidad a algunas escenas. El resultado es una peli que no sólo recrea la época de Hercules Poirot, sino que directamente te agarra de las ñatas y te jala para el interior de las mismas, sumergiéndote dentro de la trama. Nada que temer aquí sobre esa solución también tan británica, de decorados de estudio fungiendo de "casonas antiguas" con actores declamando sus líneas de manera flemática: aquí hay suntuosidad por todo lo alto. Por cierto, extraña decisión la de contratar a John Guillermin como director, habida cuenta de que sus taquillazos anteriores tenía poco que ver con Agatha Christie: venía de rodar peliculones como "Infierno en la torre" y el remake de "King Kong" de 1976... Pero funcionó, y estamos bien.

-- El elenco es tan de lujo como los aristócratas pijillos que pueblan esta peli. Peter Ustinov es, fue y será forever un grande del cine (su recordado Nerón en "Quo Vadis", "Sinuhé el Egipcio", "Espartaco", "Topkapi"...), y su Hercules Poirot no es sino otra muestra de su prodigiosa capacidad interpretativa, un tanto bombástica como corresponde al inflado franc... er... perdón, belga Poirot, pero sin pasarse nunca ni un punto de la raya. Y Mia Farrow es la otra que se roba la peli entera, haciendo un rol de medio pirada que... bueno... hay que estarlo para haber estado con Woody Allen, ¿eh? El resto del elenco está ahí más que nada como adornitos de Navidad, bonitos y mononitos, pero son un lujo: la inmensa Bette Davis en uno de sus últimos grandes roles, Jane Birkin pasados sus años de gloria '60s pero aún defendiéndose a capa y espada, Lois Chiles (futura chica Bond en "Moonraker") dando bien el pego como pijilla de mierda, George Kennedy imponiendo su contundente presencia ("Aeropuerto", "¿Y dónde está el policía?"), Angela Landsbury tomándole el pulso a esto de andar metido en asesinatos sofisticados (a algunos añitos todavía de ser la buitre de "Reportera del crimen", serie que por cierto le roba el concepto entero a las de Christie, o de cómo tomar "Muerte en el Nilo" como un borrador de la futura serie de TV), David Niven ganándose el salario sin mucho esfuerzo pero con la bonhomía que le era característica, y Maggie Smith (sí, leñe, la maestra ésa de Harry Potter, ¿es que esta señora nunca fue joven...?) en un pequeño secundario. Cualquier productor se amputaría las manos por un elenco de este calibre, y esta peli lo tiene, y en actuaciones buenas, no de ésas que "llegué porque soy estrella, ¿dónde está mi cheque?".

-- ¿Y qué tal la trama? Bueno... Rocambolesca, por qué no decirlo. Obviamente todos tienen un motivo para matar a la víctima, pero algunos motivos son tan forzados que llegan a dar risa (y resulta obvio que ellos no fueron, porque el descojone y las cuchufletas por un final tan poco dramático se escucharían hasta la represa de Asuán). Y la resolución final está un poco en plan "el más difícil, miren qué bueno soy escribiendo guiones retorcidos", además que con un poco de olfato, ya te haces una idea de quién lo hizo y por qué (no es culpa de la peli: es que hemos visto demasiados capítulos de la "Reportera del crimen" que utiliza esquemas argumentales similares, así es que uno como que ya se acostumbra). Pero no importa, porque a pesar de todo, la peli se las arregla para agarrarte lo que es cosa mala. Y ver a ese desfile de actores y esos paisajes lo compensa todo. Así es que si te gusta la Gata Christie, estarás en tu salsa. Y si no te gusta y aún así quieres ver entretención de qualité... pues también.

IDEAL PARA: Los que les gustan las pelis de Agatha Christie, el cine británico de época, y los policiales en general.

domingo, 13 de febrero de 2011

"Chéri" (2009).


-- "Cheri". Inglaterra / Francia / Alemania. Año 2009.
-- Dirección: Stephen Frears.
-- Actuación: Michelle Pfeiffer, Rupert Friend, Kathy Bates, Felicity Jones, Frances Tomelty, Anita Pallenberg, Harriet Walter, Iben Hjejle.
-- Guión: Christopher Hampton, basado en la novela de Colette.
-- Banda Sonora: Alexandre Desplat.

