11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 25 de octubre de 2015

"Scavengers" (2013).


-- "Scavengers". Estados Unidos. Año 2013.
-- Dirección: Travis Zariwny.
-- Actuación: John Lee Ames, Roark Critchlow, Brett Curtze, Sean Patrick Flanery, Jennifer Jalene, Louise Linton, Jeremy London, J.J. Nolan, Tyler Poelle, Russell Richardson, Kaitlin Riley, Pavlos Skountzou, John Stocklin, Michael Stocklin, Jamie Strange.
-- Guión: Travis Zariwny.
-- Banda Sonora: Conan Skyrme.

-- "Scavengers" en IMDb.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Una nave espacial de reducido tamaño y su tripulación están en el espacio por... algún motivo. Hay a lo lejos ruido de... algo. ¿Una batalla, o qué se yo? Qué más da. El caso es que están ahí... son scavengers, o sea carroñeros o qué se yo... parece que se dedican a saquear restos de tecnología alienígena... El guión no es exactamente explicativo, por lo menos en sus primeros minutos. El caso ej que de pronto se aparece... LA NAVE DI LOS MALOS. O algo así. (En realidad tardé un poco en darme cuenta, ambas tripulaciones se ven lo mesmo, no hay descripción de personajes, no hay mucho enfrentamiento directo al comenzo, qué se yo, pero para su entendimiento si ven esta cosa: SON DOS NAVES. Lo que me dí cuenta, la peli comenzó a hacer algo más de sentido para mí. Algo). Viene un enfrentamiento, y luego viene otro, y otro, y... entre medio, algo sobre ir y volver fuera de la nave... algo sobre un artefacto alienígena... un poco de romance perdido porke, well, it's the future baby and the future sucks hard. Y así se la llevan por hora y media perdida de mi vida. Joer, me pregunto qué harán en el futuro si, saqueando tecnología ancestral, se encuentran con ESTA PELI.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Futuromerda. Un subgénero de la SciFi por derecho propio. Pelis acerca de los perdedores del sistema. Cuya forma fue establecida, si no inventada, por "Alien" en 1979. Desde entonces han chorreado las pelis acerca de naves pequeñas con tripulaciones pequeñas y sueños y esperanzas pequeñas, enfrentándose a circunstancias de mierda. ¿El motivo? Quizás es que son baratas de producir. Es decir, siempre hay que esforzarse un poco por aquello de que parezca ser EL FUTURO BABY, pero no tienes que montarte escenarios que sean ciudades futuristas o planetas enteros. Si además añadimos el pathos de personajes angustiados y sin mañana, igual que el friki terminal promedio, es un win-win. "Scavengers" es OTRA MÁS de éstas. Como tantas las ha habido, y tantas las habrán.

¿POR QUÉ VERLA?

-- No. Sinceramente, no. No se martiricen a sí mismos. Evitar ésta a toda costa. Porque, veamos. Es una de serie B. OK con eso. Tenemos un presupuesto merda, decorados cartón piedra, CGI que parece videojuego 90s, actuaciones de... de... de... iba a escribir piedra o cartón, pero algo más futurístico, veamos... de aleación titanio-cobalto, bueno, creo que así pasa. Todo al servicio de la clásica fórmula grupo-de-perdedores-perros-mordiéndose-por-huesos. Nada de malo con eso, sabíamos a lo que veníamos y no esperábamos más. Sumémosle que Conan Skyrme hace un trabajo bastante digno en la banda sonora, que incluso, sorpresa, le da a la peli una relativa suntuosidad dentro de lo suyo. El problema es que el señor Zariwny, que guioniza y dirige esta cosa, da la impresión de estar tratando de hacer Shakespeare-in-space, melodrama de alturas, cosas psicógenas tipo "El planeta prohibido" o similar. Y no es el caso. Porque una premisa que podía haber sido muy resultona, y con varias ideas que son muy potentes, son desperdiciadas en un guión de porquería: escenas de presentación que tratan de dar la idea de profundidad arquitectónica del universo pero que al final no son informativas de nada por lo que al final no llega a interesarnos qué pasa con los personajes porque no tenemos idea de quiénes son y qué es lo que quieren, diálogos forzados hasta más allá de lo increíble, el cliché de los personajes que lo tienen todo para amarse pero no se atreven porque son ALMAS TORTURADAS POR EL DOLOR, personajes que cruzan la barrera de la unidimensionalidad y se transforman en clichés ambulantes sin personalidad alguna (por lo que todos ellos son más o menos intercambiables entre sí, salvo por el villano principal de la escuela susurro-para-verme-amenazante que trata de ser un Khan Ricardo-Montalbán-type de rebajas y no le da ni para la mitad de eso porque Montalbán era mucho Montalbán (y no se rían: el guión bien puede verse como una especie de "Viaje a las Estrellas II: La ira de Khan" en sucio, con saqueadores en vez de la Flota Estelar y con artefacto alienígena en vez del Proyecto Génesis), y la secuaz principal del villano por hacer uso de la clásica carta hottie, aunque la peli se cuida muy bien de incluir escenas risqués con las cuales explotar ese único rasgo de... personalización)... El peor pecado de esta peli no es ser SciFi serie Z, sino sus esfuerzos constantes por presentarse como DRAMA SERIO. Y como decíamos, algunas cosas tienen perdón porque el porsupuesto, o se tiene o no se tiene, pero ESCRIBIR UN BUEN GUIÓN ES GRATIS, JOER, y si eso les falla, olvídense de la parte operática de lo que llamamos Space Opera. Una lástima, porque con menos megalomanía, actores más ajustaditos y un mejor guión, hubiera podido quedar una peli mucho más resultona, incluso una que, desde su humilde trinchera de serie B, hubiera podido pararse de igual a igual con un blockbuster de 150-200 millones de porsupuesto. Porque si no tienes el presupuesto de los Uachoski para "El destino de Júpiter"... mejor cuida tu guión, que sea. E incluso si tienes el presupuesto de los Uachoski, ya que estamos.

IDEAL PARA: Nadie en particular.

lunes, 19 de octubre de 2015

"Las doce pruebas de Astérix" (1976).


