11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

lunes, 13 de febrero de 2012

"El secreto de mi éxito" (1987).


-- "The Secret of My Success". Estados Unidos. Año 1987.
-- Dirección: Herbert Ross.
-- Actuación: Michael J. Fox, Helen Slater, Richard Jordan, Margaret Whitton, John Pankow, Christopher Murney, Gerry Bamman, Fred Gwynne, Carol Ann Susi, Elizabeth Franz, Drew Snyder, Susan Kellermann, Barton Heyman, Mercedes Ruehl, Ira Wheeler.
-- Guión: Jim Cash, Jack Epps Jr. y AJ Carothers, basados en una historia de este último.
-- Banda Sonora: David Foster.

-- "El secreto de mi éxito" en IMDb.
-- "El secreto de mi éxito" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un campirano de ese estado que le da tiempo compartido al Creacionismo y al Evolucionismo que es Kansas, llega a Nueva York. ¿Clark Kent? Vale, Clark Kent era de Kansas, pero éste llega a Nueva York y no a Metrópolis, aunque ambas ciudades en definitiva sean más o menos la misma. El campirano llega a trabajar a una gran megachupi empresa corporativa, sólo para averiguar en el primer día que está de patitas en la calle, porque la empresa acaba de ser comprada y el 90% de sus empleados está dándole de comer a las palomas en el Central Park. Nuestro héroe tiene que empezar a buscar trabajo, buscar trabajo, buscar trabajo... hasta que debe ceder en su orgullo y recurrir a... ¡¡¡EL PAPEL CON UN NÚMERO TELEFÓNICO QUE LE DIERON SUS PAPIS!!! El número pertenece a un tío lejanísimo de ésos que uno se acuerda cuando el tío se ha sacado la lotería, o lo que es lo mismo, por tratarse de esta peli, que tienen una poderosa megachupi corporación, y nuestro prota termina hablando con él. Acaba por ganarse un empleo. En la sección de correspondencia interna de la empresa (benditos tiempos aquellos en que tales servicios aún no caían víctimas del outsourcing). Pero nuestro prota tiene ambiciones. Sabe de economía y negocios, y sólo necesita una oportunidad. Y si no se la dan, tanto para trepar en la empresa como para encamarse con una linda rubiecita que es ejecutiva de ahí, entonces tendrá que recurrir a todas las artimañas de su cuerpo y su mente (literalmente) para salirse con la suya. Sin moral alguna. Después de todo, ¡son los '80s!

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En la década de los '80s, el movimiento de los tiempos puso de moda en el cine el cine de megacorporaciones, cuyo más marcado ejemplo es probablemente el "Wall Street" de Oliver Stone. Como el cine necesita cortar entradas entre mucha gente, y la mayor parte de la gente es pobre y desempleada, este cine debe vender la pomada de una contraposición entre el chico bueno de buenos valores como tú y como yo, que se mantiene incólumne y (a diferencia de la vida real) por mantenerse fiel a sus valores logra triunfar, y los magnates megacorporativos como tu jefe o explotador personal, que no se preocupan de las personas sino del dinero y blablablah. Interesantemente, en estas pelis siempre el chico bueno acaba por triunfar en el mismo juego de los villanos y llega él a ponerse a la cabeza del cotarro, cumpliendo las fantasías de golpe de estado económico de los proletas adictos a estas pelis. "El secreto de mi éxito" sigue a la pata de la letra esta receta, con mayor o menos inspiración a según que tramo de la peli. En clave de comedia, lo que se agradece.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una peli de Herbert Ross, director que podríamos considerar como el maestro de ese género tan setentochentero que podríamos llamar "horterismo con pretensiones". En algunas secuencias, la peli es genial (la escena en que una MILF acosa al jovencito en una piscina, con música de "Tiburón" de fondo, podrá ser un recurso cutre, pero le pone tanta energía en rodar, que termina saliéndose con la suya). En otras no puede menos que dar una cierta sensación de cosa chorra (esa escena tan sugestiva con Helen Slater bebiendo agüita de un pilón... en el sentido literal, pero la escena está filmada de una manera muy "metafórica", entrecomillemos así). Pero ahí está el bueno de Michael J. Fox, con su eterna cara de niño bueno-tierno-simpático, salvando la papeleta por todos. Al lado tenemos a Helen Slater, la chica de "Supergirl" tratando de desenmarcarse de su rol (y actúa bien, pero su papel es tan tópico que en realidad no es que se luzca mucho tampoco). Richard Jordan ("Fuga en el siglo XXIII", "Dune") está brillante como el jefe cabronazo y macho alfa que moja pija allí donde pille, pero la que se roba la peli sin lugar a dudas es la MILF Margaret Whitton, como un nuevo estereotipo de mujer que lentamente ha ido conquistando escaños: la mujer de armas tomar que es una zorra de cuidado, y aún así se sale con las suyas sin ser castigada por sus fechorías como las pelis ñoñas antiguas, sino que se empodera, toma control de su vida, etcétera. Con esos ingredientes, esta peli pudo haber sido notable. Pero la clásica conducta timorata de Hollywood de querer moverse entre dos aguas y estar bien con Dios y con el Diablo, el querer hacer una peli crítica del sistema para que le guste a las masas disconformes con el sistema, pero que al mismo no sea tan edgy que ponga en peligro el sistema mismo dentro del cual estas pelis profitan, hace que caiga en la indefinición más absoluta. A ratos estamos frente a una despiadada sátira del corporativismo modelo '80s (que dicho sea de paso, sigue hoy agudizado y con "menos grasa"), y a ratos tenemos una de esas autocomplacientes comedias romanticonas de enredos de toda la vida, y al no definirse entre Escila o Caribdis, la peli termina por pasar entre ambos sin peligro, sin escollos... y sin que los marinos tengan nada que reportar al final del viaje. Divertida para ver, simpática por sus actores protas, estupenda la muy ochentera banda sonora, y completamente outdated en nuestros días.

IDEAL PARA: Nostálgicos de los '80s.

VIDEOS.

-- OH-YEAH en la limusina [en inglés sin subtítulos, la canción es un clásico hortera ochentero].



-- Escena en la piscina [en inglés sin subtítulos].

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