-- "Cheri" en IMDb.
-- "Cheri" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La Europa del 900. Las naciones son mandadas por... ¿Edward? ¿Wilhelm? ¿Alfonso? ¡Oh, no! ¡Las que mandan son...! Las mujeres. Gran descubrimiento. En las camas de las amantes se curan en salud las monarquías y eyaculan sus apetitos de conquistar Alsacia, liberar la Italia irredenta o echar el más poderoso Dreadnought a los mares. Entre las más ilustres de estas mandatarias envueltas en seda y satín, está Lea de Lonval. O estaba, porque la edad no perdona, y la principal arma de control administrativo, que es la belleza física, está lentamente yéndose hacia el abismo de la "edad interesante", preludio a edades menos interesantes que en definitiva acaban en algo nada interesante (Michelle Pfeiffer, buenorra como está a su venerable edad la over-50s). Pero una antigua rival en el oficio, más vieja y acabada todavía (Kathy Bates, para que nos entendamos), le pide un favor: un último golpe y te retiras, nena. El asunto consiste en, er... enrielar al hijo de la amigota, que pasa por completo de su madre. El hijo, que se llama Chéri y es un niñato rico consentido de mierda que recibe su merecido por ello (o sea, se divierte en juergas y duerme con dos chicas por vez, o qué creían, si así funciona el mundo, kids), bien pronto hace caer a la señora en el juego, la seduce, y le da a esa hoguera apagándose un último combustible. La cosa dura seis largos años, en que Chéri se folla a la antigua cortesana y al mismo tiempo se deja mantener por ella, si es que tonto no es (la vieja tríada casa-comida-P). Pero todo se complica cuando la madre de Chéri, viendo que la cortesana Pfeiffer lo ha hecho hombre (bueno, algo así), concierta un matrimonio para él, y él, que le gusta más follar con la Pfeiffer que con una niñita de 18 años (por cierto, ¿dijimos que es medio afeminado, además de necrófilo?), aún así acepta porque, verán, hay una suculenta dote en juego, o qué creían, ¿que la vida de jarana iba a financiarse a sí misma ad eternum? Y él se toma el sacrificio de cambiar a una por otra con la mitad de edad, con enorme estoicismo (supiera la clase de viborilla que se está echando encima...), y ella también. ¿Estoicismo? Bueno, a él eso de consumar con la otra chica no le cuesta, pero la conexión emocional es un poco más difícil, mientras que ella pasa el sofoco lo mejor que puede, y finalmente, decide emprender un viaje. ¿Se reconciliarán finalmente Chéri y Lea? ¿Reconocerán que son tan para cuál, y que él es tan putito como ella, sólo que matrimonio mediante...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Aunque ustedes no lo crean, había una época en que el matrimonio... ¡no era una cuestión de amor! ¡La gente no se casaba necesariamente enamorada, y por lo general no era así! Er... bueno, en realidad hoy en día tampoco es muy así, que la gente dice mucho te quiero y te amo, pero a la hora de la verdad es más el me quiero a mí mismo como luzco mientras tú me acompañas que el te quiero a tí, y así es como los matrimonios se separan después de que sus respectivos narcisismos no terminan de encajar. ¿Cómo lo hacían entonces nuestros abuelos para no acabar matándose entre sí? En primer lugar: camas separadas. Nada peor que tener que follar con ese hombre o con esa mujer por obligación durante todo el resto de tu vida. En segundo término: él buscaba la satisfacción de los instintos carnales en una mujer "de ésas" mientras que ella sublimaba todas esas pulsiones sexuales reprimidas asumiendo los roles de buena madre, amante esposa, y tirana en la administración de la casa. Dentro de ese contexto, las cortesanas, las amantes de los poderosos (que la cosa era un servicio, y si la chica era atractiva y tenía conversación además era caro, así es que no era para la plebe de obreros deslomándose 14 horas en una fundición por un salario de hambre, aunque claro, después de 14 horas no estaban para follar ni a su esposa ni a nadie) eran de por sí una institución. Más de algún trono tambaleó por ellas. En medio de ese ambiente, una descocada bailarina bisex llamada Colette, se hizo también sus pinitos escribiendo novelillas escandalosillas y todo, que algún día leeré por lo picantes, supongo (no he leído ninguna, ni la que se basa esta peli ni otra). La novela cayó en las manos de Stephen Frears, director que se ha paseado por los más diversos tipos de cine (realismo social tatcheriano en "Sammy y Rose se van a la cama" y "Ropa limpia, negocios sucios", de época en "Relaciones peligrosas", sátira social en "Héroe por accidente", terror psicológico en "Mary Reilly", comedia en "Alta fidelidad", biopic en "La Reina"...). "Chéri" es un poco el regreso al buen y vetusto cine de época, veintidós años después de rodar la más bien aburridona "Relaciones peligrosas" (uno de los pocos casos en donde el remake, "Juegos sexuales", es más llevadera que la original sin sacrificar -demasiado- la calidad). Y reclutando a la misma actriz de "Relaciones peligrosas", o sea, a Michelle Pfeiffer (acá con Kathy Bates y no con Glenn Close de senior). ¿El resultado? Una peli que no la vieron ni los cuervos. Un poco de manera injusta, porque "La Reina" había dejado el listón bastante alto, y cualquier cosa que no estuviera a la altura, por buena que sea, iba a acabar siendo desechada. "Chéri" no es una peli perfecta, ni mucho menos. Pero tiene sus puntos a favor, y en general es bastante mejor que lo corriente en el panorama fílmico cotidiano.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos por lo obvio, y lo más remarcado en los comentarios sobre esta peli: Michelle Pfeiffer. Ella siempre ha sido una gran actriz, pero digámoslo fuerte y claro, un puntal importante de su carrera fue su grandiosa apariencia física, nunca desbordante ni contundente, pero llena de animalidad y sex-appeal (Gatúbela en "Batman regresa" fue un movimiento casi natural en su carrera). ¿Iba a hacer la transición a actriz veterana con dignidad y poderío, o iba a ser como tantas otras bonitas, de apagarse por el camino y arrastrarse sin dignidad ninguna por subproductos de tercera? Gracias a cosas como "El novio de mi madre" o "Stardust", ya tenemos la respuesta: es la primera. Y "Chéri" es la confirmación brutal de ello. Michelle Pfeiffer toma sin ascos un rol inmisericorde y brutal para su situación (personaje y actriz son dos chicas que tuvieron su gloria gracias a su belleza física, y se enfrentan a la inevitable declinación de la vejez y al marchitamiento del encanto físico), lo interpreta sin concesiones de ninguna clase (no al divismo, pero tampoco a la histeria, a la autorreferencia, a la autoparodia, o a la autocompasión), y a pesar de que el título hace referencia al prota masculino, en realidad termina siendo ella quien se roba todo el cartel, de la manera más natural del mundo, como si hubiera nacido para eso. A su lado, el pobre Rupert Friend (estupendo por otra parte como Alberto el príncipe consorte en "La joven Victoria"), hace lo que puede (que no es poco, seamos justos), pero aunque se nota el talento, también se nota la carencia de tablas, y la Pfeiffer se lo come vivo (como actriz, así como al personaje). Lea de Laval es con toda probabilidad uno de los mejores roles de Michelle Pfeiffer en toda su carrera, uno de aquellos por los cuales debería ser recordada por la posteridad, un rol que transmite fortaleza, energía, carisma, sex-appeal (¡a sus 51 al rodar!), chispa, insértese aquí el sinónimo que se le ocurra, y no es difícil entender por qué Chéri queda tan prendado de ella (otro cuento, claro, es al revés, que esa parte nunca es demasiado desarrollada aquí). Si eres un fanático de la Pfeiffer, esta peli es un must-see. Si te gustan las buenas actuaciones, también.