-- "Les douze travaux d'Astérix". Francia. Año 1976.
-- Dirección: René Goscinny, Henri Gruel, Albert Uderzo y Pierre Watrin.
-- Actuación: Voces de (en el original francés) Roger Carel, Jacques Morel, Pierre Tornade, Henri Labussière, Jean Martinelli, Pascal Mazzotti, Lawrence Riesner, Claude Dasset, Roger Lumont, Gérard Hernandez, Henri Virlojeux, Nicole Vervil, Jacques Hilling, Henri Poirier, Mary Mongourdin.
-- Guión: René Goscinny y Albert Uderzo, con la colaboración de Pierre Tchernia.
-- Banda Sonora: Gérard Calvi.

-- "Las doce pruebas de Astérix" en IMDb.
-- "Las doce pruebas de Astérix" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En una aldea gala que resiste ahora y siempre al invasor, blablablá, habrá OTRA NUEVA ESCABECHINA. Vamos, ya nos conocemos el guión. Roma attack, los galos toman la poción mágica, y vuelan los cascos romanos por los aires, y ES CÓMICO porque nadie se contusiona y tal (¿alguien quiere rodar una peli de Astérix en donde de verdad se viera el daño ocasionado por ese par de lovelyquakes que son Astérix y Obélix?). El caso es que entre los romanos comienzan a correr rumores de que esos galos SON DIOSES (pero... ¡momentito! ¿No que en el cómic, los romanos siempre han sabido de la poción mágica? Hmmm...). El caso es que los rumores llegan a Julio César, quien dice ¡¡¡PAPARRUCHAS!!!, pero siendo César un César, pues bien, decide que para qué va a perjudicarse, y viaja a la Galia (otra vez) para una apuesta. Resulta que en el pasado, Hércules realizó doce pruebas, y los dioses lo recompensaron convirtiéndolo en un dios (bueno, en realidad, en los mitos griegos, Hércules ya era semidiós porque nació cuando Zeus se trotó a Alcmena cuando Anfitrión el marido de la susodicha estaba ausente en casa, pero en fin, no nos detengamos con esto, que peores salvajadas hemos visto en las pelis de Hollywood y nadie se queja). Pero como esas pruebas están pasadas de moda, pues, que los ágiles de César han puesto a punto una lista que es algo así como las nuevas doce pruebas, anticipándose a la moda de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo y otras imbecilidades varias. La aldea gala elegirá a uno o dos campeones, y ellos deben pasar las pruebas. Si lo logran, César decidirá que son dioses y dejará a los galos en paz. Pero si no lo logran, los galos deberán rendirse. Y los galos, siendo mucho galos ellos, aceptan. Entonces, los galos se miran entre sí, y deciden que Ordenalfabetix el vendedor de pescado y Esautomátix el herrero irán a las doce pruebas. Y parten Ordenalfabetix y Esautomátix a su primera prueba, cuand... no, estoy bromeando. Vamos, ya saben que ellos dos no son, si los héroes son Asterix y Obelix, ¿no? Bien, ahora en serio. El caso es que Asterix y Obelix son elegidos y parten a las doce pruebas. ¿Conseguirán superarlas todas? Guau, el suspenso por saber si los buenos ganarán, me está matando.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

La Europa de postguerra era un lugar deprimente. O sea, Europa era el gran continente sede de la civilización y tal, y de pronto, quedó tan arrasada que sólo para el Existencialismo les quedó ganas. En medio de todo empezaron maniobras para crear una unidad europea que pudiera pararse de tú a tú contra las superpotencias y tal. Y en medio de todo eso, sobreviven los cómics francobelgas. Nos referimos a Tintín por supuesto, y a los Pitufos, y también a Asterix. El propio contexto de Asterix es, buenoooooo... un tanto raro. Los malos son un gran imperio conquistador y los buenos son los héroes que resisten a su poderío. Qué nacionalista too. (De hecho, si leen los tomos en orden, los primeros volúmenes hacen varios comentarios sotto voce acerca de que los otros galos, los que se dejaron conquistar o se rindieron, son algo vergonzosos, o si no, lean "El escudo arverno"). El caso es que Astérix terminó resultando enormemente popular, debido a su inusual mezcla de elementos: un poco de historia, un poco de fantasía histórica, un poco de comentario social, y harto slapstick. Nada de raro entonces que Astérix diera el salto al cine, y no nos referimos a la un tanto mediocre saga iniciada por "Asterix y Obelix" de 1999, con un infame Roberto Begnini como villano, sino a dos pelis animadas hoy en día olvidadas, en un caso con un resto de justicia ("Asterix el galo" de 1967), y en otro con mucha ingratitud ("Asterix y Cleopatra" de 1968). Goscinny y Uderzo, los creadores del cómic original (perdón, que "cómic" es para esos burros y tontorrones cómics yanketas, hablemos mejor de "bande dessinée" que es más sofisti, ¿ya?), volvieron a la carga en 1976, aunque en este caso no adaptando alguna de sus historias, sino con un argumento completamente original (si ustedes ven por ahí el libro con las doce pruebas de Asterix, entérense: en este caso el libro es adaptación de la peli, y no al revés). El resultado fue "Las doce pruebas de Asterix", quizás la mejor de todas... aunque, curiosamente, es más irrespetuosa con el material original que otras adaptaciones. No que sea mejor, no que sea peor... sólo que es diferente. En el buen sentido de la palabra, por una vez en la vida.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos de la base que es una historia original, y por ende, presenta algunos detalles que difieren con la continuidad oficial de la serie (uno de los más obvios, y lo menciono porque hay otro más obvio pero que es un spoiler gigantesco, es que los romanos no saben de la pócima mágica, cuando en los libros es historia sí e historia también en donde los romanos complotan para obtenerla, destruirla, etcétera). Pero es una historia original de los creadores también originales. Esto podría ser una mala noticia, porque a veces los tipos que inventan el material original piensan que son lo más genio de lo genio y no hace falta cambiar nada, y después, sin entender las diferencias entre un medio u otro, quedan las plastas que quedan. En este caso no. Goscinny y Uderzo mantienen las formas básicas del cómic original, pero introducen cambios bastante creativos por aquí y por allá, en particular llevando el talento de la animación por caminos bastante... trippies, digámoslo así (la secuencia en la caverna de la Bestia, por ejemplo, es como para vérsela jarto de LSD). El humor mismo es también algo más absurdo y surrealista, con el comentario social llevado hasta el extremo. Pero todas estas cosas funcionan muy bien. La peli parte algo lisérgica, porque las primeras pruebas son competencias atléticas, y como que flota una sensación de que si la cosa sigue así, menudo peñascazo en la jeta va a ser esto. Es a partir de la cuarta prueba, en donde Asterix y Obelix tienen que cruzar un lago (y no, no voy a decir qué pasa ahí), en donde la peli realmente cobra vuelo, y de ahí ya no para. El enfrentamiento contra Iris el egipcio es simplemente delirante. La prueba de la caverna de la Bestia representa un marcado cambio de tono, pero el remate es inesperado e hilarante. La prueba de la obtención de la forma A-38 es delirio en estado puro. Y aunque quizás la última prueba desinfla un poco todo, no es menos cierto que el final es inesperado, contundente, y deja con un muy buen sabor de boca. En definitiva, una peli que puede decaer en algunos tramos, que quizás no se sostiene al ciento por ciento en todo su metraje, pero que resulta mucho más original, creativa, ingeniosa y atrevida que muchos subproductos para niños de hoy en día, que se venden metiéndolos a presión con marketing puro y bruto. Ojalá se hicieran más pelis animadas como ésta, hoy en día.