-- Stephen Frears. No es su mejor peli, ha estado más redondo o más acertado en otras partes, pero sigue siendo fiel a sí mismo. Aunque ha sido un turista por varios países fílmicos, Frears sigue manteniendo como sello propio y personal un cierto estilo de hacer crítica social, a un tiempo distanciado y flemático, muy british, que no le impide ser incisivo y despiadado cuando corresponde. Uno de los puntos altos de "Relaciones peligrosas" era la denuncia de la hipocresía social del siglo XVIII (que a su manera, es también la nuestra, como se deduce con un poco de inteligencia, porque la gente linda tiende a parecerse a lo largo de las centurias), y lo mismo ocurría con esa sutil mortificación de la Corona británica que fue "La Reina". En "Chéri" vemos un poco lo mismo. Los protagonistas no son los grandes ganadores de la Historia, ni siquiera influyen en ella, sino los que sacan partido de los poderosos, de los adinerados: ella, prostituyéndose por más que le ponga otros títulos (cortesana, amante, etcétera), y él, farreándose el dinero obtenido a punta de las follas de su madre primero y casándose por conveniencia después. Los dos protas no son héroes ni pretenden serlo: no buscan el cambio social ni hacer lo correcto. Pero tampoco son lo que diríamos malas personas: tienen emociones, sentimientos, y son capaces de genuino amor. Aunque este genuino amor quede enterrado debajo de un muro de convenciones sociales, y de un instinto primario de supervivencia y autoconservación, en el seno de una sociedad que adivinamos pendientes de las relaciones sociales, de las apariencias, del qué dirán (lo adivinamos por el oficio de ella, lleno de eufemismos para tapar un comercio socialmente vergonzoso, y también por el bochorno de la madre de Chéri, que por muy puta que haya sido, trata de que su hijo "se blanquee" y salve el buen nombre, etcétera, suponemos que para beneficiarse a su turno de amantes a las que pagar espléndidamente así como antes se beneficiaron a la madre de Chéri y también a su amante). La peli nunca remarca estos puntos: de manera muy británica, Frears se limita a exponerlos con la mayor naturalidad del mundo, y pueden pasar muy desapercibidos si no se presta atención. Pero están ahí, en el subtexto, en algunos diálogos incisivos, y en particular, en la actitud de los personajes que nunca es desesperada por asfixia social (como en otras pelis, a veces de manera terriblemente insulsa y malplanteada como la prota de "Alicia en el País de las Maravillas" de Tim Burton), sino que aceptan las reglas del juego como son, casi con inconsciencia, y que a su manera, también son engranajes de ese sistema.

-- La recreación de época es magnífica. Muchas pelis incurren en el error de retratar los primeros años del siglo XX como si fueran la prolongación natural del siglo XIX, lo que es comprensible si se considera lo costoso de las recreaciones (vestuario, locaciones...) lo que obliga a ciertas indulgencias en esta materia. Eso no ocurre en esta peli. Lo que estamos viendo es vestuario y arquitectura de la época. La residencia de Lea es efectivamente una de estilo modernista, con sus escaleras de peldaños de mármol con barandas de hierro, y los vestidos y ropajes que usa, también. La casa de la "amiga" de mayor edad tiene un aire más anticuado, más típicamente diecinueves, pero es lógico si se considera que su personaje es retratado como anquilosado y ya arrojado en la pendiente de la decadencia. Los jardines también tienen un estilo que recuerda poderosamente a la pintura academicista de su tiempo. Imagino que para un ojo sumamente entrenado, los detalles anacrónicos saltarán a la vista, pero puedo aseverar que en términos generales, la recreación está muy bien lograda, refleja de verdad lo que era la época, y más aún, termina por transformarse casi en un personaje más de la peli, mostrando la corrección y frialdad de los personajes y del medio en que se desenvuelven.

IDEAL PARA: Ver una buena peli de época con buenas actuaciones y su miga de crítica social.

sábado, 12 de febrero de 2011

"Te doy mi alma" (2002).


-- "Prendimi l'anima" (título original en italiano), "The Soul Keeper" (título internacional en inglés). Italia / Francia / Inglaterra. Año 2002.
-- Dirección: Roberto Faenza.
-- Actuación: Iain Glen, Emilia Fox, Craig Ferguson, Caroline Ducey, Jane Alexander, Viktor Sergachyov, Ivan Igogin, Joanna David, Michele Melega, Giovanni Lombardo Radice, Daria Galluccio, Anna Tiurina, Bob Marchese, V. Nakonechny, Fiorenza Brogi.
-- Guión: Gianni Arduini, François Cohen-Séat, Alessandro Defilippi, Roberto Faenza, Elda Ferri, Hugh Fleetwood y Giampiero Rigosi.
-- Banda Sonora: Andrea Guerra.

-- "Te doy mi alma" en IMDb.
-- "Te doy mi alma" en la Wikipedia en italiano.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Moscú, ciudad cantada por Rammstein y por Dschinghis Khan. Una viajera llega hasta la Joya de Rusia para hacer investigación entre los tovarich. El blanco: Sabina Spielrein, una judía media loca que los malvados hombres han satanizado desde comienzos del XX. Porque verán, Sabina Spielrein podrá haber sido una loca de atar, pero también fue una pionera en esto o aquello, además de ser judía y de que se opuso a ¡¡¡STALIN!!!, así es que tiene todos los papeles para ser "la buenah". El caso es que la spielréinloga se topa con un profesor inglés, y ambos entablan una relación simbiótica culturetoide narcisista. O sea, mientras él investiga y le enseña un par de lecciones a ella, ella se dedica a bucear en la mente de Sabina Spielrein y mimetizarse con ella, para entenderla en plan camaradería feminazi, darse cuenta de que la loquita no era tan loquita y en realidad era un poco como ella, etcétera. Después de un poco de esta parejita disparejita (que no desaparecerá, sino que volverá en momentos estratégicos de la peli a fastidiarnos lo bueno, o sea, ver a la Sabina Spielrein herself), volvemos a Zurich, a 1907, en donde afrontaremos las Aventuras del Joven Carl Gustav Jung. El joven padawan de Sigmund Freud está listo para afrontar su primer caso, que es una loca histérica llamada Sabina Spielrein. Jung abordará el proceso de una manera completamente distinta a lo que es habitual en materia de locoterapia: no duchas heladas, no palizas en noches de luna llena, no postulaciones a un cupo en el Parlamento. Carl Gustav Jung simplemente... escuchará. Y la chica podrá estar muy loca, pero al final es que nadie la escuchaba, ¿me entiendeh uhté? Mágicamente, la chica empieza a curarse, pero, urgh... también empieza a tenerle ganas al doctor Jung. El doctor Jung, por su parte, quiere y no quiere, porque verán, la Sabina Spielrein está buena, y tiene una calidez humana que su bella-pero-estreñida esposa no posee. De manera que, pues bien, vamos abusando de la relación médico-paciente. La cosa iría bien, salvo por un detalle: ¡¡¡Recuerden que la tal Sabina Spielrein está loca de atar!!! Así es que el triángulo amoroso derivará en crisis purificadora, en romance atormentado... y en un colegio blanco en la Santa Madre Rusia. Todo eso salpimentado, decíamos, por la astringente parejita en el Moscú de hoy.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Carl Gustav Jung debe ser uno de los personajes más inasibles de toda la cultura del siglo XX. A diferencia de Sigmund Freud, que es fácilmente reducible al tema de los tabúes sexuales, o de Skinner y sus ratitas en el laberinto con forma de T, o Pavlov y su perro campanotrópico, Carl Gustavito es un personaje complejo. Quizás ni él mismo se conociera. El psicoanálisis a la Freud es un pequeño baturrillo de teorías pseudocientíficas sobre cómo funciona la mente humana, que opera más por sugestión de autoridad en el paciente (como el cura confesor) que por un verdadero entendimiento de los mecanismos de la mente humana, y Carl Gustav Jung, fiel discípulo de Freud, llevó el tecnobalbuceo psicológico hasta sus obvias consecuencias, desbarrándose por la pendiente del misticismo e inventándose una serie de conceptos esotéricos como el inconsciente colectivo y cosas así, que no tendrán mucho de científico, pero que se ven muy molones, y que han influido lo suyo en el devenir del siglo XX. Pero, por detrás de sus atuendos de sacerdote chamán del inconsciente colectivo, ¿quién era Carl Gustav Jung? Un ser humano, probablemente. Con miedos y debilidades. Es probable que se pareciera más al calentorro presentado por Morris West en su estimable novela "El mundo es de cristal", que a la figura demiúrgica y semiastral que presenta Miguel Serrano en "El círculo hermético" (interesados en Jung, recomiendo la lectura de AMBAS obras, a pesar de ser meridianamente distintas en motivos y alcances). Y como la historiografía occidental desde que el mundo es mundo ha sido androcéntrica, falocéntrica y semencéntrica, pues bien, resulta que todo el mundo disculpa a Carl Gustav Jung, que además de ser psicólogo era un místico (y ya sabemos el temor reverencial que inspiran los místicos aunque uno no les trague, porque vaya a saber si tu vecino sí, y si por ofender a su místico favorito te pone una bomba incendiaria bajo el volante). Mientras que las chicas que pasaron por su vida, eran obstáculos carnales o Evas armadas con manzanas que le ataban a su condición terrena en vez de convertirse en un Ubermensch o un Boddhisatva, a elección. De manera que para el discurso hembrista llegó la hora de reivindicar con violencia militante a Sabina Spielrein, que no era precisamente una santa ni una señorita con la geometría bien ajustada en la azotea. Lo que queda al final de todo eso es, probablemente, dos seres humanos patéticos, una en su comportamiento histérico, el otro en su eterna fuga hacia ninguna parte para que sus hábitos sacerdotales ocultaran sus miserias psicológicas particulares. Pero no es su pecado. Después de todo, el 99% de la Humanidad es patético en su mediocridad, así es que no vamos a pedirles que sean supermanes y supergirls, ¿cierto?