-- En una brevísima escena en el Olimpo, vemos a los dioses. Y entre los dioses vemos a la diosa Venus desnuda y tendida sobre unas pieles (o sea, vemos espalda y espalda baja, nada softcore, ¿eh?). Y está dibujada basándose en Brigitte Bardot. Y yo que no me acordaba, de cuando vi la peli por primera vez siendo cachorro...

IDEAL PARA: Fanáticos de Asterix, fanáticos del cóm... er... perdón, la bande dessinée francobelga, fanáticos de la animación, y en general para todas las personas que quieren pasar un rato relajado viendo material de calidad.

domingo, 18 de octubre de 2015

"Astérix y Cleopatra" (1968).


-- "Astérix et Cléopâtre" (título original en francés). Francia / Bélgica. Año 1968.
-- Dirección: René Goscinny y Albert Uderzo.
-- Actuación: Voces de (en el original francés) Roger Carel, Jacques Morel, Micheline Dax, Jacques Balutin, Jacques Bodoin, Maurice Chevit, Claude Dasset, Pierre Garin, Olivier Hussenot, Bernard Lavalette, Rodolphe Marcilly, Joel Noel, Jean Parédès, Alfred Personne y Lucien Raimbourg.
-- Guión: Jos Marissen y Eddie Lateste, con la colaboración de Pierre Tchernia, basados en el cómic de René Goscinny y Albert Uderzo.
-- Banda Sonora: Gérard Calvi.

-- "Astérix y Cleopatra" en IMDb.
-- "Astérix y Cleopatra" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Egipto, el multisecular imp... ¿qué cosa? ¡¡¡MULTISECULAR SIGNIFICA QUE SE REFIERE A MUCHOS SIGLOS, SO MALPENSADOS!!! Joer, ven la combinación "CUL" en una palabra y se creen cualquier cosa. En fin, Egipto, el multisecular imperio que creó la civilización, la tiranía totalitaria y esos simpáticos dioses con cabeza de animales como chacales, halcones, serpientes, cocodrilos, y políticos financiados por SQM. Sólo que Egipto ya no es lo que era, porque ahora está bajo DOMINACIÓN ROMANA. O algo así, porque a la Faraona Cleopatra se la trota el romano Julio César, y que ella le ponga ojos de gatita y tal, y él, como que los laureles se le reverdecen y too (ni el cómic ni la peli lo dicen, pero nosotros lo largamos igual: en la vida real, Julio César era 31 años mayor que Cleopatra, de manera que cuando se conocieron y empezaron el baile de la culebra, ella era una núbil veinteañera y él un viejo verde cincuentón. Aunque más diferencia tenía Anna Nicole Smith con el millonario tejano, y no mucha gente se escandalizó, eso sí). El caso es que ambos RIÑEN, PELEAN, SE SACAN LAS GARRAS, porque Julio César dice que los egipcios sí, que las pirámides y tal, pero es que, joer, ¿qué han construido de bueno en los últimos 1000 o 1200 años...? (César tiene un punto aquí, admitámoslo). Cleopatra por su parte dice que Egipto no es (todavía) un país que haya perdido un imperio glorioso y sea del Tercer Mundo con ínfulas de grandeza, como la abuela aristócrata media senil recordando los buenos días de fortuna, o como la España del siglo XXI. Usualmente esto se habría resuelto con ella cortándole el agua a César y él ronroneándole "mijita" en la oreja para después pasar al equitación-como-reconciliación, pero... 1.- La peli se habría acabado en cinco minutos (bueno, 10, es peli antigua y su sentido del ritmo narrativo es algo más pausado que el actual), y 2.- La cosa no habría quedado muy para todo espectador. Así es que hacen una apuesta: Cleopatra va a construir un palacio en tres meses para César (¿y en el intermedio, ná-ni-ná? Joer con estos reyes...), y con eso va a probar que... ¡¡¡ESTO... ES... ESPARTA!!! Er, no, perdón, que ¡¡¡ESTO... ES... ESPAÑA!!! No, tampoco, si no es de ladrillo el palacio. En fin, que ¡¡¡ESTO... ES... EGIPTO!!! Y ella, mujer al final del día, ¿va y llama al arquitecto más competente del mundo? No, claro que no, por el contrario, llama a un tunante al que todo se le derrumba (todo lo que construye, léase, ¿eh?). Pero claro, así tenía que ser porque de lo contrario el tipo va y construye el palacio, y la cosa empieza y acaba en Egipto, pero como el tipo es un arquitecto de universidad privada, se ve en la necesidad de viajar a la Galia a pedirle ayuda a Panorámix, y entonces POR FIN aparece la gente a la que veníamos a ver, o sea, a Astérix y los galos, leñe (y en el viaje, suponemos, se echa un mes de los tres que tenía, en otra muestra supina de competencia a nivel de repartición pública chilena). El caso es que Panorámix lo saluda con los brazos abiertos, a pesar de que técnicamente adoran a dioses distintos (y en el caso de los celtas, hacían sacrificios humanos, algo que el cómic de Astérix siempre ha barrido bajo la alfombra), y envía a Astérix y Obélix a Egipto a AYUDAR. Y como dicen los guiones yankis: HILARITY ENSUES. Bueno, al fin que empiece la peli, que ya iba siendo hora, leñe.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