¿POR QUÉ VERLA?

-- La sensación más acabada que tuve apenas termine de ver esta peli, fue... desconcierto. ¿Qué diablos habían querido contarme, al final? No es que la peli sea mala (no lo es, de hecho). No es que el tema sea poco interesante (¿Carl Gustav Jung, poco interesante...?). No es que no se esfuercen. Pero en su esfuerzo por querer abarcar demasiado, incurre en el pecado de morder más de lo que puede masticar. El nervio central y lo bueno del asunto es la historia entre Carl Gustav Jung y Sabina Spielrein. No sé si debería calificar a esto como una "historia romántica", pero al menos trata de sacarse los esquemas de ñoñería con que, sin duda, lo hubiera plagado una versión hollywoodense al uso. Pero a cada rato nos interrumpen esta peli con la investigación de los dos personajes en el Moscú del presente, que pareciera tener por objeto mostrarnos lo poco que sabemos sobre Sabina Spielrein y lo frágil que es la memoria histórica... y que falla miserablemente por el afán de mostrarnos cómo esta parejita empieza a entusiasmarse el uno por la otra y la otra por el uno... y nos desvían de la cuestión principal. Este truquito fue usado en la peli "Posesión", pero ahí se justificaba porque la trama giraba precisamente en torno de eso, en torno a dos personajes que de tanto investigar el pasado, terminaban un poco viviendo en él y a través de él, mientras que aquí no se trata de eso, sino del puñetero Carl Gustav Jung y la puñetera Sabina Spielrein, así es que la puñetera pareja de tortolitos en Moscú sobra. Mientras (la mayor parte del metraje) nos muestran el desenvolvimiento de la relación, tenemos un interesante biopic, dentro de las limitaciones propias del género. Pero para el final el asunto se despatarra entero, transformándose en un discurso para reivindicar a Sabina Spielrein, que en todo el tramo anterior de la peli no aparecía por ninguna parte. Mirando el listado de guionistas (seis tipos, además del director), me pregunto si demasiados pasteleros no habrán arruinado el pastel: "metamos esto que queda bien", "bueno, ya, pero no calza con esto otro", "¡pero yo quiero que esto otro esté!", "bueno, entonces lo dejamos, y ya veremos cómo lo arreglamos", "¡lo tengo, metamos esto otro y así lo cerramos!", "sí, pero así la peli se nos dispara en muchas direcciones", "qué importa, así tiene más lecturas y sublecturas", "ya, OK, hagámoslo así entonces". ¿Qué queda entonces para rescatar en esta peli? Bueno, lo habitual en pelis de época, en particular en las ambientadas en la Mitteleuropa del 900: vestuario, edificios, muebles antiguos... Además, la pareja protagónica (Iain Glen como Carl Gustav Jung y Emilia Fox como Sabina Spielrein) están los dos brillantes en sus roles. Y hay una que otra alusión al pensamiento psicológico/místico/ariosófico de Carl Gustav Jung. Si son razones suficientes para ver la peli, eso se lo dejo al criterio del amable lector de Cine 9009.

IDEAL PARA: Jungianos de pro y fagocitadores de biopics, y de pelis de época en general.

VIDEOS.

-- Escena de la peli en que Jung y Spielrein salen a, ehm, divertirse [en italiano, sin subtítulos].

viernes, 11 de febrero de 2011

"Temple de acero" (1969).


-- "True Grit" (título original en inglés), "Valor de ley" (título en España), "Valor de llei" (título en catalán). Estados Unidos. Año 1969.
-- Dirección: Henry Hathaway.
-- Actuación: John Wayne, Glen Campbell, Kim Darby, Jeremy Slate, Robert Duvall, Dennis Hopper, Alfred Ryder, Strother Martin, Jeff Corey, Ron Soble, John Fiedler, James Westerfield, John Doucette, Donald Woods, Edith Atwater.
-- Guión: Marguerite Roberts, basada en la novela de Charles Portis.
-- Banda Sonora: Elmer Bernstein.

-- "Temple de acero" en IMDb.
-- "Temple de acero" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

El viejo y plañidero Oeste. Una chiquilla camino a perder el "pre" en lo prepuberescente, se despide de su pá cuando éste parte, sin saber que ya no lo volverá a ver jamás, porque a su pá lo dejan tendío bien tendío en una caaalle. Y ni siquiera muere a manos de un buen villano, sino que de un pelafustán cualquieeera, que estaba mendigando techo en caaasa. Así es que la chica parte a buscar su destiiino. Concretamente, a encontrar un hombrón que le encaje cuatro balas al desgraciaaao. Lo encuentra en la figura de un Marshall bien amigo de disparar primero y preguntar despuéh, si señoh... Pero cuando quiere ir a entrevistarlo, éste se rehuuusa. Y es que la chica no le cae en graaacia. Pero ella insiste e insiiiste, hasta que se sale con la suuuya. Aunque el Marshall es viejo y acabaaado. Y además alcohólico, pues que hay que ver... Ahí van tres hombres a perseguir al desgraciaaao, que entre tanto se ha unido a una baaanda, y por lo tanto capturarlo ya no va a ser tan fácil, no señoh...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En los '50s, la vieja fórmula del Western de pistolero de camisita limpia contra hampones con pañuelos negros sobre la boca, empezaba a agotarse, en parte por repetición, en parte porque el Western era la épica del Far West que estaba viva en tanto quedaran en la audiencias gentes que hubieran sido niños en los milochonoventas o milnovecientos. Y se impuso el Western revisionista primero ("A la hora señalada", "El tren de las 3:10 a Yuma", "Más corazón que odio"), y luego desde el extranjero vino el gancho al hígado que fue el Spaghetti Western ("Por un puñado de dólares", "Por un puñado de dólares más", "El bueno, el malo y el feo"...), y el Western ya nunca más fue el mismo. Hollywood reaccionó entonces de dos maneras. Por un lado, spaguetiwesternizando sus propias producciones (por ejemplo, "Los profesionales" o "Dos mulas para la Hermana Sara"). Por la otra, tomando los viejos motivos y héroes del Western tradicional, pero desacralizando a los personajes, aunque sin sacrificar las otras cosas (fotografía limpia, camisitas bien lustrositas, auténticos paisajes medinusa en vez de Almería o los Apeninos). O sea, tomar la mala leche del Spaghetti Western y envolverlo en el delicado papel celofán del glamur jolivudense. "Temple de acero" se inscribe dentro de esta corriente. Por lo mismo tiene un sabor un poco ni chicha ni limoná. Pero se deja ver. Y es que John Wayne, otoñal y acabado, es mucho John Wayne. (A la fecha de postear esto no hemos podido ver el remake 2010 de esta peli, de los hermanos Coen, por cierto). (UPGRADE: Sí la vimos, y está comentada en Cine 9009: para leerla, seguir el enlace hasta "Temple de acero (2010)").

¿POR QUÉ VERLA?

-- Lo dicho. Esta peli trata de ser una puesta al día, a los tardíos '60s, del Western tradicional de toda la vida, y en esta empresa, como que se queda un poco corta de osada y también un poco corta de tradicional, en esa tierra de nadie que es la indefinición cinematográfica. No ayuda demasiado que el guión es morosito, morosito. La peli tiene un arranque de miedo, que en diez minutos te deja bien situado y listo para lo que viene. Y después, lo que viene es como una hora de interacción entre la chica y el pistolero viejo, mientras la primera intenta convencer al segundo. Cuando por fin salen de expedición, ya es como mitad de peli. Aunque después, cuando se trata de la expedición misma y empiezan a tronar los Winchester, la cosa se pone movida. Por cierto, y ya que estamos, la dirección estuvo a cargo de Henry Hathaway, director discreto que tenía su buena ración de Westerns en su capote, y que fuera del género nos regaló joyitas como "El Zorro del Desierto" o "Niágara".