¡Hay vida más allá de la Disney y del anime japonés! En las procelosas aguas de la animación francesa hemos entrado, camaradas, así es que sigamos adelante con valor. Pero partamos por otra parte del mundo: por Hollywood. En 1963, el mundo contempló con asombro el estreno de una ultrasuperchupimegaproducción histórica, en concreto la "Cleopatra" con Elizabeth Taylor. La mitología cinéfila insiste en que "Cleopatra" fue un fiasco de taquilla, pero en realidad, muy por el contrario, fue LA PELI MÁS TAQUILLERA DE 1963, y si los estudios Fox estuvieron a punto de irse al condenado diablo con ésta, es por un problema distinto, a saber, la escalada de costos que la convirtieron en una de las pelis más caras de la historia (sus 44 millones de costos suman, a dólares de 2015, 338 MILLONES, o sea, lo mismo que "The Avengers" y "Avengers: La era de Ultrón" sumadas). Pero sea como sea, el caso es que la peli desató una cierta cleopatramanía, lo que motivó por supuesto a cierto par de avispados comiqueros de Francia, a llevar a su personaje estrella Astérix a encontrarse con Cleopatra. Ellos llevaban ya cinco cómics de Astérix publicados, y para su sexto volumen, se pusieron a tono con la moda y, ni cortos ni perezosos, lanzaron "Astérix y Cleopatra". Uno que hacía burla del gigantismo de los epics de Hollywood y de Cleopatra en particular con su célebre "¡14 litros de tinta china, 30 pinceles, 62 lápices de mina blanda, 1 lápiz de mina dura, 27 gomas de borrar, 38 kilos de papel, 16 cintas mecanográficas, 2 máquinas de escribir, 67 litros de cerveza fueron necesarios para su realización!". (Joer, y yo que con un platito de leches y mi porción de Whiskas funciono incombustible para cada posteo de este blog... voy a ir donde mi amo y voy a pedir un aumento). El cómic en sí, significó un cierto giro dentro de la saga de Astérix, que hasta el momento eran buenos, pero esa cosa de "buenos-pero-nada-tan-especial", hasta por fin encontrar realmente su vena cómica, e inaugurando la racha de buenos cómics que nos regalaron hasta que la palmó Uderzo, y Goscinny tuvo la nefasta idea de seguir en solitario, lo que nos llevó a cómics con la Atlántida, con marcianos... pero divago aquí. El caso es que los dos creadores habían quedado un poco disconformes con una peli anterior de Astérix ("Astérix el galo", de 1967), en la que ellos no tuvieron participación, y por tanto, esta vez se pusieron al hombro ellos mismos. El resultado es una peli estupenda que, si bien en algunos respectos es MUY DE SU ÉPOCA, es también una de las mejores adaptaciones de un cómic al cine que se hayan visto jamás.

¿POR QUÉ VERLA?

-- A la chita callando, entre pelis animadas y de carne-y-hueso, a 2015 se han rodado TRECE pelis de Astérix, TRECE, cuéntenlas si quieren ("Astérix el galo", "Astérix y Cleopatra" que nos ocupa, "Las doce pruebas de Astérix", "Astérix contra el César", "Astérix en Inglaterra", "Astérix y la gran pelea", "Astérix conquista América", "Astérix y Obélix", "Astérix y Obélix: Misión Cleopatra" que es remake de la que nos ocupa, "Astérix y los vikingos", "Astérix y los Juegos Olímpicos", "Astérix y Obélix: Dios salve a Inglaterra", y "Astérix: La tierra de los dioses"). La calidad va desde lo soberbio hasta lo insufrible, pero las buenas, las realmente buenas, las de antología, son "Las doce pruebas de Astérix" y ésta. Influye por supuesto que los creadores estuvieron a cargo, y si bien a veces esto son malas noticias, por el tema de los egos y lo que se me sale de adentro y tal, en este caso es al contrario. Ellos trataron simplemente de ajustarse lo más posible a la historia original del cómic, en una de las adaptaciones de cómic más fidedignas que se han visto en el cine jamás, y como el cómic mismo es uno de los mejores y más icónicos de la larguísima saga de Astérix, pues resulta lo que resulta. Pero hay más. No se trata de una traslación del cómic, así sin más. Goscinny y Uderzo tienen bien claro que el cómic y el cine usan dos lenguajes distintos, y que por lo tanto, es necesario introducir algunos cambios y ajustes para que la cosa no quede... bueno, no quede como una viñeta pegada a la otra y sin más. Algunos de estos cambios son discutibles, como por ejemplo la introducción de números musicales al estilo Disney, pero por suerte lo hacen a su manera y sin copiar por el mero afán de copiar, además de no abusar en exceso del recurso del musical, de manera que el resultado final no chirría. Pero lo más importante es que el sentido del humor del material original queda a salvo. Vemos muchas referencias históricas, que oscilan entre el anacronismo intencionado y los detalles de bonus para genios en la platea, lo que es acorde por supuesto con el ENORME trabajo de documentación que Goscinny y Uderzo metían al cómic original en primer lugar. Para el espectador actual, la peli puede resultar algo anticuada en algunos respectos, típicamente en las escenas de masas en donde no vemos demasiadas masas, o en el ritmo narrativo quizás algo lento, pero eso no es culpa de la peli: así es como se hacía una peli en 1968, y si el cine ha cambiado, se ha hecho más acelerado, y sobre todo hay más presupuesto para meter escenas de masas o paisajes grandiosos, eso ya es un aparte. En definitiva, "Astérix y Cleopatra" es una peli que, desde su humilde posición de peli-para-niños con aventuras blancas y ligeras, es una pequeña joyita que debería ser mucho más recordada de lo que hoy en día es.

IDEAL PARA: Los que todavía creen que no hay aventuras animadas más allá de Disney, DreamWorks o Sony.

domingo, 11 de octubre de 2015

"Los siete pecados capitales" (1995).