-- Parte importante de esta peli, quizás el gran crédito para verla, es ver a John Wayne y a Kim Darby en escena. John Wayne no necesita presentación, es el prototipo del machomán del Western yanketa de toda la vida, pero en una época en que el tipo de cine que John Wayne hacía estaba desvaneciéndose, aún tuvo la energía necesaria para renovarse e interpretar el que probablemente es el personaje más salido de su carrera. Obtuvo el Premio Oscar al Mejor Actor en ese año, discutido porque hay quienes sostienen que sobreactúa descaradamente (yo no me incluyo entre ellos, porque el personaje es salido de fábrica, y se imponía una actuación de ese tipo), y que se lo dieron más que nada para que el pobre vejete pudiera irse a la tumba tranquilo con su tiíto Oscar. Fue el único de su carrera. A su lado está una debutante Kim Darby, en un papel que rechazaron o no pudieron tomar un bizarro listado que incluye a Mia Farrow, Sally Field (yes, she), Sondra Locke (futura señora Eastwood, por más señas), Aissa Wayne (sí, papi Wayne quería enchufar a su hijita, qué pasa con eso), Karen Carpenter (!), y una tal Tuesday Weld. Interesantemente, el veterano Wayne y la inexperta Darby se llevaron como el perro y el gato, debido al desprecio que John sentía por ella. Quizás por eso la química entre ambos es tan fuerte en pantalla: se supone que él la desprecia a ella, y ella está ansiosa por conseguir su premio, y eso es justamente lo que pasaba con los actores tras bambalinas. En cualquier caso, Kim Darby se apuntaba con esta peli de lleno como la nueva revelación actoral que debía inundar la pantalla en los '70s, y es una pérdida sensible que después de su carismático papel acá, se haya perdido en roles de segunda y tercera fila hasta desaparecer del cine sin que nadie se diera la gran cuenta.

-- A veces es increíble cómo estas pelis antiguas, con todo lo puritanos que eran los años pasados, se permitían licencias que serían impensables en el Hollywood de hoy en día. Veamos la situación. Se trata de una chica en sus catorce o quince, yéndose a perseguir un bandolero con dos hombrones mayores que son más fuertes que ella, y que en cualquier minuto podrían dar buena cuenta de ella (ya saben a lo que me refiero). Y la peli se asume esto como lo más natural del mundo. Claro, todo se plantea en la vena de una tensa relación paternofilial entre el viejo malcarado y la cría metiche, pero no cuesta demasiado correr el tejo y pensar a campo traviesa. No me extrañaría que parte importante del crédito en la supervivencia de esta peli, se le deba a las inconfesables ramificaciones subliminales que tiene la trama.

-- En esta peli vemos también a dos futuros grandotes del cine, haciendo papeles secundarios, pero aún así reconocibles. Está Robert Duvall como el jefe de los bandidos, y a pesar de estar hecho un crío, tiene una presencia que inunda la pantalla (faltaban tres años para su genial Tom Hagen de "El Padrino"). Y también Dennis Hopper, en el mismo año que se consagró por "Busco mi destino", haciendo un rolcito menor por ahí.

-- Sé que muchas veces hago un punteo para la banda sonora, y a estas alturas del partido ya deben estar aburridos de que no encuentre casi ninguna banda sonora mala (cuenten en todo caso las veces que NO lo he mencionado, si también las hay puñeteras). En este caso es el gran Elmer Bernstein el que nos brinda un estupendo soundtrack. La escena final de la peli (no, no diré cómo termina) no sería lo mismo ni tendría el mismo espíritu si no fuera por el estupendo tema de acompañamiento que Bernstein utiliza para la misma.

IDEAL PARA: Ver un Western que sale adelante un poco trabajosamente y por los puntos.

jueves, 10 de febrero de 2011

"El rifle" (1952).


-- "Springfield Rifle" (título original en inglés), "El honor del capitán Lex" (título en España).
-- Dirección: André de Toth.
-- Actuación: Gary Cooper, Phyllis Thaxter, David Brian, Paul Kelly, Lon Chaney Jr., Philip Carey, James Millican, Guinn 'Big Boy' Williams, Alan Hale Jr., Martin Milner, Wilton Graff.
-- Guión: Charles Marquis Warren y Frank Davis, basados en una historia de Sloan Nibley.
-- Banda Sonora: Max Steiner.