-- "Se7en" (título original en inglés), "Pecados capitales" (título en Argentina). Estados Unidos. Año 1995.
-- Dirección: David Fincher.
-- Actuación: Brad Pitt, Morgan Freeman, Gwyneth Paltrow, Richard Roundtree, R. Lee Ermey, John C. McGinley, Kevin Spacey, Julie Araskog, Mark Boone Junior, John Cassini, Reg E. Cathey, Peter Crombie, Hawthorne James, Michael Massee, Leland Orser, Richard Portnow, Richard Schiff, Pamala Tyson, Daniel Zacapa, Alfonso Freeman, Harris Savides, Andy Walker, Richmond Arquette.
-- Guión: Andrew Kevin Walker.
-- Banda Sonora: Howard Shore.

-- "Los siete pecados capitales" en IMDb.
-- "Los siete pecados capitales" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En una ciudad no especificada de Estados Unidos en donde todo es óxido y lluvia, hay un policía negro vejete que sabemos que va a ser cool porque es MORGAN FREEMAN. En la época en que, hagan memoria... ACTUABA. El caso es que al Morgan le asignan... ¿una señora Daisy? Oh, no, por supuesto que no. Le asignan un joven y ambicioso policía, Brad Pitt cuando estaba en la cresta de la ola como el galán mojabragas de Jólivu. Ambos deben investigar la muerte de un tipo que aparece... ¿no han visto la peli? Bueno, lo describiré. Un gordo obeso mórbido cuya grasa daría para volver al peso normal a como veinte clones de Gwyneth Paltrow, con la cabeza hundida en un plato de espaguetis. El Brad Pitt empieza a dárselas de estoquello, y el Morgan Freeman se cabrea y lo manda a tomar vientos. (A ver cuántas chicas vieron esta peli en el cine para alimentar sus fantasías húmedas con Brad Pitt, y al ver la escenita ésta buitrearon de una toda la ración de vómitos agendada para mantenerse flacas durante la semana). El caso es que Brad Pitt, con modales macarras que parecen casi autoparodia, le hace flor pará 'e carros al Freeman porque, oye, tú eres un vejete y además feo, mientras que yo soy jovencito y arrastro a la chica que se me pegangana, así es que más respeto con lo HOTTIE. El Morgan Freeman dice que pa' estarse jo'iendo la última semana de trabajo con un chuloputo merda, mejor que lo asignen a casos separados. El jefazo, como hay que poner problemas, quiere no, quiere no, quiere no, al final bueno-ya. Al Morgan Freeman lo dejan en el caso, y al Brad Pitt lo mandan a un caso un poquito menos sangriento, el de un abogado (porque como todos sabemos, los abogados son vampiros porque tienen carencia de sangre en las venas). Y bueno, sucede lo que cualquiera puede adivinar: tenemos a dos actores con tremendo cartel, al Freeman y al Pitt, así es que no vamos a desperdiciar a ninguno corriendo por separado en una historia B cuando podemos concentrarlos a los dos en la historia A, de manera que al final resulta que los dos casos igual están conectados. Morgan Freeman entonces descubre, porque será poli y too pero es más listo que el hambre y culto además, que el asesino está escenificando los SIETE PECADOS CAPITALES. Porque verán, para algunos la Edad Media no termina todavía. Vendrán más asesinatos, y... ¿podrán nuestros héroes impedirlos? ¡Por supuesto que no! Porque qué gracia tiene que una peli se llame "Los siete pecados capitales" si agarran al fulano cuando está cometiendo su cuarto asesinato, digamos, y desperdiciamos otros tres bonitos asesinatos porque sí, ¿verdad?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Qué época aquélla. David Fincher pertenece a la primera gran oleada de directores que se habían cultivado menos en el mundo del cine, que en uno bien diferente, más taquilla, más rompedor: el videoclip MTV. No es que los directores de cine no grabaran antes videoclips o comerciales (Ridley Scott dirigió el famoso spot 1984 para Apple, y su hermano Tony Scott había rodado un videoclip para George Michael, pero ambos ya tenían currículum en el cine a sus espaldas, mientras que Fincher partió con videoclips y de ahí subió al cine). Alguien olvidó que es más fácil enseñarle a un cineasta a hacer videoclips, que a un videoclipero a hacer cine, por lo visto. De todas maneras el asalto era inminente: después de todo... ¿no se había vendido YA A MEDIADOS DE LOS '80S el concepto de "Miami Vice" como "MTV cops"? En paralelo, un tipo llamado Andrew Kelvin Walker, que trabajaba para Tower Records (una red de tiendas de venta de discos que era más o menos análoga a Blockbuster en el mercado del videohome, o sea, una plaga imparable cuya gran afición era reventar a la competencia más pequeña hasta que Internet los reventó a ellos), y de cuya experiencia salió... ¿un lindo relato de ponies rosados y arcoiris? Por supuesto que no: salió el guión de esta peli. Eso es síndrome postraumático y no lo de Vietnam. Resulta hilarante observar, a la luz del éxito, taquilla y fama posterior de la peli, que nadie quería el guión. ¿El guión escrito por un perfecto desconocido que además NO ES UNO DE LOS NUESTROS PORQUE NO ES JUDÍO, y que en realidad tiene un argumento que es apenas una excusa para concatenar asesinato molón tras asesinato molón? (Joer, los de "El juego del miedo" se mandaron siete con la misma premisa a partir de 2004, siete, cuéntenlas bien, pero una década antes, nadie tenía idea). Al final alguien compró el guión, pero encontraron el final demasiado poco Hollywood (ya saben, la tierra de los finales felices), así es que lo reescribieron, cambiándolo por una EMOCIONANTE CARRERA CONTRA EL TIEMPO para salvar a la esposa del poli joven. Y entonces, alguien pensó en David Fincher. Que después de todo, tan mal no lo había hecho con su peli debut, "Alien 3" (universalmente masacrada como una pésima peli de Alien y un muy poco promisorio debut para Fincher, aunque en estricto sentido, ni la peli es tan mala, ni tampoco la culpa es de Fincher sino de los cincuenta millones de cocineros que echaron a perder el pastel). Así es que le enviaron... el guión equivocado. El original, sin la reescritura HAPPY ENDING. Ups. A David Fincher le gustó, y decidió que le daría una segunda oportunidad a Hollywood. Cuando llegó, se encontró con que el estudio no quería rodar el guión original, quería rodar la revisión. Maldita sea. David Fincher dijo que se bajaba si no lo dejaban rodar el guión de verdad. Estuvo a punto, pero al coro se sumó Morgan Freeman. Y después, Brad Pitt. No es que estuvieran largos de estrellas para rodar la peli (el rol de Brad Pitt originalmente iba a ser para Denzel Washington, lo que hubiera sido la repipa, pero éste decidió que el guión era demasiado sanguinolento... ya tuvo el Washington tiempo para arrepentirse después. En cuanto al rol de Morgan Freeman, se lo quisieron ofrecer a Al Pacino, que prefirió ir a rodar "La sombra de la corrupción", y después a darse de cabezazos contra el Muro de los Lamentos de las malas decisiones fílmicas). Tampoco querían a Gwyneth Paltrow arriba, pero como en esa época algo pasaba con la Gwyneth y el Brad (¿recuerdan esos tiempos? ¿Antes de Brad y Jennifer? ¿Antes de Brad y Angelina?), al final éste insistió y se mantuvo a la Gwyneth. Al final, después de todos esos accidentes, la peli terminó siendo estrenada. Con éxito inmediato. Costó 30 millones de dólares, hizo 327. La crítica la adoró. David Fincher ascendió al Olimpo fílmico, y si bien después su carrera ha sido más o menos irregular (nunca ha caído demasiado bajo, pero también su condición de darling se ha desvanecido algo con el paso del tiempo... es el precio de la integridad artística, por supuesto), nunca ha dejado de ser amado por todo cultureta hipster con el corazón bien puesto. Por no hablar de los cincuenta millones de clones que siguieron de esta peli, el más destacado de los cuales es por supuesto la mencionada "El juego del miedo". Nada mal, sr. Fincher, nada mal. ¿Sería mucho pedirle ahora que rodara una peli que fuera menos estilo y algo más de substancia?