-- "El rifle de Springfield" en IMDb.
-- "El rifle de Springfield" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En los tiempos de la Guerra Civil de Estados Unidos, que como todos sabemos gracias a las pelis yankis, es una de las conflagraciones más importantes de todos los tiempos porque se luchaba contra la... ¡¡¡ESCLAVITUD!!! Bueno, en esta peli no hay ni se habla de esclavos, pero no importa, porque es como si en la Segunda Guerra Mundial no se mencionara la solución final, si igual sabemos que los yankis son los buenos y los nazis los malos. En este caso el Norte son los good boys, y los malvados vienen del Sur. Resulta que la guerra la ganará quien disponga de más... ¡¡¡CABALLOS!!! Por tanto, mover caballos en tierras vaqueras es de importancia vital para que gane... ¡¡¡EL NORTE!!! Y resulta que hay una panda de bandoleros allá afuera, cabrones jopú que no tienen Patria (¿cómo van a tenerla, si son enemigos de... EL NORTE???), que asalta a las tropas de la Unión, les roban los caballos... ¡y los venden al Sur, MWAHAHAHAHAHÁ!!! Y los altos mandos, miopes como de costumbre ante la importancia de lo esencial, que en este caso son los... ¡¡¡CABALLOS!!! ...erre con erre en no mandar rejuerzos. En medio de una de esas operaciones, a un tipo le dan la orden de defender los caballos con su vida y su orina si fuere preciso, pero el tipo se mea en sus calzoncillos y para salvar la vida, vamos apretando nalgas para imprimirle alas a los pies (¡Gary Cooper, en un rol indigno de su machez!). El caso es que lo someten a corte marcial, lo degradan, y ahora todo el campamento militar lo mira como... ¡¡¡EL COBARDE!!! Porque no ha sabido serle fiel a... vamos, sé que se la saben... ¡¡¡EL NORTE!!! Por vueltas y revueltas del guión, sumado al complot de un milico too cabronazo, acaba en un calabozo y listo para ser colgado del gaznate. Pero consigue fugarse con un par de hampones de la banda de cuatreros, y se infiltra. A partir de entonces ya nos relajamos. En primer lugar sabemos que es el prota y que además es Gary Cooper, así es que no puede ser que se haya pasado al bandoh de loh maloh, y seguramente los va a sabotear desde adentro o algo así, ¿verdad? ¿Verdad...? ¿¿¿VERDÁH...???

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Así como a los niños griegos les contaban la Ilíada para que se sintieran orgullosos de ser griegos y a los germanitos les contaban las hazañas de Odín y Thor por lo mismo, a los yanketas de toda la vida se les contaba cuentos de vaqueros e indios para que se sintieran orgullosos de ser yankis. El género Western llegó así a ser uno de los géneros más prolíficos de Hollywood. Si alguien contara la importancia de los eventos en la historia universal por el número de pelis rodado sobre ellos, la Guerra Civil de Estados Unidos supera de largo al descubrimiento de las vacunas, los graffitis del Michelángelo ése en la Sixtina o la llegada de los europeos al Nuevo Mundo. "El rifle" pertenece a esa tradición más clásica del Western, aquella en la que todavía existía puro espíritu épico, de vaqueros con camisitas limpias peleando por lo bueno y justo (el individuo y América, claro está), etcétera. Resulta curioso observar que Gary Cooper, el actor de este muy tradicional y de toda la vida Western, rodó dos pelis en 1952, y la otra es también un Western, pero uno de los primeros que puede calificarse de "revisionista": me refiero claro está a "A la hora señalada". "El rifle" es una pieza de un género que en su concepción clásica original ya estaba muriendo. De hecho, esta peli ha pasado a un piadoso olvido. De manera inmerecida, quizás.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta peli es entretención a la vena. En su horita y media tiene un ritmo endiablado (en la reseña de apertura alcancé a referirme a menos de media hora de peli, tratando de mandarme la menor cantidad de spoilers posible, y queda todavía bastante argumento por delante), y el guión consigue sacudirse la losa que pesa sobre el noventa por ciento de los Western (sobre el noventa por ciento del cine de Hollywood, ya puestos, en realidad) de ser predecible y relajarte. Claro, es una peli a la antigua, de manera que no se espere aquí espectaculares escenas de acción o que fluya la sangre a raudales, pero sí pasan cosas, hay aventura, algo de suspenso... Como decía, no quiero referirme más a la peli para no traicionar al futuro espectador, pero sin ser una obra maestra ni mucho menos (¿y por qué tendría que serlo, en realidad?) es una peli recomendada y con el sello de garantía de Cine 9009. Gary Cooper cumple con oficio con su papel de macho recio de toda la vida. Phyllis Thaxter acompaña muy bien a pesar de su tendencia a la interpretación actoral y a la sobreactuación, el estigma común de muchos actores y actrices de los '50s, un tiempo en que la actuación teatral estaba quedando obsoleta frente a aproximaciones más naturalistas a los personajes del cine (con todo fue su último rol importante, debido a su prematuro retiro del cine por problemas de salud, aunque reapareció después brevemente como la mami de Christopher Reeves en "Superman"). Y entre los villanos tenemos nada menos que a Lon Chaney Jr. (el Hombre Lobo himself). La banda sonora pertenece al incombustible Max Steiner ("Lo que el viento se llevó", "Casablanca", "El motín del Caine"), que suena quizás un poco demodé a ratos, pero sigue siendo un trabajo tremendamente profesional. En definitiva, "El rifle" es una peli de entretenimiento puro y duro y sin mayores pretensiones, que bajo esos respectos funciona muy bien incluso bajo los estándares de hoy en día.

IDEAL PARA: Aficionados a las aventuras de toda la vida.

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