¿POR QUÉ VERLA?

-- Considerando que "Los siete pecados capitales" es una de las pelis más famosas, vistas e influyentes de los '90s, hasta el punto que su famoso giro de tuerca final es tan conocido y por lo tanto tan poco misterioso como el significado de "Rosebud" en "El ciudadano Kane" de Welles o la verdadera solución del asesinato en "Psicosis" de Hitchcock, resulta increíble observar lo mal que ha envejecido. No es una mala peli, en lo absoluto. Pero sí que es una peli demasiado "muy de su época". Un par de razones lo evidencian. Por un lado, la fórmula de "Los siete pecados capitales" (investigación policíaca, fotografía cochambrosa, asesinatos over-the-top, un cierto toquecillo sobrenatural-quizás a ratos) ha sido explotada después hasta la saciedad ("Poseídos", "El juego del miedo", "Captivity", el torture porn en general... y de hecho ni siquiera es una idea nueva porque es más que nada un refinamiento y americanización de lo que los italianos venían haciendo desde el giallo en adelante), y frente a sus imitadores, no se puede decir que "Los siete pecados capitales" sea más icónica o profunda, si no es por el hecho de ser "la primera". En segundo lugar, el propio Fincher después siguió adelante y rodó pelis mucho más interesantes, redondas y profundas ("El Club de la Pelea", "Zodíaco", "El curioso caso de Benjamin Button", "Red social", "Perdida"). Resulta curioso observar que Fincher mismo comentó alguna vez que "Los siete pecados capitales" era un intento de rodar algo como lo que William Friedkin debería haber rodado después de "El exorcista", curioso porque aunque algo más de dos décadas anterior, "El exorcista" se ha mantenido mucho más firme con el paso del tiempo, ayudado por supuesto que a diferencia de "Los siete pecados capitales", no es un ejercicio de substancia sobre estilo, sino que todo el excelente apartado visual está al servicio de una profunda exploración de nuestra relación con la naturaleza del mal, incluyendo la sexualidad, la culpa, y el valor de la religión, mientras que "Los siete pecados capitales"... bueno, en "Los siete pecados capitales" tenemos apenas un loquito que mata gente y eso es el mal, y punto. Es fácil ver por qué la peli enganchó tan bien con la audiencia de los '90s, considerando que en esos felices tiempos en que la Historia se había acabado, la racionalidad surgía triunfante, el libremercadismo era la solución y panacea a todos los problemas del mundo, era también la época en que, en las catacumbas, el movimiento neocon levantaba cabeza. No es por nada que en "Los siete pecados capitales", la religión es identificada explícitamente en la imaginería fílmica con el Medioevo, con grabados vetustos, con una estética lejana a la vida moderna, y el asesino es un tipo sin ninguna real conexión humana (tanto, que no aparece en la peli sino hasta bien el final, y carece de identidad). Es una idea interesante, pero nuevamente las comparaciones son ofensivas y reveladoras a un tiempo. "The Dark Knight" hizo exactamente lo mismo con el Joker, ya que el Joker, al igual que John Doe, no es tanto un ser humano o un personaje como una fuerza satánica suelta sobre el mundo, pero en "The Dark Knight" vemos como esa fuerza satánica influye, pervierte y corrompe a los "buenos" ciudadanos, mientras que en "Los siete pecados capitales", toda esa exploración de nuestra relación con el mal es terriblemente superficial: el mal está ahí, nosotros estamos aquí, el mundo es lluvia y óxido (y desierto, al final), pero igual nosotros somos buenos, nobles y decentes y de una pieza. No hay ambigüedad. Es exactamente el Zeitgeist de los '90s, en donde todos los libremercadistas ateos éramos buenos, y esos idiotas religiosos eran una especie de reliquia del pasado. Claro, después llegamos al XXI, y descubrimos que los talibanes todavía pisaban fuertes (los talibanes que tumban Torres Gemelas, por supuesto, pero también los talibanes que ganan Presidencias en Estados Unidos con sospechosos recuentos de votos en Florida). La peli tuvo las antenitas de vinil para captar eso que estaba viniendo, pero no alcanzó a ser premonitoria porque no exploró mucho más el tema. Es decir, lo dicho: nada de substancia. Sólo estilo. Y si el estilo al final resultó tan fácil de copiar...

-- Si la peli se ha sostenido en el paso del tiempo, es en buena medida gracias a su impecable factura. David Fincher es y ha sido siempre un cineasta de fuste. Habrá rodado pelis mejores o peores, pero de ninguna de ellas puede decirse que le falte un envoltorio bonito. Fácil, ¿no? Bueno, si es tan fácil, ¿por qué Michael Bay se fusila cañonazos de 200 millones por peli y no es capaz de sacarse una que tenga una estética mínimamente decente? Claro, David Fincher venía del mundo del videoclip, blablablá, OK con eso, pero muchos otros que vienen del videoclip no han sido capaces de rodar tan sólido (se me ocurre McGee, cuya estética videoclipera funciona excelentemente bien para "Los ángeles de Charlie", pero en buena medida por el carácter autoparódico de la peli). Capitaneados por Fincher, Morgan Freeman y Brad Pitt entregan dos enormes actuaciones, saliéndose de la dinámica caricaturesca del "poli viejo serio vs. poli joven macarra" para construir dos verdaderos personajes, en lo que acaso es una deconstrucción inconsciente de los tópicos de los dos polis condenados a entenderse (en esta peli, lo de ambos no termina exactamente en amistad abierta, sino en algo a mitad de camino entre la mera tolerancia y la incomodidad... tal y como probablemente sería en la vida real). Al lado de ellos, el resto de los actores son más bien veniales. Sea porque las actuaciones son deslavadas (¿cómo es que Gwyneth Paltrow se hizo una carrera después? Ha actuado bien en algunas pelis, pero es que joer, al día siguiente de verla aquí yo no la hubiera contratado ni para que interpretara a un extra sin diálogo), sea porque aparecen demasiado poco (Kevin Spacey, el caso más notorio). Pero funcionan dentro de lo suyo. Howard Shore por su parte contribuye con un excelente soundtrack, aunque lo suyo ya era cosa de fábrica si se piensa que venía de soundtrackear "El silencio de los inocentes" (aunque, cosas del destino, nadie hoy en día lo identifica con la musiquita de estas pelis porque, vieran ustedes, su trabajo más reconocido acabó siendo uno completamente diferente, la titánica banda sonora de "El Señor de los Anillos" en concreto). Si vamos a tener una peli puro-estilo-nada-de-substancia, entonces por lo menos que el estilo sea bueno. En ese sentido la peli cumple, y cumple muy bien.

IDEAL PARA: Nostálgicos de los '90s, y amantes del cine de horror, policial morboso, y casquería varia.

domingo, 4 de octubre de 2015

"Zelig" (1983).


-- "Zelig". Estados Unidos. Año 1983.
-- Dirección: Woody Allen.
-- Actuación: Woody Allen, Mia Farrow, Patrick Horgan, John Buckwalter, Marvin Chatinover, Stanley Swerdlow, Paul Nevens, Howard Erskine, George Hamlin, Ralph Bell, Richard Whiting, Will Hussong, Robert Iglesia, Eli Resnick, Edward McPhillips.
-- Guión: Woody Allen.
-- Banda Sonora: Dick Hyman.

-- "Zelig" en IMDb.
-- "Zelig" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Para las gentes de hoy en día, cuesta figurarse lo que representó para su tiempo su persona, su figura... un poco lo que reveló acerca de nosotros mismos. Eran los años '20s. Se vivían los años locos, la gente estaba loca y excéntrica, se batían récords de aviación... y en medio de todo eso creció la fama de ese curioso hombrecillo que fue Leonard Zelig. Al principio apareció de una manera muy curiosa: en una fiesta dada por Francis Scott Fitzgerald, conversó como todo un gentleman sus ideas muy eruditas y conservadoras, y después de desaparecer mutuamente, estaba en la cocina convertido en todo un agitador sindical. Después se lo describió como un chino entre chinos y un negro entre negros. Todo el mundo se abalanzó sobre los periódicos anunciando la noticia sobre ese curioso fenómeno humano, ahora carne de psicólogos y psiquiatras, y de exorcistas no porque no es la Inquisición ni la España de Carlos el Hechizado. Sólo una enfermera se preocupa de él y de su caso, tratando de estudiarlo, de examinarlo, de llegar a las raíces del problema. Contamos con algunos archivos y reportes, además de grabaciones del propio Leonard Zelig, acerca de cómo en la niñez, debido a la presión de tener que leer "Moby Dick", acabó transformándose en otro niño diferente que sí había leído "Moby Dick". Pero de pronto, de manera repentina, Leonard Zelig desapareció. ¿Qué ocurrió con él, a dónde fue? Reaparecería después, nada menos que incordiando al Papa, porque se ha transformado en un cardenal de la Iglesia Católica. Y entonces...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Supongamos que hagamos una encuesta para determinar cuál es la peli más representativa de lo que es Woody Allen y su proyección en el cine (supongamos, por supuesto, que uds. han vistos las suficientes pelis de Allen, y supongamos también que las han entendido, no como el patán cultureta pseudointelectualoide ése de "Annie Hall" al que Woody Allen tuvo que patearle el trasero con el pie de Marshall McLuhan himself). ¿Cuál sería entonces su opción? Si me preguntan a mí, probablemente mi respuesta sería: "Zelig". "Zelig" representa en muchos sentidos el retrato más exacto, acabado y visceral de lo que es Woody Allen. Examinemos un poco su carrera. Este simpático judío, simpático porque uno lo ve tan desgarbadito y se ve como poquita cosa (otro cuento son los judíos ricos y poderosos, porque no me vengan con cuentos, el antisemitismo sigue siendo una presencia en el mundo de inicios del XXI) empezó a rodar pelis porque quería parecerse a su ídolo Ingmar Bergman. Es una elección lógica, habida cuenta de que Bergman en sus pelis trata el tema de la religión y el silencio de Dios, de las complicadas relaciones de pareja, y del absurdo existencial, todos éstos temas también caros en el cine gudialenesco. Pero lo que es mortalmente serio y filosófico en el adusto sueco, en el jazzístico neoyorkino se transformó en una chacota. La tragedia de Woody Allen es que siempre ha querido ser un trágico como Bergman, pero acabó siendo un cómico (bueno o malo a según, pero cómico). No es un demérito porque como es bien sabido por los que saben, hacer comedia es mucho más difícil que hacer tragedia (para la tragedia amontonas chorros de cosas malas en el escenario y listo, pero en cambio para la comedia tienes que ser ingenioso y creativo, y es más fácil lo primero que lo segundo), pero claro, la tragedia es más respetable porque es seria y solemne, y si quieres ganarte el favor de la crítica no puedes hacer comedia (razón por la cual Cine 9009 nunca va a ser mejor considerado que un blog "serio" de cine, aunque la única diferencia es que Cine 9009 y vuestro seguro servidor el General Gato tenemos los cohone de confesar cuando se nos ve el plumero). O sea, Woody Allen hace en muchos sentidos un cine sin identidad, salvo que consideremos como identidad hacer pelis narcisistas en donde se reflejen las neuras propias ad infinitum (o como rodar "Manhattan" acerca de tirarse a una estudiante de 16 años, y patear años después a Mia Farrow por una china de 16 años). Dicho en breve: Leonard Zelig es un hombre sin identidad porque en muchos sentidos, Leonard Zelig es el propio Woody Allen, más Woody Allen que nunca. No será la mejor peli de Woody Allen, no será la más redonda ni la más acabada desde un punto de vista del contenido (en lo formal es otra cosa), pero sí es el mejor autorretrato que este neoyorkino especializado en hacer pelis autorretratos nos ha legado a la posteridad.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos por lo más sencillo: el acabado formal. Esta peli está rodada a la manera de un documental histórico. De hecho, podría perfectamente pasar como un capítulo de "Biografías". Parte en sencillo, con la típica evocación de época, hay cortes para frasecitas cortas de entrevistados en "el presente" (1983, se entiende), y luego una voz en off nos va narrando todo con fotografías y videos de época de fondo. Claro que estamos hablando de una peli de 1983, cuando las técnicas para inocular a Tom Hanks dándole la mano al Presidente Kennedy en "Forrest Gump" no es que estuvieran en pañales, es que ni siquiera existían. Es cierto que entre que se acabara la postproducción de los efectos especiales Woody Allen tuvo tiempo de rodar dos (repito: DOS) pelis más ("Comedia sexual de una noche de verano" y "Broadway Danny Rose"), pero el resultado vale la pena. Dudo que con computación y CGI se pudiera obtener un resultado mejor o más realista. Si a eso le sumamos algunas descojonantes apariciones y cameos de tipos muy serios hablando muy en serio sobre Zelig (seriosly: Woody Allen se consiguió nada menos que a Susan Sontag, y al Premio Nobel de Literatura Saul Bellow, para que aparecieran como entrevistados opinando sobre el fenómeno Zelig). Ya por eso, esta peli se merece un visionado.

-- Lo más interesante de "Zelig" es el concepto. El tema principal de la peli es la individuación, la identidad propia, etcétera. Leonard Zelig, el "Camaleón Humano", es el perfecto hombre-masa, por decirlo así, sin ninguna clase de identidad propia. Siendo objeto de bullying desde crío, Zelig aprende a adaptarse a los demás hasta tal punto, que se metamorfosea físicamente para parecerse a los demás y así ser aceptado. Más allá de lo chorra que es este recurso argumental, tratado por supuesto en clave de comedia, he aquí un dardo profundo hacia la aversión de los buenos y respetables (o no tanto) ciudadanos en contra del diferente, del extraño, del que se ve o dice o piensa cosas que se apartan de la mayoría, de "la masa". Más allá del humor, la escena en que se menciona que el Ku Klux Klan odia a Leonard Zelig porque es un judío que puede convertirse en un chino o un negro es simplemente genial (y más aún si se considera que Zelig también puede pasar por un blanco WASP). ¿Cuál es el resultado de que Zelig pueda cambiar y mutar en todas las personas a su alrededor? El éxito, la fama, la celebridad. Pero no la celebridad que nace de hacer grandes cosas, como un Charles Lindberg o una Josephine Baker (por mencionar dos grandes de los '20s), sino la celebridad del pobre y grotesco infeliz, del fenómeno de feria con el que reirnos porque es tan monstruoso-pero-inofensivo, que en comparación nos hace sentir "normales". O en definitiva, de cómo los "normales", los "hombres-masa", tienen tanto miedo de ser tan solo ligeralmente distintos a lo "normal", que si ven a alguien capaz de mutar aún más que ellos, lo quieren pero a la vez lo rebajan como fenómeno de feria, en una ambivalente (sugerida, no mostrada) relación de amor-odio. La escena en que la psicóloga por fin consigue la llave maestra para acceder al verdadero Zelig (no diré cómo para no mandarme un spoiler) es la demostración palmaria de esto. Después, cuando un más curado Zelig aprende a ser asertivo y a darse su lugar en el mundo, la gente deja de quererlo, y se pasa al campo contrario, al odio sin contemplaciones. Y el final no es sino otro chiste retorcido negro: (((SPOILER DEL FINAL, LEÑE))) Zelig se esconde justamente en el paraíso de los hombres-masa, en la Alemania de Hitler, y cuando consigue escapar, recobra el amor de la gente no por ser quien es, sino por un logro absurdo y estúpido, propio de la cultura de los récords (más alto, más grande, más lejos, mejor...) que es Estados Unidos. La escena final es muy simple, y a la vez de una impensada belleza: los dos personajes protagónicos desaparecen de escena, y la cámara queda estática. Zelig ha desaparecido de escena porque ahora tiene una vida, mientras nosotros, los hombres masa, ya no podemos percibirlo más. (((FIN DEL SPOILER))). "Zelig" se presta así para un enorme comentario filosófico. Es de lamentar (y ésta es la razón por la que considero que "Zelig", siendo muy buena, no es una obra maestra) que Woody Allen se sienta tan obligado a intercalar todo este precioso material filosófico con un poco de su humor delirante y absurdo que es su marca de fábrica, quizás para contentar a sus fanáticos o quien sabe. No es que le tenga tirria al humor de Woody Allen (si no se han desternillado de risa con "Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo pero jamás se atrevió a preguntar", es que ustedes tienen algo en la azotea), pero este material daba para algo más potente, y Woody Allen podía haber evolucionado hacia su ansiada meta de convertirse en el Bergman de América. Por desgracia, no pudo, no supo o no se atrevió a dar el salto. Pero, ¡hey!, es una de las buenas de Woody Allen. Descolocante, sí. Algo pesada a ratos (es lo que tiene el formato de pseudodocumental). Un tanto demodé por aquello de que muchos dirán "joer, perozkés la del Foresgám, ranforesrán". Pero muy rica de contenido y significados. Si la encuentran, dénle una oportunidad, que no lo lamentarán.

IDEAL PARA: Ver al Woody Allen más filosófico y sincero.

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